El miércoles pasado estuve en una conferencia de Lorenzo Silva en la Biblioteca Nacional. Conferencia, que sobre todo para los que escribimos, resultó muy instructiva.
Confieso, también es verdad, que tengo una especie de "cariño literario" hacia este autor desde hace tiempo y por varias razones. Primero porque tuvo la deferencia de venir un día a nuestro taller de escritura creativa, hace ya un montón de años, a darnos una conferencia. Por entonces era menos famoso, aunque ya había ganado el Premio Nadal. Llegó y nos dió una conferencia perfectamente estructurada, densa, exhaustiva sobre el hecho de escribir. Y lo hizo todo el tiempo como si lo estuviera leyendo de algún lado, aunque luego descubrimos que solo tenía un pequeño papelito que doblaba y desdoblaba mientras hablaba del que no leía nada. Jo. Todo salía de su cabeza... Después mi cariño hacia él ha ido aumentado según le he ido leyendo, soy incondicional de sus novelas de los dos guardias civiles Bevilacqua y Chamorro, me gusta mucho esa mezcla de acción con reflexión que tiene en estas historias. Y después porque me gusta su forma de conferenciar, ordenada, sistemática, tranquila, interesante y culta.
El miércoles pasado en la Biblioteca Nacional no erámos tantos como en la conferencia de Millás de la semana anterior, pero sí que llenaríamos las siete u ocho primeras filas.
"El novelista como cazador" tituló la conferencia. El novelista como cazador de historias, como cazador de personajes.
Según Lorenzo Silva hay dos tipos de novelistas. 1º Los que construyen sus historias a partir de su mundo personal, en el que indagan y crean una mirada particular a partir de ese mundo: Los "Ensimismados". Y 2º Los que, como su mundo no es tan rico o con tanto material, escogen mirar fuera, mirar más allá de ellos mismos, donde pueden encontrar buenas historias o buenos personajes:"Los cazadores". Entre los que pertenecen a éste último grupo, se incluye él.
Entre sus referentes literarios, nos dijo también Lorenzo Silva, por tanto estarían autores como:
- Marcel Proust.- Durante años se dedicó a participar de la vida social parisina, yendo a todos los bailes y fiestas que había. Después se encerró en su casa a escribir. Y curiosamente ya no volvió a salir a ningún otro evento, pues todo lo que necesitaba ya lo había vivido.
- Kafka.- También sus biógrafos ponen de manifiesto todos los conflictos reales que tuvo, en su trabajo y en su vida, con todos esos burócratas que conoció como jurista. Todo eso luego lo trasladó a sus obras.
- Hammet y Chandler.- también estarían entre sus referentes. El primero fue investigador privado y el segundo siempre se considero extranjero en su propio país, pues su formación era británica, además después fue a la guerra y al final se hizo un rico más entre todos esos ricos que dieron lugar a la aparición de Hollywood. Pues bien, si uno bucea en sus biografías podemos ver también, lo importante que fue su experiencia personal, en ella cazaron sus historias y sus personajes.
- Ramón J. Sender.- Ya en la literatura española Silva señala a este autor como el que más instinto tuvo para buscar sus personajes en la sociedad española contemporanea. Aunque ahora apenas se le estudie, cuando estudiábamos BUP sí que era lectura obligatoria, él nos recomienda todos sus libros.
Lorenzo Silva cree que la realidad española es un enorme vivero donde se cuecen miles de historias. La lista de las novelas que ve a su alrededor y que él podría escribir, son tantas que ya no cree que tenga ni tiempo para escribirlas. Pensó eso cuando escribía sobre Marruecos y lo piensa ahora con la Sociedad Española.
"Lo más dificil de contar es lo evidente", nos dice también, y ésto por supuesto nos lleva a hablar también de la creación de los personajes. Dice Lorenzo Silva que trabajar con unos personajes como los guardias civiles, como ha sido su caso en varias novelas, personajes normalmente tan poco percibidos, pues todos apenas vemos la parafernalia exterior de su uniforme y poco más, es precisamente para el escritor la oportunidad de inventar unos personajes que sean interesantes para el lector.
El novelista busca un buen personaje que le permita inventar una buena historia que descoloque al lector, que le impacte, sobre todo debido a ese desconocimiento que tiene de él.
Eso también lo pensó cuando empezó a escribir literatura juvenil. Miró a su alrededor y vió muchos libros juveniles sobre magos, vampiros... pero poca gente estaba contando historias sobre adolescentes normales de barrios periféricos.
