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martes, 19 de agosto de 2014

Lorca y agosto


Hoy he pasado caminando por delante de la Residencia de Estudiantes de la calle Pinar. No eran ni las ocho de la mañana de un día laborable de agosto. Qué tranquilidad se respiraba en ese rincón de Madrid, apenas llegaban los murmullos de los escasos coches que pasaban por la Castellana.

Y he pensado que quizás por donde yo pisaba, un día pisaron tantos otros que tuvieron la suerte de vivir en la Residencia de Estudiantes en aquellos años que la frecuentaban Buñuel, Dalí o Lorca... Qué suerte haber conocido aquella época de la Generación del 27, tan creativa, tan rica. 

Lo cierto es que me gusta mucho todo lo relacionado con aquella época, con la Generación del 27, con la Residencia, su historia y su ubicación en ese pedacito de Madrid. 

Pero... con la distancia y la ventaja que te da haber nacido tantos años después siento que yo no me puedo quejar. No debo. Poder disfrutar de mi ciudad en agosto, poder pasear por un Madrid fresco a esas horas de la mañana, sin apenas ruidos, es un lujo. Vivir en esta ciudad donde somos tantos y tan diferentes, pero aún así a veces hay cierta paz también. Vivir en el 2014, en este tiempo donde no importa cuáles son tus ideas políticas, ni tus preferencias sexuales. Vaya sí lo es. Un lujo.




"Qué miedo debió de pasar Federico la noche que lo mataron, decía Alberti con la resignación de lo inevitable. Él que ni siquiera se atrevía a cruzar la Gran Vía si no era del brazo de alguien. Siempre tuvo, Federico un temor reverencial, supersticioso, a la muerte. Temía morir ahogado, atropellado, despeñado, apuñalado, desangrado, enfermo y desahuciado. Temía la fuerte fatal e irreversible, la putrefacción y la nada. De ahí que intentara conjurarla con la macabra ceremonia de representar su propio velatorio. Se tumbaba en la cama con su mejor traje: los ojos cerrados, las manos de dedos largos, blancas como las de un médico, sobre el pecho, y describiía con todo lujo de detalles el atáud; el entierro, a hombros de sus allegados, por las calles llenas de baches de Granada; las lágrimas de sus deudos; el luto de sus compañeros: vecinos, admiradores; la congoja de los curiosos... Hay un cuadro de su amigo Dalí, Natura Morta, que representa a Lorca posando como un cadáver, y unas fotos de una de esas sesiones mortuorias que le hizo la hermana del pintor, Anna María, y que nunca quiso hacer públicas tras la muerte, la muerte verdadera del poeta.

Después se levantaba de repente, como un aparecido y se reía a carcajadas, los dientes blanquísimos, los ojos tristísimos velados de lo que sus amigos llamaban "intermitencias lánguidas". Esos momentos en que se ausentaba, se quedaba sin habla y sin música: la mirada vidriosa, perdida y triste.

La otra cara del poeta era la de los recitales, las canciones al piano. Nadie ni siquiera sus enemigos declarados, era inmune a su embrujo sentado al teclado, con un mechón de pelo caído sobre la frente despejada. Entonces no hacía ni frío ni calor, hacía solamente Federico. El de La Barraca y las Misiones pedagógicas, el amigo de Neruda, Buñuel y Prados, el Federico del viaje a NUeva York y a La Habana, el autor de éxito que saludaba desde la corbata de los escenarios de medio mundo, recogiendo aplausos y ramos de flores. Dibujó mucho, y pintó a la acuarela, nunca al óleo porque temía mancharse y que su madre, mamá, le regañara.

La tarde del 12 de julio de 1936 dejó en las oficinas de Cruz y Raya, la editorial que dirigía su amigo Bergamín, el manuscrito de Poeta en Nueva York, y una nota: "Querido Pepe, he estado a verte y creo que volveré mañana". Nunca lo hizo, la noche del 13 de julio estaba invitado a una cenaa la que no acudió. El resto de los comensales, entre los que se encontraba Luis Cernuda, estuvieron esperándole hasta que alguien llamó anunciando que acababa de dejarle en el tren, camino de Granada. Un mes más tarde, el 16 de agosto fue detenido. Después, no se sabe si la madrugada del día 18 o 19, fue conducido a un lugar en los alrededores de Víznar y, junto a un maestro de escuela y dos banderilleros, fusilado, sin ataúd, ni cortejo fúnebre, ni las manos sobre el pecho. Nunca se han conocido las circunstancias, ni qué miedos le asaltaron. Tenía treinta y ocho años, y la mirada triste."

