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- Confieso Padre que nunca había leído a María Dueñas, ni a Manuel Francisco Reina ni a Luis Alberto de Cuenca. Confieso que a uno de ellos ni siquiera le conocía de nombre como a Manuel Francisco Reina. Qué le vamos a hacer... Confieso que la novela histórica no me atrae. Confieso que de María Dueñas solo sabía que era la autora de un libro (A veces me ocurre que oigo un nombre propio, y en la mente inmediatamente me sale el título de un libro. O al revés. Eso me pasó con María Dueñas. “¿Quién es?” Me preguntó alguien cerca de mí. Y sin pensarlo contesté: “La autora que ha escrito “El tiempo entre costuras”, un libro bien gordo ambientado en los años 40 que ya lleva un montón de ediciones…” Pero no lo había leído…) Confieso que de Luis Alberto de Cuenca sabía que era poeta y sobre todo el dato curioso de que siendo quién era, además había escrito la letra de la canción: "Hola mi amor" de la Orquesta Mondragón...
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-Confieso Padre que me quedé porque en aquel Salón de Actos de "Alcalá 31" se estaba muy bien. Confieso que acababa de salir del coloquio de David Trueba y Jose Mª Ridao y tenía el ánimo satisfecho de quién ha pasado un buen rato literario. Confieso que dudaba a qué otro acto ir en ese momento. Confieso que era buena señal que el auditorio estuviera lleno. Confieso que además, teníamos un buen sitio...
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-Confieso que me gustó el modo de entrar de María Dueñas. De los tres fue la única que nada más hacerlo se dirigió al público y dijo un "Hola, buenas tardes" muy natural y distendido... Confieso que allí se empezó a hablar largo y tendido de la novela histórica, del proceso de creación, de la documentación que hay que utilizar, sobre su presente y su momento en el mercado editorial y yo... Yo... Pues soy débil Padre, en lo que se refiere a literatura soy muy débil...
. La clave de la labor de documentación está en la justa medida. Hay que ser riguroso con los tiempos, con los escenarios, con los momentos históricos... Y sobre todo ello se vuelca la ficción... No hay que olvidar que no es un ensayo, sino que estamos haciendo literatura. (L. A. de Cuenca)
. Yo he trabajado mucho con fotografías antiguas, fotografías de los años 1936-1940 y claro tienes el riesgo al volver a atrás solo setenta años de que puede ser que aún haya supervivientes que te pueden corregir. De hecho he recibido cartas de varias personas donde por ejemplo una me decía que ¿Por qué tenía que decir que su padre era nazi?. O que me corregían algún dato como por ej. el cine dónde se estrenó Rebeca en Madrid, porque sí fue en el año 40 pero no en el Palacio de la Música... (María Dueñas)
.Yo he necesitado estudiar muchos mapas de las ciudades, de cómo eran entonces, para ver como se podían mover los personajes por ellas... Pero no hay que olvidar que los personajes tienen que ser reales, sus pasiones tienen que ser reales para que el lector se identique con ellos. Yo he podido acercarme mucho a cómo era el maltrato en la antiguedad. Porque ya existía... Adriano hacía cosas tremendas: Maltratar, asesinar... (M.F. Reina).
. Yourcenar (Memorias de Adriano) revoluciona la novela histórica, porque cambia la novela decimonónica.
. Toda literatura es fantástica por naturaleza (L.A. de Cuenca).
. A veces las correcciones pueden venir de sociólogos, de estudiosos de historia... Y claro puede ser que tengan razón, porque uno pretende ser muy riguroso, pero claro hay inexactitudes que a veces se te escapan... (María Dueñas)
. Ahora existen ciertos prejuicios contra la novela histórica. Porque se ha abusado de ella, y ahora mismo hay tanto escrito que no se puede distinguir entre el grano y la paja... Ahora lo que está de moda es la novela negra. Hacía la novela histórica hay un cierto hastío... (L.A. de Cuenca).
. Pero es que ¿Que es histórico? Porque si nos ponemos puristas ¿Dónde está la línea que etiqueta a una novela como tal? Lo que existen son malos y buenos narradores.
. La literatura nos ayuda a vivir (L.A. de Cuenca).
. La novela de María Dueñas tiene una imparcialidad notable, no hay moralina de ningún lado. Si escribes una novela no puedes ser infiel al espíritu de la época, pero no estás escribiendo un ensayo histórico, no es ciencia donde sí que se tiene que atender al criterio de la verdad, la literatura no. (L.A. de Cuenca).
. Hay que tener cuidado con la metodología. Hay que crear algo que te convenza, te mueva por dentro. Entonces hay que tener cuidado en no acabar haciendo algo tan perfecto que no conmueva, que sea inerte. Siempre tiene que haber un proceso identificativo en la lectura (L. A. de Cuenca).
- Confieso Padre que me quedé embelesada con lo que allí se decía. Confieso que todo parecía interesante y entretenido. Confieso que se pasó el tiempo volando... más que volando... apenas ni me enteré cuando ya estaban despidiéndose. Confieso que disfruté mucho Padre, mucho...
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- ¿De los tres Padre? No claro, si lo comprendo, porque la verdad es que sí que disfruté
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- Está bien... Claro que me arrepiento y como penitencia leeré algún libro de cada uno, alguno... Que sí, Padre, de verdad... Lo leeré. O al menos lo intentaré... ¿Las buenas intenciones no valen como penitencia?
María Dueñas: Doctora en Filología Inglesa y profesora titular de la Universidad de Murcia. Nacida en Puertollano (Ciudad Real) en 1964; casada, dos hijos, siete hermanos, un puñado grande de buenos amigos. Reside en en Cartagena. EL TIEMPO ENTRE COSTURAS es su primera novela publicada. http://eltiempoentrecosturas.blogspot.com/
Luis Alberto de Cuenca. Nació en Madrid el 29 de Diciembre de 1950. Es profesor de Investigación del C.S.I.C. Su versión del Cantar de Valtario (1987) fue Premio Nacional de Traducción. Después de ser considerado el poeta más culturalista de su generación, ha ido construyendo desde La caja de plata una obra poética de línea clara, irónica y trágica a un tiempo, moderna y clásica a la vez, que ha abierto nuevos cauces de expresión a la poesía española del fin de siglo.
Manuel Francisco Reina (Jerez de la Frontera, 1974) estudio Filología Hispánica en Cádiz y es poeta, narrador, dramaturgo y crítico literario. Entre sus novelas destacan 'Los santos varones', 'La coartada de Antínoo' y 'La mirada de sal', así como las antologías 'Mujeres de carne y verso' o 'Poesía andalusí', y ensayos como 'Un siglo de copla'. Su última novela se titula: "La emperatriz amarga" y desmitifica la imagen del emperador victoriano Adriano desde la perpectiva de su mujer, la emperatriz Sabina.