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viernes, 5 de diciembre de 2025

Una rebelde

 


Una rebelde desde que llegó a casa. Con la ilusión que la elegimos, con las esperanzas que teníamos en ella cuando la trajeron... Pero estaban instalándola, se enfurruñó y ¡zas! un cortocircuito que tuvieron que dejar a medias todo un largo fin de semana, para traerle otro corazón. ¿¡Cuántas veces no habré pensado que ahí deberíamos habernos echado atrás!? Pero claro. ¿Cómo no darle una oportunidad? Con la de buenas cualidades que se supone traía... ¡Y el dineral que nos había costado! 

Tras días de zozobra, traen la placa nosequé y, venga, vale, somos unos blandos, nos la quedamos. Menudo calvario. Al final, toda su lustro de vida ¡una incorregible! Desde el primer día con su seguro, porque viendo el percal, no te puedes fiar. Y la de veces que les hemos llamado porque nos monta el numerito... "¿Pero qué más quieres, corazón? -le digo en voz bajita poniéndome a su lado.- Te trajimos a una casa decente, limpita, sin apenas ruidos. Con infinito mimo y a menudo te abrimos la válvula para que te entre agüita, llevas todos los chequeos habidos y por haber... ¡¿Que queja tienes?!

Pues nada esta semana volvió a ponerse picajosa y otra vez nos la lio y bien liada. Me levanto y ahí estaba escupiendo agua como si no hubiera un mañana. La casa helada, no mantenía nada dentro... ¡Que solo tienes cinco años! Pero ¡hala! llama otra vez al seguro, casi por favor pidiendo un técnico ¡al que estás pagando todo el santo año! porque claro no hace tanto que vinieron y que no puede ser... ¿Que no, qué? Y cuando al fin viene uno y la mira, y la remira, la limpia, le da el agüita y ¡ya se iba diciendo que no le pasaba nada! Me muero. Pero ¡ay señor, gracias! Porque bendita presión que sube y sube y sube.. ¿Y esto? Vuelve a destaparla, saca el móvil, le pone la linterna bien, bien dentro, y ¡por fin! el mal dio la cara. Al técnico se le iban los ojos de las órbitas. ¡Que en sus 20 años de profesión nunca había visto una avería semejante! ¡Que era raro, raro, rarísimo! ¡Que, vamos, ahora mismo lo ponía en su grupo de guasap para comentarlo a los compis, que era inaudito! Que porque lo había visto si no ni se lo cree. ¡Que suerte, señora, qué suerte!

Criaturita... que no era rebelde que estaba enferma y no daban con su mal... ¡Que nos ha hecho famosos, cari! Que nuestra caldera es única. ¡Que salimos en los grupos de guasap de los técnicos de toda España! ¡Qué día más extraordinario! ¡Ayyyy mi calderita! Ahora ya madura ¿eh? ya toca. 

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