Nunca había leído una novela de Maruja Torres. Artículos sí, muchos, y siempre me han dejado un buen sabor de boca. Por eso tenía ganas de leer alguna de sus novelas, sin embargo no sé por qué siempre que he tropezado con alguna de ellas, no he llegado a sentir que me pedía con su voz crujiente de página: “léeme, léeme” así que por unas u otras razones no había llegado a hacerlo.
Hasta “Un calor tan cercano”, que me la recomendaron unos amigos, me la recomendaron y además me la prestaron. Y aunque la lista de libros que aún tengo por leer es larga, con tantas facilidades ¿Cómo iba a negarme?
Cómo me alegro de haberlo hecho. Porque desde que comencé a leerla, ha sido hacerlo de un tirón. Es corta, doscientas y pico hojas, pero te vas sumergiendo en la historia sin darte cuenta y ya no la puedes abandonar, salvo para lo urgente.
“Un calor tan cercano” cuenta la historia de Manuela, una escritora de novelas policíacas, que, tras recibir la noticia de la muerte de su madre, y otra llamada, se embarca en un viaje hacia el pasado, hacia su infancia en la Barcelona de los años cincuenta, un período de su vida marcado por la asfixiante relación con su madre y su tía Amalia, y el refugio que encuentra en su tío Ismael y su prima Irene. Ese sería el principio del argumento.
La novela comienza así: "Anoche recibí dos llamadas. Una, de Barcelona. La otra, de Aix-en-Provence. Así es como la vida te agarra por los pelos."
¿No os gusta? A mí me gustó mucho porque tienes la intriga de dos llamadas desde la primera línea, tienes el lugar Barcelona, y tienes una forma de vivirlo y sobre todo de contarlo que te sacude: "la vida te agarra por los pelos".
La novela comienza así: "Anoche recibí dos llamadas. Una, de Barcelona. La otra, de Aix-en-Provence. Así es como la vida te agarra por los pelos."
¿No os gusta? A mí me gustó mucho porque tienes la intriga de dos llamadas desde la primera línea, tienes el lugar Barcelona, y tienes una forma de vivirlo y sobre todo de contarlo que te sacude: "la vida te agarra por los pelos".
Aborda varios temas, la relación materno-filial, la España de postguerra, el paso de la infancia a la madurez, la pérdida de la inocencia, el amor, la compasión… Parece increíble que se puedan abordar tantos temas en una novela pequeña como es ésta, pero también es muy intensa y tienen cabida todos.
Reconozco que tiene varios puntos que ya de partida a mí me gustan siempre en una narración. Dos de ellos los descubrí nada más empezar la lectura, que son el tipo de narrador y dónde está ambientada. Y el tercero tiene que ver con uno de los temas que aborda. Pero mejor vamos por partes.
La novela está narrada en primera persona, me gustan las narraciones así, porque te permiten de un plumazo entrar en la historia. Es una narración muy sencilla, que transmite cercanía y va discurriendo plácida con la historia. Es lineal el paso del tiempo en la parte central de la novela, pero comienza en el presente del otoño de 1987, hace un flashback y va hacia atrás, a la infancia en 1954, donde se desarrolla, para volver al presente de nuevo 1987, en las páginas finales.
La novela está ambientada en Barcelona. No sé si será porque parte de mi infancia transcurrió en Cataluña, pero siento mucha afinidad por Barcelona y me gustan las novelas en las que la encuentro. Por supuesto esta Barcelona no es la mía, porque es la del postguerra, pero aún así.
Y en último lugar la novela, entre otros temas que ya he comentado más arriba como son la relación materno-filial, la pérdida de la inocencia, el amor, habla también de lo confusos de algunos sentimientos, de esa mezcla de cariño con rencor que nos dejan algunas relaciones que de alguna forma, por lo que sea, quedaron inconclusas. Me gusta cuando se aborda este tema.
Además es una novela en la que se intercalan con la acción algunas reflexiones. Me gusta cuando se van filtrando esas reflexiones. Os copio a continuación a modo de ejemplo uno de esos momentos que me gusta mucho en el libro:
"Hay un principio para cada episodio de la vida, como hay un final, pero nadie es capaz de reconocerlo cuando se presenta, quizá porque vivir consiste en perder a menudo, ganar de vez en cuando, pero casi nunca en saber. Amamos sin razones, y sin razones, también caemos en la indiferencia. Partimos, creyendo que la despedida ha sido consumada, para descubrir que el adiós, aún sigue ahí, lento y desgarrador, inexplicable. Con igual falta de pericia confundimos la nostalgia por un sentimiento con el sentimiento mismo, y arrastramos durante más tiempo del necesario a difuntos que piden a gritos que se les eche tierra encima. No creo que el conocimiento acerca de lo que uno siente mitigue el dolor o intensifique el goce. Más bien al contrario, porque aleja del que sufre la esperanza e introduce en la felicidad el germen de la duda. Pero algo te da: la posibilidad de renacer entre las ruinas." (Pág 233).