Jesús Marchamalo
39 escritores y medio
Editorial Siruela

domingo, 8 de diciembre de 2013

La Residencia de señoritas de María de Maeztu



El 11 de abril de éste año, dedicábamos una entrada a la Residencia de Señoritas de María de Maeztu. Lo hacíamos a propósito de las placas que encontrábamos a nuestro paso en la calle Miguel Angel esquina con General Martínez Campos en Madrid.


Ya entonces contábamos la historia de este edificio y de paso la de la Residencia de Señoritas. 

Hoy os quería dejar con el otro lado del edificio. Me gustó mucho con ese jardín tan agradable. 

Pero permitidme que os vuelva a copiar lo que os contaba entonces, porque a mí me parece interesante. Y está bien repasarlo...



El grupo femenino de la Residencia de Estudiantes, se llamó Residencia de Señoritas, porque entonces la palabra "señorita" era un término de cortesía aplicado a la mujer soltera que ya hoy no se utiliza mucho. Fue creado por la Junta de Ampliación de Estudios para facilitar el acceso de las españolas a los estudios medios y universitarios y crear unas señoritas cultivadas. 

Era una idea muy innovadora. Era una apertura total para las mujeres de clase media. Aprovechando el traslado de la Residencia de Estudiantes a lo que se llamaba entonces los Altos del Hipódromo, la Residencia de Señoritas ocupó inicialmente los hotelitos de la calle Fortuny que habían cobijado a los estudiantes varones antes de su traslado a los edificios de la calle Pinar. Y para conducir la Residencia se eligió a María de Maeztu, un espíritu reformista.

  María de Maeztu Whitney (1881-1948) que según palabras propias del año 1925: "Soy feminista. Me avergonzaría de no serlo porque creo que toda mujer que piensa debe sentir el deseo de colaborar como persona en la obra total de la cultura". Pertenecía a la Institución Libre de Enseñanza y fue alumna de Miguel de Unamuno y José Ortega y Gasset.

Era rubia, menuda, nerviosa, y dicen que se expresaban con tan locuacidad que a veces era imposible seguirla. Dicen también que vestía de cualquier manera, sin ninguna coquetería, siempre con un abrigo y un sombrerito en la nuca al que Lorca le dedicó con mucho cariño, pues eran muy amigos, una copla.

Aquí se albergaban mujeres mayores de 16 años que pudieran hacer estudios universitarios o no. En la Residencia de Estudiantes sí que eran universitarios. Pero aquí se admitian a mujeres que quisieran ingresar en Facultades Universitarias, en la Escuela Superior de Magisterio, en el Conservatorio Nacional de Música, en la Escuela Normal, en la Escuela del Hogar o en otros estudios. Y otra diferencia con la Residencia de Estudiantes es que en este caso la mayoría de las mujeres procedían de clases medias, mientras que los varones procedían de familias más acomodadas.

 Las residentas estaban en contacto con profesores, escritores, artistas nacionales y extranjeros, que daban conferencias, realizándose toda clase de intercambios culturales, en tertulias, lecturas comentadas, representaciones, conciertos, visitas a museos, excursiones a ciudades y pueblos. La Residencia de Señoritas tuvo gran significación para la cultura femenina española. María de Maeztu, con su prestigio personal y cultural, mantenía el espíritu de la Residencia, en un ambiente grato y atractivo para las universitarias y los visitantes vinculados y residentes, como Marie Curie. Asiduos contertulios fueron Ortega y Gasset, Pérez de Ayala, Eugenio Montes, Menéndez Pidal, Marañón, Juan Ramón, Azorín, Pancho Cossío, Jorge Zalamea, Pedro Salinas, Vicente Huidobro, F. García Lorca...

La Residencia de Señoritas estaba prácticamente vacía cuando se inició la Guerra Civil en 1936 debido al parón vacacional.

la Residencia de Señoritas quedó desde este momento en una situación inestable y cambiante. Sus edificios se utilizaron como hospital de reposo, alojamiento para niños tuberculosos y huérfanas del Ministerio de Hacienda, como enfermería y laboratorio de farmacia, como escuela de capacitación de las Juventudes Socialistas Unidas, como alberge de familias sin hogar, como sede del Batallón antigás y, finalmente, como escuela de puericultura.