Y una narración debe tener interés además de por sus personajes por la forma de contarlo, debe ser contado de forma amena. Y no solo eso sino que además el escritor debe intentar que trascienda esa historia más allá de la peripecia concreta, que sirva para una reflexión.
Por ejemplo tenemos la historia actual de ese alcalde de un municipio alicantino que ha entrado en prisión presuntamente por organizar el asesinato de su antecesor del mismo partido. Para lo cual contrató a otros tres. Todo ello porque chocaba contra sus intereses de urbanizar. Bueno pues, la historia en sí tiene interés. Pero además ¿Cuántas más cosas de este país cuenta la simple historia de estos hechos, cuántas otras explica?
Finaliza Lorenzo Silva la conferencia diciéndonos que él echa de menos más autores que presten atención a estas historias actuales, cotidianas. pero que él por su parte seguirá con la escopeta, seguirá cazando.
El turno de preguntas también dió lugar a que se hablara de temas muy interesantes. Alguien le preguntó otra vez por el ámbito donde nacen sus personajes. Lorenzo Silva nos volvió a decir que el personaje interesante es el que encierra una paradoja, el que nos sorprende. Por ejemplo en el caso de sus guardias civiles, todo su trabajo está sometido a lo que diga un juez. Eso encierra una tensión, una paradoja bajo la que tienen que trabajar. Otra paradoja es que poca gente sabe que hubo muchos españoles en la SS, y estaban allí para paliar la traición que según ellos había hecho Franco a Hitler no queriendo entrar en la guerra. Eso es cierto. Luego ya, dice Lorenzo Silva, el juicio moral se lo dejo al lector.
¿Por qué escribes? le preguntó otra persona. Para Lorenzo Silva la literatura es un modo de conocimiento, cuestionable, no falsable, pero un conocimiento. Escribo también claro para que me quieran. Escribimos para conseguir que nos quieran un poco más. Yo, dijo, me siento mejor cuando escribo, es un disfrute personal para mejorar el conocimiento de las cosas. Y he aprendido mucho porque cuando escribo y construyo un personaje, me exigo intentar entenderlo, intento llegar a lo que siente.
Lorenzo Silva piensa que hay que hacer ese esfuerzo de conocer e intentar comprender las motivaciones. Por ejemplo, por qué la gente mata. Él ha reflexionado sobre ello, y eso le ha llevado a saber el peso del miedo. Mucha genta mata por miedo.
Una compañera nuestra de la tertulia, Ana, le pregunta si no se aburre de sus personajes. Silva, dice que claro es un riesgo. Le pasó a Conan Doyle con Sherlock Holmes. En mi caso, dijo, mis personajes suelen ser de un solo disparo, aparecen en una novela y ya está. Por otra parte mato a los que creo que debo matar, y a veces incluso ésto lo hago con dolor. He repetido personajes en dos ocasiones. En las novelas juveniles, que son dos libros, y repetí porque eran dos personajes y cada libro es de una chica. Y los abandoné cuando consideré que habían crecido y habían dejado de ser adolescentes.
Y luego también en el caso de los dos guardias civiles. Pero para evitar aburrirme tomo muchas precauciones. Por un lado escribo dejando pasar mucho tiempo, entre estas novelas hay una diferencia de quince años, entre cada una de las primeras ha dejado pasar tres años y ésta última que ya va a salir, ha dejado pasar cuatro años. Y siempre que recupero a estos personajes, han envejecido y el paso del tiempo en los libros en un buen aliado, porque el tiempo cambia a las personas y por tanto a los personajes. Por otra parte no tengo, dice Silva, ninguna prisa en contarlo. Aunque confiesa que le interesa cuando por ejemplo Bevilacqua llegue a los 50 años y tenga mucha experiencia y en cambio le digan que se tiene que ir ya a su casa. O cuando Chamorro ya tenga cuarenta y lleve 20 trabajo y se plantee que quiere una vida familiar más estable... En cada momento hay novedades. Estos personajes son versátiles y flexibles y por eso los puede seguir utilizando...
He comenzado diciendo que tengo debilidad por este autor. Y ahora que releo esta entrada tan larga que he escrito me convenzo aún más de mi primer juicio. A aquellos que me leen y han aguantado hasta el final, les pido perdón por la extensión. Pero no sé hacerlo más corto. Me falta concisión, como dice David que le falta a él, un compañero de la tertulia.