Además es una novela en la que se intercalan con la acción algunas reflexiones. Me gusta cuando se van filtrando esas reflexiones. Os copio a continuación a modo de ejemplo uno de esos momentos que me gusta mucho en el libro:
"Hay un principio para cada episodio de la vida, como hay un final, pero nadie es capaz de reconocerlo cuando se presenta, quizá porque vivir consiste en perder a menudo, ganar de vez en cuando, pero casi nunca en saber. Amamos sin razones, y sin razones, también caemos en la indiferencia. Partimos, creyendo que la despedida ha sido consumada, para descubrir que el adiós, aún sigue ahí, lento y desgarrador, inexplicable. Con igual falta de pericia confundimos la nostalgia por un sentimiento con el sentimiento mismo, y arrastramos durante más tiempo del necesario a difuntos que piden a gritos que se les eche tierra encima. No creo que el conocimiento acerca de lo que uno siente mitigue el dolor o intensifique el goce. Más bien al contrario, porque aleja del que sufre la esperanza e introduce en la felicidad el germen de la duda. Pero algo te da: la posibilidad de renacer entre las ruinas." (Pág 233).
No os he hablado de los personajes. Hay distintos y muy variados personajes en la novela: Manuela, su madre Mercedes, su tía Amelia, el tío Ismael, la prima Irene, el Conjunto Frenesí, los Nacionales, Doña Asun... Lo que hace la novela muy rica porque todos ellos están muy bien perfilados. Os dejo con la descripción donde se nos presenta al Conjunto Frenexí:
"La facilidad del tío para relacionarse con gente distinta a nosotros me fascinaba, y el Conjunto Frenesí me atraía, además, porque figuraba en la extensa lista de Cosas Prohibidas del Barrio a las que, por expreso mandato de Amelia y Mercedes, no me podía acercar: las putas, las pensiones donde éstas entraban y de donde salían sin parar... (...) Tanto el escritorio donde el médico extendía sus recetas como su instrumental dormían ahora debajo de las mantas -y con ellos todo rastro de dolor y sordidez- y el rey de las maracas en que se había convertido meneaba hombros y caderas con un delirio que justificaba el nombre con que había bautizado a su grupo. Ceñido de cintura para abajo por unos pantalones plateados que, a la altura de la pantorrilla, se abrían en una cascada de flecos, medio cubierto el torso por una blusa escarlata con escote en pico y mangas afaroladas, flanqueado por otros tres ... Morales meneaba su cuerpo regordete hasta alcanzar la apoteósis: plantado en medio de la habitación, alzaba los brazos, doblaba la cintura hacia atrás, y agitando furiosamente las maracas aullaba: ¡Maaaaaaambo!, un grito animal que atravesaba el balcósn y se despersaba en la calle como el confeti en la procesión del Corpus." (Págs 43 y 44).
"La facilidad del tío para relacionarse con gente distinta a nosotros me fascinaba, y el Conjunto Frenesí me atraía, además, porque figuraba en la extensa lista de Cosas Prohibidas del Barrio a las que, por expreso mandato de Amelia y Mercedes, no me podía acercar: las putas, las pensiones donde éstas entraban y de donde salían sin parar... (...) Tanto el escritorio donde el médico extendía sus recetas como su instrumental dormían ahora debajo de las mantas -y con ellos todo rastro de dolor y sordidez- y el rey de las maracas en que se había convertido meneaba hombros y caderas con un delirio que justificaba el nombre con que había bautizado a su grupo. Ceñido de cintura para abajo por unos pantalones plateados que, a la altura de la pantorrilla, se abrían en una cascada de flecos, medio cubierto el torso por una blusa escarlata con escote en pico y mangas afaroladas, flanqueado por otros tres ... Morales meneaba su cuerpo regordete hasta alcanzar la apoteósis: plantado en medio de la habitación, alzaba los brazos, doblaba la cintura hacia atrás, y agitando furiosamente las maracas aullaba: ¡Maaaaaaambo!, un grito animal que atravesaba el balcósn y se despersaba en la calle como el confeti en la procesión del Corpus." (Págs 43 y 44).
