“Dejé de pedir a mi
          abuelo que me
          contara historias, y creo que secretamente se sintió aliviado.
          Una atmósfera de
          misterio rodeó los detalles de sus primeros años. No curioseé.
          Él había pasado
          por un calvario y tenía derecho a sus secretos. Me sentí
          avergonzado por haber
          tenido celos de su vida, considerando el precio que había
          pagado por ella, e
          intenté sentirme afortunado por la vida segura y nada
          extraordinaria que
          disfrutaba y que no había hecho nada por merecer. 
Entonces, unos pocos
          años más tarde, cuando
          yo tenía quince, sucedió una cosa extraordinaria y terrible, y
          a partir de ese
          momento sólo hubo un Antes y un Después.”
Me acabo de terminar
      el libro “El
      hogar de Miss Peregrine para niños peculiares”. 
La novela es
      curiosa, la verdad.
      Y digo que es curiosa, no solo por la historia que cuenta, sino
      porque está salpicada
      de fotografías con aire vintage de personas “peculiares” como dice
      el título,
      personas diferentes, que van saliendo en la narración. Luego
      entonces el libro
      en sí como objeto está muy bien, es bonito. Además por ese lado
      fantástico la
      historia tiene interés, es entretenida, aunque es una novela
      juvenil. Aunque
      tengo que admitir que la parte final del libro ya no me ha gustado
      tanto, me
      resultaba un poco más tediosa.
El argumento nos
      cuenta de un
      chico de dieciséis años, Jacob, cuyo abuelo siempre le contaba
      historias,
      cuando era pequeño, de niños invisibles, niños que levitaban…  Historias fantásticas que le
      encantaban. Sin
      embargo cuando fue haciéndose mayor dejó de creer en ellas, y así
      se lo dijo a
      su abuelo, quién para probar que eran ciertas le enseña unas
      fotografías, de
      las que Jacob no duda que son montajes. Con los años el abuelo
      comienza a
      hablar de monstruos y de que le persiguen, y la familia comienza a
      pensar que
      está senil. Hasta el día que el abuelo muere de forma violenta, y
      una terrible
      visión hace que Jacob comience a ver también monstruos…
Como os decía el argumento es muy curioso. Y la
      cuidada
      edición es digna de mención. Casi toda la novela tiene ritmo y
      está dosificada
      la intriga de forma que te mantiene entretenido buena parte de la
      historia. 
Las coordenadas de espacio y tiempo cambian
      agilizando la
      narración. Se desarrolla tanto en Estados Unidos en la actualidad
      como en una
      isla de Gales en torno al 3 de septiembre de 1940, cuando los
      bombardeos en la
      Segunda Guerra Mundial. Luego hay un viaje en el tiempo.
Los personajes están bien construidos y a la
      mayoría de
      ellos su peculiaridad les hace muy atractivos para el lector.
      Además las
      imágenes te permiten visualizar lo que ya de por sí está bien
      descrito por el
      narrador, con lo cual aumenta el atractivo para el lector. Puedes
      leer y ver, y
      la riqueza de la historia es mayor.
Sin embargo, yo creo que en los últimos
      capítulos la trama
      decae. Es más flojilla la novela hacia el final. Como ya os
      contaba, se hace un
      poco más pesada porque ya no hay demasiado por descubrir y te ves
      venir el
      desenlace que ocurre un poco atropelladamente para dejarte además
      con un final
      bastante abierto. Esto es lo que menos me ha gustado.  
Es curiosa, desde luego, sobre todo si te gusta la literatura fantástica.


Hola Rocío. La verdad es que lo que más me ha llamado a la atención es el título de libro que me parece fantástico. La intriga que nos cuentas parece estar bien, y desde luego, la imagen de la niña junto al agua de un estanque donde se ve a dos niñas me ha puesto los pelos de punta. No he visto este libro en las librerias. Supongo que acaba de salir. Ya nos dirás.
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