Hoy os quería hablar de la exposición que estuve viendo hace un par de semanas
en el Museo Reina Sofia de Madrid "Dalí: Todas las sugestiones poéticas y todas las posibilidades plásticas". Me gustó mucho, mucho.
La verdad es que fue un lujo porque tuve la suerte de formar parte de una visita privada guíada. Imaginaos lo que es ver la exposición sin nadie más, solo acompañada de mis compañeros de grupo. Una maravilla.
Además tuve la suerte de que nos tocara una guía bien buena, que era muy amena explicando, muy entretenida, muy interesante todo cuánto nos decía.
Tomando como punto de partida su método paranoico-crítico, la muestra es un recorrido por la trayectoria de Dalí.
La
muestra llega a Madrid procedente del Centro Pompidou de París. Y es
muy importante pues han conseguido reunir en un único lugar más de
doscientas obras de Dalí. Y algunas de ellas nunca se habían visto antes
en España.
He leído que entre ellas estarían Las bañistas, cedida por el Museo de Saint Petersburg (Florida, EEUU); La persistencia de la memoria, del MoMA, o Alucinación: seis imágenes de Lenin sobre un piano, del Centro Pompidou de París, donde la muestra pudo verse con importantes cambios.
Estas doscientas obras son pinturas,
esculturas, dibujos... y se presentan organizadas en once secciones y
siguiendo un cierto orden cronológico, esta exposición propone repensar
el lugar que ocupa Salvador Dalí en la historia del arte del siglo XX,
planteando que la importancia de su figura y de su legado va más allá de
su papel en el movimiento surrealista.
Como os decía es cronológica, por ello la exposición comienza con obras primerizas
sobre su familia o los paisajes de Cadaqués donde vivía. La verdad es
que daba gusto cómo nos explicaba la guía la evolución del artista.
La obra La miel es más dulce que la sangre también
titula la parte que refleja su paso por la Residencia de Estudiantes de
Madrid, su relación con Federico García Lorca y Luis Buñuel, y su
inclinación por el cubismo, el fauvismo o el futurismo, con obras como Las bañistas, Un perro andaluz.
Después viene ya la parte en profundiza en el Surrealismo, con obras como El Gran Masturbador o La persistencia de la memoria (qué pequeño es ese cuadro, llama la atención…).
La
guía nos hacía ver las diferentes lecturas que tiene un cuadro, era
increíble porque tú no te fijas y según ella iba apuntando aquí o allá
señalándolo la misma imagen parecía otra, y luego otra, y otra… Y te
dabas cuenta del genio del artista. Sus obsesiones: la muerte, la
inmortalidad, el paso del tiempo, el sexo.
Aunque
supongo que muchos ya lo sabréis porque se ha dicho muchas veces, Dalí
tuvo un hermano antes que él que murió a quiénes sus padres ya habían
llamado Salvador. Cuando nació nuestro pintor le volvieron a poner el
mismo nombre, y parece que lo comparaban continuamente. Éste hecho marcó
bastante al genio. Por otra parte existía su pánico al sexo, por lo que
también sufrirá impotencia. De ahí la proliferación de formas flácidas y
muletas y su tendencia a la exageración.
Nos hablaba del simbolismo de muchos detalles: las hormigas simbolizan la muerte. El
saltamontes, animal que le aterra desde la infancia. Los anzuelos como
atadura a su familia. La cabeza de un león como deseo sexual. Por
ejemplo lo vemos casi todo En el Gran Masturbador. Vemos la figura de
una mujer que aproxima su rostro a unos genitales, representa la
masturbación como la forma más pura de relación sexual. Gala aparece
representada en la pareja del fondo del cuadro que se abrazan. La figura
aislada es la soledad y las pestañas largas simbolizan la esperanza de
cumplir sus sueños. En otro cuadro por ejemplo podemos ver a la mujer como un insecto, la mantis religiosa, conocida por engullir al macho tras la cópula. Y la carretilla
puede reflejar la sumisión sexual.
Con las secciones dedicadas al Surrealismo después de 1938, América, La vida secreta de Salvador Dalí o El enigma estético finaliza la exposición.
Desde el 27 de abril hasta el 2 de septiembre.