Si de algo sabemos los madrileños de a pie, es de ir en metro.
Días en los que solo recuerdas girar la llave de casa, ahí dejaste de ser consciente del camino de diario al trabajo, el resto lo hicieron tus pies.
Esos pies que viven en una gran ciudad y que nada más verse en la calle ajustan el paso a los que van, como ellos, camino de la boca del Metro. Aunque sean unos desconocidos, aunque jamás vayas a volver a encontrarlos, caminan tus pies al unísono de los demás pies. Miles, millones de ágiles pies camino del Metro.
Días en los que solo recuerdas girar la llave de casa, ahí dejaste de ser consciente del camino de diario al trabajo, el resto lo hicieron tus pies.
Esos pies que viven en una gran ciudad y que nada más verse en la calle ajustan el paso a los que van, como ellos, camino de la boca del Metro. Aunque sean unos desconocidos, aunque jamás vayas a volver a encontrarlos, caminan tus pies al unísono de los demás pies. Miles, millones de ágiles pies camino del Metro.
Y entran y bajan las escaleras, atraviesan los tornos, se suben al vagón, dejandose llevar y esperando pacientemente que se abran de nuevo las puertas en la estación deseada. Y vuelven a ajustar su paso rápido al del resto de los pies camino de las escaleras mecánicas. Suben una, otra, y otra, otra más sorteando a los que vienen de frente, entre una y otra, hasta llegar a la salida donde todos los pies salen a la vez sin dejar de cruzarse con los que entran.
Una mañana, y otra, y otra, para volver por la tarde, otra tarde, otra. Todos los días caminando las tripas de Madrid dentro del metro.
Y mientras tú creces y maduras, el metro también va cumpliendo años. Y llega el 31 de octubre y resulta que te ves en la fiesta de su cumpleaños número 100. Porque la línea 1 del metro de Madrid comenzó sus obras un lejano 1918 y comenzaría a rodar en 1919.
Cuántos pies la habrán pisado antes que tú.
Cuántas solitarias vidas habrán empujado esas puertas, cuántas alegres se habrán deslizado por sus pasillos. Cuántas, que solo sobreviven, habrán tocado en él, habrán pedido limosna en él, habrán buscado su calor de tunel y vías.
Cuántas, miles, millones de vidas se habrán transportado bajo Madrid en uno de sus vagones.
Como cada día haces tú.
Y en esa línea 1 donde fueron 8 estaciones, ahora son 33. Y aquella primera línea que apenas cubría la distancia de 4 kilómetros, ahora ocupa más de 24. Cruzándose una y otra vez con otras líneas de metro y de cercanías en una entramado cada vez más y más y más grande, porque crece al unísono de la ciudad.
Si de algo sabemos los madrileños de a pie, es de ir en metro.
¡Cuántos libros no me habré leído yo dentro de alguno de sus vagones!
#Metro de Madrid #Centenario de la línea 1 del Metro de Madrid #Línea centenario
¡¡Qué bien escribes amiga!!. Dice Tillo que no dudes en enviar el relato algún concurso de metro... Un beso....
ResponderEliminarMuuuuchas gracias!! A los dos!! así da gusto escribir. Un besazo
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