Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

lunes, 7 de abril de 2014

"El verano de los juguetes muertos" y "Los buenos suicidas" de Toni Hill

 


«Según parece, nadie se ha molestado en componer canciones nuevas, así que un año más los peces siguen bebiendo en el mismo puto río. Debe de ser eso lo que jode de la Navidad.» 

 En cuánto me descuido se me acumulan las reseñas de libros que he leído. Así que por esta vez, y sin que siente precedente, voy a dedicar una entrada a hablar de dos ellos juntos.

Y no porque cada uno por separado no se merezca una sola entrada, nada más lejos, sino porque son del mismo autor y de alguna manera se continúan, así vamos ganando tiempo.

Me estoy refiriendo a dos novelas policíacas. "El verano de los juguetes muertos" y "Los buenos suicidas" ambas del escritor catalan Toni Hill, ambas también protagonizadas por el inspector Héctor Salgado y ambientadas en Barcelona.

Bueno, lo primero que tengo que decir es que me han gustado mucho. Me han parecido muy entretenidas y bien escritas. Amenas, me las he leído de un tirón. Una detrás de la otra, además. Y siento un montón que no está ya la tercera, porque si no ahí estaba ya con ella.

En cuanto a los argumentos os puedo decir que:
En "El verano de los juguetes muertos" el equipo investiga si la caída de un chico desde un balcón ha sido un accidente o hay algo más allá.

En "Los buenos suicidas" se ocupan del presunto suicidio de la secretaria de unos laboratorios cosméticos que se ha arrojado al metro. 

En cuánto a los personajes. El personaje principal es Héctor Salgado, un inspector de los Mossos d'Esquadra en Barcelona. Esta separado de Ruth, y tiene un hijo de 13 años, Guillermo. Es de origen argentino que vive en España desde que era jóven. Cuando empieza la novela tiene cuarenta y pocos años. Fuma, pero le gusta correr. Es buena gente, aunque a veces pierde un poco los papeles...
Una de sus compañeras más importantes en la novela es la agente Leire Castro, novata investigadora, que se va a ir haciendo con su buen hacer cada vez más importante en la novela. Muy resolutiva. 

Después tenemos a la Subinspectora Martina Andreu, casada y con dos hijos. Al comisario jefe Lluis Savalla, paternal, pero severo. Y el agente Roger Fort, jóven también novato y muy bien intencionado.

En general son personajes bastante creíbles, bien construidos. En la primera brilla más Héctor Salgado y en la segunda, me ha gustado más Leire, gana más protagonismo, y su personaje crece más. En cuánto al argumento, personalmente me gustó más la del primer libro. Pero bueno tampoco me ha parecido mal el segundo.

 Cómo ya hemos dicho la acción se desarrolla en Barcelona, ahí vemos claramente el calor, sus calles, la playa, la gente, sus barrios. Y transcurre en el presente. 

En cuánto a la forma de estructurar la narración, las novelas se estructuras en capítulos cortos y hay mucho diálogo, lo que hace su lectura mucho más ágil y fluida.

 A mí me han gustado mucho, ya os lo he dicho. Son novelas policíacas muy fluidas. Muy entretenidas. Es novela negra, pero con unos personajes en los que se profundiza más que en otras novelas de éste género. Quizás por eso a mí me gusta más. Por otro lado está bien estructurada la trama. Y ambas están bien resueltas. Aunque lo malo es que, en un punto, en lo que se refiere a Ruth (la ex esposa de Héctor Salgado) se continúan. Se resuelve bien la primera trama, atando todos los cabos, pero hay ésta otra trama que se va continúando y tendremos que esperar al tercer libro para saber el final. 

Así que si no habéis leído ninguna de ellas, empezad por la primera y lo mismo cuando termineis la segunda ya ha salido la tercera parte. Esa suerte tendréis. Porque seguro que si os gusta la novela negra "de casa" querréis leerlas todas.





Toni Hill (Barcelona, 1966) es licenciado en psicología. Lleva más de diez años dedicado a la traducción literaria y a la colaboración editorial en distintos ámbitos. Entre los autores traducidos por él se encuentran David Sedaris, Jonathan Safran Foer, Glenway Wescott, Rosie Alison, Peter May . Rabbih Alameddine y A. L. Kennedy. En julio de 2011 se publicó su primera novela, El verano de los juguetes muertos, vendida a una veintena de países y con un gran éxito de crítica y ventas. En junio de 2012 apareció la segunda novela de esta serie policíaca ambientada en Barcelona: Los buenos suicidas. 

miércoles, 2 de abril de 2014

Kamikaze





Cómo me ha gustado esta película...

