Hoy, día 23 de Abril se celebra en todo el mundo, el día internacional del libro.
El Origen del día del libro se remonta a 1930. El 23 de abril de 1616 fallecían Cervantes y Shakespeare. También en un 23 de abril nacieron – o murieron – otros escritores eminentes como Maurice Druon, K. Laxness, Vladimir Nabokov, Josep Pla o Manuel Mejía Vallejo. Por este motivo, esta fecha tan simbólica para la literatura universal fue la escogida por la Conferencia General de la UNESCO para rendir un homenaje mundial al libro y sus autores, y alentar a todos, en particular a los más jóvenes, a descubrir el placer de la lectura y respetar la irreemplazable contribución de los creadores al progreso social y cultural.
He pensado que en vez de hablar de ningún libro en concreto, de los que aquí estamos hablando día sí, día también, nosotros vamos a hablar de Cervantes a quién también se recuerda mucho hoy leyendo el Quijote en diversos foros, entre ellos el Círculo de Bellas Artes.
En nuestro caso la protagonista de hoy, 23 de abril de 2013, va a ser su casa.
Ya sabéis que en este blog tenemos una etiqueta dedicada a las Casas de los Escritores, y ya llevamos unas cuántas casas en nómina, que podéis consultar en:
Hoy vamos a recordar la casa de Cervantes en Madrid donde murió (porque parece ser que vivió en alguna más de esta ciudad). Pero en este caso nos referimos a la casa de la calle Cervantes, número 2, en el Barrio de las Letras. Calle donde también está la casa de Lope de Vega, que cómo recordareis no se puede decir que fueran muy amigos. Antiguamente en vez de calle Cervantes se llamaba calle Francos.
Aunque si somos precisos tenemos que decir que no es exactamente esa casa que ahora hay en el núm. 2 de la calle Cervantes la casa donde murió, sino que es otra casa que se levantó en el solar donde estaba. Leemos en la Wikipedia que:
"Murió Cervantes en esta última casa de la calle del León esquina con Francos, en la manzana 228. En el año 1833, el propietario del inmueble, don Luis Franco, quiso derribar la casa que estaba muy ruinosa, para edificar una de nueva planta. El 23 de abril de ese mismo año, en el momento en que se procedía al derribo de la casa en cuestión, Ramón de Mesonero Romanos escribió en el único periódico literario de la época un articulillo en memoria del escritor y sobre el suceso del derribo. Dicho artículo llamó la atención del rey Fernando VII quien propuso que se suspendieran las obras para que el Estado comprase el inmueble. Pero el propietario no cedió de ninguna manera y el derribo se llevó a cabo. Una vez terminada la nueva construcción, cuya entrada ya no estaría por la calle del León sino por la de Francos, se puso en la fachada un relieve con el busto de Cervantes y una inscripción rememorando su estancia y muerte en aquel lugar. Así mismo, se cambió el nombre de la calle de Francos por el de calle de Cervantes, y así prevalece en la actualidad."