"Me dio un beso en la mejilla y le correspondí. Sé que hay culturas, y
no son pocas, donde los padres y los hijos, y más si son varones, jamás
se besan. siempre me he alegrado infinitamente no pertenecer a uno de
esos pueblos salvajes. Hay que rozarse con la carne de la propia carne,
de lo contrario el mundo es un pedrusco demasiado frío".
El último
libro que he terminado de leer ha sido “Los cuerpos extraños” de Lorenzo Silva.
Me ha encantado, como siempre.
La verdad es
que estoy deseando siempre de que aparezca otro caso de Bevilacqua y
Chamorro. Desde que me leí “El lejano
país de los estanques” que se publicó en 1998, esos dos personajes, es increíble,
pero están en mi vida. Y yo quiero saber qué pasa con ellos.
El argumento
de esta séptima entrega de la serie es el siguiente:
“Mientras
pasa el fin de semana en familia, el brigada Bevilacqua recibe el aviso de que
el cadáver de la alcaldesa de una localidad levantina, cuya desaparición había
sido previamente denunciada por el marido, ha sido hallado por unos turistas en
la playa. Para cuando Bevilacqua y su equipo llegan y se hacen cargo de la
investigación, el juez ya ha levantado el cadáver, las
primeras disposiciones están tomadas y se está preparando el funeral.
El lugar es un avispero en el que se desatan todo tipo de rumores sobre la víctima, una joven promesa que venía a romper con los modos y corruptelas de los viejos mandarines del partido y que apostaba por renovar el modo de hacer política. Además, el descubrimiento de su agitada vida sexual, que puede calificarse de todo menos insípida, arroja sobre el caso una luz perturbadora.”
El lugar es un avispero en el que se desatan todo tipo de rumores sobre la víctima, una joven promesa que venía a romper con los modos y corruptelas de los viejos mandarines del partido y que apostaba por renovar el modo de hacer política. Además, el descubrimiento de su agitada vida sexual, que puede calificarse de todo menos insípida, arroja sobre el caso una luz perturbadora.”
En este caso
nuestros protagonistas se tienen que ir a la costa levantina a resolver el
asesinato de una joven alcaldesa.
Como vemos
ha cambiado de nuevo el lugar donde se desarrolla la historia. Las andanzas de
estos guardias civiles comenzaron en Mallorca en el primer libro de la serie, y
después hemos ido con ellos por Guadalajara, por las Canarias, por Madrid,
Barcelona… Ahora, cómo os decía, nos vamos al Levante. Y en cuanto al tiempo
también vamos avanzando con cada una de las novelas. Esto es muy bueno porque
el autor ha sabido reflejar muy bien cómo van madurando nuestros protagonistas
a lo largo de cada caso, y ahora ya estamos en el año 2013 y hay mucho paro y hasta guasap,
que por supuesto no lo había en las novelas anteriores. Son unas
novelas siempre actuales porque se desarrollan más o menos en el tiempo que
estamos viviendo.
De nuevo el
narrador es en primera persona, lo cuenta Rubén Bevilacqua, nuestro
protagonista masculino, que sigue siendo ese personaje reflexivo, que va
madurando junto a nosotros. Qué bien ha caracterizado Lorenzo Silva a este par
de protagonistas de sus novelas. Son personajes tan creíbles… Que están
madurando tan bien… ¿O me parecerá a mí porque son más o menos de mi edad? No
sé, pero de verdad que me parecen un verdadero logro. Tanto Vila como Chamorro, son casi personajes de
carne y hueso.
El ritmo de
la novela, al estar contada la historia por este personaje que es Bevilacqua
tan reflexivo, no es trepidante, claro. Pero tampoco es que sea lenta, no,
tiene un ritmo tranquilo sí, pero no se te hace pesada ni mucho menos. Vamos
descubriendo los entresijos de la trama junto a nuestro protagonista, vamos
viviendo el caso cómo lo va haciendo él. ¿Y por qué? Porque además de tener los
comentarios reflexivos del personajes principal, Lorenzo Silva domina la
técnica del diálogo muy bien. Sabe hacerlos ingeniosos y ágiles. Y combinando
ambos consigue que fluya la historia, que discurra la trama de forma relajada
pero continua.
En fin… que
me ha encantado la novela. Lo cierto es que además me ha gustado bastante más
que “La estrategia del agua” que es la menos me gustó de todas. Me parece que
Lorenzo Silva sabe escribir este tipo de historias tan bien, maneja con soltura, distribuye los
ingredientes necesarios para el esclarecimiento del caso con acierto: algunas dosis de misterio junto a
profundidad en la psicología del personaje, unido a ese tono humorístico con que
impregna la narración pero alternándolo con esos comentarios tan reflexivos, hace que a sus lectores nos tenga ya cogidos de tal
manera que nos hemos hecho sus incondicionales. Lorenzo Silva ha ido madurando
como escritor al mismo tiempo que sus personajes y también paralelos a nosotros,
sus lectores, y resulta que ya vamos juntos, y es muy difícil que podamos
desvincularnos los unos de los otros.
Al hilo de tu reseña, Rocío, tan precisa y certera, te diré que siempre que paso por la zona textil de Carrefour pienso en Rubén comprándose una camisa y unos vaqueros, tan cercano y tan real como lo sentimos. ¡Cuántos estupendos desayunos más hablando de ese amigo común nos esperan en la soledad compartida!
ResponderEliminarQué graciosa Ana, tienes toda la razón del mundo, Rubén podría estar en Carrefour o en cualquier otro lugar tan cotidiano como ese porque parece uno de nosotros. Muchísimas gracias por tu comentario, por tu interés y por estar ahí detrás siempre. Claro que sí seguiremos desayunando y volverá a salir Bevilacqua porque crece con nosotros. Un beeeso, Rocío
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