Hoy, quería dejaros otra entrada sobre libros.
Pero no, no os traigo una librería sino una biblioteca, una muy especial. Me estoy refiriendo a la que existía en un barco, el Zenith, donde estuve haciendo un crucero en julio.
Era un lugar muy tranquilo, confortable, ya lo veis. No es que tuviera muchos libros, pero los suficientes y en distintos idiomas. Claro, no era extraño pues es un barco con el que se visitan varios países.
Cuando estuve, las chicas del fondo estaban consultando unos mapas y libros de viajes, mientras que a un lado había varias personas utilizando los ordenadores. Al otro lado había grandes ventanales a una de las cubiertas, y al fondo el mar.
Me gustó descubrirla. Era un rincón agradable, muy agradable.
Qué pasada y qué gozada. El ambiente parece muy, muy agradable, y estar en una biblioteca en medio delo mar debe ser una sensación única. Envidia me das.
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