En la entrada anterior hablábamos de una zapatería portuguesa que se llamaba "pedantes". Y cómo una cosa lleva a la otra hoy quería hablar de la palabra "pedante". Sobre todo porque quería dejar constancia de otra acepción de la palabra.
Bueno pero empecemos por la definición de la palabra según el diccionario de la RAE:
Del it. pedante.
1. adj. Dicho de una persona: Engreída y que hace inoportuno y vano alarde de erudición, téngala o no en realidad. U. t. c. s.
2. adj. Dicho de una cosa: Propia de un pedante.
3. m. desus. Maestro que enseñaba a los niños la gramática yendo a las casas.
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Todos más o menos sabemos lo que es un pedante, cómo dice la definición, un engreído.
He leído que de la palabra "paiz, paidoz", del griego, proviene la palabra italiana pedante, según Covarrubias. Y nos dice Joan Corominas en su diccionario etimológico que «pedante» es sustantivo
con uso registrado en castellano desde 1535. Al castellano llega a
través del italiano pedante, 'maestro de escuela'. Porque pedante es deformación producida en Italia con el cultismo pedagógico, por identificación popular jocosa con la voz vulgar italiana preexistente pedante, 'soldado de a pie', 'peatón', aludiendo al hecho de que el acompañante de niños es peatón constante.
Y así lo mantuvo también el Diccionario de Autoridades ya con la acepción del maestro...
Yo quería que nos detuviéramos en eso mismo. En que antiguamente se usaba la palabra "pedante" para denominar a los profesores que iban por las casas ( a pie) enseñando a los niños latín, griego y otras sabidurías importantes para hacerse unos caballeros de provecho.
Por lo que he leído parece ser que estos maestros estaban muy bien preparados, porque tenían que pasar varias pruebas selectivas para que los admitieran. Había pocas casas que se lo pudieran permitir y muchos maestros. Entonces tenían que convecer con su "sapiencia", fuera como fuera, a los padres de los niños para que los eligieran a ellos y a otros no, de ahí que se entregaran a toda clase de discursos y florituras en el alarde de sus conocimientos, tanto que llegaran a parecer unos resabiados.
Y de ahí que se terminara utilizando este término de pedante para las personas engreídas.
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