Un blog para letraheridos. Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y letras. Un blog donde sentarse a leer mientras te tomas un café.
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miércoles, 23 de julio de 2014
"Postales en un sobre" un poema de Luis Muñoz
POSTALES EN UN SOBRE
Tomaron un pequeño apartamento
al calor de la historia que empezaba
en un pueblo radiante de la costa.
Las familias miraban de reojo
su dulce suficiencia,
su ambigua cercanía cuando tomaban sol,
los leven empujones en la orilla
de muchachos buscándose en el juego,
la risa incontrolable,
el júbilo de luces y de compras
los días de mercado
y un remolino oscuro de murmullos
se levantaba al paso como una nube torda.
En solo quince días avivaron
contrarios sentimientos, un ascua adormecida
y una imagen inquierta de la felicidad.
Recordarían de aquello más que nada,
muchos años después, en su país del norte,
la coartada airosa de su idioma
para hablar de deseo sin entenderles nadie,
las noches enlazadas de sus cuerpos
con las marcas blanquísimas de los trajes de baño
y un sobre con postales de vocación turística
que guardaron por siempre como un talismán:
el farero viejo cortando caña,
la junta de los bueyes en la plaza del pueblo
y una chica en biquini diciendo okey.
págs. 85 y 86
Limpiar pescado. Luis Muñoz
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Mis autores Luis Muñoz,
Poesía,
POETAS
martes, 22 de julio de 2014
Una entrevista con motivo de uno de mis relatos
Hoy os voy a copiar aquí una entrevista que me han hecho con motivo de haber quedado finalista en el I Certamen Literario Madrid Sky.
Han sido muy amables conmigo. Y desde aquí quiero volver a dar las gracias a este grupo literario por su buen hacer en todas estas cuestiones literarias. Y en especial a Manuel Pozo que ha dedicado su tiempo y su interés a esta entrevista. Primaduroverales se reunen en el Centro Cultural de la Casa del Reloj en Madrid y fue un placer conocerles.
La entrevista está publicada en su blog. Os la copio, pero quiero dejaros el enlace para que los conozcais mejor.
https://primaduroverales.wordpress.com/author/primaduroverales/
Entrevista a Rocío Díaz Gómez (segunda finalista del I Certamen Literario Madrid Sky)
julio 20, 2014 por primaduroverales
Rocío
Díaz Gómez es madrileña, aunque de niña vivió en Galicia y Cataluña,
por eso siente que su infancia no es madrileña. Es licenciada en
Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Le gusta viajar, la
fotografía, caminar, atender su blog, hacer álbumes de fotos, coser…
Tiene muchas aficiones y todas le gustan mucho, con lo cual dentro de su
cabeza suelen entrar en conflicto por la falta de tiempo. Para leer
prefiere la novela al relato corto, sin embargo, escribiendo, es una
maestra del relato corto, modalidad con la que ha conseguido numerosos
premios, entre ellos este puesto de finalista en el I Certamen Literario
Madrid Sky. Cuando le preguntamos por su autor preferido nos dijo que
tiene muchos y que no puede hablar de uno en concreto: nos citó a García
Márquez y a Isabel Allende. Entre los españoles a Lorenzo Silva, Rosa
Montero, Marta Rivera de la Cruz, Elvira Lindo, Muñoz Molina, Almudena
Grandes, Manuel Rivas… y en poesía recordó a Amalia Bautista, Luis Muñoz
y Benjamín Prado.
¿Cuáles son los premios más importantes que has ganado? ¿Has publicado?
El premio
más importante que he ganado fue el Max Aub de Relato en el año 2009. Es
un premio muy especial tanto por la curiosidad de que medio pueblo de
Segorbe actúa como jurado, como por su cuantía económica que está muy
bien. Además tengo un buen recuerdo de la forma en que me trataron, que
fue impecable. Pero he ganado otros que también han estado muy bien como
el premio Nacional de Narrativa de la Asociación de Periodistas de
Ávila, el de Monturque, el Miguel Artigas… Tengo publicado ese relato,
me lo publicaron en la Fundación Max Aub, en un librito. Y luego tengo
publicaciones en algunas revistas literarias: Luces y Sombras de
Tafalla, Cuadernos del Matemático de Getafe. Y también en muchas
publicaciones donde se han recogido relatos premiados.
