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domingo, 23 de mayo de 2021

Prohibido cantar


 

-Si no has llamado a un timbre de una casa cualquiera y has salido corriendo para que no te pillaran cuando abrieran, si no te bañaste nada más comer sin hacer caso a las horas de la digestión cuando tus padres dormían la siesta, si no te ha dado un ataque de risa en misa, si no has hecho alguna vez algo que prohibían, no sabes de ese pinchazo de excitación que te nace en la tripa y te va trepando por dentro haciéndote cosquillas en cada órgano invisible de tu cuerpo.

-Me estás hablando de cosas que se hacen cuando se tienen ocho años, once años, catorce... Por favor te lo pido, no lo hagas.

-¿Pero no lo ves? ¿No ves que de vez en cuando hay que saltarse alguna norma que no vaya en contra de la salud, ni del otro? ¿No ves que estamos vivos?

-Por favor, no me hagas repetírtelo, no lo hagas, nos volverán a llamar la atención, nos volverán a invitar a que nos vayamos, nos prohibirán de nuevo que volvamos.

-¿Y?

-Por favor...

-Yo aún tengo, ¿cómo has dicho? aún tengo ocho, once, catorce años. Los que sean.

-Tienes canas, tienes arrugas, tienes prebiscia... ¿sigo?

-¿Y qué importa? Tengo ocho, once, catorce años, pero en un cuerpo ¿cómo diríamos? ¿Un cuerpo gastadillo?

-Muy bien, sigo: tienes la tensión alta, tienes colesterol, tienes osteoporosis, tienes la próstata... ¡Tienes un montón de años ya!

-¡Lo que tengo es un corazón latiendo! 
 
 
 
-Tenías que hacerlo ¿verdad? No podías dejarlo correr. No, tú como siempre tenías que montar el numerito... ¿Y tenía que ser encima de la mesa? ¿Y tenías que hacer música con la botella y los cubiertos? ¿Tenías que jalear a todo el restaurante para que se pusieran en pie y te hicieran los coros? ¡Que tú no eres ni Sinatra, ni Fred Astaire, Paco! Que un día te encierran, no sé si en el calabozo o en el psiquiátrico, pero te encierran fijo. Y mira si te te tienen que encerrar que lo hagan, pero estas verguenzas Paco, estas verguenzas yo ya no sé si estoy dispuesta a pasar más contigo. ¡Que son 50 años soportando estos numeritos!

-Pero amor de mi vida ¡¿A quién se le puede ocurrir prohibir cantar? ¿Y nos vamos a dejar que nos sigan prohibiendo sandeces? Despues de toda una vida ¿Nos vamos a dejar? Mi vida entiéndelo: Prohibirte cantar es como, cómo te diría yo, ¡como prohibirte respirar! ¿O no?


2 comentarios:

  1. Jajaja lo de la risa en misa me hizo recordar que, siendo monaguillo, nos echaron en plena misa por un ataque que nos dio. Después ya vi las cosas más claras y dejé de creer y más sabiendo lo ladrón y sinvergüenza que era el párroco (más conocido por Pajarraco)

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    1. ¡Cuánto tiempo Jaime! muchas gracias por volver a asomarte por aquí. Y demás dejándome tu comentario. Me alegro de que te haya llevado a algún sitio mi texto. Un beso y muchas gracias de nuevo

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