Hoy, esta noche, hace 75 años que mataron a Lorca en el barranco de Viznar. 
Quería dejaros con un texto  que ya os había copiado en este blog, cuando os conté que estuvimos haciéndole un homenaje mis compañeros de la tertulia Rascamán y yo en el mes de junio. Tenéis reseña de ese viaje y en concreto de ese acto ya en varias entradas de finales del mes de junio y principios de julio, podéis consultarlas si os apetece recordarlo.
Pero permitidme que me repita solo un poco porque creo que merece mucho la pena tanto recordar a este poeta y dramaturgo que para nuestra cultura fue tan importante y desgraciadamente murió de forma tan absurda, como hacerlo con las palabras de Jesús Marchamalo que a mí me parecen tan emocionantes.
Este fue el texto, el retrato de Lorca, con el que yo intervine en dicho acto de homenaje.
"Qué miedo debió de pasar  Federico la noche que lo mataron, decía Alberti con la resignación de  lo inevitable. Él que ni siquiera se atrevía a cruzar la Gran Vía si no  era del brazo de alguien. Siempre tuvo, Federico un temor reverencial,  supersticioso, a la muerte. Temía morir ahogado, atropellado, despeñado,  apuñalado, desangrado, enfermo y desahuciado. Temía la fuerte fatal e  irreversible, la putrefacción y la nada. De ahí que intentara conjurarla  con la macabra ceremonia de representar su propio velatorio. Se tumbaba  en la cama con su mejor traje: los ojos cerrados, las manos de dedos  largos, blancas como las de un médico, sobre el pecho, y describiía con  todo lujo de detalles el atáud; el entierro, a hombros de sus allegados,  por las calles llenas de baches de Granada; las lágrimas de sus deudos;  el luto de sus compañeros: vecinos, admiradores; la congoja de los  curiosos... Hay un cuadro de su amigo Dalí, Natura Morta, que representa  a Lorca posando como un cadáver, y unas fotos de una de esas sesiones  mortuorias que le hizo la hermana del pintor, Anna María, y que nunca  quiso hacer públicas tras la muerte, la muerte verdadera del poeta.
Después se  levantaba de repente, como un aparecido y se reía a carcajadas, los  dientes blanquísimos, los ojos tristísimos velados de lo que sus amigos  llamaban "intermitencias lánguidas". Esos momentos en que se ausentaba,  se quedaba sin habla y sin música: la mirada vidriosa, perdida y triste.
La otra cara del  poeta era la de los recitales, las canciones al piano. Nadie ni siquiera  sus enemigos declarados, era inmune a su embrujo sentado al teclado,  con un mechón de pelo caído sobre la frente despejada. Entonces no hacía  ni frío ni calor, hacía solamente Federico. El de La Barraca y las  Misiones pedagógicas, el amigo de Neruda, Buñuel y Prados, el Federico  del viaje a NUeva York y a La Habana, el autor de éxito que saludaba  desde la corbata de los escenarios de medio mundo, recogiendo aplausos y  ramos de flores. Dibujó mucho, y pintó a la acuarela, nunca al óleo  porque temía mancharse y que su madre, mamá, le regañara.
La tarde del 12 de  julio de 1936 dejó en las oficinas de Cruz y Raya, la editorial que  dirigía su amigo Bergamín, el manuscrito de Poeta en Nueva York, y una  nota: "Querido Pepe, he estado a verte y creo que volveré mañana". Nunca  lo hizo, la noche del 13 de julio estaba invitado a una cenaa la que no  acudió. El resto de los comensales, entre los que se encontraba Luis  Cernuda, estuvieron esperándole hasta que alguien llamó anunciando que  acababa de dejarle en el tren, camino de Granada. Un mes más tarde, el  16 de agosto fue detenido. Después, no se sabe si la madrugada del día  18 o 19, fue conducido a un lugar en los alrededores de Víznar y, junto a  un maestro de escuela y dos banderilleros, fusilado, sin ataúd, ni  cortejo fúnebre, ni las manos sobre el pecho. Nunca se han conocido las  circunstancias, ni qué miedos le asaltaron. Tenía treinta y ocho años, y  la mirada triste."
Jesús Marchamalo
39 escritores y medio
Editorial Siruela
Me alegro Rocio que pongas ese fragmento de Marchamalo es precioso y me da mucha pena que las personas seamos tan intolerantes, solo por tener ideas diferentes o por no sentir las mismas cosas, así por eso un hombre joven dejo de existir, con el beneficio que hubiera sido el haberle tenido, en fin cosas que suceden antes y ahora.
ResponderEliminarDe todas las maneras podemos disfrutar de lo que dejo escrito y a mi particularmente me emociona