Terminé de leer hace ya tiempo "Donde se guardan los libros" de Jesús Marchamalo. Pero por unas cosas y otras aún no me había dado tiempo a reseñarlo. Así que vamos a ello.
Éste es uno de esos libros que antes de leerlo ya sabía que a mí me iba a gustar. Porque me entretiene mucho la forma de contar de Jesús Marchamalo, su talante ameno e instructivo y porque cómo no me iba a gustar un libro que habla de bibliotecas, de autores y de libros.
"Donde se guardan los libros" es el resultado de las visitas que hizo Marchamalo a la casa de 20 autores que le enseñaban su biblioteca. He leído por ahí que decía que " No hubo que embaucar a
nadie, incluso gente famosa por su privacidad se mostró dispuesta,
había una voluntad expresa de hablar de libros". Al principio algunas de estas incursiones salieron a la luz publicadas en Abc y más tarde todas formaron parte de este libro editado por Siruela.
Javier Marías, Mario Vargas Llosa, Arturo Pérez-Reverte, Jesús Ferrero, Clara Janés, Soledad Puértolas, Fernando Savater, Gustavo Martín Garzo, Luis Mateo Díez, Antonio Gamoneda... así hasta 20 autores comentaron sobre su biblioteca.
Dando lugar a un libro donde nos podemos encontrar curiosidades como que:
- Las estanterías de Javier Marías sirvieron a la publicidad durante
años. Desvela Marchamalo que el fabricante se enamoró de la obra, una
vez rebosante de libros, y la usó en revistas. Marías atesora unos
20.000 volúmenes, apilados por toda la casa.
-
"Lloviendo, a hurtadillas, en dos viajes interminables, como un
conspirador, bajó a la calle cargado de maletas y arrojó a un
contenedor, libro a libro, sus tres años de carrera. Luego subió a casa,
exhausto, se encerró y emprendió una nueva vida tras tomarse un
Frenadol" (Enrique Vila-Matas).
- En la biblioteca de Soledad Puértolas su perra labradora Lura tiene responsabilidad en el orden,
"antes que la inicial del autor, o la cronología, lo preside la altura
de una labradora puesta en dos patas: de ahí para arriba es donde están
los ejemplares comestibles".
-Una o dos veces al año, Luis Landero abandona en el banco de una
plaza madrileña 50 o 60 libros. "Y siempre vuelve al rato, para ver cómo
viandantes anónimos, convecinos, estudiantes, repartidores, jubilados
ociosos se interesan por ellos, los hojean con curiosidad y se los
acaban llevando", cuenta el periodista. Son ejemplares que previamente
han vivido en "el corredor de la muerte", a la espera de que el escritor
decida su destino final.
- Dos de los libros que sobrevivieron al ataque a la biblioteca de
Sarajevo, arrasada durante la guerra, están en la casa de Arturo
Pérez-Reverte:
"La noche del 25 de agosto de q992, la artillería del ejército serbobosnio que asediaba Sarajevo atacó con granadas incendarias la biblioteca. A pesar de los esfuerzos de los bomberos, que llegaron a combatir las llamas con cubos de agua, el fuergo se extendió por toda la primera planta del edificio. ... Dos de aquellos libros, de hojas chamuscadas y cubiertas ennegrecidas por el humo, con marcas de humedad, tierra y pisadas, están ahora sobre la mesa. Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) cubría para Televisión Española la guerra de los Balcanes, y esa noche de agosto fue testigo de cómo las llamas reducían la Biblioteca de Sarajevo a cenizas. Al día siguiente, mojados, inservibles, mezclados con cascotes y pedazos de madera, los recogió de un montón de escombros, junto con un trozo de estuco que también conserva..."
Os podeís hacer una idea de cómo es este libro. Es ameno, instructivo, curioso, si os gustan los libros, claro. Además está salpicado de fotos en blanco y negro de los autores y de las estanterías de todas esas bibliotecas que le mostraron: detalles de sus libros, de los adornos, de esos cachivaches que guardan como tesoros.
Es un libro de lectura fácil y entretenida que te lo lees rápidamente. Y que cuando lo terminé pensé que habría que volverlo a leer cualquier día.
Tengo una historia muy bonita sobre éste libro. Enlacé a MArchamalo en Facebook y decubrí que, como yo, es un apasionado de las tintas de estilográfica de colores poco usuales. Le propuse un trato: yo le enviaba unas muestras y tinteros especiales que consigo desde EEUU y también, con el envío, este libro para que él me lo devolviese firmado. Así lo hicimos hace 2 meses y como las dedicatorias de Marchamalo son tan elaboradas, ha quedado como una obra de arte... después me animé a buscar por Internet libros dedicados por mi adorada Carmen Martín Gaite y conseguí TRES!! y ahora soy una cazadora de firmas, saludos,
ResponderEliminarTeresa-letraherida
Pues sí que es curiosa claro que sí. A mi me gustan mucho los libros de Jesús Marchamalo. Y le he ido a escuchar cuando he tenido ocasión en algunas de sus entretenidas conferencias. En la última fue muy amable conmigo y vino a saludarme y a darme dos besos, eramos ya amigos en facebook pero no nos conocíamos en persona. Yo siempre recomiendo sus libros porque me parecen muy amenos. Muchas gracias por tu comentario "cazadora de firmas" has elegido un buen hobby, desde luego. Un beso desde Madrid, Rocío
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