Al finalizar la guerra la Residencia de Señoritas se convierte en Colegio Mayor Santa Teresa de Cepeda bajo la dirección de Matilde Marquina, inicio de una etapa pedagógica que, al pesar de aquellas antiguas alumnas de la institución que regresaron tras la guerra (Eulalia Lapresta, entre ellas), ya nada tendría que ver con la predecesora. Sin embargo, esta presencia resultó decisiva para la conservación del legado de María de Maeztu y del archivo de la Residencia de Señoritas, que Lapresta ocultó en un baúl que finalmente fue olvidado en los sótanos del edificio Arniches cuando el colegio mayor se trasladó a la ciudad universitaria. Allí lo encontró Alicia Moreno, alumna de Vicente Caho Viu y, desde entonces, el archivo propiedad de la Universidad Complutense se conserva al cuidado de la Fundación Ortega y Gasset que ocupa sus dependencias desde finales de los años ochenta. 

 

jueves, 11 de abril de 2013

Residencia de señoritas María de Maeztu



El otro día dedicábamos una entrada a la Institución Libre de Enseñanza, y hoy se la quería dedicar a la Residencia de Señoritas que existió en Madrid desde su creación en 1915 hasta el principio de la Guerra Civil. En la esquina de la calle Miguel Angel con la calle General Martínez Campos está el edificio donde estuvo su sede: Si pasamos por ahí y nos fijamos podemos ver la placa en la esquina.

El grupo femenino de la Residencia de Estudiantes, se llamó Residencia de Señoritas, porque entonces la palabra "señorita" era un término de cortesía aplicado a la mujer soltera que ya hoy no se utiliza mucho. Fue creado por la Junta de Ampliación de Estudios para facilitar el acceso de las españolas a los estudios medios y universitarios y crear unas señoritas cultivadas. 

Era una idea muy innovadora. Era una apertura total para las mujeres de clase media. Aprovechando el traslado de la Residencia de Estudiantes a lo que se llamaba entonces los Altos del Hipódromo, la Residencia de Señoritas ocupó inicialmente los hotelitos de la calle Fortuny que habían cobijado a los estudiantes varones antes de su traslado a los edificios de la calle Pinar. Y para conducir la Residencia se eligió a María de Maeztu, un espíritu reformista.

María de Maeztu Whitney (1881-1948) que según palabras propias del año 1925: "Soy feminista. Me avergonzaría de no serlo porque creo que toda mujer que piensa debe sentir el deseo de colaborar como persona en la obra total de la cultura". Pertenecía a la Institución Libre de Enseñanza y fue alumna de Miguel de Unamuno y José Ortega y Gasset.

Era rubia, menuda, nerviosa, y dicen que se expresaban con tan locuacidad que a veces era imposible seguirla. Dicen también que vestía de cualquier manera, sin ninguna coquetería, siempre con un abrigo y un sombrerito en la nuca al que Lorca le dedicó con mucho cariño pues eran muy amigos una copla.

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  Aquí se albergaban mujeres mayores de 16 años que pudieran hacer estudios universitarios o no. En la Residencia de Estudiantes sí que eran universitarios. Pero aquí se admitian a mujeres que quisieran ingresar en Facultades Universitarias, en la Escuela Superior de Magisterio, en el Conservatorio Nacional de Música, en la Escuela Normal, en la Escuela del Hogar o en otros estudios. Y otra diferencia con la Residencia de Estudiantes es que en este caso la mayoría de las mujeres procedían de clases medias, mientras que los varones procedían de familias más acomodadas.

 María de Maeztu además tutorizaba todos estos estudios, enviando cartas a los padres donde se informaba del rendimiento de las alumnas. Porque, claro, en aquellos tiempos que la mujer saliera de casa para alojarse en una institución no era muy normal, y entonces había que extremar la moralidad (el catolicismo más radical estaba en contra de este proyecto tan moderno y reformista) y por eso se controlaban estrictamente las salidas y entradas de las alumnas.

Además se les exigía a las alumnas un aprovechamiento en los estudios.

