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lunes, 12 de marzo de 2018

Presentación de "Torno al corazón" de Federico Monroy





 
INVENTARIO

La fina arena, evaporada, es de una casa
que se ha hecho por pedazos.
Menos la fiebre, es el síntoma del desván en otra
hora.
Los guijarros del suelo, los miedos,
la desolación es una capa de barniz por encima.
Cascotes en el piso,
y nuestros pasos van unidos, sin un nombre.
Pero ahora te busco en estas tardes, como quien bus-
                                                       (ca un yacimiento
y separa las piedras -esta sí, esta no, de lo que eras.
Por encontrarnos.

Federico Monroy "Torno al corazón"


Comienzo las lecturas poéticas de marzo con la presentación de dos libros. Por un lado el poemario de Federico Monroy "Torno al corazón" y por otro la novela "Tras las cortinas" de María José Vidal Castillo.

Ambos andaluces, pero afincados en Madrid, se unieron para presentar a dúo sus últimos libros, un nuevo poemario en el caso de Fede, y su primera novela en el caso de María José. 




A Federico le conocía ya, porque es compañero de mi tertulia literaria. Por eso asistí. Allí nos encontramos varios compañeros. Fede nos volvió a demostrar su virtuosismo con los versos y su forma de leerlos reposada y profunda. A María José no la conocíamos pero también nos leyó fragmentos de su novela, donde había acertadas descripciones de Sevilla, y otros fragmentos de distintos momentos de su historia siempre narrados con una prosa sencilla y correcta. De la novela no puedo decir mucho más porque no la he leído. Pero la autora leía muy bien, nos llegaba su historia.

Ambos se acoplaron muy bien para presentar sus obras respectivas, hablaron de sus orígenes andaluces, de la religión, de sentimientos y ambos leían poemas o fragmentos de sus respectivos libros mostrándonos su forma de abordar esos temas que iban surgiendo, no sé con cuánta improvisación o no, pero que resultaron muy bien empastados.

El lugar, esa sala de lectura de la biblioteca Eugenio Trias-Casa de Fieras que está dentro de El Retiro, tampoco lo conocía, pero me sorprendió muy gratamente. Que lugar tan luminoso y tranquilo un sábado por la mañana para evadirse hablando de literatura. 

Fue un acto muy agradable, lo disfrutamos mucho. Quería dejaros con algunos momentos de éste, y también con una foto de grupo de algunos de los que estuvimos acompañando a los autores que nos ha enviado Fede Monroy de recuerdo.

Mil gracias a los autores por devolvernos un sábado por la mañana distinto y, sin lugar a dudas, mejor.


















martes, 6 de febrero de 2018

Las cuatro Bibliotecas de Dublín







Cuatro eran cuatro las bibliotecas que tiene Dublín para visitar.
Cuatro eran cuatro las que tenías que conocer.
Sí o sí.
Que para eso de las bibliotecas no te andabas tú con medias tintas.

Cuatro eran cuatro las que hoy solo quieres presentar, porque cada una de ellas se merece de sobra una entrada en este blog para ella solita. Para que se adorne de todo lujo de palabras y libros. Para que se luzca y presuma siendo la protagonista. Porque cada una de ellas lo merece.

Por supuesto habrá una entrada para la joya de la Corona, la Biblioteca del Trinity College. Pero también habrá que detenerse en la Chester Beatty Library que está al lado del Castillo, en la National Library of Ireland que ocupa un edificio gemelo al Museo de Arqueología y desde luego para la Biblioteca Marsh que está lindando con la Catedral de San Patricio, tu favorita y la más antigua de Irlanda.

Cuatro eran cuatro las bibliotecas que visitaste en Dublín.
Cuatro muy especiales y únicas.
Cuatro.





La Biblioteca Chester Beatty en Dublín




La National Library of Ireland en Dublín


Biblioteca Marshs de Dublín
 


domingo, 1 de octubre de 2017

La Biblioteca de la Universidad de Oviedo



Si mi blog hubiera sido un perro, nada más ver esta puerta se hubiera puesto a mover el rabo y a salivar como su antepasado "el perro de Paulov".

