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domingo, 4 de diciembre de 2022

4 de diciembre.

 


 Al menos yo, que ultimamente estoy en lugares donde parece que se ha detenido el tiempo, necesito detenerme unos momentos y centrarme en dónde estoy. 

Y al hacerlo advierto que, sin apenas darme cuenta, nos habíamos colado en diciembre, ese mes vertiginoso con el nombre atrasado porque hubo un tiempo que fue el mes décimo, cuando el calendario romano tenía diez meses, siendo marzo el mes primero y el último diciembre.

Y así andábamos hasta que en el 153 a.C, debido a unas elecciones anticipadas en el mes 11, se estableció que enero sería el primer mes, y febrero el segundo mes. Por eso septiembre, que era el mes siete pasó el noveno, octubre que era el octavo pasó a ser el décimo... hasta llegar a diciembre que dejó de ser el décimo para convertirse en el último del año, el mes doce. De aquel calendario romano de diez meses, se pasó al juliano (de Julio Cesar) y de éste al gregoriano (porque hizo unos ajustes el Papa Gregorio XIII) en el año 1582, dejándonos cómo es nuestro calendario de ahora. 

Por eso la palabra "Diciembre" etimológicamente viene de "decem" el número diez. "decembrem" o "el mes número diez". Y desde entonces, y tras todos éstos avatares, vamos arrastrando vivir en un mes con el nombre atrasado.

 

También hoy, 4 de diciembre, coincide que vivimos en un domingo de Adviento

La palabra Adviento, viene del verbo latino "advenire" o llegar, con el prefijo "ad" (cercanía) y el verbo "venire".

Y decimos Adviento y decimos que los cristinos están en esas cuatro semanas previas a la llegada de Cristo. Están en ese tiempo en el que se preparan espiritualmente para la llegada de Jesucristo. Por eso el Adviento termina el 24 de diciembre. 

 

Y aunque un cuatro de diciembre todavía es otoño, hoy y en Madrid sentimos el invierno. Como decían aquellos refranes de nuestros abuelos. A mi abuelo Emiliano le encantaban:

Diciembre es un viejo que arruga el pellejo.

Del uno de diciembre en adelante, el invierno ya es constante. 

Diciembre tiritando, buen enero y mejor año. 

En diciembre sale el sol con tardura, y poco dura. 

Un mes antes y otro después de Navidad, es frío de verdad.

En diciembre, leña y duerme. 


¿Y cómo nos vamos a acordar? Pero dicen las efemérides que un cuatro de diciembre, pero de 1808, Madrid se rindió ante Napoleón. Y Amadeo de Saboya en el 1870 aceptó ser Rey de España. 

También un 4 de diciembre, pero de 1978, se aprueba en España la primera Ley de Partidos Políticos y en el de 2013, hallan en Atapuerca el ADN humano más antiguo conocido. 

 

Y podríamos decir también que el santoral nos apunta que hoy es Santa Bárbara de Nicomedia, una mártir cristina a quién mató su propio padre. O que tal día como hoy nació el escritor Rafael Sánchez Ferlosio, el boxeador Evangelista y la cantante Karina, o murió el Cardenal Reichelieu, el actor Manuel Tejada o el poeta Pedro Salinas.

 

Pero ya está bien ¿verdad? Ya casi, casi nos hemos situado en el día que vivimos.

Solo queda decir, como nos dijo el poeta latino Horacio:

 ¡Carpe diem! o Aprovecha el momento

«Carpe diem, quam minimum credula postero» Algo así como “Aprovecha el día, no confíes en el mañana”.

Y eso haremos. No tendremos otro 4 de diciembre de 2022. Vamos a por él, vamos a por este diciembre entero.

 

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