" (...)Según me contó Bruna, mi padre solía encerrarse a escribir y entonces no se lo podía molestar. A veces eran varias tardes seguidas; otras, de noche y hasta la madrugada, mientras todos dormían. Solía compartir sus textos con ella: eran poemas y algún relato breve de vez en cuando. Los poemas, sobre todo, me han parecido impactantes, magníficos; en vida no quiso ni oir de publicarlos, pero le dio a Bruna total libertad para disponer de ellos cuando ya no estuviera. Muchos hablan de mí, y ella me los ha pasado para que sea yo quién decida. Cambio de opinición todos los días. Por un lado, me gustaría preservar este último vínculo de comunicación guardándomelo para mí sola, pero últimamente estoy pensando que publicarlos sería el primer paso hacia una reparación que se me antoja necesaria. Da igual el número de lectores que pueda tener (con la poesía ya se sabe); es más bien una declaración de principios, una forma de recordar que lo que hacemos, lo que somos, depende de lo que nos han dado y de lo que nos han quitado."
Pág. 121
El cielo según Google
Marta Carnicero
Me acerqué a esta novela de menos de 150 páginas porque la autora estuvo como invitada en uno de los programas de Página2, el programa de la 2 de televisión de libros.
Sentí curiosidad por esta novela porque contaba la autora que era el trabajo fin de Master de escritura creativa de la Universidad Pompeu Fabra. Lo escribió en catalán y lo ha publicado dos años después la editorial Acantilado con traducción de Pablo Martín Sánchez. Ya esas tres premisas despertaron mi curiosidad porque me atraían las tres.
El argumento que ella contó y que luego releí en la página de la editorial también lo hizo: "La llegada a casa de Naïma, la niña que acaban de adoptar Júlia y
Marcel, debía suponer el inicio de una vida familiar plena, pero la
nueva situación a la que se enfrenta la pareja hará aflorar una realidad
que se empeñaban en ignorar. «Si pensáramos que nos morimos poco a
poco, un poquito cada día, procuraríamos centrarnos en lo que nos hace
felices. A menudo nos queremos, y hasta nos permitimos hacernos daño,
como si tuviésemos carta blanca para rectificar, todo el tiempo del
mundo para aspirar a la felicidad y ninguna prisa por alcanzarla». El
lector tiene en sus manos una novela honesta, sagaz, profundamente
conmovedora y llena de sabiduría, que nos habla del amor en todas sus
formas."
Es la primera novela de esta autora y si escribe más me gustará leerlas, porque en general me ha gustado.
Aunque debo admitir que se me ha hecho más pesada la primera mitad de la novela que la segunda. La autora a la hora de contarlo ha elegido alternar dos voces: la de Julia y la de Marcel por un lado, gracias a un narrador omnisciente. Y la de su hija adoptada Naima unos años después, en primera persona.
Alternar los dos narradores y que el tiempo no sea lineal sino que salte adelante y atrás, en principio está muy bien. El ritmo se agiliza. Además son capítulos cortos, lo cual también ayuda.
Pero es más densa la primera parte, la del narrador omnisciente. Precisamente la que cuenta el declive de esa relación amorosa narrada por los dos miembros de la pareja. Hay tantos detalles, tantos pensamientos de uno y de otro, que a mí ya me cargaba un poco. Aunque reconozco que está bien contado, está bien reflejada ese sufrimiento del amor que uno siente que se aleja de ti, esa agonía del amor.
A partir de que alza la voz narradora de la hija adoptiva que está atravesando por un momento vital parecido, me ha resultado mucho más entretenida, más redonda porque recoge lo que le han contado por un lado y por otro y le da otra lectura según lo vivido. Es una parte más entretenida por cómo se cuenta y por cómo redondea lo ya dicho.
Esta novela aborda un tema muy actual: cómo puede o debe cambiar la vida de una pareja con la llegada de un hijo adoptivo.
Literariamente quiero destacar que me ha llegado su prosa rica al diseccionar los sentimientos, al llegar hasta el detalle, al plasmar las reflexiones de los personajes. Es un lenguaje rico en metáforas, en imágenes literarias. Un lenguaje muy cuidado, muy trabajado.
El título me parece otro acierto. Ahora que acudimos tanto a google, a google maps, para ver las ciudades. Me ha parecido muy adecuado.
Así que estaré atenta para leer la siguiente novela de Marta Carnicero.
Sé que mi madre no dejó de ocuparse de mí en ningún momento; no necesito pruebas de ello. Y al mismo tiémpo no me cabe la menor duda de que experimentó, como yo misma, la necesidad de evadirse del mundo durante un rato, de ser ella sola sin descendencia, sin nadie, alejada de todo. Cuando tienes un hijo, me dijo el día que anuncié en casa mi intención de adoptar, pasas a ser un personaje secundario de tu propia vida.
No será para tanto, pensé yo: no será para tanto.
Pág. 83
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