Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

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martes, 17 de octubre de 2023

"Museo arqueológico" de Corfú

 

 

Hubiéramos buscado el momento de visitarlo, porque era uno de los Museos imprescindibles de Corfú. El Museo Arqueológico, junto con el de Arte Asiático, venían indicados como los mejores en todos los folletos. Pero además, la DANA que habíamos esquivado al salir de España había corrido tras nosotros hasta Grecia, y aunque afortunadamente nos tocaba en la isla un poco de refilón, nos dejó dos días grises y lluviosos que nos chafaron los mil y un planes de islas y baños. 

Seguramente por eso adelantamos la visita, y aquella tarde recalamos en el Arqueológico nada más comer, bajo una lluvia impenitente que nos animaba a tomarnos el paseo entre "las piedras" con toda la relajación del mundo. Al fin y al cabo, como decía Gila, en Grecia ya estaba todo roto.

Había muy poco público y el Museo se presentó silencioso. Nada más entrar sonreímos, no era demasiado grande, era espacioso pero muy acogedor. Un refugio que con gusto pasearas despacio, cada uno a su ritmo, disfrutando perezosamente de las piezas. 

El frontón que representa a Medusa del templo de Artemisa, que anunciaban aquí y allá, nos esperaba al final de la segunda planta. Era imponente. Casi Majestuoso. Mereció la pena. Habría sido chulo haberlo visto colocado en su templo, ese hallado durante las guerras Napoleónicas. Aunque tampoco estaba nada más el lugar privilegiado que ocupaba en el Museo donde tenía toda una sala para él solo, para disfrutarlo entero. 

El resto de las piezas que se pueden ver aludían a distintos ámbitos de la historia de la ciudad de Corfú: los usos funerarios, la religión, la economía... Nos llamó la atención una vasija donde dentro se podían ver restos de un enterramiento infantil, también el rostro cincelado con cuidado de los personajes que nos habían enseñado los libros, mostrandonos su eterna expresión pensativa. 

Aquel fue el lugar elegido para esas fotos especiales, para las que lucen solas en una página de los álbumes. Allí queda el recuerdo del grupo que formábamos, de las conversaciones que tuvimos en voz baja, de las risas y momentos que vivimos. 

Pero esas cosas, como tantas, no se cuentan, quedan para uno. Para uno que, en su interior, se alegra de haberlas vivido.

 

Corfú. Museo Arqueológico. Septiembre 2023



















martes, 4 de abril de 2023

La Estación de metro de Chamberí de Madrid

 


A veces ocurren carambolas y, de pronto, ves fila en un lugar donde intentaste entrar otras veces. No es raro, en Madrid hay muuuuuuchas filas, pero es lunes y tú habías visto que solo se abría los fines de semana, así que, como eres carne de "visita guiada", preguntas si se puede entrar... Y te responden con otra pregunta: "¿Teneis entrada?" "Pues no". Y piensas "Nada que esta vez tampoco entramos". Sin embargo te contestan. "Esperad cinco minutos ahí". "¡Toma!". Y al cabo de los cinco minutos prometidos nos permiten entrar y unirnos a una visita guiada que no sabes ni de dónde vinieron pero ¡ay! qué oportunamente cayeron del cielo éstos un lunes. Total que os quedais tan contentos porque a veces ocurren carambolas. Y ¡habemus visita guiada! de la Estación de Metro de Chamberí.

La primera línea de metro de España fue la de Sol-Cuatro Caminos, la línea 1, y la inauguró el Rey Alfonso XIII en el año 1919. Entonces tenía solo 8 estaciónes, los trenes eran de cuatro vagones y no llegaba a cuatro kilómetros su recorrido.  Claro, en metro tardabas diez minutos en el mismo trayecto que en tranvía era casi media hora, con lo cual dió comienzo el principio del fin del tranvía. 

Pasados cuarenta años, en los años 60 había subido mucho la afluencia al metro. La línea 1 se quedaba pequeña, y ampliaron el número de estaciones. También se plantearon la reforma de las estaciones para que pudieran caber metros de seis vagones, en vez de cuatro. Pero, por otra parte la estación de Chamberí estaba muy cerca de las de sus lados, la de Iglesia y la de Bilbao. Y si se hacían más grandes, todavía más cerca iban a estar. Así que se decidió que no merecía la pena tanta inversión, cuando se hacía en un paseíto el recorrido. Y la pobre sacrificada fue la estación de Chamberí que se decidió clausurar. 

