Cuando vuelvas a La Palma pregunta por mí.
Todavía ando correteando por allí,
cazando faros.
Me fui aquel junio del año que volvimos a viajar.
Guardé en una pequeña maleta el papel que decía que ya estaba vacunada, un montoncito de mascarillas y un par de botes de gel. Claro, también me llevé algún que otro biquini, unas cómodas sandalias y las ganas intactas de conocer el mundo.
La Palma no quería dejarme marchar, así que una parte de mí, la más despistada, todavía visita volcanes y pasea senderos verdes.
Todavía despierta cada mañana en aquella casita que miraba al mar. Todavía está en aquel jardín precioso cuajado de enormes cactus, untando unos tímidos rayos de sol por encima de las tostadas cuando desayuna.
Me pregunto cuando podré volver a por ese pedazo de mí que se quedó en aquella isla de contrastes y viento.
Esa que también soy yo, todavía no ha dejado de visitar aquella tierra oscura, ahora volcánica, después húmeda y frondosa. Todavía no ha dejado de buscar dragos y faros, todavía no ha encontrado el lugar más alto de la Isla Bonita.
Me pregunto cuando podré volver a por ese pedazo de mí que se me despistó el junio del año que volvimos a viajar.
Quién sabe.
Pero volveré.
¡Volveremos amiga!, Que aún se quedaron sitios para visitar. 😘😘
ResponderEliminarSííí. Claro que sí. Cualquier día. Un besazo
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