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viernes, 11 de octubre de 2019

"Largo petalo de mar" de Isabel Allende



“El soldadito era de la Quinta del Biberón, la leva de niños reclutados cuando ya no quedaban hombres jóvenes ni viejos para la guerra. Víctor Dalmau lo recibió junto a otros heridos que sacaron del vagón de carga sin mucha consideración, porque había prisa, y tendieron como leños en esterillas sobre el piso de cemento y piedra de la estación del Norte, en espera de otros vehículos para llevarlos a los centros hospitalarios del Ejército del Este. Estaba inerte, con la expresión tranquila de quien ha visto a los ángeles y ya nada teme. Quién sabe cuántos días llevaba zarandeado de una camilla a otra, de una posta de campaña a otra, de una ambulancia a otra, hasta llegar a Cataluña en ese tren. En la estación, varios médicos, sanitarios y enfermeras recibían a los soldados, mandaban de inmediato a los más graves al hospital y clasificaban al resto según dónde estaban heridos —grupo A los brazos, B las piernas, C la cabeza, y así seguía el alfabeto— y los enviaban con un cartel al cuello al lugar correspondiente. Los heridos llegaban por centenares; había que diagnosticar y decidir en cuestión de minutos, pero el tumulto y la confusión eran sólo aparentes. Nadie quedaba sin atención, nadie se perdía. Los de cirugía iban al antiguo edificio de Sant Andreu en Manresa, los que requerían tratamiento se mandaban a otros centros y a algunos más valía dejarlos donde estaban, porque nada se podía hacer para salvarlos. Las voluntarias les mojaban los labios, les hablaban bajito y los acunaban como si fueran sus hijos, sabiendo que en otra parte habría otra mujer sosteniendo a su hijo o a su hermano. ..."



He vuelto a pasar unos días de placer en el universo de Isabel Allende.

Viajar de nuevo a sus historias, volver a vivir entre sus páginas es garantía de disfrute, de conocer personajes entrañables, de vivir muchas vidas fascinantes.

“Largo pétalo de amor” no ha sido ninguna excepción.

Me daba pena que se terminara, y de hecho fue lo que menos me gustó de todo el libro, que se termina casi sin que te des cuenta. El final no me convence mucho. Llegas a la última página y te preguntas: ¿Ya? Y sí, más o menos te imaginas qué pasará después. Pero querrías que también eso te lo hubiera contado, porque la Allende cuenta las cosas “tan bonito…”.

El tema de la novela es la patria y el desarraigo. Y por supuesto creo que también podría ser el amor.

"Y entonces ese vasco alegre y corajudo, que había visto tanta muerte y sufrimiento, tanta violencia y maldad, lloró disimuladamente con la cara escondida en la nuca de la joven, cuyo olor no olvidaría. Lloro por ella, porque todavía no sabía que era viudad, lloró por Guillem, que nunca conocería a su hijo ni volvería a abrazar a su novia, lloró por Carme, que se había ido sin despedirse, lloró por sí mismo, porque estaba muy cansado y por primera vez en su vida dudaba de su buena suerte."

Por primera vez la historia está ambientada en España, en tiempos de la Guerra Civil. Ahí arranca esta novela. Y después nos hablará del barco Winnipeg, donde un puñado de republicanos, ni más ni menos que dos mil, buscarán otro lugar para vivir: Chile. Y ahí la historia se trasladará a ese país mientras nos cuenta las vidas del médico Víctor Dalmau y la que será su mujer, la pianista Roser Bruguera y su historia de amor.

Pablo Neruda tiene un papel importante en la obra y la autora le hace un homenaje en este libro. Por esta historia circulan junto a los personajes ficticios, personajes reales como, ya he dicho Pablo Neruda, pero también Salvador Allende o Elizabeth Eidenbenz.

Temporalmente  la novela comprende un periodo de tiempo entre el año 1936 y el 1994. 

No quiero contaros mucho porque es mejor zambullirse en esta nueva novela e ir descubriéndola poco a poco. La gesta del Winnipeg, barco del que yo nunca había oído hablar y un ramillete de vidas a las que toca no solo pasar la Guerra Civil, sino también el golpe de Pinochet. 

Como siempre la autora disecciona los sentimientos y los sabe traducir a palabras de forma efectiva y delicada. 

A mí me ha parecido una novela muy entretenida y amena. Creo que me ha gustado más que la anterior novela de esta autora, pero quizás a otras personas ésta le guste menos que alguna que otra, porque Isabel Allende tiene muchas novelas entrañables, y para gustos…

  En fin, por mi parte, muy recomendable.


#Reseñas
#Isabel Allende

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