Aunque una de mis pasiones es viajar, y lo hago todo lo que puedo, no cambiaría mi ciudad por ninguna del mundo.
Madrid tiene mil y un lugares por descubrir, no se termina nunca de conocer. Es un lujo poder perderse por sus calles y encontrar siempre algún rincón, alguna plaza o casa que atesorar en la memoria. Tiene además, una oferta cultural enorme y, lo que es mejor, con muchas actividades gratuitas con las que disfrutar. Siempre queda mucho por aprender de esta ciudad.
Este fin de semana, del 19 al 21 de octubre, el Ayuntamiento de Madrid ha llevado a cabo el programa "Madrid, otra mirada", la fiesta del Patrimonio, gracias al cual hemos podido hacer muchas visitas gratuitas por su patrimonio histórico y cultural. Es verdad que somos muchos los que vivimos en esta enorme ciudad y que hay que tener mucha suerte para conseguir entrada porque la mayoría de los aforos son limitados y muchísimos los que queremos asistir. Pero con atención y paciencia si no es en una actividad, será en otra y es tanta la oferta que aún hay donde elegir.
Yo he realizado cuatro visitas, a cual más interesante, que iré compartiendo con vosotros para que si no las habéis hecho, podáis disfrutarlas cuando tengais oportunidad.
La primera de ellas ha sido en mi barrio. Por donde mejor para empezar.
La Junta Municipal de Hortaleza está situada desde el año 1986 en el Palacete de Villa Rosa. Un edificio precioso y modernista que desde que se construyó en el año 1910 por Zacarias Homs ha pasado por muchos usos y dueños.
Lo primero que nos contó la guía es que este lugar, que estaba fuera de Madrid y a medio camino de los pueblos de Hortaleza y Canillas era de los Duques de Pastrana. Ambos pueblos, Hortaleza y Canillas, fueron anexionados a Madrid en el verano de 1949.
Después de ser de los Duques la propiedad se dividió y se convirtió en dos colegios.
La guía nos fue contando, no quiero extenderme tanto y seguro que me olvidaría de algunos datos, de la época en que se hizo en esta parte de Madrid el diseño de la Ciudad Lineal y por tanto nos habló de Arturo Soria. Toda esta parte de Madrid eran manzanas donde se iban construyendo palacetes a las afueras.
En concreto en lo que se refiere al edificio en cuestión, cuando ya era del Ayuntamiento, éste le concedió a Zacarias Homs la licencia para que construyera en esta manzana (la 82) un palacete de unos 210 metros, más unos 70 de jardines. Por ello la calle de detrás lleva su nombre. Comenzó a llamarse a este edificio Palacete de Zacarias Homs, Villa de Homs o de Zacarías Homs.
A la muerte de su mujer, en el año 1919, se pasó a llamar como ella, Villa Eloisa, pues se llamaba Eloisa Durán.
Entre 1925 y 1931 fue adquirido por José Tolosa, empresario de ópera y director, y su esposa Rosa de la Vila. De ahí vendrá el nombre de Palacete de Villa Rosa.
Durante la guerra civil, fue el cuartel general del partido comunista. Al terminar la guerra se abandonó.
A principios de los años 40, Tomás Pajares, propietario del tablao Villa
Rosa de la Plaza de Santa Ana, adquirió el palacete y lo convirtió en
el Parque Jardín Villa Rosa, que durante el franquismo tuvo fama de ser
uno de los más importantes cabaret de Madrid. La piscina donde tocaba la orquesta estaba donde ahora se ve en la foto:
En el año 1986 fue rehabilitado, yo todavía me acuerdo de cuando estaba abandonado, y pasó a ser la sede la Junta Municipal del distrito de Hortaleza. En el año 1989 fue ampliado.
Es un edificio precioso, con una escalera que se conserva con su vidriera modernista realizada por un pintor vidriero oficial de la Casa Real de Alfonso XII, e inspirada en el
cuadro La mariposa de 1867, del pintor catalán Mariano Fortuny
(1838-1864).
Aún podemos admirar algunos detalles del palacio original que nos fueron enseñando y que aparecen en las fotografías. El despacho de arriba, lo que era el atico donde estaba el salón de baile, es el más importante de las instalaciones actuales, el destinado al concejal o concejala, tiene unas preciosas vidrieras y desde él se sale a la terraza con unas vistas preciosas del otro lado del edificio, de lo que era la entrada principal y los jardines.
No hice demasiadas fotos de los despachos porque no quería que saliera ningún dato de los funcionarios que los ocupan actualmente. Es también reseñable el salón de Plenos que estaba decorado con flores porque al día siguiente había boda.
Una visita muy interesante pues en este edificio se recoge mucho de la historia de nuestra ciudad.
Además de que forma parte de mi propia historia. Siempre recuerdo que cuando bajábamos en el 73 "a la vía", como decía mi madre, para ir al médico a Vicente Muzas, pasábamos delante del muro del Villa Rosa, y por encima de éste y al fondo, se podía ver este edificio entonces abandonado y ruinoso pero siempre muy sugerente, sobre el que tantas historias se contaban.
Es una suerte que todavía, despues de tantos años y tantos avatares históricos, siga en pie y podamos admirarlo.