Tenemos un atraso importante en las entradas del blog. Y entre ese atasco tenemos un poco aparcadas las que dedicamos a la colección de los nombres curiosos de las tiendas, donde intentamos resaltar aquellos que nos parecen diferentes u originales por alguna razón.
Ya tengo fila de fotos, así que vamos a ir poniendo orden.
Hoy traemos una entrada limpita que huele a suavizante y, lo que es mejor, tiene un fondo de lenguaje muy bien elegido. Me estoy refiriendo a un par de fotografías que me han regalado mis amigos. Tengo mucha suerte, cuando van por ahí, siempre hay algun amigo que se acuerda de mí si ve algún nombre que llama la atención y me lo regala envueltecito en un guasap cariñoso. Da gusto recibir esas sorpresas.
Bien pues, en esta ocasión, Javier y Piluca me han regalado dos con un tema común: ¡lavanderias!
En ambos casos la elección del nombre tiene un doble sentido muy acertado.
En la foto que encabeza la entrada tenemos nuestra primera lavanderia: "Bailame el agua". Muy bueno el juego de palabras con doble sentido entre una lavandería y la frase hecha con agua, que imagino que todos sabéis que tiene el significado de adular a alguien, hacerle lisonjas, agradarle...
¿Sabéis de donde viene la expresión "Báilame el agua"? Pues tanto Covarrubias en su Tesoro de la Lengua Castellana, como en el Quijote, aluden a ella diciendo que su origen habría que buscarlo en que antiguamente los criados, antes de que llegaran los señores, cuando el tiempo estaba muy caluroso, echaban agua al suelo y las paredes para refrescar el ambiente. Claro, estamos hablando de tiempos pretéritos... Entonces el agua al chocar con fuerza contra las baldosas del suelo, saltaba, dando la sensación de que estaba bailando. Como éste afán era "una gracia" que se hacía a los dueños de la casa para que se encontraran más a gusto, pues se comenzó a asociar ese momento de que bailara el agua, con la intención.
Es bueno el guiño ¿verdad?
Y en la foto de debajo, tenemos otra lavanderia "La colada", y otro guiño, pero esta vez histórico. ¿Vosotros sabéis cómo se llamaban las espadas del Cid? Porque confieso que yo solo sabía que una se llamaba Tizona, pero resulta que la otra se llamaba ¡"Colada"!
Siempre estudiamos que el Cid le regaló a sus yernos, cuando se casaron sus hijas, sus espadas. Lo que ocurre es que nos decían (creo que en el Cantar del Mío Cid) que sus hijas se llamaban Elvira y Sol y se habían casado con los Infantes de Carrión. Después resulta que la historia nos ha rectificado este punto y que, en realidad, se llamaban Maria y Cristina, y se habían casado respectivamente con el Conde de Barcelona y Ramiro Sánchez de Navarra. Ainssss...
Pero parece ser que, al menos, las espadas se siguen llamando como se llamaban. Y claro para una lavandería burgalesa, que eso no lo había dicho, el juego de palabras de la espada "La Colada" del Cid con la palabra "colada" que en la quinta acepción del diccionario de la RAE quiere decir. "ropa lavada" es ocurrente ¿Verdad?
Así que muy bien estas dos nuevas aportaciones a nuestra colección, muy ingeniosas.
Ya solo queda dar gracias a mis amigos por estas aportaciones a la causa.
Da gusto leerte,lo bien que explicas las cosas. Lo de la Colada lo conocía, pero el origen de bailar el agua no. Un beso prima.
ResponderEliminar¡Primo! Que buena sorpresa encontrarte entre mis comentarios. Me alegro mucho de que te haya gustado la entrada y de que haya podido enseñarte algo. Yo aprendo cada vez que escribo una, y me hace feliz que los demás también. Mil gracias. Un abrazo fuerte
EliminarUn placer, Rocío. Enviarte estás fotos se convierte en un regalo de entrada en tu blog. Un beso grande, amiga.
ResponderEliminarJavier
Tenía un atraso Javier... Pero sabía que tenía estas fotos vuestras pendientes. Me gustaron mucho, tenían mucha historia detrás. Mil gracias siempre por regalarme tantos motivos para escribir. Un besazo bien grande
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