He terminado de leer "A flor de piel" de Javier Moro.
Dos razones me inclinaron a leer esta novela. Por una lado nunca había leído ningún libro de Javier Moro, y me apetecía saber cómo escribía puesto que había oído hablar mucho de sus libros. Además había escuchado una entrevista con el autor en rne en el programa de Pepa Fernández "No es un día cualquiera" y me había interesado mucho el argumento de la novela: una expedición filantrópica de principios del 1800 tan importante y sin embargo tan desconocida.
Una vez leída ha cumplido mis expectativas en cuanto a las dos razones que me empujaron a leerla, aunque se me ha hecho un poco larga. Pero creo que ha sido por el momento vital que estoy atravesando.
El argumento: En 1803, parte de La Coruña La Real Expedición Filantrópica de la
Vacuna, financiada por Carlos IV. Su propósito: llevar el remedio contra
la viruela a Canarias, Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú,
México, Filipinas y China. En dicha Expedición, llamada también Expedición Balmis, iban dos médicos que se encariñan con la misma mujer. La única que viaja en esa corbeta para cuidar a los 22 niños huérfanos de entre
tres y ocho años que son inoculados con el virus para servir de transporte de la misma.
El tema por supuesto es contar la epopeya que duró varios años de llevar la vacuna de la viruela a América. La superación, el logro de aquella empresa, poniendo hincapié en el método original de hacerlo: “Inoculó a unos niños el virus de la viruela;
cuando les aparecía un granito con pus, se les extraía el virus y lo
volvían a inocular en otro niño y así hasta que se realizaba el
periplo”, aclara el novelista.
Los personajes principales son el cirujano alicantino Javier Balmis (un tipo brillante solo preocupado por su trabajo pero un tanto egocéntrico y con dificultades para sociabilizarse) e Isabel Zendal una mujer valiente, trabajadora, fuerte, entregada al cuidado de los demás; la joven coruñesa que ha sido considerada por la OMS como la primera enfermera de la historia en misión internacional. De ellos sabremos toda su vida. Más tarde aparecerá la tercera persona que complementará el trío el catalán José Salvany, que se dejó la vida en la expedición pues siempre fue frágil aunque mucho más agradable que el cirujano. Después no dejarán de aparecer principalmente dos niños: Benito, el hijo de Isabel, y Cándido de la Caridad uno de los niños inoculados con el virus de la viruela. Aunque habrá muchos más niños.
Los personajes principales están muy, muy bien caracterizados. No nos falta detalle de ellos. Os recuerdo que son personas reales que participaron en aquella epopeya y que el autor ha recuperado del olvido. Pero aunque los personajes principales son reales, apenas existía documentación de ellos así que hay buena parte de ficción en su creación. El resto de los personajes: varios niños de los doscientos que fueron
en la expedición, el Rey Carlos IV, el Virrey... apenas con varias
pinceladas el autor nos deja con su perfil inequívoco.
La historia está bien ambientada en aquella España de finales del siglo XVIII y principios del XIX. De España pasarán a Canarias, Puerto Rico, México y demás países que hemos dicho antes. El autor nos los va describiendo con el detalle necesario para hacernos bien una idea de cada geografía, cada sociedad y cada cultura. Se nota el proceso de documentación histórica que hay detrás.
El autor hace un manejo del tiempo al contar la historia de forma lineal, pues comienza en julio de 1788 en una pedanía del municipio de Ordes en tierras
gallegas. Con solo trece años la pequeña Isabel Zendal acaba de perder a su
madre enferma de viruela. Son muy pobres y las condiciones en que viven miserables. A partir de aquí progresará paralelamente la historia y el tiempo. En una primera parte habrá dos hilos narrativos progresando a la vez, por un lado la historia de Isabel Zendal y por otro la historia del cirujano alicantino Balmis. Hasta que llega un punto que ambos hilos convergen, y a apartir de aquí habrá un solo hilo.
La prosa con la que se nos cuenta la historia es fluida y amena. El autor es un buen contador de historias, y nos regala una novela entretenida. Quizás el ritmo no siempre sea igual sino que a veces el excesivo detalle detenía un poco la historia. Pero ya os decía que seguramente habrá influído que yo necesitaba algo más trepidante.
La novela merece mucho la pena, sobre todo porque nos muestra un pedazo de nuestra historia, la de la ilustración a la que no se le ha dado toda la importancia que tiene. Surgió a finales del reinado de Carlos IV, cuando el Imperio estaba de capa caída por la guerra contra Napoleón y más tarde las guerras de independencia de América. Aquella expedición fue memorable, se vacunaron a 500.000 personas de forma totalmente altruista y yo no había oído hablar de ello nunca. Parece ser que el autor se encontró con la historia un poco por casualidad: “Me la contó la responsable de comunicación del
Jardín Botánico de Madrid, donde hay una biblioteca en la que se guarda
la documentación de las expediciones científicas españolas”, explica el
autor en entrevista con EL MUNDO. Le interesó mucho, no era para menos, y se decidió a contarla.
Javier Moro, autor de A flor de piel,
colabora desde muy joven en medios de prensa nacionales y extranjeros.
Ha trabajado como investigador en varios libros de Dominique Lapierre y
Larry Collins. Coproductor y guionista de las películas Valentina y
Crónica del alba, ambas basadas en la obra de Ramón J. Sender, estuvo
seis años en Estados Unidos desarrollando proyectos de cine y
televisión, donde colaboró con directores como Ridley Scott. Es autor,
entre otras obras, de Senderos de libertad (Seix Barral, 1992), El pie de Jaipur (Seix Barral, 1995) y El sari rojo (Seix Barral, 2008). Su novela Pasión india
(Seix Barral, 2005), la historia de la bailarina española que se casó
con el maharajá de Kapurthala, ha sido uno de los grandes éxitos de
crítica y ventas de los últimos años en España. En 2011 obtuvo el Premio
Planeta con la novela El imperio eres tú.