El último libro que he leído ha sido “La lista de los nombres olvidados” de Kristin Harmel y me ha gustado, la verdad.
Bien
es cierto que la parte romántica se ve venir de lejos, es bastante previsible, no nos vamos a engañar... Pero la
parte central del libro, con su intriga, te tiene enganchada.
Pero vamos por partes.
El
argumento nos cuenta que Hope, una mujer de 36 años que vive en Cabo
Cod, Massachusetts, y regenta una panadería familiar, no está
atravesando un buen momento. Divorciada y con una hija de doce años
preadolescente, en pie de guerra siempre, no solo tiene problemas
financieros sino que su abuela Rose, muy importante en su vida, está en
una Residencia y comienza a mostrar síntomas del Alzheimer. En medio de
esa situación, que parece que todo se derrumba, su abuela en un momento
de lucidez le da una lista de nombres para que busque a
esas personas en París, de donde ella procede. Curiosamente eso ocurre
un 29 de septiembre, el día de mi cumpleaños. Que es una tontería, pero
me hacía gracia, que la fecha fuera tan importante en la novela. Porque ahí comienza, el interés de la historia.
Yo
creo que el tema principal de la novela podría ser cómo una guerra
cambia el destino de las personas. Y por supuesto el holocausto, puesto
que se trata en ella.
El
tiempo no es lineal en la novela. Por un lado hay un hilo argumental
que se desarrolla en el presente, pero hay otro en el pasado. Eso en lo
que se refiere al tiempo. En cuanto a la ubicación espacial, en el
presente estamos en la actualidad, en EEUU, en Cabo Cod (Masachusetts) cómo ya hemos dicho, pero
en el pasado estamos en 1942 en París.
Y
hay dos narradores, bueno en este caso narradoras. Por un lado Hope en
el presente. Y también en el presente, su abuela Rose, pero que
constantemente acude al pasado a fuerza de bucear en sus recuerdos.También
cambia la persona que se utiliza en la voz del narrador, la narración del presente se cuenta en
primera persona. Mientras que la narración se cuenta en tercera persona
cuando se trata de la parte de la parte de Rose.
Literariamente
tiene una construcción curiosa, puesto que la autora ha ido
introduciendo recetas al contar la historia. Cada vez que le toca a Rose
contar la historia, se encabeza esa parte con una receta de cocina, de repostería en concreto.Además es una historia con muchos olores, puesto que la panadería familiar tiene mucha importancia.
Ya
os he dicho que hay una historia de amor en este libro, pero también
está la historia de una familia en tiempos del holocausto nazi.
Es una novela que se
lee muy bien, tiene una prosa sencilla, fácil, y tiene su dosis de intriga. Es
un libro entretenido y desde luego muy emotivo. Es una novela de esas que no son
el gran novelón desde el punto de vista literario, busca entretener,
pero que cumple muy bien su función si quieres sumergirte en una
historia de sentimientos, amable, porque la autora al contar sabe muy bien
transmitir.
A
mí me parece, cómo os decía en un principio, que la historia de amor del
presente es bastante previsible, pero toda la parte en la que nos
volvemos al pasado, cuando buscamos a los familiares, es ágil, aunque
por supuesto algo triste también, dado el ambiente en el que se
desarrolla.
En fin... que estamos ante una historia de esas emotivas y entretenidas que se lee muy bien, una historia de saga familiar que de vez en cuando está muy bien leer porque uno simplemente se evade de la rutina y disfruta.