Las residentas estaban en contacto con profesores, escritores, artistas nacionales y extranjeros, que daban conferencias, realizándose toda clase de intercambios culturales, en tertulias, lecturas comentadas, representaciones, conciertos, visitas a museos, excursiones a ciudades y pueblos. La Residencia de Señoritas tuvo gran significación para la cultura femenina española. María de Maeztu, con su prestigio personal y cultural, mantenía el espíritu de la Residencia, en un ambiente grato y atractivo para las universitarias y los visitantes vinculados y residentes, como Marie Curie. Asiduos contertulios fueron Ortega y Gasset, Pérez de Ayala, Eugenio Montes, Menéndez Pidal, Marañón, Juan Ramón, Azorín, Pancho Cossío, Jorge Zalamea, Pedro Salinas, Vicente Huidobro, F. García Lorca...



La Residencia de Señoritas estaba prácticamente vacía cuando se inició la Guerra Civil en 1936 debido al parón vacacional. El estallido de la guerra civil sorprendió a su directora en Francia en unas vacaciones que abandonó para regresar a su puesto y, temporalmente, también al del International Institute en tanto que tomaba las riendas de la institución americana su secretaria Mary Sweeny que, como la mayoría, disfrutaba por esos días del periodo estival. Con el fin de conseguir cierta seguridad para las alumnas y el personal que trabajaba en la institución americana así como para proteger a su propio personal y alumnado, enarboló en el edificio de Miguel Ángel 8 la bandera estadounidense, consiguiendo de este modo el amparo diplomático.

 Maeztu, que había dimitido como directora de la Residencia de Señoritas el 26 de septiembre, abandonó el país camino de Argentina.

La Residencia de Señoritas quedó desde este momento en una situación inestable y cambiante. Sus edificios se utilizaron como hospital de reposo, alojamiento para niños tuberculosos y huérfanas del Ministerio de Hacienda, como enfermería y laboratorio de farmacia, como escuela de capacitación de las Juventudes Socialistas Unidas, como alberge de familias sin hogar, como sede del Batallón antigás y, finalmente, como escuela de puericultura.

Al finalizar la guerra la Residencia de Señoritas se convierte en Colegio Mayor Santa Teresa de Cepeda bajo la dirección de Matilde Marquina, inicio de una etapa pedagógica que, al pesar de aquellas antiguas alumnas de la institución que regresaron tras la guerra (Eulalia Lapresta, entre ellas), ya nada tendría que ver con la predecesora. Sin embargo, esta presencia resultó decisiva para la conservación del legado de María de Maeztu y del archivo de la Residencia de Señoritas, que Lapresta ocultó en un baúl que finalmente fue olvidado en los sótanos del edificio Arniches cuando el colegio mayor se trasladó a la ciudad universitaria. Allí lo encontró Alicia Moreno, alumna de Vicente Caho Viu y, desde entonces, el archivo propiedad de la Universidad Complutense se conserva al cuidado de la Fundación Ortega y Gasset que ocupa sus dependencias desde finales de los años ochenta.










viernes, 16 de marzo de 2012

"100% Residencia.Una tradición recuperada (1910 - 2010) la exposición de la Residencia de Estudiantes



Os propongo una exposición  para este largo fin de semana en Madrid.
La exposición 100% Residencia: Una tradición recuperada (1910-2010).

Yo creo que puede ser un buen lugar para disfrutar del ocio y de la tranquilidad, para pasear un rato. Esos edificios rodeados de jardines, en la que Juan Ramón Jiménez denominó La colina de los Chopos, a donde se traslado en 1915 la Insitución y donde sigue.
La Residencia de Estudiantes es un lugar sereno dentro del bullicioso Madrid. 


Es una exposición muy interesante sobre toda su trayectoria en estos 100 años. Conocer cómo se inspiró en la Institución Libre de Enseñanza de Giner de los Rios, cual era su primera ubicación, cuántas personalidades de la cultura la frecuentaron, los Premios Nobel que salieron de ella, cómo tras la guerra se dejó de lado, cómo resurgió...