No sé acortar lo que nos contó Lorenzo Silva, porque todo me parece importante. Creo que sobre todo para los que escribimos su conferencia estuvo llena de ideas instructivas e interesantes.
Quería también pegar aquí el comentario que hizo también David, el compañero del que ya he hablado, de esa misma conferencia, para ofrecer dos opiniones. David Lerma, compañero y buen narrador:
"Respecto de la conferencia de ayer de Lorenzo Silva, me da la sensación de que no fue tan divertida como la de Millás, pero a cambio creo que resultó muy nutritiva. Lorenzo Silva tiene algo de empollón de la clase, pero sin llegar a parecer pedante. Fue verdaderamente asombroso el derroche que hizo de cultura y conocimientos literarios. Habló de Onetti, de Proust, de Kafka, de Chandler y Hammet, los maestros de la novela negra americana, y de Ramón J. Sender. Dan ganas de leer alguno de esos libros de Sender a los que se refirió Lorenzo Silva con tanta pasión, ¿verdad?. Lo que más me gustó de todo fue cuando habló de la inmensidad de novelas que veía a su alrededor, todos los días, en todas partes; de cuánto le gustaría escribirlas y de la triste certeza que tenía de que no podría escribirlas jamás por falta de tiempo. Ese comentario decía mucho de la realidad que nos rodea y aludía directamente a esa angustia que persigue a los que nos gustaría pasar las 24 horas del día leyendo, o escribiendo, o, al menos, pensando en lo que nos gustaría leer o escribir."
Y por último, quería aprovechar y ya finalizar esta entrada, recomendando los libros de Lorenzo Silva. Tiene varios, algunos llevados al cine como la Flaqueza del Bolchevique o El alquimista Impaciente. Pero sobre todo yo quiero recomendar los de sus guardias civiles, que a mí son los que más me gustan. "El lejano país de los estanques" Premio Ojo Crítico 1998, "El alquimista impaciente" Premio Nadal 2000, "La niebla y la doncella".
Pero ya de paso adjunto también su web: http://www.lorenzo-silva.com/ Para quién quiera conocerle mejor.
Confieso, también es verdad, que tengo una especie de "cariño literario" hacia este autor desde hace tiempo y por varias razones. Primero porque tuvo la deferencia de venir un día a nuestro taller de escritura creativa, hace ya un montón de años, a darnos una conferencia. Por entonces era menos famoso, aunque ya había ganado el Premio Nadal. Llegó y nos dió una conferencia perfectamente estructurada, densa, exhaustiva sobre el hecho de escribir. Y lo hizo todo el tiempo como si lo estuviera leyendo de algún lado, aunque luego descubrimos que solo tenía un pequeño papelito que doblaba y desdoblaba mientras hablaba del que no leía nada. Jo. Todo salía de su cabeza... Después mi cariño hacia él ha ido aumentado según le he ido leyendo, soy incondicional de sus novelas de los dos guardias civiles Bevilacqua y Chamorro, me gusta mucho esa mezcla de acción con reflexión que tiene en estas historias. Y después porque me gusta su forma de conferenciar, ordenada, sistemática, tranquila, interesante y culta.
El miércoles pasado en la Biblioteca Nacional no erámos tantos como en la conferencia de Millás de la semana anterior, pero sí que llenaríamos las siete u ocho primeras filas.
"El novelista como cazador" tituló la conferencia. El novelista como cazador de historias, como cazador de personajes.
Según Lorenzo Silva hay dos tipos de novelistas. 1º Los que construyen sus historias a partir de su mundo personal, en el que indagan y crean una mirada particular a partir de ese mundo: Los "Ensimismados". Y 2º Los que, como su mundo no es tan rico o con tanto material, escogen mirar fuera, mirar más allá de ellos mismos, donde pueden encontrar buenas historias o buenos personajes:"Los cazadores". Entre los que pertenecen a éste último grupo, se incluye él.
Entre sus referentes literarios, nos dijo también Lorenzo Silva, por tanto estarían autores como:
- Marcel Proust.- Durante años se dedicó a participar de la vida social parisina, yendo a todos los bailes y fiestas que había. Después se encerró en su casa a escribir. Y curiosamente ya no volvió a salir a ningún otro evento, pues todo lo que necesitaba ya lo había vivido.
- Kafka.- También sus biógrafos ponen de manifiesto todos los conflictos reales que tuvo, en su trabajo y en su vida, con todos esos burócratas que conoció como jurista. Todo eso luego lo trasladó a sus obras.