Si mi blog hubiera sido un niño hubiera dicho: "¿Puedo entrar, di Rocío, puedo? Porfaaaaaa, solo un ratito ¿vale? De verdad que solo un rato muy pequeño".

Pero como solo es un blog el pobre no dijo nada, qué más hubiera querido él... Pero como le conozco, le conozco cómo si le hubiera parido y estábamos de vacaciones pues le dije: ¡Venga anda...! Y le dejé entrar. Un ratito solo.


Porque a mi blog le encantan las bibliotecas. No lo puede evitar. Son su debilidad.

Ese silencio que invita al recogimiento, todos esos libros en las estanterías esperando a ser cogidos, esas mesas de madera, esas mullidas butacas, esos puntos de luz... todos preparados para que tú solo puedas hacer una cosa: leer.


En esta ocasión fue la Biblioteca de la Universidad de Oviedo. Chula ¿verdad? Bien chula.

Sus orígenes se remontan al año 1608. Pero los inicios de su esplendor serían en el siglo XVIII. Campomanes, ministro de Carlos III, haría mucho porque ésto llegara a ser así.

Pero en la Revolución de Asturias de 1934, en un incendio que hubo se perdieron muchas de sus colecciones. Para empezar hubo que reconstruirla por fuera otra vez. Esa reconstrucción terminó en el año 1942. Y por dentro, aunque muchos de sus fondos se perdieron, ha seguido conservando algunos muy importantes e interesantes: Manuscritos como La Relación del viaje de Fray Diego de Ocaña por el Nuevo Mundo (1599-1605), o algunos Incunables, Impresos del siglo XVI, Impresos de los siglos XVII yXVIII, piezas sueltas del teatro antiguo español...

También ahora esta Biblioteca Universitaria es centro de recepción de visitantes y de conferencias relacionadas con los Premios Príncipes de Asturias. 

En general está muy relacionada con la vida y la cultura asturiana.

¡¿Cómo no iba a dejar entrar a mi blog un ratito!? Y dos...







martes, 12 de septiembre de 2017

Visita a la Biblioteca Nacional de Madrid





Este blog siente debilidad por las bibliotecas. 

Acostumbra a atesorar fotos de todas las que visita a lo largo y ancho de este mundo. No lo puede evitar. Esos santuarios de la lectura, forrados de estanterías llenitas de libros, donde huele a letra y se respira el silencio necesario para zambullirse dentro de unas páginas, le tienen robada la voluntad.
Este blog también tiene una etiqueta donde va guardando memoria de todas ellas bajo el epígrafe de "La vuelta al mundo en 80 bibliotecas", haciéndole un guiño al famoso libro de Julio Verne.

Ocurre que este blog no había podido nunca visitar la mejor biblioteca de su ciudad, la más emblemática. Nos estamos refiriendo a la Biblioteca Nacional de España, que está en el Paseo de Recoletos de Madrid. Claro que había estado allí muchas veces, en múltiples exposiciones y conferencias. Pero nunca había podido ver su "trastienda", sus depósitos, sus salas, su cafetería... Y lo estaba echando de menos.
Este agosto pasado por fin lo consiguió. Tuvo la suerte de que alguien muy allegado le invitara.

En esa ocasión, cuando fuera rozábamos los treinta y muchos grados, mi blog se paseó por el fresquito de los depósitos de la Biblioteca Nacional. Podéis imaginar que, además de libros, tiene muchísimos fondos de todo tipo de material. Varias plantas, con numerosos pasillos y dentro de cada pasillo documentos de todo tipo: Incunables, fotografías, dibujos, mapas, etiquetas de libros de papel de fumar, cromos, postales, posters... Muchísimos tipos distintos que han perdurado a lo largo de los años e incluso los siglos.









Mi blog levitaba caminando por los pasillos de todos esos depósitos. Observando por todas partes cuánto de valioso hay ahí preparado para alguna futura exposición, o simplemente esperando el momento de volver a ser guardado. Atento también a los detalles como el de los guantes blancos para manipular los libros.