Os la recomiendo.














lunes, 5 de marzo de 2012

Espectros de Manuel Vicent




...Cuando llegué a la Residencia corrían leyendas. Esa misma habitación la habían ocupado alternativamente García Lorca con Dalí y luego Dalí con Buñuel. Se decía, por ejemplo, que cuando Dalí y Lorca vivían juntos se peleaban todos los días y pasaban tiempo sin dirigirse la palabra, hasta el punto de llenar de arena el cuarto y hacer caminitos individuales desde la puerta a la cama y desde la cama al lavabo. Ponían macetas en los bordes para caminar sin rozarse. Por la Residencia venían mucho Unamuno, Antonio Machado y Ortega con la condesa de Yebes. Un día incluso vino el Rey. El conserje gritó: “¡Que viene el Rey!”. Y Buñuel, que se estaba afeitando en la habitación, salió al patio en pelotas con la cara enjabonada, y se puso un sombrero para poder saludar.
...
Gatos en la Residencia.
Espectros
Manuel Vicent





Tengo atraso en las reseñas de libros que he leído ultimamente. No quiero dejar pasar más días porque estoy a punto de terminar el que estoy leyendo en este momento y se nos va a acumular la tarea.

He pensado que a modo de breve anotación os copio un fragmento de "Espectros" de Manuel Vicent. Un libro que nació de la recopilación de artículos publicados por este autor entre la década de los 80 y finales de los 90.

No es que sea el libro suyo que más me ha gustado, la verdad. Otros me han entusiasmado más. Aunque nunca decepciona leer la prosa de Vicent, solo por eso ya merece la pena.

En su favor tengo que decir que, en este caso, trata temas muy variados y originales: la seguridad de la cámara del "tesoro" del Banco de España, el virus del sida, la orquesta del Titanic, los sotanos de Bérlin... Si tengo que escoger entre todos los artículos aquí recopilados, me quedo con 23F Huyeron los pájaros, con La huerta de las Descalzas Reales, con el del garrote vil y sobre todo con éste del que os he copiado el fragmento: "Gatos en la Residencia" sobre la Residencia de Estudiantes, que me gustó mucho.


jueves, 16 de febrero de 2012

Recreación histórica de una habitación de la Residencia de Estudiantes




Supongo que la mayoría de vosotros conocéis la Residencia de Estudiantes de Madrid, en la calle Pinar 21. Qué lugar tan tranquilo y con tanta historia en medio de Madrid, me gusta mucho.

Para los que no lo conoceis, la Residencia de Estudiantes, desde su fundación en 1910 por la Junta para Ampliación de Estudios hasta 1936, fue el primer centro cultural de España y una de las experiencias más interesantes y fructíferas de creación e intercambio científico y artístico de la Europa de entreguerras. En 1915 se traslada a su sede definitiva la Colina de los Chopos, donde sigue estando. Aunque  se clausuró en la dictadura, y su director, muchos de sus profesores y residentes tuvieron que marchar al exilio. Pero desde el año 1986 está otra vez en funcionamiento.

Entre las personalidades que acudieron a sus salones figuran Albert Einstein, Paul Valéry, Marie Curie, Igor Stravinsky, John M. Keynes, Alexander Calder, Walter Gropius, Henri Bergson y Le Corbusier, entre muchos otros. Entre sus residentes estuvieron el cineasta Luis Buñuel, el poeta Federico García Lorca, el pintor Salvador Dalí, el ingeniero Pepín Bello (el más longevo), el poeta Jorge Guillén, el científico Severo Ochoa y muchos más intelectuales de la época... que incluso llegaron a ser Premio Nobel.

Arquitéctonicamente se diseñó y se decoró inspirándose en los Colleges de las Universidades Inglesas, según el proyecto moral y pedagógico de la Institución Libre de Enseñanza. Sobria, sencilla, serena... y cómoda para los estudiantes.



El otro domingo estuve por allí y pude admirar la recreación que han hecho de una de sus habitaciones. Recreación histórica con un mobiliario característico de época y esa atmosfera estudiantil. Solo la puedes ver desde el patio a través de su cristal. Pero me gustaba.





No es la habitación de nadie en concreto. Los enseres, los muebles, son los que había para todo el mundo y se ha recreado a partir de fotografías o escritos de algunos de sus ocupantes. Por supuesto luego cada estudiante la personalizaba, se sabe por ejemplo que Lorca colgó en uno de los cuartos el cuadro "Naturaleza Muerta. La botella de ron" que le había regalado su amigo Dalí...

"Querídisimos padres: Estamos divinamente en la Residencia y ya veis qué suerte tan grande hemos tenido. En Madrid no se puede vivir en otro sitio (...). Anteanoche estuvieron en mi cuarto oyéndome leer (Enrique) Díaz-Canedo y todos los poetas jóvenes de Madrid (...).

