Nos hemos quedado sin Joan Margarit. Uno de mis poetas.
Cuando yo iba a lecturas, antes de la pandemia, en varias ocasiones le escuché recitar. En la librería Blanquerna, en la Residencia de Estudiantes... Con Luis García Montero, con Joaquín Sabina, solo.
Fue premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Fue premio Cervantes 2019. Fue arquitecto y poeta.
Echaremos mucho de menos sus versos Sr. Margarit.
Con la falta que nos hacen.
En torno a la
protagonista de un poema
Conocía muy bien tu piel dorada,
la señal de peligro de tus ojos
azules.
Sueños de profesor que comenzaba
a perder su futuro. Hace
mucho surgiste
entre aquellos muchachos y muchachas
del bar
acristalado de nuestra Escuela blanca,
desde donde veíamos el mar.
Me preguntan quién eres. Quizás, un día, expertos
en soledad y en
crímenes pasados
buscarán, amparada en las palabras,
la sombra de
tu nombre y no hallarán
sino cartas violeta de la noche
y el
rastro, entre papeles, de unos ojos azules.
IDENTIDAD
¿Qué hacer con las palabras al final?
Sólo puedo buscar, para saber qué soy,
en la infancia y ahora en la vejez:
ahí es donde la noche es fría y clara
como un principio lógico. El resto de mi vida
es una confusión por todo aquello
que nunca he comprendido:
las tediosas dudas sexuales
y los inútiles relámpagos
de inteligencia. Debo convivir
con la tristeza y la felicidad,
vecinas implacables.
Se acerca la última verdad, durísima y sencilla.
Como los trenes que en la infancia,
jugando en el andén, me pasaban rozando.
LEJOS
Un perro abandonado va por la carretera,
busca la esclavitud en el peligro.
Cuando anochece,
jadeante, le quedan aún fuerzas
para ladrar a los primeros faros,
que lo deslumbran.
La carretera pasa junto al mar
en una costa abrupta.
El mundo puede ser bellísimo,
pero tiene que incluir la humillación.
Soñar tan sólo es
buscar un amo.
LA ÉPOCA GENEROSA
Nuestros, como canciones
que nos hacen llorar, son esos días
que fueron la verdad de los anocheceres
sonrientes y del baño de los niños.
El alegre cansancio de la cena.
Las caras que no han vuelto
a confiar como entonces.
La vida se alimenta de días generosos.
De dar y proteger.
Si se ha podido dar, la muerte es otra.