No sé vosotros, pero a mí, de siempre, me encanta el Palacio de Cristal de Madrid.
Ese lugar amplio y luminoso.
Si además lo reconviertes en un enorme nido con flores impresionantes y patas de pájaros,
Si le pones un guardian blanco y un cielo azul,
casi te sientes alegre y libre dentro,
casi, casi,
como si pudieras echar a volar.
Se titula:
“A un cuervo y los huracanes que, desde lugares desconocidos, traen de vuelta olores de humanos enamorados”
Y es de:
Del artista kosovar Petrit Halilaj (Kostërrc, Skendaraj-Kosovo, 1986).