Federico García Lorca, Carta del 9 de marzo de 1923



Ya, ya sé que se ven mucho los reflejos en las fotos que hice, pero me gustan porqué así en la misma foto se ve todo el entorno de fuera: el edificio, los árboles...


jueves, 10 de marzo de 2011

García Montero y Margarit en la Residencia de Estudiantes el 3 de marzo



"No quiero vivir en un país en el que CNN+ deja de existir para dar paso a un canal donde se emite Gran Hermano durante 24 horas", dijo el martes 3 de marzo Joaquin Sabina en la presentación que hizo del último poemario de Luis García Montero "Un invierno propio (Visor)", en la Residencia de Estudiantes de Madrid.

En realidad no era solo del último poemario de García Montero, sino que era una presentación conjunta de "Un invierno propio" y "No estará lejos, no era difícil", el nuevo poemario de Joan Margarit, que corrió a cargo del escritor Benjamín Prado. 




El vídeo de arriba es para que os hagais una idea de cómo estaba esa sala. Justo es el momento en que entraban los poetas y presentadores. Estaba hasta arriba de público. Una fila ya bien larguita fue lo que encontré cuando llegué y faltaba más de media hora para que empezara. Y eso que dicen que la poesía es minoritaria. Pero allí había ya un montón de gente esperando para coger sitio. Y la fila crecía y crecía mientras me rendí a mi descafeinado. Menos mal que cuando subí de la cafetería mi amigo y poeta Javier Díaz Gil estaba guardándome un sitio... porque ya daba la vuelta la dichosa fila.
Cuando al fin conseguimos entrar, nos sentamos victoriosos en dos sillitas de ¡la última fila! pero claro nos dábamos con un canto en los dientes, porque allí no dejaban de entrar personas y más personas. Entre ellas muchas caras conocidas de la cultura, la política y el periodismo. Almudena Grandes, Chus Visor, Caballero Bonald, Llamazares, Ana Belén, Jesús Munarriz, Luis Muñoz, Fernando León de Aranoa, Ignacio Elguero, Cándido Méndez, Inés Sabanés... y me estaré olvidando de alguno porque había muchos.

Se palpaba la amistad entre el público y entre los que estaban presentando y leyendo. Sabina dijo que conocía a Luis García Montero desde hacía más de treinta años. Benjamín Prado dijo que cuando leyó por primera vez un libro de Joan Margarit pensaba que "quién sería ese poeta, ya muerto, que le gustaba tanto, y que él no había conocido hasta ahora..." Y así se dijo creo que a la librera, o al alguien que a su vez se lo comentó a Margarit. De tal forma que este último a la primera oportunidad fue hasta él y tocándole en el hombro se presentó a sí mismo diciéndole que "él era el muerto"...

 Fue una velada poética muy distendida. Y muy amena. García Montero y Margarit se lucieron como ellos saben hacerlo. Los poemas de García Montero quizás más actuales, los de Margarit muy sentimentales. Y qué voz tiene este hombre recitando. Se rieron porque decían que éste último siempre terminaba recitando de pie y les dejaba mal a los demás. Y así fue, en cuánto le tocó recitar, Margarit se puso de pie, y la verdad es  que daba gusto porque así los últimos conseguimos ver algo... Y hay que reconocer que este hombre  sobrecoge con su voz y con la intensidad de sus versos. García Montero para no ser menos también se levantó cuando leyó algún que otro poema, entre ellos el dedicado a Almudena Grandes.


En este vídeo tenemos a Joan Margarit recitando el poema de "La llave", ya veréis por qué le hemos rebautizado así.

García Montero subrayó la importancia de escuchar a los jóvenes y la necesidad de cambiar este mundo. Margarit nos enseñó que aunque no todos nacemos poetas, sí que todos somos iguales y nos pasan las mismas cosas y que lo que nos diferencia es la capacidad para expresar lo que nos pasa, pero que puede entender a la perfección los sentimientos de alguien a quien se le muere la madre, aunque sea chino. Lo que hay que hacer es universalizar ese sentimiento, "desbrozarle", quitarle lo que solo es tuyo (del poeta), para que cualquiera se pueda ver reflejado y sentir que la persona de la que habla el poema podría ser él, porque así se siente.

