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viernes, 4 de marzo de 2022

Jaume Plensa en Madrid.

 

Julia llegó como una viajera más, y sin embargo se ha ido quedando cada vez más tiempo. 

Ahora dicen que hasta diciembre de este 2022. Pero ¿quién sabe?

A Madrid le gusta Julia.

Julia es tranquilidad que emana del centro del bullicio. Situada en la Plaza de Colón, a su alrededor no se interrumpe nunca el ruido de coches, de voces, de pasos, más ella permanece concentrada, reflexiva, contemplándose hacia dentro, ajena al caos, regalándonos paz.

 

Isabella, es más pequeña, más discreta, pero también, con sus ojos cerrados, la niña Isabella nos transmite quietud. 



 

Se paró ante un edificio de la Castellana, y ahí medita. Ahí también tropiezas con ella casi sin darte cuenta.

Isabella silenciosa, serena, te regala una sonrisa sin proponérselo, cuando tú te alegras de descubrirla.

Y te sorprende, te paras, la contemplas y una alegría diminuta se te cuela dentro.

 

También a Madrid le creció otro árbol que también se apellida Plensa, como Julia, como Isabella. 

No es blanco, no tiene cara, ni los ojos cerrados. Pero también te sorprende. 

"El árbol de la vida" está en la plaza de Los Sagrados Corazones, dónde si no.



 Las letras se van entrelazando a medida que ascienden, encajándose unas en otras y otras y otras, hasta ir formándole un tronco blanco que culmina en un corazón rojo.

Memoria y reconocimiento de los sanitarios fallecidos en el ejercicio de su profesión durante la pandemia por Covid-19.

A este árbol siento que le faltan los ojos cerrados, le falta el sosiego que sin querer se les escapa a las mujeres, a Julia, a Isabella. Pero ha germinado de un buen motivo.

 

Todos le vienen bien a esta ciudad.

 

Madrid se piensa con Plensa. 

Y Plensa nos sosiega a Madrid.


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