- Hammet y Chandler.- también estarían entre sus referentes. El primero fue investigador privado y el segundo siempre se considero extranjero en su propio país, pues su formación era británica, además después fue a la guerra y al final se hizo un rico más entre todos esos ricos que dieron lugar a la aparición de Hollywood. Pues bien, si uno bucea en sus biografías podemos ver también, lo importante que fue su experiencia personal, en ella cazaron sus historias y sus personajes.
- Ramón J. Sender.- Ya en la literatura española Silva señala a este autor como el que más instinto tuvo para buscar sus personajes en la sociedad española contemporanea. Aunque ahora apenas se le estudie, cuando estudiábamos BUP sí que era lectura obligatoria, él nos recomienda todos sus libros.
Lorenzo Silva cree que la realidad española es un enorme vivero donde se cuecen miles de historias. La lista de las novelas que ve a su alrededor y que él podría escribir, son tantas que ya no cree que tenga ni tiempo para escribirlas. Pensó eso cuando escribía sobre Marruecos y lo piensa ahora con la Sociedad Española.
"Lo más dificil de contar es lo evidente", nos dice también, y ésto por supuesto nos lleva a hablar también de la creación de los personajes. Dice Lorenzo Silva que trabajar con unos personajes como los guardias civiles, como ha sido su caso en varias novelas, personajes normalmente tan poco percibidos, pues todos apenas vemos la parafernalia exterior de su uniforme y poco más, es precisamente para el escritor la oportunidad de inventar unos personajes que sean interesantes para el lector.
El novelista busca un buen personaje que le permita inventar una buena historia que descoloque al lector, que le impacte, sobre todo debido a ese desconocimiento que tiene de él.
Eso también lo pensó cuando empezó a escribir literatura juvenil. Miró a su alrededor y vió muchos libros juveniles sobre magos, vampiros... pero poca gente estaba contando historias sobre adolescentes normales de barrios periféricos.
Y una narración debe tener interés además de por sus personajes por la forma de contarlo, debe ser contado de forma amena. Y no solo eso sino que además el escritor debe intentar que trascienda esa historia más allá de la peripecia concreta, que sirva para una reflexión.
Por ejemplo tenemos la historia actual de ese alcalde de un municipio alicantino que ha entrado en prisión presuntamente por organizar el asesinato de su antecesor del mismo partido. Para lo cual contrató a otros tres. Todo ello porque chocaba contra sus intereses de urbanizar. Bueno pues, la historia en sí tiene interés. Pero además ¿Cuántas más cosas de este país cuenta la simple historia de estos hechos, cuántas otras explica?
Finaliza Lorenzo Silva la conferencia diciéndonos que él echa de menos más autores que presten atención a estas historias actuales, cotidianas. pero que él por su parte seguirá con la escopeta, seguirá cazando.
El turno de preguntas también dió lugar a que se hablara de temas muy interesantes. Alguien le preguntó otra vez por el ámbito donde nacen sus personajes. Lorenzo Silva nos volvió a decir que el personaje interesante es el que encierra una paradoja, el que nos sorprende. Por ejemplo en el caso de sus guardias civiles, todo su trabajo está sometido a lo que diga un juez. Eso encierra una tensión, una paradoja bajo la que tienen que trabajar. Otra paradoja es que poca gente sabe que hubo muchos españoles en la SS, y estaban allí para paliar la traición que según ellos había hecho Franco a Hitler no queriendo entrar en la guerra. Eso es cierto. Luego ya, dice Lorenzo Silva, el juicio moral se lo dejo al lector.
¿Por qué escribes? le preguntó otra persona. Para Lorenzo Silva la literatura es un modo de conocimiento, cuestionable, no falsable, pero un conocimiento. Escribo también claro para que me quieran. Escribimos para conseguir que nos quieran un poco más. Yo, dijo, me siento mejor cuando escribo, es un disfrute personal para mejorar el conocimiento de las cosas. Y he aprendido mucho porque cuando escribo y construyo un personaje, me exigo intentar entenderlo, intento llegar a lo que siente.
Lorenzo Silva piensa que hay que hacer ese esfuerzo de conocer e intentar comprender las motivaciones. Por ejemplo, por qué la gente mata. Él ha reflexionado sobre ello, y eso le ha llevado a saber el peso del miedo. Mucha genta mata por miedo.
