Hoy es un martes-lunes ya que ayer tuvimos fiesta. Pero habrá que sacudarse la modorra rápidamente y ponernos a la tarea. Hoy vamos a hacer una de esas rutitas que nos gustan por Madrid siguiendo a algunos de nuestros escritores.
Nos centramos en doña Emilia Pardo Bazán.
Caminando por la calle San Bernardo en Madrid, muy cerca del Palacio de Justicia, en el núm. 35 tropiezo con una placa sobre la escritora: doña Emilia Pardo Bazán.
Nos dice la placa que la insigne escritora vivió en este edificio desde el año 1890 hasta el año 1915, donde recibió a grandes personalidades de su época. Esta casa la había adquirido su madre, Amalia, ya viuda para residencia familiar en otoño,
invierno y primavera pasando los veranos y parte de otoño en el pazo de
Meirás. He leído en internet que aquí Doña Emilia ya hacía sus tertulias literarias.
Esta casa tenía una biblioteca y un salón y era en éste, donde con una frecuencia quincenal y en horario vespertino se reunían personas importantes de la vida social, escritores, políticos.
https://donaemiliaenfemeninoplural.wordpress.com/audioguias-en-espanol/audioguia-la-tertulia-literaria-en-casa-de-emilia-pardo-bazan-en-madrid/
Esta casa tenía una biblioteca y un salón y era en éste, donde con una frecuencia quincenal y en horario vespertino se reunían personas importantes de la vida social, escritores, políticos.
https://donaemiliaenfemeninoplural.wordpress.com/audioguias-en-espanol/audioguia-la-tertulia-literaria-en-casa-de-emilia-pardo-bazan-en-madrid/
Os recuerdo que "La inevitable" cómo la habían apodado sus colegas (creo que Clarín) era
una mujer "de armas tomar". Emilia era decidida, enérgica, inteligente,
trabajadora. Nació en 1851. Había heredado de su padre el título de
condesa y tenía buena situación económica, todo ello hizo que tuviera
mucha libertad en una mujer para lo que era esa época. Según contaba
ella a los 17, en 1868, vivió tres acontecimientos muy importantes: "Me vestí de
largo, me casé y estalló la revolución del 68".
No es la primera vez que encuentro en mi ciudad huellas de la novelista. Ya en su día, en enero de este 2016, escribí sobre la autora y su Palacete de Pozas, en la calle Princesa del barrio de Arguelles. Os copio el enlace por si queréis consultarlo:
Dice ésta placa que la autora vivió en este Palacete desde 1915 hasta su muerte en 1921. Luego parece que del edificio anterior en San Bernardo pasó a vivir en Arguelles, concretamente en el Palacete de Pozas.
Muy cerca del enclave anterior estaba el Palacio de La Huerta Cánovas del Castillo,
a la altura del número 50 de la Castellana. Tras ser asesinado y muerta
su viuda, pasó a ser propiedad de los marqueses de Argüelles. Fue
entonces cuando comenzó a frecuentarlo Emilia Pardo Bazán para organizar tertulias reivindicativas de los derechos de las mujeres
en España. Tras ser Embajada de Cuba, acabó siendo el solar de la
Embajada americana.
La escritora tuvo tres hijos: Jaime (1876- 1936), María de las Nieves, o Blanca familiarmente
(1879-1970) y Carmen (1881-1935). Jaime casa con Manuela Esteban
Collantes (1880-1959), de cuyo matrimonio nace su único hijo, llamado
también Jaime, asesinado junto con su padre, en agosto de 1936, en la
matanza de la calle Goya por los milicianos de la II República española.
Carmen, soltera, muere en 1935. María de las Nieves o Blanca se casa
con el militar de caballería y marqués José Cavalcanti (1871-1936), que
alcanzará el grado de teniente general, de cuyo matrimonio no tiene
hijos.
Sin embargo su vida conyugal no fue feliz.
Su marido, José Antonio de Quiroga y Pérez de Deza, no la entendía.
Para lograr la separación, ante la Iglesia, él la acusó de
"naturalista". Ella había defendido esa nueva tendencia literaria en su
novela "Un viaje de novios" y en su famosa conferencia "La cuestión
palpitante" (1882). Terminó por separarse de su marido en 1884 después
de que le exigiera dejar de escribir, pero en cambio a partir de ese
momento su vida literaria fue mucho mejor. Luego estas casas de las que hablamos en esta entrada son ya de una Emilia Pardo Bazán separada.
Su obra siempre fue en defensa de las mujeres y de su educación. Es la única mujer de la
historia que tuvo un puesto en el Ateneo, lo consiguió el 9 de febrero de 1905, con el número 7.925. Era ya una
reconocida escritora y había dado conferencias en el Ateneo, pero no
podía entrar en la casa como socia de pleno derecho. «Soy la primera
mujer que pisa oficialmente el Ateneo y esto es para mí una de las
mayores satisfacciones que he recibido», comentaba unos días después. Sin embargo, no la dejaron entrar en la RAE, y fue una de las instigadoras de la educación pública junto a Giner de los Ríos.