Me gustan las palabras y las frases y los letreros... Me gustan cuando nos clavan con unos alfileres invisibles a un tiempo. Cómo me ha pasado con este letrero.
"Tenemos muérdago".
muérdago.
(Etim. disc.).
1. m. Planta parásita, siempre verde, de la familia
de las Lorantáceas, que vive sobre los troncos y ramas de los árboles. Sus
tallos se dividen desde la base en varios ramos, desparramados, ahorquillados,
cilíndricos y divididos por nudos, armados de púas pequeñas. Sus hojas son
lanceoladas, crasas y carnosas; sus flores, dioicas y de color amarillo, y el
fruto una baya pequeña, traslúcida, de color blanco rosado, cuyo mesocarpio
contiene una sustancia viscosa.
La Real Academia da toda esta explicación del muérdago. Me gusta esta palabra sonora, rotunda. Una palabra navideña. Porque en cualquier otra estación no habría ese letrero en el escaparate de la floristeria.
Porque efectivamente el muérdago nos lleva directos a la Navidad, y más que a la Navidad a la costumbre asociada a esta planta que viene también con éstos días: La costumbre de besarse bajo el muérdago.
"De ayer es la fecha..." cómo se suele decir. Porque los Druidas ya creían que esta hierba era sagrada y tenía propiedades curativas, la arterioesclerosis, la hipertensión e incluso la infertilidad se podía curar con ella. Según una antigua superstición, se colgaba sobre
las cunas de los niños, para evitar que las hadas los robasen y los
sustituyeran por otros. Hay leyendas que dicen que sus poderes mágicos
provienen de que fue creado como un elemento que no era del cielo ni de la
tierra, ya que sus raíces no tocan nunca la tierra, pero tampoco se sostiene
por sí mismo en el aire. De ahí la costumbre de recogerlo sin permitir que
caiga al suelo, y de colgarlo del techo.
Los escandinavos creían también que el muérdago era una planta de la paz por lo que las treguas con sus enemigos la declaraban bajo esta planta... De ahí a que creyeran que esta planta traería fertilidad, paz, amor... un paso. Y empezaron a colgarla a la entrada de sus casas.
Los primeros archivos de gente besándose bajo el muérdago datan de los Saturnales Griegos. El segundo registro es alrededor del siglo XVIII cuando los
ingleses empezaron a colgar lo que tradicionalmente llamaban “bola para besar”
(kissing ball), que consistía en una bola de muérdago con cintas y
decoraciones, alrededor de las puertas y en la mesa del comedor.
Esa tradición romántica se ha extendido internacionalmente, se supone que hace perdurar el amor.
Y ya lo veis también ha llegado aquí.