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sábado, 11 de noviembre de 2023

11 de noviembre. Día de las Librerías. Librerías del mundo

 

Cordes Sur Ciel


La cueva de Alí Babá 
donde brillan cuántos tesoros querría poseer.
El refugio y la calma cuando la vida pinta mal.
El maravilloso laberinto
donde no existe el momento ni la salida.

El grato lugar donde esperan mis otras vidas,
donde conoceré personajes 
con quienes habría deseado coincidir
en la vida real.

El mágico espacio
donde no existen los relojes,
ni las borrascas, ni el viento.
El negocio que yo montaría,
al que te invitaría a asociarte,
y en el que, además, te rogaría vivir.

Mi adicción confesable
mi querencia
donde pierdo la voluntad
y me traigo a casa
la eterna
salvación.


Hoy 11 de noviembre: Día de las librerías. 

Y para celebrarlo y que sirva de homenaje a mis refugios preferidos, aquí os traigo una selección de algunas con las que he tropezado en este verano. 

La azul cielo y preciosa de libros usados de Cordes sur Ciel, la abovedada de Burdeos a la que nunca entré, la azulona que estaba cerca del Instituto Cervantes. Qué elegantes son las librerías de Francia. La casita de Corfú donde compartimos con los amigos aquel café mientras el gato repanchigado dormitaba, la de los murales tan chulos y caros del Lago de Garda, el refugio lleno de fotos de Cortina de`Ampezzo, y en la que se alojó Napoleón de Bassano del Grapa...

Mágicos espacios donde no existen los relojes, ni las borrascas, ni el viento.


Burdeos


Burdeos





Corfú


Corfú


Cortina D`Ampezzo


Cortina D`Ampezzo







domingo, 6 de agosto de 2023

"Cordes sur ciel" en Francia

 



Hoy me acordé de Cordes sur ciel. Ojalá hubiera sido otoño este julio pasado mientras la paseábamos. Me acordé del pueblo que cambió su propio nombre.

Mis piernas todavía recuerdan cada adoquín de aquella empinada cuesta que subimos hasta alcanzar el centro de aquel pueblo medieval tan alto y tan laberíntico, tan de piedra, tan eterno. 

Se construyó para dar casa a los que se quedaron sin ella gracias a las guerras religiosas. Era el tiempo de los Cátaros. Hasta cuatro murallas tuvo alrededor para defenderse. Pero nunca la conquistaron. Así que terminada la cruzada solo le quedó mejorar y embellecerse con sus casonas góticas, su plaza del mercado porticada, sus florecientes negocios.

Era especial "Cordes sobre el cielo". Aunque al principio era "Cordes" a secas, vocablo que vendría de "Cordoa", una palabra occitana que se inspiraba en nuestra Córdoba. Querían una ciudad tan próspera, tan comerciante, como lo era la nuestra. Pero el pueblo en otoño se eleva sobre la niebla que cubre el valle, pareciendo enteramente que flota sobre las nubes. Ojalá hubiera sido otoño este julio pasado, con Cordes flotando... Y unos y otros empezaron a apellidarla así: "Cordes sur ciel". Hasta que en 1993 se hizo oficial el nombre completo.

Era especial aquel pueblo donde no existía la prisa. En "Cordes sur ciel" respirabas tranquilidad entre sus indolentes calles de piedra. Cerca de su mercado había una exposición de fotos de niños africanos, y en la empinada calle por la que ascendimos latía silenciosa una librería turquesa en la que tuve que demorarme para que formara parte de nuestra colección "La vuelta al mundo en 80 librerías".

Pero me faltó tiempo. Me faltó descubrirla mejor, patear sus callejones y rincones, admirar despacio las fachadas de sus casonas y sus miradores. Me faltó tiempo. Cordes sur ciel se merecía mucho más del que yo pude dedicarle, mucho más. 

Y echándolo ya de menos fui despidiéndome de aquel pueblo que cambió su nombre.