La organización del concurso fue
para nosotros un reto. Sin presupuesto y subvencionado por nosotros
mismos. ¿Qué te pareció el acto de entrega de premios del I Certamen
Literario Madrid Sky?
Me gustó
mucho por varias razones. La primera de ellas porque era un certamen,
como tú muy bien dices, subvencionado por vosotros mismos. Me gustó
mucho eso de que “queríais devolver a la literatura lo que ella os había
dado”, al dedicar los beneficios de vuestro libro a la creación de un
certamen. Después porque se notaba que se había preparado todo el acto
con mucho mimo. Como finalista me sentí muy bien tratada. Por otra parte
tenía de positivo que se leyeran todos los relatos finalistas, una
entrega de premios literaria luce mucho más, en mi opinión, cuando se
leen los relatos. Además tengo la suerte de haber estado en varias
entregas de premios, y me pareció todo un detalle que el jurado le
explicara a cada uno de los finalistas los hallazgos de su relato. En
fin, por varias razones.
¿Qué se siente al ganar un premio literario?
Sobre todo
una inyección de motivación increíble para seguir escribiendo. Al fin y
al cabo es un reconocimiento a todo el tiempo que has pasado en soledad
peleando con la historia.
Esta vez te has quedado muy cerca… me imagino que eso decepciona.
Si te digo
la verdad no tenía ninguna esperanza de ganarlo. Éramos diez finalistas,
cualquier autor lo podía ganar. Así que no me decepcioné en absoluto,
sentí que un tercer puesto, con la cantidad de relatos que se habían
presentado, no estaba nada mal.
¿Nos puedes contar alguna anécdota que te haya sucedido en alguna entrega de premios?
La verdad es
que cada entrega de premios es un mundo. Es muy curioso. Se viven
experiencias muy diferentes pero todas muy enriquecedoras. Por ejemplo
me acuerdo de que en una entrega de premios en Motril, acabé cantando La
tarara y canciones similares con un grupo de mujeres que también
participaban en la entrega porque habían hecho un libro con ellas. En
Laviana, en otro certamen, nos llevaron a hacer una ruta por los
alrededores del pueblecito asturiano… En Monturque, un pueblecito
cordobés pequeñito, pues tienen una joya que nos estuvieron enseñando:
un cementerio sobre unas cisternas romanas impresionantes. Bueno, cada
una es mundo, ya te digo.
Pues me lo
planteé como un reto. Yo normalmente escribo relatos más largos, me
cuesta mucho sintetizar. Y por otro lado me gusta mucho cuando me dan
alguna pauta que me ayude a comenzar cualquier relato. Entonces vuestro
concurso reunía que, por un lado, me obligaba a inventar una historia
empezando por una frase concreta que, en mi opinión, debía tener un peso
específico en la historia puesto que era la condición, y por otra parte
tenía que ser como mucho de dos folios a doble espacio… Así que manos a
la obra… Y salió este relato en el que traté de utilizar la técnica de
la metáfora de situación, la historia familiar corre paralela a la del
tiempo atmosférico. Y me gustaba que lo contara el niño, su visión
inocente solo sugería más que contar, así el lector tiene más margen
para la imaginación.
A mí tu relato me ha gustado
porque tiene esa historia de fondo, esa segunda historia que se va
contando por detrás de la historia que se lee en el primer plano. ¿Es
fácil conseguir esa profundidad?