Era el mes de mayo de 1966 y así se quedó.

Visitarla ahora, pasado el tiempo, es volver al metro de los 60, volver a ver el diseño que hizo Antonio Palacios (el mismo que diseñó el edificio de Correos o Ayuntamiento de Madrid, el del Instituto Cervantes, o Círculo de Bellas Artes). Es contemplar esas estaciones recubiertas de azulejos blancos, y azulejos sevillanos alrededor de los grandes carteles publicitarios también de cerámica. Esos carteles grandes que se crearon en los años 20 y ahí continúan. El lucernario para que entrara la luz en el techo, las taquillas de entonces, los planos del metro en las paredes, las papeleras donde había que tirar los billetes usados, la manta del jefe de estación para cuando alguien se cayera a la vía...

Yo ya había estado, pero mis sobrinas no, aunque lo habíamos intentado varias veces. 

Qué bien sienta cuando la vida te tiene reservadas estas gratas sorpresas. 

 











viernes, 20 de septiembre de 2019

Museo del Vasa en Estocolmo



Tras 333 años bajo el mar se consiguió rescatar a aquel barco.
Era el año 1961.

El buque de vela, el Vasa, se hundió el primer día que salió a la mar.
Era el siglo XVII.
Era el 10 de agosto de 1628.
Era Estocolmo.

El Vasa es la nave del siglo XVII mejor conservada del mundo.
A su alrededor se construyó el Museo que lo guarda.
Y ahora lo podemos contemplar tal como era, porque un 98 por cientos de sus piezas son originales.

Si pasáis por Estocolmo, acordaos del Vasa.








#MuseoVasa
#Estocolmo






jueves, 29 de agosto de 2019

El Museo de las Brujas de Zugarramurdi y "El último akelarre" de Ibón Martín


"Las salas del museo lograron ponerle la piel de gallina. Lejos de encontrar una muestra folclórica y superficial como la que esperaba, el museo de las Brujas era un escalofriante relato de la persecución que la Inquisición desató en la comarca a comienzos del siglo diecisiete. La estampa más impactante era la recreación del auto de fe que acabó con la quema de once vecinos en la hoguera y decenas de condenados a las penas más diversas.

En una sala contigua, una proyección narraba los pasajes más turbadores del Compendium Maleficarum, el tratado de brujería y demonología escrito por un sacerdote italiano que tuve aterrorizada a media Europa. Incluso desde el escepticismo propio de las mentes del siglo veintiuno, Leire se estremeció al escuchar algunas de las prácticas atribuidas a los adoradores del diablo.
La sección más amable estaba dedicada a la mitología local. Extrañas criaturas espiaban a la escritora desde misteriosas cajas de luz. ..."

El último akelarre de Ibon Martín



A veces te parece que es verdad eso de que todo en esta vida está conectado. De que conocemos a alguien, que a su vez conoce a otro y éste a otro, y que finalmente después de seis o siete personas se llega a otro que también te conoce a ti, cerrándose el círculo.

A veces parece que nos pasamos la vida abriendo círculos que más adelante cerraremos. Porque la vida, al final, es cíclica. 

En el verano del 2014 yo estuve vacacionando por el norte de España. En definitiva haciendo esas dos cosas que son, casi, las que más me gustan en la vida: uniendo los viajes con la literatura. En ese viaje hice una ruta literaria por los pueblecitos del Baztán, con Elizondo a la cabeza. Sí, estuve visitando esa parte tan preciosa de nuestro paisaje mientras recordaba los escenarios de la trilogía del Baztán de Dolores Redondo.

Os dejo varios enlaces a entradas de este blog donde reseñaba aquel viaje.

http://rociodiazgomez.blogspot.com/search?q=Baztan

http://rociodiazgomez.blogspot.com/search?q=Elizondo

Y ya que estábamos por allí, antes y después, conocimos otras ciudades y otros pueblos.

Entre ellos Zugarramurdi, que me gustó mucho, y donde descubrí el Museo de las Brujas. Que me pareció un lugar curioso e interesante. No esperaba nada, no llevaba ningún tipo de expectativas y salí pensando que había hecho bien entrando. Eso sin contar con que todo el entorno es precioso.

http://rociodiazgomez.blogspot.com/search?q=Zugarramurdi

Y ahora, cinco años después, en el libro que estoy leyendo de Ibón Martín "El último akelarre" me describen este Museo y me he sentido otra vez allí.

Se ha cerrado otro círculo.