Otro día os cuelgo algún vídeo más de esa tarde.

Pero... que ¿qué queréis que os diga? fue una gozada.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Dalí, Lorca y La Residencia de Estudiantes en el CaixaForum Madrid


 Esta fotografía que hay en la parte superior de esta entrada, la he hecho en el CaixaForum de Madrid. En la exposición sobre la relación  que mantuvieron Salvador Dalí y Lorca desde el año 1923 hasta el año 1929.  Es una carta muy curiosa, podéis leerla... Es un ejemplo de lo que hay en dicha exposición, que  estará hasta el 6 de febrero de 2011... Aún hay tiempo para que vayas si te apetece...

Te dejo el vínculo de la página de Caixa Forum donde hay un vídeo que lo explica muy bien:

Ambos intelectuales se conocieron en la Residencia de Estudiantes de Madrid en marzo de ese 1923 e iniciaron una íntima amistad intelectualmente muy rica y compleja, muy estrecha tanto en arte como en literatura. Esta exposición quiere abordar esta relación enmarcándola en ese momento de la década de los años veinte del siglo pasado, relacionándolo con el auge de distintas vanguardias internaciones muy polémicas.


Es muy curiosa. Claro si te gusta el tema de la Residencia de Estudiantes y lo importante que ha sido durante muchos años. Y si te atraen las figuras de Lorca y Dalí. Dos genios. Y la de su interesante amistad.

Por ejemplo en la exposición hay una parte dedicada al "Cuaderno de los Putrefactos (1925-1926)". "Putrefacto es el calificativo despectivo y crítico que el grupo de amigos más notable de la Residencia: Lorca, Dalí, Buñuel y Pepín Nieto, utilizaban para referiste a la poesía y las artes más sentimentaloides, tradicionalistas y académicas, así como a los modernos. Se componía de algunas láminas dibujadas por Dalí precedidas de un texto de Lorca." Algunos de los llamados putrefactos por ellos fueron Chaplin o Picasso.

También te hablan en la exposición de una expresión muy utilizada por ellos en su relación: "Hay claridad". Es una expresión que inventó Dalí, y muy usada por ambos en sus cartas, escritos y poemas. Parece ser que la decía una vendedora de pescado de Cadaqués, la vida marinera donde la familia de Dalí tenía una casa, y donde muchas veces éste invitó a Lorca a que pasará algunas vacaciones con él. Pues bien esa expresión "Hay claridad" la usaba mucho esta vendedora algo loca. Ellos la adoptaron como la formula para plasmar una estética. 

Por ejemplo Cadaqués era el símbolo de esa claridad que propugnaban con sus casas blancas y cúbicas, apiñadas en torno al volumen de la iglesia, las visas y los campos de olivo. Es decir un Mediterraneo idealizado. 

En la exposición se tocan las vanguardias que existían en esos años y que de alguna forma influyeron en estos autores. Como "El realismo mágico" de Roh...

O también los temas de marineros y prostitutas que estaban de moda en un tipo de literatura más canalla, y del cual también hablan ellos.



Otro término que inventaron fue el de "Estética Fisiológica". Lorca usaba esta expresión en algunas cartas del año 1928 para referirse al nuevo rumbo de la obra de Dalí. Aquí comenzaban ya a distanciarse un poco. Este término de "Estética Fisiológica" era el de las manos y cabeza cortadas, los torsos mutilados... de los dibujos del nuevo Dalí. Los modelos ya no son de "claridad" sino que ahora entra en juego el mal, lo bajo, el erotismo bestial... 

Dalí se hace más radical. Hablan en la exposición de que "la subjetividad radical" de Dalí va desplazando la objetividad compartida de los dos amigos. Y entonces llega la ruptura intelectual entre ellos. 

La relación duró hasta el año 1929, cuando Dalí se traslada a París y Lorca a Nueva York.

Es un tema muy curioso, muy interesante, aunque, al menos para mí también muy complejo. La exposición está muy bien, es completa y uno se puede hacer una idea bastante próxima, yo creo, de lo que fue aquella amistad y aquel tiempo.


Dali, Lorca y la Residencia de Estudiantes
De lunes a domingo, de 10 a 20 h. Precio: Actividad gratuita
CaixaForum Madrid. Paseo del Prado, 36. 28014 MADRID