A esta
pregunta creo que casi te he contestado en la anterior. No sé si es
fácil, o es difícil. Es laborioso, eso sí, porque es como si echaras al
aire dos bolas y hay que intentar que ninguna se te caiga. Un
malabarismo. Pero yo quiero mejorar a la hora de escribir. Y
esforzándome en pretender utilizar más recursos, en echarlos al aire en
menos espacio, en que no se te caiga ninguno es una forma de hacerlo…
Nosotros proponíamos una frase para comenzar el relato. ¿Te resultó difícil darle continuidad a esta frase?
Me lo tomé
como un juego. A ver qué historia puedo inventar en la que tenga
importancia que sobre el asfalto alguien piense que el invierno se ha
ido… Una “road movie” pensé, para que alguien lo vea sobre el asfalto. Y
de pronto visualicé a un niño mirando por los lados del sillón de atrás
de un coche en busca de un montón de nieve… Y así poco a poco fueron
llegando sus compañeros de viaje y con ellos su historia.
¿Por qué escribes cuentos?
Porque no sé
vivir sin hacerlo. Necesito inventarme historias, en cualquier momento
con cualquier frase que te asalta a traición y piensas: “Eso estaría
bien para un relato…” Y después viene el placer de ir perfilándolo. Sí
escribir es un placer y una necesidad.
Tienes un blog de literatura fantástico ¿Qué te aporta el blog?
Tengo un
amigo que siempre me insistía en que tuviera un blog para colgar mis
relatos… Y yo siempre le decía ¿Pero y yo qué voy a contar en un blog?
Bueno pues me lo dijo tantas veces que un buen día, un poco por ver si
era capaz, me abrí uno y ya voy camino de cinco años con él. Ahora me
falta tiempo para hacer tantas entradas como me gustaría. Es un blog
sobre las palabras, sobre cultura, sobre Madrid. Sí, también hay relatos
míos, pero me sentiría muy egocéntrica si solo hablara de mí en él.
Hablo de todo lo que me llama la atención: letreros, literatura,
exposiciones, nuestra ciudad… La verdad es que el blog ha enriquecido
mucho mi vida, quién me lo iba a decir…
¿No te parece que la literatura es una extraordinaria manera de conocer a otras personas?
Sí, por supuesto que me lo parece. He conocido personas muy interesantes y he hecho muy buenos amigos gracias a la literatura.
¿Volverás a participar si organizamos otra vez el certamen?
Sí, claro ¿Por qué no?
Cuéntanos, por favor, tus proyectos literarios.
Bueno pues
tengo otra entrega de premios a la que asistir en septiembre, esta vez
voy a por un segundo premio a Valencia. También me han ofrecido que me
haga cargo como compiladora de una parte del próximo núm. de la revista
Luces y Sombras de Tafalla. Para el otoño con los compañeros de mi
tertulia voy a formar parte de una antología. Y sobre todo escribir y
escribir ese es mi principal proyecto.
¿Antes de despedirte nos puedes recomendar una novela y un relato?
A ver. Qué
difícil uno solo de cada. Se me van a quedar muchísimos fuera… Una
novela: “El olvido que seremos” de Héctor Abad Faciolince, por ejemplo. Y
un relato, pues, cualquiera de Benedetti, tiene tantos buenos, me
gustan mucho todos. Aunque hay un relato al que tengo un especial
cariño, me estoy refiriendo a “El álbum” de Medardo Fraile. Aún recuerdo
cuando lo leímos en clase en el BUP…
¿Te gustaría decir algo más?
Sí, claro,
que muchísimas gracias a todos vosotros. Gracias por crear este
certamen, por ese querer devolver a la literatura lo que ésta os había
dado y que a mí me llevó a inventar este relato. Gracias al jurado
porque pensó que yo debía estar entre los finalistas. Y en general, a
todos vosotros por cómo nos tratasteis. A Alicia con la que me tomé un
café antes de la entrega, a Pura, a ti, a todos los que habéis sido tan
amables. Mil gracias.
domingo, 20 de julio de 2014
"El cartero" de Eduardo Galeano
EL CARTERO
Lo vi en el ataud, con esa cara plácida y jodona, y pensé: no se puede creer. El Gordo Soriano se estaba haciendo el muerto.