"Siempre hay alguien que sufre más que tú, 
y no hay más que dos opciones: 
O pudrirte por dentro, o bailar al ritmo de la vida"

lunes, 31 de marzo de 2014

Efemérides del mes de Marzo



Se va marzo... 

Ese mes en el que murió Julio Verne y Walt Whitman, se suicidó Virginia Woolf, pero se publicó La Cabaña del tío Tom.

Se va marzo...

Ese mes en el que Camús publicó El extrajero, Hypatia fue lapidada, pero también Alfonso XIII autorizó que las mujeres españolas pudieran realizar estudios superiores.

Se va marzo...

Ese mes en el que murió Josefina Aldecoa y Zelda Fitzgerald, pero Miguel Hernández consiguió su único premio literario y nació Gertrudis Gómez de Avellaneda.

Se va marzo...

domingo, 30 de marzo de 2014

03/04/2014: Lectura colectiva en Madrid de los autores de la Tertulia Literaria RASCAMÁN



Jam Session
Buena parte de los autores de la Tertulia Literaria Rascamán...
Poemas
Relatos

Y yo participo...



Vendréis...

¿Verdad?

jueves, 27 de marzo de 2014

"Eres una bestia, Viskovitz" Alessandro Boffa


Os invito a leer este cuento pequeñito. Merece la pena. Siempre me ha gustado mucho, me hace sonreír, desde que me lo leyó hace mucho tiempo una compañera de letras: Mercedes Codesal.

Ay qué peligro tienen algunos amores, qué pena.

El libro está agotado, otra pena.

Eres una Bestia, Viskovitz - Alessandro Boffa


Cómo era papá? –le pregunté a mi madre.
–Crujiente, un poco salado, rico en fibra.
–Quiero decir antes de comértelo.
–Era un mequetrefe inseguro, angustiado, neurótico, un poco como todos vosotros, los machitos, Visko.
Me sentía más cercano que nunca a aquel genitor al que no había llegado a conocer, que se había descompuesto en el estómago de mamá mientras yo era concebido. De quien no había recibido calor, sino calorías. Gracias, papá, pensé. Sé lo que significa, para una mantis macho, sacrificarse por la familia.
Me detuve un instante, en grave recogimiento, ante su tumba, es decir, ante mi madre, y entoné un miserere.
Al poco rato, como pensar en la muerte nunca dejaba de provocarme una erección, consideré llegado el momento de reunirme con Ljuba, el insecto al que amaba. La había conocido más o menos un mes antes, en el matrimonio de mi hermana, que por otra parte era también el funeral de mi cuñado, y había quedado prisionero de su cruel belleza. No habíamos dejado de vernos desde entonces. ¿Cómo había sido posible? Dios me había bendecido con el don más apreciado por nosotros, los mantis: la eyaculación precoz, condición indispensable de cualquier historia de amor que aspire a no ser efímera. La primera semana había perdido sólo un par de patas, las raptatorias, la segunda el prototórax con sus anexos para el vuelo, la tercera...
–¡No lo hagas, Visko, por amor de Dios! –empezaron a gritarme mis amigos Zucotic, Petrovic y López, encaramados en las ramas más altas.
Para ellos la hembra era el demonio, la misoginia una misión. Desde la metamorfosis sufrían algún tipo de desviación o disfunción sexual, habían adoptado los votos del sacerdocio y se pasaban todo el santo día mascando pétalos y recitando salmos. Eran muy religiosos.
Pero no había oración que pudiese detenerme, no ahora, que oía el gélido suspiro de mi amada, el sombrío rumor de sus membranas, su fúnebre y burlona sonrisa. Me moví frenéticamente en dirección a aquellos sonidos, con la única pata que me quedaba, apoyándome en mi erección, esforzándome por llegar a visualizar la gloria de sus formas, ahora que no podía verlas porque ya no tenía ocelos, ahora que no podía olerías porque ya no tenía antenas, ahora que no podía besarlas porque ya no tenía palpos.
Por ella había perdido ya la cabeza.

Alessandro Boffa

miércoles, 26 de marzo de 2014

"Pescado" de Aureliano Cañadas




 
PESCADO


Y me enganchó la boca
con el terrible anzuelo de su boca,
me arrastró hasta la luz del sol, el aire,
y me dejó morir sobre la arena
                                                  despacito.



Aureliano Cañadas
"Doble vida"