Ayer hizo años de la muerte del poeta Ángel Gonzalez.
Como yo ya había preparado una entrada sobre el que libro que había terminado no os quise decir nada.
Pero es uno de mis poetas preferidos, y no quiero dejar pasar la ocasión de recordarle.
Aquí os dejo con uno de sus poemas. El que dedicó a Juan Ramón Jiménez, que yo le escuché en una lectura que hizo en la Residencia de Estudiantes. Ya sabéis que siempre se ha dicho que Juan Ramón Jiménez corregía y corregía y volvía a corregir sus escritos, y no paraba hasta que ya les ponía las iniciales MPS (Meditado para Siempre), creo que ésto ya os lo he contado en otra entrada.
Va por el Maestro.
J.R.J.
Debajo del poema
-laborioso mecánico-,
apretaba las tuercas a un epíteto.
Luego engrasó un adverbio,
dejó la rima a punto,
afinó el ritmo
y pintó de amarillo el artefacto.
Al fin lo puso en marcha, y funcionaba.
-No lo toques ya más,
se dijo.
Pero
no pudo remediarlo:
volvió a empezar,
rompió los octosílabos,
los juntó todos,
cambio por sinestesias las metáforas,
aceleró...
mas nada sucedía.
Soltó un tropo,
dejó todas las piezas
en una lata malva,
y se marchó,
cansado de su nombre.
Ángel González
Gracias Rocío, preciosa entrada.
ResponderEliminarUn beso
Ángel de cuatro alas
ResponderEliminar-Ángel de pico y pala-
Dos para escribir,
Dos para volar,
Ángel González,ángel.
Glez. es un poeta de la adversidad, gran descriptor del paisaje humano, exhibidor de una intimidad desgarrada que afronta con humor y humildad. Su último libro: un testamento para poetas.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasaros por aquí, y dejar vuestros comentarios. Claro que sí, a Ángel González hay que volver siempre. Un saludo, Rocío
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