Me lo confirmó Manuel, el hijo, idéntico al Gordo aunque más chiquito. Él me dijo que le había dado una carta al padre, para que se entregara a Filipi.
Filipi, su amigo, había muerto poco antes. Filipi era lagartija. Una lagartija rara, que tenía costumbres de camaleón y cambiaba de color cuando quería. En la carta, Manuel le enseñaba un juego, para que pudiera entretenerse en la muerte, que es muy aburrida. Para jugar ese juego, había que escribir no sé qué letras. "Usa las uñas, Filipi", lo instruia Manuel.
Estaba claro. Osvaldo Soriano se había pasado la vida escribiendo cuentos y novelas, cartas enviadas a sus lectores, y ahora estaba trabajando de cartero. En un rato volvía.
Pág. 125
Bocas del Tiempo
Eduardo Galeno
viernes, 18 de julio de 2014
Chistecillos sobre lenguaje
¡¡Venga que es viernes!!
Y cómo ya está aquí mismo el fin de semana y en este blog nos gustan las palabras, su doble sentido, jugar con ellas, hoy vamos a hacer una entrada más ligerita con unos chistecillos sobre el lenguaje...
Que los disfruteis.
Profesor: -¡Agustín diga el presente de indicativo del verbo caminar!
Agustín: Yo camino, tú caminas, él camina...
Profesor: - ¡¡Más deprisa Agustín!!
Agustín: Nosotros corremos, vosotros corréis, ellos corren.
Profesor: -"Llovía" ¿Qué tiempo es?
Alumno: Es un tiempo muy malo, señor profesor
Profesor: Arturo tu redacción "Mi perro" es exactamente igual a la de tu hermano ¿La has copiado?
Arturo: No profesor, es que el perro es el mismo...
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HUMOR LITERARIO,
la literatura y el humor
martes, 15 de julio de 2014
"Más minúscula que una letra minúscula" - Relato de Rocío Díaz
Últimamente he recibido varias alegrías literarias, entre ellas, el accesit en castellano en el I Certamen de Relato Breve "Istorio Hau zeurea da".
En este certamen había que escribir un relato de dos folios como máximo y que comenzara por la frase siguiente:
La ciudad se desperezaba. Aún las
farolas estaban encendidas y eran pocos los ruidos en la calle. Una capota gris
cubría tejados y antenas, dando paso a una tenue luz incierta. Pronto
amanecería. Ella se asomó a la ventana, apoyó la frente en el cristal, observó
la acera casi desierta y, soltando un largo suspiro, pensó que de aquel día no
pasaría.
Más minúscula que una letra minúscula
Rocío
Díaz
La ciudad se desperezaba. Aún las
farolas estaban encendidas y eran pocos los ruidos en la calle. Una capota gris
cubría tejados y antenas, dando paso a una tenue luz incierta. Pronto
amanecería. Ella se asomó a la ventana, apoyó la frente en el cristal, observó
la acera casi desierta y, soltando un largo suspiro, pensó que de aquel día no
pasaría.
Y aunque siempre le habían gustado
esos días grises, la abrumante certeza de este último pensamiento la empujó por
el acantilado del vértigo y el miedo. Y no consiguió evitar otro profundo
suspiro que llenó de vaho el frío cristal donde aún apoyaba la frente. Casi sin
darse cuenta se separó unos centímetros y con el dedo índice comenzó a escribir
sobre el vaho una E mayúscula, seguida de una r tan minúscula como se sentía
ella en ese momento.