"Invierno de 1610

María se sentía aturdida, desorientada. ¿Cuánto tiempo llevaba allí? ¿Horas, días, semanas? Lo último que recordaba era la sensación de agonía, el ardor en el pecho y el agua colándose por su nariz en plena tortura. Aquel barreño infame en medio de la sala de interrogatorios le había brindado las sensaciones más escalofríantes de su vida. Todavía reverberaban en su cabeza las preguntas del inquisidor. ¿Confiesas que adoras al demonio? ¿Cuántas veces has yacido con el maligno? ¿Cuántos hijos diabólicos le has dado ya? ¿Cuántos bebés has matado? ¿Cuántos bebés...? esta era sin duda la más dolorosa. Ella ayudaba a los niños a llegar al mundo, no los mataba. Por más que lo aseguró, el verdugo no tuvo piedad. Una y otra vez su cabeza era introducida con saña en el agua gélida. Cada vez más tiempo, cada vez con menos segundos para recuperar el resuello. ..."

El último akelarre de Ibon Martín






"La silueta negra del macho cabrío se diujaba en medio de un humo que los focos teñían de un encendido color naranja. Un círculo rojo y un minutero indicaban que la grabación estaba en marcha. Al volver a fijar la vista en la cueva, sintió un escalofrío. Los cuernos torcidos del macho cabrío y sus brillantes ojos rojos resultaban estremecedores a través de aquel juego de luces y sombras. Aquella gruta lateral, en la que de no ser por los focos no hubiera reparado, constituía un altar inmejorable sobre el resto de la cueva."

El último akelarre de Ibon Martín








#Zugarramurdi
#MuseodelasBrujas
#IbonMartín
#Elúltimoakelarre

viernes, 23 de septiembre de 2016

Man en Camelle. Museo y Casa


 Hace muchos años, la primera vez que viajé a la Costa de la Muerte, y conocí Camelle, también conocí a Man. 

Man en realidad se llamaba Manfred Gnädinger, y era un artista alemán que se había afincado cerca de la playa. Allí se había hecho una casa y allí, vestido únicamente con un taparrabos, se dedicaba a hacer unas curiosas construcciones alrededor de la casa en la que vivía. Teníais que haberlo visto, alto, delgado, muy delgado, con el pelo y la barba larga, y su escasa indumentaria moviéndose por su Museo al Aire libre...

Parece ser que había llegado allí en los años sesenta, en 1962 más concretamente, y desde entonces, al principio con oposición de los vecinos que no entendían por qué tenía que establecerse ese peculiar hombrecillo en su pueblo alterándoles... se había quedado. Dicen que al principio era mucho más corpulento, e iba bien vestido. También dicen que fue debido a un fracaso sentimental con una maestra del lugar por lo que terminó aislado en ese terrenito en la costa, que había comprado, y donde hizo su peculiar comunión con el mar y con la naturaleza.

Sí, Man, el amante del medio ambiente, había llegado para quedarse e inventar su peculiar edén con sus obras de arte hechas de piedras, botellas, conchas... Cincelaba las rocas con figuras geométricas, utilizaba las pinturas, las fotografías... y su ingenio.

Si tú le visitabas, costaba un euro entrar, y otro si querías hacer fotos, te dejaba una libretita para que le hicieras un dibujo. He leído que decía que “en cada papel está el alma de cada uno y mi objetivo es hacer un gran rascacielos con todas ellas”. Fuimos tres amigas, y la verdad es que yo no entré, pero una de mis amigas sí que le dejó su dibujito. 

Cuando la desgracia del naufragio del Prestige, gran parte de su obra al aire libre quedó teñida de negro, Man se deprimió por el desastre del Medio Ambiente y finalmente murió en 2002. Dicen que de pena.

Yo decir que esto no deber limpiarse nunca. Ser episodio de la historia. Quedar así debe, para todos recordar quién es hombre” “Dolor mucho dolor, porque el hombre no querer a hombre, ni querer a mar, ni querer peces, ni querer a playas”. 


Este verano he vuelto a Camelle, y por supuesto he vuelto a visitar a Man. Después de tantos años me ha gustado mucho hacerlo. Ahora sus vecinos le guardan memoria con un Museo a donde trasladaron todo lo que pudieron salvar de su casa. 

En él se puede ver gran parte de su obra. Muchos de los autorretratos que se hizo están allí, podéis verlo en las fotos.




