¡Ah! Se me olvidaba algo muy importante de esta etapa: en el cincuenta y cinco aprobé las oposiciones a cátedra y eso me permitió cortarme el pelo. Ríanse, ríanse, pero las cosas en los cincuenta eran así. A mí me hacía ilusión llevar el pelo corto, a ceptillo, porque se lo había visto a mi padre toda la vida y porque me parecía más cómodo, pero aquello hubiera dado una imagen de rebeldía muy mal vista ante un tribunal de oposiciones. Llevé el pelo peinado de modo convencional hasta que aprobé. Gané la cátedra en julio del cincuenta y cinco y me fui a veranear a Blanes con la familia. Al llegar allí, acudí derechito a la peluquería. El peluquero, que me conocía de otros veranos, extrañado ante mi petición preguntó: "¿Y por qué se va usted a cortar el pelo?" y yo le contesté: "Porque he sacado cátedra.".
He hecho tres oposiciones: a Aduanas, a profesor adjunto y a catedrático. Gracias a la cátedra pude cortarme el pelo y gracias a los innumerables ejercicios de memoria imprescindibles para sacar las de Aduanas, me queda el poder recitarles a ustedes los puertos de la antigua Indochina: Saigón, Beinzhoa, Mitho, Cholon, Hué, Turane, Quinong, Natrang, Fuyeng, Quanghai, Haiphong, Hanoi (sobre el río Sangkoi), kampot y Udong (sobre el río Mekong).
Bueno, ya hemos hecho el numerito. Seguiremos mañana.
Págs 197-198
Escribir es vivir
Jose Luis Sampedro
Os recomiendo este libro. Cuánto me gustó cuando lo leí.
El humanista, escritor y economista José Luis Sampedro falleció la
madrugada del día 8 a los 96 años de edad. Por expreso deseo del autor,
la noticia de su fallecimiento no se ha conocido hasta esta mañana
porque quería "irse" de "manera sencilla y sin publicidad", según su viuda Olga Lucas, con la que se había casado en 2003.
Falleció hacia las 1.30 horas de la madrugada del pasado lunes en su casa de la calle Cea Bermúdez de Madrid. "Nos dijo que quería beberse un Campari, así que le hicimos un granizado de Campari. Me miró y me dijo: 'Ahora empiezo a sentirme mejor. Muchas gracias a todos'. Se durmió y al cabo de un rato su murió", ha relatado su viuda.
ELMUNDO.es | Agencias | Madrid
Actualizado martes 09/04/2013 13:56 horas
Una gran pérdida, y más en el contexto actual. Tengo que reconocer que no he leído nada de él, y son muchos los que a mi alrededor me hablan maravillas de su prosa. Buen momento para homenajearle leyendo sus libros...
ResponderEliminarYo te recomiendo varios de sus libros. Yo me he leído La Sonrisa Etrusca, La vieja sirena, Monte Sinaí y Escribir para vivir. Todas me han gustado bastante. Pero si tengo que destacar alguna de ellas, La vieja sirena me encantó, es un novelón. Y Escribir para vivir, es muy ameno, son unas conferencias que dió, y se lee fenomenal, es un poco autobiográfico, pero hablando del proceso de la escritura. Hay que leer a Sampedro. Un beso, Rocío
ResponderEliminarVoy a confesarme (me da bastante pudor en un blog como el tuyo), pero no leo casi nada! No es que no me guste, que cuando coges un libro de esos que te llenan te parece mentira que tener un montón de papel entre tus manos te haga tan, tan feliz... Pero como soy tan inquieta, en cuanto tengo un momento siempre me engancho a mis papelitos, a las lanas, a los hilos, etc, etc. Además, cuando me da por leer (que de vez en cuando tengo rachas) siempre tiro más por el ensayo. Digamos que me cuesta leer novela... aunque con Cien Años de Soledad disfruté como pocas veces! LEERÉ A SAMPEDRO ;)
ResponderEliminarClaro te llenan más las cosillas manuales. Lo entiendo. En cambio yo nunca leo ensayo, nunca. Pero el libro éste de "escribir es vivir" no es novela, a lo mejor te gustaba, porque como son conferencias es instructivo y es un poco autobiógrafico pero de forma muy interesante, amena. Yo me tendría que volver a leer Cien años de soledad, porque aunque me gustó mucho, salvo del principio, casi ya no me acuerdo con tanto Buendía a vueltas. Es una pena. Un besazo, Rocío
ResponderEliminarUna pena no, una suerte!!! Yo tengo una memoria malísima, se me olvidan todos los argumentos, y hay quien me dice que así puedo disfrutar de las películas y las historias muchas veces ;) Bien pensado... De Cien Años de Soledad no me acuerdo más que del buen recuerdo y buena sensación que me dejó, así que siempre puedo volver a cogerlo y disfrutar, jajaja. Más besos!
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