Pero ya me he extendido mucho, así que para terminar os dejo con un párrafo donde la misma autora habla de su novela, me gusta el término que utiliza para hacerlo, dice que no es autobiográfica sino deseobiográfica, que curioso ¿verdad?, pero bueno mejor os dejo con ella:
«Algunas novelas son como los remordimientos: se abren paso sin que la voluntad del autor pueda impedírselo. Un calor tan cercano, en principio, ni se iba a titular así ni iba a tratar de lo que trata. El tema de la infancia sólo aparecía en la medida en que justificaba el comportamiento adulto de la protagonista. Poco a poco, sin embargo, igual que, en mi ficción, Manuela se ve obligada a retroceder más de tres décadas para llegar a la etapa final de su viaje, para ponerse en paz, yo sentí que era ésta, y no otra, la novela que tenía que escribir para saldar, a mi vez, mis propias cuentas. Uno escribe, al menos yo lo hago, para dotar de sentido a lo que no lo tuvo, y para inventar lo que a la vida se le olvidó. Para ordenar el caos. Por eso Un calor tan cercano no es una novela autobiográfica, sino deseobiográfica, y sus personajes, que no existieron –algunos sí: pero sólo me ofrecieron un vago punto de partida, mezclándose y robándose las características que les recuerdo—, hoy me parecen más reales que aquellos a quienes realmente conocí.»
Maruja Torres es una escritora y periodista española, que a lo largo de su trayectoria se ha hecho acreedora a los premios Nadal (por su novela Espérame en el cielo, de reciente aparición) y anteriormente ya había ganado el Planeta, por su novela del año 2000, Mientras vivimos. Nacida en Barcelona, en la actualidad vive la mayor parte del tiempo en Beirut y se dedica a escribir artículos para el diario El País.
Bibliografía:
¡Oh es él! Viaje fantástico hacia Julio Iglesias (1986)
Ceguera de amor (1991)
Amor América: un viaje sentimental por América Latina (1993)
Como una gota (artículos, 1995)
La garrapata (cuento perteneciente al libro Barcelona, un día,1998)
Un calor tan cercano (1998)
Mujer en guerra. Más másters da la vida (Biográfico, 1999)
El velo y las lágrimas (cuento perteneciente a Mujeres al alba, 1999)
Mientras vivimos (2000) XLIX Premio Planeta
Hombres de lluvia (2004)
La amante en guerra (2007)
Esperadme en el cielo (2009)
¡Oh es él! Viaje fantástico hacia Julio Iglesias (1986)
Ceguera de amor (1991)
Amor América: un viaje sentimental por América Latina (1993)
Como una gota (artículos, 1995)
La garrapata (cuento perteneciente al libro Barcelona, un día,1998)
Un calor tan cercano (1998)
Mujer en guerra. Más másters da la vida (Biográfico, 1999)
El velo y las lágrimas (cuento perteneciente a Mujeres al alba, 1999)
Mientras vivimos (2000) XLIX Premio Planeta
Hombres de lluvia (2004)
La amante en guerra (2007)
Esperadme en el cielo (2009)
Premios:
Premio Víctor de la Serna de periodismo, concedido por la Asociación de la Prensa de Madrid (1986)
Premio Francisco Cerecedo (1990)
Premio de Literatura Extranjera, por Un calor tan cercano (1998)
XLIX Premio Planeta, por la novela Mientras vivimos (2000)
Premio Nadal, por la novela Esperadme en el cielo (2009)
Premio Víctor de la Serna de periodismo, concedido por la Asociación de la Prensa de Madrid (1986)
Premio Francisco Cerecedo (1990)
Premio de Literatura Extranjera, por Un calor tan cercano (1998)
XLIX Premio Planeta, por la novela Mientras vivimos (2000)
Premio Nadal, por la novela Esperadme en el cielo (2009)
Ala! ya me has dejado con ganas de leerla jajajajaja
ResponderEliminarPues si lo haces, espero que te guste... Me da miedo recomendar, porque ya se sabe que cada uno es un mundo, pero bueno es mi opinión, a mí me gustó. Y si uno no la lee, no tiene ni opinión ¿verdad? Muchas gracias por tu paso por aquí, por ese paso deshecho en comentarios que me has ido dejando. Muchas gracias. Un beso, Rocío
ResponderEliminar