Tal y como imaginaba, no se sorprendió de que de nuestra guerra civil, o "incivil" como dicen algunos, hubiera tantísimo material. Cajas perfectamente ordenadas con etiquetas conocidas: "División azul", "Auxilio social", "Frente de Aragón", "Iglesias" o las más tristes: "Checas", "Muertos y heridos". Y por supuesto otras tantas de fotos: "Fotos de las plazas españolas", "Escenas de guerra", "Varios frentes" ...








Cuando mi blog terminó de ver los depósitos de los libros, de las fotos, de los mapas, de mil y un documentos, también paseó por sus pasillos. Asistían a su paseo los autores premiados con el Premio Cervantes, nos miraban impasibles desde dentro de sus cuadros. Él ya los conocía, guarda en una sus entradas memoria de una exposición que hubo en la Biblioteca en los que estaban todos los cuadros más otros documentos (libros, cartas...) de cada uno de esos premiados autores.





Y después aún tuvo tiempo de visitar algunas de sus salas de lecturas: La Sala Goya, la sala Cervantes, la sala Barbieri... donde se tiene la posibilidad de consultar muchos de sus fondos.






Fue una visita muy interesante, mucho. Logramos asomarnos un poquito a cuánto ha atesorado esta Institución en sus 300 años de existencia. Por supuesto es imposible poder abarcar ni resumir todo lo que atesora y supone esta Biblioteca. Además a mi blog no le dejaron hacer demasiadas fotos. Pero con unas poquitas quería dejar constancia de la suerte que supuso caminar por allí una tarde, poder admirar algunos de sus rincones, ver un poco cómo se archiva y cómo está dispuesta... ver su interior rico y oscuro.

Solo queda dar las gracias a quién lo hizo posible: a mi querida infiltrada, y a sus compañeros tan amables. Los mismos anónimos trabajadores que cada día velan porque la Institución funcione.

Tenemos una Biblioteca Nacional bien chula, me susurra mi blog cuando salimos.
Y yo, sin hablar, asiento una y otra vez.




martes, 4 de julio de 2017

La biblioteca del Palacio da Bolsa de Oporto





Se quedará en la memoria cómo la biblioteca que no nos enseñaron. Aquella de vitrinas altas de madera y paredes color siena. Aquella que tenía un techo precioso de pinturas y unas lamparas verdes en las mesas que solo pueden iluminar libros fantásticos. La misma que tuvimos que fotografíar desde la puerta y casi a oscuras.

Nos enseñaron muchas salas del Palacio de la Bolsa de Oporto. Ese edificio construido en estilo neoclásico en la segunda mitad del siglo XIX que ahora es sede de la Asociación Comercial de Porto.

La construcción del Palácio da Bolsa comenzó en 1842 y pasó casi medio siglo hasta su inauguración en el año 1891. Participaron en ella grandes nombres de la escultura, de la pintura, de la arquitectura y de las artes decorativas. 

En la actualidad está calificado como Monumento Nacional.

 
Recordaremos a aquel señor que no consiguió hacerse un café a la entrada por más que lo intentó. Recordaremos lo bien que comimos en el restaurante de su planta baja, lo rico que nos supo aquel sabroso bacalao. Nos veremos otra vez sobre ese suelo de colores, ese mosaico que pisamos en el patio central bajo tantos escudos. 


Y después subiendo las preciosas y nobles escaleras para ir recorriendo despacio la sucesión de señoriales salones.  Uno tras otro...
 


Recordaremos incluso el gabinete de Gustave Eiffel, aquel que ocupó cuando pasó por Oporto. Tan austero, tan desnudo pero con aquella máquina de escribir antigua que lo llenaba todo.

¡Y cómo olvidar esa maravillosa Sala Árabe o Arábiga inspirada en La Alhambra de Granada! Cómo no recordarlo: Una sala de más de 300 metros cuadrados, muy recargada con motivos islámicos, decorada según el gusto oriental característico del siglo XIX.




Pero  lo que será imposible de olvidar, sé que no lo conseguiremos, es que no nos enseñaran aquella biblioteca. 

Esa tan coqueta por la que pasamos nada más entrar, esa que no tenía una mota de polvo, esa que olía a libro y a siglos de estudio, esa que solemne e hipnótica, aletargada y a oscuras palpitaba tras una insignificante cuerda. 
 