Una compañera nuestra de la tertulia, Ana, le pregunta si no se aburre de sus personajes. Silva, dice que claro es un riesgo. Le pasó a Conan Doyle con Sherlock Holmes. En mi caso, dijo, mis personajes suelen ser de un solo disparo, aparecen en una novela y ya está. Por otra parte mato a los que creo que debo matar, y a veces incluso ésto lo hago con dolor. He repetido personajes en dos ocasiones. En las novelas juveniles, que son dos libros, y repetí porque eran dos personajes y cada libro es de una chica. Y los abandoné cuando consideré que habían crecido y habían dejado de ser adolescentes.
Y luego también en el caso de los dos guardias civiles. Pero para evitar aburrirme tomo muchas precauciones. Por un lado escribo dejando pasar mucho tiempo, entre estas novelas hay una diferencia de quince años, entre cada una de las primeras ha dejado pasar tres años y ésta última que ya va a salir, ha dejado pasar cuatro años. Y siempre que recupero a estos personajes, han envejecido y el paso del tiempo en los libros en un buen aliado, porque el tiempo cambia a las personas y por tanto a los personajes. Por otra parte no tengo, dice Silva, ninguna prisa en contarlo. Aunque confiesa que le interesa cuando por ejemplo Bevilacqua llegue a los 50 años y tenga mucha experiencia y en cambio le digan que se tiene que ir ya a su casa. O cuando Chamorro ya tenga cuarenta y lleve 20 trabajo y se plantee que quiere una vida familiar más estable... En cada momento hay novedades. Estos personajes son versátiles y flexibles y por eso los puede seguir utilizando...
He comenzado diciendo que tengo debilidad por este autor. Y ahora que releo esta entrada tan larga que he escrito me convenzo aún más de mi primer juicio. A aquellos que me leen y han aguantado hasta el final, les pido perdón por la extensión. Pero no sé hacerlo más corto. Me falta concisión, como dice David que le falta a él, un compañero de la tertulia.
No sé acortar lo que nos contó Lorenzo Silva, porque todo me parece importante. Creo que sobre todo para los que escribimos su conferencia estuvo llena de ideas instructivas e interesantes.
Quería también pegar aquí el comentario que hizo también David, el compañero del que ya he hablado, de esa misma conferencia, para ofrecer dos opiniones. David Lerma, compañero y buen narrador:
"Respecto de la conferencia de ayer de Lorenzo Silva, me da la sensación de que no fue tan divertida como la de Millás, pero a cambio creo que resultó muy nutritiva. Lorenzo Silva tiene algo de empollón de la clase, pero sin llegar a parecer pedante. Fue verdaderamente asombroso el derroche que hizo de cultura y conocimientos literarios. Habló de Onetti, de Proust, de Kafka, de Chandler y Hammet, los maestros de la novela negra americana, y de Ramón J. Sender. Dan ganas de leer alguno de esos libros de Sender a los que se refirió Lorenzo Silva con tanta pasión, ¿verdad?. Lo que más me gustó de todo fue cuando habló de la inmensidad de novelas que veía a su alrededor, todos los días, en todas partes; de cuánto le gustaría escribirlas y de la triste certeza que tenía de que no podría escribirlas jamás por falta de tiempo. Ese comentario decía mucho de la realidad que nos rodea y aludía directamente a esa angustia que persigue a los que nos gustaría pasar las 24 horas del día leyendo, o escribiendo, o, al menos, pensando en lo que nos gustaría leer o escribir."
Y por último, quería aprovechar y ya finalizar esta entrada, recomendando los libros de Lorenzo Silva. Tiene varios, algunos llevados al cine como la Flaqueza del Bolchevique o El alquimista Impaciente. Pero sobre todo yo quiero recomendar los de sus guardias civiles, que a mí son los que más me gustan. "El lejano país de los estanques" Premio Ojo Crítico 1998, "El alquimista impaciente" Premio Nadal 2000, "La niebla y la doncella".
Pero ya de paso adjunto también su web: http://www.lorenzo-silva.com/ Para quién quiera conocerle mejor.
Qué honor para mí, Rocío, aparecer en esta entrada.
ResponderEliminarComo compartir aquella tarde, que tan fielmente describes en tu blog.
Queda para la eternidad.
Un beso.
David.
El honor es mío David, por poder compartir contigo ya tantas tardes de taller y de tertulia.
ResponderEliminarTu compañía es siempre serena e instructiva, transmites tranquilidad y reflexión, y a tu lado uno sabe que siempre va a encontrar algo inteligente que escuchar, ya sea cuando lees como cuando hablas. ¿Qué más se puede pedir?
Un beso,
Rocío