Porque dice una canción de Joaquín Sabina “Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver…” Pues yo a sus conciertos vuelvo una y otra vez. Una y otra. Por eso mismo. Porque es un lugar donde soy feliz.
Ayer otra vez, junto a miles y miles de personas, pisé Las Ventas, esperando a que Sabina saliera en el que dice que seguramente será su último concierto a lo grande en Madrid. Y mientras nos lo dice se le quiebra la voz, y la multitud a la de una quiere arroparlo y se levantaba en bloque y le vitorea al unísono, como en una nana.
No lo sé. Quizás. Pero si es así yo habré estado en el último. Y todo porque ayer mismo por la mañana mi amiga Ana me llamó para hacerme una proposición deshonesta: “Rocío que te llamo porque resulta que tengo una entrada para el concierto de Sabina de esta noche…” YO VOY, YO VOY, dije sin querer oír más. Bendita Ana, querida Anita, que me despierta de golpe del letargo laboral con uno de los regalos que más ilusión me hacen en el mundo: Un concierto de Joaquín Sabina. Y otra vez canté a gritos, salté, me apretujé y disfruté de todas sus canciones. Porque ayer hizo un recorrido muy amplio por todo su repertorio. Del último disco cantó como mucho tres canciones. Todas eran de siempre. Y allí cantaron todos, cantó Panchito Varona, cantó García de Diego, cantó Marita, la chica que le acompañaba, cantó todo el mundo y canté yo. En el ruedo. Como hacía veinte años…
Y Sabina además de cantar hablaba mucho. Nos hablaba mucho. Y nos dijo que había estado como cuatro años sin escribir una sola canción y que él buscaba a las Musas y las esperaba pero nada, y mientras Almudena Grandes le hacía tortilla de patatas, y mientras Luis García Montero le corregía los sonetos, que luego Chus Visor le publicaba… y venga a escribir pero canciones nada, pero que nada, de nada, que las Musas no venían, que las Musas estaban follando con Serrat… y en algún lado estaba Fernando León de Aranoa grabando todo el concierto para un documental o una película que quiere hacer.
Y como dice Sabina “Nadie se ha muerto por ir sin dormir al currelo” y claro que no me he muerto, no me he muerto pero me muero, me muero todo el rato de sueño con estas escasas cuatro horitas en brazos de Morfeo que he estado, pero ¿Y lo bien que estuvo el concierto de ayer? Lo bien, bien que estuvo…
Rejuvenezco con cada uno de esos conciertos. Y os lo tenía que contar. Hoy soy más joven que ayer. Mucho más. Y he vuelto a un lugar donde he sido feliz, y lo he vuelto ser. Feliz.
Os dejo dos de las canciones que más me gustan de Sabina, y que ayer, qué suerte, nos cantó:
Hace demasiados meses
que mis payasadas no provocan tus
ganas de reir.
no es que ya no me intereses
pero el tiempo de los besos y el sudor
es la hora de dormir.
Duele verte removiendo
la cajita de cenizas que el placer
tras de si dejó,
mal y tarde estoy cumpliendo
la palabra que te dí cuando juré
escribirte una canción.
Un dios triste y envidioso
nos castigó
por trepar juntos al árbol
y atracarnos con la flor de la pasión
por probar aquel sabor.
El agua apaga el fuego
y al ardor los años,
amor se llama el juego
en el que un par de ciegos
juegan a hacerse daño.
y cada vez peor
y cada vez más rotos
y cada vez más tú
y cada vez más yo
sin rastro de nosotros.
Ni inocentes ni culpables
corazones que desbroza el temporal,
carnes de cañón.
no soy yo, ni tú, ni nadie,
son los dedos miserables que le dan
cuerda a mi reloj.
Y no hay lágrimas
que valgan para volver
a meternos en el coche
donde aquella noche en pleno carnaval
te empecé a desnudar.
El agua apaga el fuego
y al ardor los años,
amor se llama el juego
en el que un par de ciegos
juegan a hacerse daño.
y cada vez peor
y cada vez más rotos
y cada vez más tú
y cada vez más yo
sin rastro de nosotros.
Peces de ciudad
Se peinaba a lo garçon
la viajera que quiso enseñarme a besar
en la gare d'Austerlitz.
Primavera de un amor
amarillo y frugal como el sol
del veranillo de san Martín.
Hay quien dice que fui yo
el primero en olvidar
cuando en un si bemol de Jacques Brel
conocí a mademoiselle Amsterdam.
En la fatua Nueva York
da más sombra que los limoneros
la estatua de la libertad,
pero en desolation row
las sirenas de los petroleros
no dejan reír ni volar
y, en el coro de Babel,
desafina un español.
No hay más ley que la ley del tesoro
en las minas del rey Salomón.
Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis sueños va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.
Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad
que mordieron el anzuelo,
que bucean a ras del suelo,
que no merecen nadar.
El Dorado era un champú,
la virtud unos brazos en cruz,
el pecado una página web.
En Comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver.
Cuando en vuelo regular
pisé el cielo de Madrid
me esperaba una recién casada
que no se acordaba de mí.
Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis venas va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un liguero de mujer.
Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad
que perdieron las agallas
en un banco de morralla,
en una playa sin mar.
Jajajajaja ... yo he rejuvenecido al leer tu pasión niña!!!
ResponderEliminarDisfruté mucho leyendo como se creó este último disco .. de mano de uno de mis poetas favoritos: Benjamín Prado, reí con ellos y con el libro.
Besos linda.
pd. si tuviera que elegir dos probablemente serían como un dolor de muelas y sin embargo ...
¡Qué suerte!No me extraña que te sientas mil años más jóven. (Bueno, un poquito exagerado, pero es igual). BS
ResponderEliminarEntonces ¿ahora yo no sólo eres 6 días más joven que yo?
ResponderEliminarEn fin, yo creo que este es el único de Sabina que me he perdido así que espero que no me hayas cogido tanta ventaja, no?
¡Qué entrada tan vital y energética!
¡Se te lee realmente emocionada y feliz !. Me alegra dos veces mucho.
Un beso.
Paloma
Pues sí chicas, es que estuvo muy bien, me gustó mucho... la verdad es que dijo por la mañana Juan Ramón Lucas, que hoy podía ser un gran día, y es de esas veces que tenía razón, que lo fue, o quizás yo quise ver la botella medio llena en vez de medio vacía, que puede ser tambien... no digo yo que no, pero qué más da, el caso es que vine muy bien, como nueva, a estrenar.Muchas gracias por vuestros comentarios, que bien encontrarse con tantos. Besos a las tres, Rocío
ResponderEliminarMe ha gustado mucho veros a Anita y a tí en esa foto, disfrutando de una bonita noche de concierto en Madrid. Un abrazo a las dos.
ResponderEliminarMuchas gracias Ana Ramos, ahí estábamos ya ves, quién lo hubiera dicho esa mañana... la verdad es que fue una suerte y un lujo. Estuvo muy bien. Un abrazo también para tí.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa primera canción no la conocía. Vaya laguna sabinera. La segunda es una de mis favoritas. Estoy leyendo también el libro de Benjamín Prado "romper una canción" y la verdad que debe dar un gusto tremendo eso de escribir viajando y a cuatro manos y poder vivir de ello. ¡¡¡Qué suerte!!! y ¡qué talento! por supuesto.
ResponderEliminarBesos.