Esa misma biblioteca que contenía más de ¡10.000 libros!

Esa que relucía intacta. Que nos esperaba.


Nos esperaba.

Y nunca nos enseñaron.

martes, 27 de junio de 2017

Esa biblioteca de Barcelona cuyas salas góticas tenían nombres de vientos



En mi último viaje por Cataluña, tuve la ocasión de visitar la Biblioteca Nacional de Catalunya y me gustó mucho el ambiente que se respiraba, la tranquilidad que trasmitía, el ocio que albergaba, y por supuesto el edificio que ocupa.

Está situada muy cerca de las Ramblas y del barrio gótico, muy cerca del famoso mercado de La Boquería. Desde el año 1939 ocupa las dependencias de un edificio histórico, el antiguo hospital de Santa Creu. Construido entre los siglos XV y XVIII, durante muchos siglos, fue el hospital más grande de Cataluña y el resultado de la fusión de diversos hospitales que existían en la Barcelona medieval. La primera piedra del Hospital de la Santa Creu se colocó en el año 1401.

También he leído que en este edificio cuando aún era hospital murió Antonio Gaudí, después de haber sido atropellado por un tranvía. Y por aquí también pasó el famoso Buffalo Bill porque había llegado a Barcelona con su espectáculo de circo de cowboys en diciembre de 1889. Durante su estancia, también dos de los indios que trabajaban en el espectáculo enfermaron de viruela y fueron llevados al Hospital, donde consta el ingreso y el alta, se trataba de dos sioux: Black Hawk (Halcón negro) y Charging Crow (Cuervo de carga).


Por otra parte, la Biblioteca de Catalunya ya existía desde el año 1914 pero estaba situada en otro edificio. Es curioso que el traslado a éste fuera justo en los tres años de la Guerra Civil Española. Después el edificio, para dar cabida a todas las necesidades de la biblioteca, por supuesto ha sufrido varias remodelaciones que han tenido incluso importantes premios.

 Es muy curioso que las salas góticas de la biblioteca tengan nombres de viento: entramos por la Nave de Poniente, continuamos per la Nave de Tramontana y llegamos a la Nave de Levante.

En los jardines, ya lo veis, demás de conversar y leer, se juega al AJEDREZ. Así en mayúsculas.




Y también hay una terracita donde puedes tomar algo muy, muy agradable.

Me gusta mucho el ambiente académico relajado que tiene ese jardín. Fue una visita muy intereante, me agradó mucho ese lugar tan céntrico, sí, pero con historia y a salvo de todo el bullicio que hay alrededor. 

Merecía de sobra su lugar en nuestra colección de "La vuelta al mundo en 80 bibliotecas".









jueves, 17 de noviembre de 2016

Ruta por bibliotecas importantes de la Costa Este de EEUU

Biblioteca del Congreso en Washington


Esta entrada de hoy está especialmente dedicada a los que os gustan las Bibliotecas. 

Porque hoy os quería proponer una ruta por algunas preciosas. No os voy a engañar, no nos pillan nada cerca, a los que vivimos en España. Pero, si alguna vez visitais EEUU, y más concretamente su costa Este, yo os quería recomendar que no dejáseis de visitar cuatro bibliotecas muy, muy especiales. 

Quiero dedicar una entrada de este blog a cada una de ellas por separado, porque lo merecen de sobra. Y de hecho ya he publicado un par de ellas como la de la Biblioteca Pública de Nueva York y la de Boston, que serían dos de las cuatro paradas obligatorias.

Pero antes de seguir hablando de ellas pormenorizadamente, vamos a detenernos a enumerarlas, y mostraros el itinerario a seguir, para que tengais una idea global sobre ellas.



Biblioteca Pública de Nueva York.


Está situada en todo el centro de Manhattan, no tiene pérdida, entre las calles 40 y 42 con la Quinta Avenida. Muy cerca del parque Bryant y de la Estación Central. La Biblioteca Pública de Nueva York es la segunda mayor de Estados Unidos y una de las más importantes del mundo. Posee un inmenso fondo, con más de 3 millones de ejemplares, y un sistema de búsqueda en catálogo de los más eficientes del país.

