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jueves, 2 de diciembre de 2010

Origen de la palabra Tiovivo



Este fin de semana he ido a montar a los caballitos. Por supuesto que yo no he montado (aunque os confieso que ganas me daban...) pero iba con dos señoritas que no me llegan al ombligo que, qué suerte, aún pueden hacerlo sin levantar sospechas. Sobre todo la más pequeña (porque las dos lo son) era loca por gritar: "tiovivo, tiovivo..." en cuánto alguno se ponía ante sus ojazos azules y parecía que se le pegaban los pies al suelo como si no fueran a despegarse jamás si no acabábamos por encaramarnos a alguno de esos caballitos que subían y bajaban... Y claro una vez arriba te sonreía de una forma que cómo la ibas a bajar... Menos mal que la menos pequeña decía: "Ahora otra vez a ver el Belen grande a ver qué descubrimos..." si no todavía estaríamos allí subidas, dando vueltas y más vueltas.

¿Por qué se les llamará tiovivo? fue lo primero que yo me pregunté en cuánto mi edad mental volvió a alcanzar a la cronológica.

Y claro no he podido por menos que buscarlo. Y parece ser que hay una única explicación bastante curiosa en la que coinciden todas las fuentes que he consultado y que os copio...


TIOVIVO

Sofía Tartilán relata en su libro Costumbres populares. Cuadros de color (Madrid, 1880):

El 17 de julio de 1834 fue en Madrid un día de luto y de desolación. Más de ciento cincuenta personas habían fallecido del cólera en la noche anterior. Una de las víctimas fue el infortunado Esteban Fernández, que tenía que ganarse la vida (con un aparato giratorio de los llamados “caballitos”) en lo que hoy se llama paseo de las Delicias, sito detrás del Hospital General.

Muerto el buen Esteban, su familia sólo pensó en sacar de la casa el cadáver. Cuatro amigos cargados con las andas —entonces las cajas mortuorias eran un objeto de lujo vedado a los pobres— se encaminaron al cementerio. Silenciosos y taciturnos marchaban en fúnebre cortejo los que llevaban en hombros al muerto y los pocos amigos que le acompañaban en su último paseo, cuando al llegar al sitio próximamente en que estuvo el circo, el que creían cadáver, incorporándose bruscamente dentro de las andas y arrojando lejos de sí el paño negro que le cubría, empezó a gritar:

-¡Estoy vivo! ¡Estoy vivo!

El terror que inspiró en el fúnebre cortejo estuvo a punto de serle fatal. Los que llevaban las andas las arrojaron al suelo, apretando a correr a campo a través, como si el muerto les pisara los talones…

La convalecencia fue larga; mas su fortuna estaba hecha. Desde aquel día, el tío Esteban desapareció para dar paso al Tío Vivo; y cuando el cólera hubo calmado su furor y volvió a pensarse en diversiones, al reaparecer en el paseo de las Delicias el aparato de los caballitos y las barquitas de madera, los habituales parroquianos del tío Esteban le saludaron con su nuevo nombre: le llamaron el Tío Vivo y el Tío Vivo se hizo célebre, se hizo popular, fue conocido en todos los rincones de la Corte; se le buscó, se le admiró como a una cosa sobrenatural, y hasta hubo quien le pidió noticias del otro mundo. Todo esto empezó a disgustar al buen hombre; pero al fin se acostumbró a su confirmación, tanto más cuanto que le era lucrativo, y olvidando él mismo su verdadero nombre de pila, se oyó llamar con complacencia Tío Vivo, legando este nombre a sus hijos y descendientes. Desde entonces el aparato de diversión llamado los caballitos tomó el nombre de los caballitos del Tío Vivo. Andando el tiempo se le llamó solamente el Tío Vivo. Hasta que se generalizó la denominación y la Real Academia incluyó en su Diccionario la palabra “tiovivo”: “Aparato giratorio con asientos de varias for¬mas dispuestos en círculo, que sirve de recreo en las ferias y fiestas populares.”


5 comentarios:

  1. Cuando el domingo pasado Laura y Marina demostraron su gran apego a este aparato giratorio llamado tiovivo y sobre todo en el preciso instante en que Laura quiso saber por qué ese aparato se llamaba "tiovivo", yo supe que más tarde o más temprano me iba a encontrar con una respuesta en este blog.
    ¡Muy bien, Rocío! Ahora ya podremos explicarles a Laura y a Marina el origen de esta peculiar palabra.
    ¡Qué suerte tienen de que su tía tenga este cariño tan especial a las palabras: no veas la de historias que vas a poder contarles sobre cualquiera de ellas que les llame la atención!.
    Un beso.
    Paloma

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  2. Curioso. Gracias Rocío por desvelarnos el origen de esta palabra.
    ¡Hay que ver cómo nos gustan estas cosas de saber de dónde vienen las palabras!

    Un beso Ro

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  3. Muchas gracias a los dos. Tiene una explicación muy curiosa ¿verdad? De esas que ya no se olvida. Gracias por vuestros comentarios, por vuestra presencia siempre invisible y a veces, como ésta, más visible. Beeeesos

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  4. Interesante historia de tan preciado aparato por los niños (y grandes) y que yo disfrute mucho cuando niño y hoy gracias al Internet y claro a personas como tu rocío es que uno aprende curiosidades como esta.
    Gracias de verdad.
    Sergio Silva . Cubano en otro país

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  5. Muchas gracias por tu comentario, me alegro de que te haya gustado. Estas cosas a mí me parecen muy interesantes es verdad. Un saludo, Rocío

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