También se pueden admirar las figuras que hacía con los botes de plástico, con las conchas, con los huesos de los animales, artilugios de pesca, con los distintos elementos que recogía de aquí y de allá, y con los que trabajaba.


Por supuesto están todas sus libretitas. Montones y montones de ellas. Se consideran ahora cuadernos de artista.





Junto a todo ello también estaban sus libros, libros de arte y de otras disciplinas.





Si seguís caminando hacia el mar llegareis a lo que queda de la casa de Man. En el Museo nos dijeron que claro, tan cerca del mar, con el clima que tienen tan extremo, esos vientos, esas olas, pues al ir pasando los años se va erosionando todo, y se va deteriorando. 

Pero aún quedan algunas de sus esculturas de roca en pie, quedan también sus figuras geométricas, la mayoría con forma de círculo que tanto le gustaban. 

Si vais a Camelle no dejéis de visitar a Man.




He encontrado este vídeo, por si os apetece saber más sobre Man y sus circunstancias, está muy bien.


https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=a39fdhGJrsg




lunes, 25 de abril de 2016

Museo al aire libre "Platero EScultura" en Moguer (Huelva)

Se titula "Asnografía" de Victor Pulido, basado en el capítulo LV. Cómo veis está hueco pero tiene escritos muchos nombres de pila



Hoy os traigo un original museo con base literaria. 

Está en Moguer, en Huelva, y se trata del Museo al aire libre "Platero EScultura", me gusta ese juego con el "ES": Platero es.

Son unas esculturas que aluden a algunos capítulos de la obra. Y cómo no podía ser de otra forma están diseminadas por Moguer, en Huelva, el lugar donde nació el autor de Platero y yo: Juan Ramón Jiménez. Ha sido un proyecto liderado por el Ayuntamiento de la localidad con motivo de la celebración del centenario de la publicación de "Platero y yo" en el año 2014. Se publicó en 1914 en una colección infantil, aunque el escritor ya dijo que en principio no era para niños,

Prologuillo
Suele creerse que yo escribí "Platero y yo" para los niños, que es un libro para niños.
No. En 1913, "La Lectura", que sabía que yo estaba con ese libro, me pidió que adelantase un conjunto de sus páginas más idílicas para su "Biblioteca Juventud" Entonces, alterando la idea momentáneamente, escribí este prólogo:

  Advertencia a los Hombres que lean este libro para niños 

Este breve libro, en donde la alegría y la pena son gemelas, cual las orejas de Platero, está escrito para... ¡Qué sé yo para quién!..., para quien escribimos los poetas líricos... Ahora que va a los niños, no le quito ni le pongo una coma. ¡Qué bien!
"Dondequiera que haya niños- dice Novalis-, existe una edad de oro". Pues por esa edad de oro que es como una isla espiritual caída del cielo, anda el corazón del poeta, y se encuentra allí tan a su gusto, que su mejor deseo sería no tener que abandonarla nunca.
¡Isla de gracia, de frescura y de dicha, edad de oro de los niños; siempre te halle yo en mi vida, mar de duelo; y que tu brisa me dé su lira, alta y, a veces, sin sentido, igual que el trino de la alondra en el sol blanco del amanecer!
El Poeta
Madrid, 1914

Pero ahora estamos ya en 2016 y en Moguer. En su día no todas las esculturas se inauguraron a la vez, sino que fue algo paulatino. Pero lo bueno de ir pasado un tiempo es que hemos podido disfrutarlas todas a la vez.

Estuvo visitando Moguer en el fin de semana y la verdad es que merece mucho la pena.

Os dejo con este original museo.



"Asnografía"
 
En dicho capítulo, el LV, Juan Ramón reflexiona sobre la palabra 'Asnografía' y su definición en el diccionario cuestionando el por qué un animal como el asno no merece "una descripción seria" cuando es "tal intelectual, amigo del viejo y del niño, del arroyo y de la mariposa...".
Pulido ha logrado un espectacular efecto en tres dimensiones de la figura de un asno a partir de los sencillos trazos de letras, palabras y nombres que acaban componiendo la figura del personaje.




"El niño y el agua" delante de la Casa Natal de Juan Ramón Jiménez
Se trata de un trabajo en bronce realizado por el artista extremeño afincado en Málaga Francisco Martín Molina, que representa al niño protagonista del capítulo en el que Juan Ramón Jiménez describe el modo en el que un chiquillo del Moguer de la época queda absorto ante el agua que fluye de una fuente. La obra, además de sus valores artísticos, se ha diseñado también como una fuente pública de agua potable, lo que la dota sin duda de un valor añadido.
 