Os dejo el enlace del blog donde comentamos sobre ella de forma más pormenorizada:
http://rociodiazgomez.blogspot.com.es/2016/10/la-biblioteca-publica-de-nueva-york.html



Biblioteca Pública de Boston: 



La colección de esta biblioteca inmensa, cuenta con más de 15 millones de libros, solo superada por la Biblioteca del Congreso o la de la Universidad de Harvard.
También destaca por tener además 600.000 fotografías, obras de Rembrandt, Durero, Goya, Daumier, Toulouse-Lautrec y 350.000 mapas antiguos.
 
Cómo ya la hemos comentado en el blog más detalladamente os copio el enlace:



Biblioteca del Congreso en Washington:



A espaldas del Capitolio, en el edificio Tomas Jefferson está está preciosidad de Biblioteca. Tuvo su origen en 1800 en la presidencia de éste último y su biblioteca, que al principio estuvo en el Capitolio. Pero cuando las tropas inglesas en el 1815 la destruyeron, cedió su propia biblioteca de 6.500 volúmenes.



En la actualidad tiene más de 35 millones, y se considera la Biblioteca Nacional de EEUU. Tenemos aún pendiente dedicarle una entrada a ella sola.



Biblioteca Morgan en Nueva York:


Bastante cerca de la Estación Central de Nueva York, en la quinta avenida, tenemos esta joya. Un adinerado J.P. Morgan Jr. a la muerte de su padre J.P. Morgan, decide abrir al público su colección. En ella tenemos varios incunables, originales como el de Ivanhoe, algunas cartas manuscritas de importantes escritores como Dickens, Balzac, primeras biblias impresas, y un buen montón de tesoros más.

Pero ya os hablaré de ella más despacio, que se merece de sobra su propia entrada.



Os recomiendo mucho estas cuatro bibliotecas. Si andáis por esas tierras no os las perdáis.

domingo, 6 de noviembre de 2016

La Biblioteca Pública de Boston


Hoy quería compartir con vosotros otra preciosa Biblioteca.

No hace mucho tiempo dedicamos una entrada del blog a la Biblioteca Pública de Nueva York, y hoy me gustaba que nos centrásemos en la Biblioteca Pública de Boston, un precioso descubrimiento.

Porque merece mucho la pena que si pasais por Boston le dedicáseis un rato, no lo lamentareis. De hecho es obligada visita para los gustosos de los temas bibliotecarios porque fue la primera abierta al público de los Estados Unidos, la primera en la que se permitió el préstamos de libros y además es la más grande.

La biblioteca se fundó en 1848 y se estableció oficialmente en Boston en 1852. El nuevo edificio abrió sus puertas en 1895 y desde entonces ha seguido hasta nuestros días albergando la biblioteca.

También es muy importante porque un español, el arquitecto Rafael Guastavino, fue el artífice de sus cúpulas, impresionantes. Este arquitecto valenciano dejó su huella en un montón de edificios muy importantes de Nueva York, como la Estación Central o el Puente de Queensborough. Y en cambio aquí tampoco es tan conocido...

Por otra parte la colección de esta biblioteca inmensa, cuenta con más de 15 millones de libros, solo superada por la Biblioteca del Congreso o la de la Universidad de Harvard.

También destaca por tener además 600.000 fotografías, obras de Rembrandt, Durero, Goya, Daumier, Toulouse-Lautrec y 350.000 mapas antiguos.




Así que si estamos en Boston, no dudes y visita esta biblioteca, destaca también la sala de lectura  Bates Hall que es realmente espectacular y es considerada como una de las salas arquitectónicamente más importantes del mundo, los leones de mármol de la escalinata principal y la galería de muros esculpidos y pintados por John Singer Sargent.






Yo estuve comiendo en su cafetería. En nuestro viaje nos dijeron que teníamos que comer en esa parada que hacíamos, y aprovechamos para visitar esta preciosa Biblioteca y hacerlo allí, entre los estudiantes y los profesores. Respirando ese ambiente, comiendo como lo hacen ellos. 

Despues salimos a este patio interior de las fotografías.

No me digais que no merecía la pena...