Conocía la sensación. Había crecido
con ella. Esa sensación de sentirse minúscula de tan vulnerable. Sentirse bajo un
maremoto de impotencia que comienza en el sudor de las palmas de tus manos, y te
humedece entera. Sentir agrandarse un agujero en el centro de tu cuerpo, que te
traga y por el que comienzas vertiginosamente a caer, mientras no puedes evitar
esas gordas lágrimas corriendo por tu cara sin remedio. Y todo eso, todo,
simplemente por enfrentarse a algo tan diminuto como una letra. Sí. Ella sabía
lo que era sentirse mucho más minúscula que una letra minúscula. Qué cruel
paradoja. Por eso aprendió más tarde que los demás niños a hablar, a leer y a
escribir. Ella era aquella cría que lo intentaba una y otra vez, una y otra,
pero no conseguía juntar con acierto las letras para que hilaran frases con
algún sentido; la p y la b, la m y la n, dibujitos rebeldes y retorcidos que le
hacían muecas desde el cuaderno y se intercambian, jugaban con ella al
escondite y se ocultaban maliciosamente en cuánto se descuidaba, amontonándose
unos detrás de otros, enmarañando las frases. Le costó más que a ningún otro
niño domesticar a las letras. Domesticar al lenguaje, domesticar al miedo de
pensar que no lo conseguiría nunca.
Pero lo consiguió gracias a los
cuentos. Esos, que su madre le contaba al amanecer antes de que tuviera que
enfrentarse al mundo. Cuentos como armaduras. Cuentos que su madre inventaba
donde siempre ella era la protagonista, la heroína, la vencedora contra todos
los dragones. El dragón del nombre de los dedos de la mano y los días de la
semana. El dragón de los meses del año y el del abecedario. El dragón de las
tablas de multiplicar y en definitiva, cada uno de los que aparecían cada vez
que tocaba aprender algo nuevo e inevitable en el duro proceso de hablar, leer
y escribir.
Mientras ella seguía escribiendo sobre
el cristal, y en el vaho a la E mayúscula le seguían varias minúsculas, su
mente iba desmadejando recuerdos. Mientras se iba dibujando la palabra “Erase”
sobre el vaho, podía aún escuchar la voz de su madre inventando, recitando,
repitiendo para que después ella escribiera despacio, muy despacio, letra a
letra, todos aquellos maravillosos cuentos y consiguiera domesticar a los
dragones. Su madre no quiso nunca escuchar palabras difíciles que comenzaban
por “dis”: “dislexia, dislalia… ¡disparates! Imaginación, paciencia y amor”.
Esa era la receta mágica materna. Y lo fue.
La ciudad se desperezaba. La capota
gris invitaba a esconderse debajo de un paraguas de nostalgia. Invitaba a
arroparse con un abrigado cuento. Invitaba a escuchar más que a hablar. Y a
ella nunca le habían sobrado las palabras. Pero de aquel día no pasaría. No
prolongaría por más tiempo la excedencia solicitada nada más aprobar. Su madre
ya no estaba. Pero tenía imaginación, paciencia y amor para todos los niños que
cupieran en una clase. Ella había conseguido ir superando cada aprendizaje.
Maternales y EGB. BUP e Ingreso. Magisterio y Educación Especial. Conocía la
sensación. Sentirse mucho más minúscula que una letra minúscula. Pero también sabía
cómo luchar. De aquel día no pasaría: Era maestra. “Erase una vez…” decía la
frase escrita ya en el vaho. Sabía enseñar. Sabía del poder de un buen cuento,
sabía volver mayúsculas a las minúsculas. Y lo haría.
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Barakaldo,
Mis relatos Rocío Díaz,
Relato Premiado,
RELATOS ROCÍO DÍAZ
lunes, 14 de julio de 2014
viernes, 11 de julio de 2014
Letreros ingeniosos sobre el lenguaje
Hoy, como es viernes, preludio de fin de semana, de distracciones, de pereza, de ocio, de ver el lado más distendido de la vida, os traigo una selección de letreros que he ido atesorando de otras redes sociales.
Son letreros que tienen que ver con el lenguaje. A mí me han parecido muy ingeniosos. Yo creo que merece la pena compartirlos.
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HUMOR LITERARIO,
la literatura y el humor
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