"La miga"

 "Si tú vinieras, Platero, con los demás niños, a la miga, aprenderías el a, b, c, y escribirías palotes" Inspirado en el capítulo VI de Platero y yo.
 
 "La miga" es la clase de los párvulos. Y esta obra de María José Díaz Olivares rinde homenaje a la figura del maestro, lo que justifica la ubicación de la escultura en la Plaza de la Soledad, junto a la entrada del antiguo colegio Pedro Alonso Niño, cuya entrada en funcionamiento a finales de los años 50 del pasado siglo, supuso el inicio de la educación moderna para los moguereños y moguereñas.




"Darbón"

Esta  pieza está dedicada a Darbón, el entrañable veterinario de Platero, un personaje histórico que desempeñó su labor en Moguer a finales del siglo XIX y principios del  XX, al que Juan Ramón eleva a la categoría de universal al dedicarle el capítulo XLI del libro, y al mencionarlo en otros. El escultor ha sido José Manuel Díaz Benítez, conocido en el mundo de la escultura como Chiqui Díaz.




"Platero" en la Plaza del Ayuntamiento de Moguer junto a la escultura de su creador al fondo.

Esta escultura de "Platero" del escultor sevillano Álvaro Flores fue la primera pieza que formó parte del museo al aire libre de Moguer (Huelva).



"Aguedilla"

He leído que Monika Rasco, la escultora onubense, ha querido simbolizar en la figura de Aguedilla el abrazo agradecido de un pueblo a su poeta. Este complejo escultórico, levantado precisamente en la calle Rábida, conocida antiguamente como calle del Sol, se ve enriquecido con un sendero de plantas y flores típicas de la zona que circundan la figura central, y que como el mismo personaje, están realizadas en hierro reciclado




"El tío de las Vistas" está situado en la Plaza del Marqués de Moguer


En ‘El Tío de las Vistas’, Juan Ramón Jiménez describe la llegada al pueblo de este personaje, tocando su tambor y portando su caja de imágenes en las que los niños y niñas del Moguer de entonces miraban ilusionados esas «vistas» de distintos lugares y personajes del mundo, que les permitían echar a volar su viva imaginación. El escultor es Martín Lagares y realiza un complejo escultórico en bronce a tamaño real, que representa al personaje del Tío de las Vistas con el tambor y la caja descritas por el poeta, y acompañado por las figuras de un niño y una niña que, a ambos lados del motivo central, parecen querer descubrir la magia que encierra el singular artefacto.





"Idilio de Abril"


El autor, Pedro Requejo Novoa, recrea el ‘Idilio de Abril’ de Juan Ramón dando forma a un simpático burrillo, algo mayor y más travieso que el protagonista del primer capítulo de la obra, que está acompañada por dos pequeños; una niña que, a lomos de Platero, abre sus brazos y su alma al fresco encanto de la lluviosa primavera, y un niño que parece realizar una amistosa confidencia al borrico, mientras éste mastica todavía ‘las flores a las que su bocota alcanza…’.






viernes, 18 de septiembre de 2015

Visita al Palacio Jauregia en Irurita (Valle del Baztan)




Quería recomendaros una visita guiada que hice el pasado julio en el Valle de Baztán. Se trata de una visita guiada teatralizada a un Palacio: el Palacio Jauregia, también conocido como Jauregizuria, en el centro de Irurita.

Es un Palacio de fines del siglo XIV o principios del XV hecho de piedra con una de las pocas torres de linaje que se conservan en el Valle.

La visita es muy interesante porque el propietario del palacio te va guiando con sus explicaciones por la historia del edificio y del valle. Para hacerlo se apoya en varias obritas de teatro que van representando dos actrices reflejando en la ficción una escena que podría haber existido perfectamente en ese ambiente y en la época que luego el propietario te va a contar. 

Está muy bien. Es muy entretenida la visita, muy agradable, incluso graciosa en algunos momentos gracias a la buena interpretación de las actrices. Me gustó mucho. Creo que es un acierto emplastar de forma tan armoniosa la historia y el teatro en ese marco de las estancias del Palacio para comprender la forma de vida del valle en las distintas épocas. 

Este Palacio siempre ha tenido ese nombre y desde el año 1437 que pertenecía al señor Pedro Periz ha continuado siendo de la misma familia.

Si vais por Navarra, por el Valle de Baztán, os recomiendo esta visita.