Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

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jueves, 5 de diciembre de 2024

Madrid comenzando diciembre

 



Los adornos de Navidad hipnotizan como hacía Kaa, la serpiente del Libro de la Selva, con Mowgly. Siempre recuerdo aquella viñeta en la que se veía como la serpiente iba enrollándose cada vez más y más y más en torno al niño, al que se veía ya con los ojos redondos y una sonrisa tonta, mirando embelesado al animal cada vez más apretado. 

Me temo que así, así mismo, con esos ojos y esa sonrisa pero cada vez más estrujados, van a estar los que caminen por el centro de Madrid este fin de semana. 

A simple vista quizá parezca más vistosa la ciudad con sus luces de colores y su bullicio. Y no voy a negar yo que están bonitas las calles vestidas de Navidad, algunas incluso diría que preciosas, soy la primera a la que encantan los adornos navideños salpicando Madrid. 

Y cierto es también que esos mismos adornos apagados no te hipnotizan ni tan siquiera la mitad que encendidos. Sin embargo transmiten esa suerte de ternura que te contagia lo frágil y efímero. 

Me gusta mucho Madrid iluminado, muchísimo. 

Pero siento debilidad por esa ciudad recién decorada que lucirá brillante por la noche, esa misma que recién levantada y legañosa, desenrolla a mis pies calles transitables, luces amables y rincones apacibles. 

Me gusta su aire cada vez más fresco, su cielo anaranjado, esa gente que me cruzo, que va deprisa como yo, cargada con la tartera, la mochila, y cada vez más prendas de abrigo, pero no pierde el paso.

Me gusta esta ciudad que no solo va preparándose para la Navidad sino para una nueva jornada, esa que me da los buenos días, mucho más solitaria y nuestra, esa tan, tan viva. 


 








domingo, 24 de noviembre de 2024

Paseando Madrid: Carabanchel.

 



Yo sé que Madrid tiene mucha gente y muchas filas, tiene muchos coches y muchas escaleras, tiene las calles estrechas y a menudo sucias, tiene líneas de metros a las que solo le faltan los "empujadores" como en Japón, y tiene distancias tan largas que una siente que nos está sisando tiempo de vida todos los días. No lo voy a saber... 

Sin embargo, aún a sabiendas de todo ello, entono un mea culpa y pido perdón, porque a mí me gusta mucho mi Madrid. Y lo camino y lo visito siempre que puedo porque es interminable. Supongo que sí, que algo de masoquismo debo de tener. O síndrome de Estocolmadrid. O qué sé yo. 

El otro día me lo atravesé para descubrir un barrio que me pilla a años luz del mío, pero que tenía ganas de patear. 

Carabanchel. 

Fue gracias a una de esas visitas que organiza la Comunidad de Madrid, por las que tienes que pelear un día concreto y a una hora fijada para pillar plaza para tres meses después, armándote de paciencia. Pero que si lo consigues, a mí me suelen gustar, porque como las de Arganzuela, las guías vienen de un colectivo que se llama La Liminal que lo enseña muy bien porque te hace mirar al pasado y al presente de los lugares y te ofrecen una explicación en la que también los visitantes nos volvemos protagonistas. Nos hacen preguntarnos un sinfín de cuestiones relacionadas con los movimientos sociales y después vecinales, la geografía, la economía, la historia, y vas encajándolo todo, y al final te llevas a casa una visión del lugar bastante completa. 

Sería muy largo contaros toda la visita, pero así a grandes rasgos deciros que en esta visita, comenzamos recordando a los dos Carabancheles que se anexionaron a Madrid en los años 40. Carabanchel Alto y Carabanchel Bajo eran dos municipios pegados a la capital que se anexionaron en 1948. De ahí viene este distrito que tiene varios barrios y una extensión considerable más allá del Manzanares, atravesando el Puente de Toledo, el Puente de Segovia hacia Toledo y Extremadura.

Lo primero que visitamos fue la Finca de Vista Alegre, ese lugar histórico fundado como Casa de Baños en 1824, muy visitado por la regente María Cristina, y que llegó a ser un sitio de recreo de las clases altas a donde escapaban para ocio y evasión. Lleva abierto ahora como tres años, tras las movilizaciones vecinales del 2018 y 2021 en las que lograron el reconocimiento patrimonial de sus jardines y el uso público. Se ha rehabilitado bastante la Quinta con su Palacio Viejo y su Palacio Nuevo, y donde aún se conservan ruinas de la antigua fábrica de jabón. Merece mucho la pena. 

Y de ahí fuimos paseando por el barrio para conocer un poco el antiguo Carabanchel Bajo, con su Plaza rebosante de vida un sábado por la mañana, y de ahí a la plaza donde estaba la antigua Plaza de Toros de Vista Alegre, lugar de encuentro y ocio. Ahora está ahí el famoso Arena donde hay tantos conciertos. 

Fue una visita muy instructiva, muy amena, en la que pudimos ver de primera mano como Carabanchel había crecido desde los Palacios hasta las fábricas, como dice el título de la visita. 

Y no os voy a engañar, si luego una lo remata tomándose en una tasca típica unas patatas revolconas con unos torreznos acompañándolo de un rico vermú, se te queda un sábado bien, bien redondito. 









sábado, 9 de noviembre de 2024

Noviembre, las hojas y los adornos de navidad

 


Andan inquietas las hojas a punto de desprenderse de su árbol. Andan quisquillosas las que cayeron ya. "Alguien tendría que poner orden" protestan. "No hay derecho" se quejan. Pero lo hacen con un lenguaje crujiente que no entendemos. No es para menos. Es su momento de gloria y han venido a usurpárselo. 

Noviembre nos las regalaba vestidas de mil verdes hasta alcanzar ese tono ocre que las empujaba a buscar el suelo. Vistosas y presumidas, sabedoras de la atención que encontraban en nosotros procuraban deslizarse con elegancia, contoneándose a la primera ráfaga de viento, dejándose llevar... Bailando, abrazadas al aire, su milenaria danza de otoño justo antes de posarse sobre las aceras. 

 En ningún otro tiempo nos tenían tan cautivos de su belleza. Noviembre era suyo y lo sabían.

Pero de la noche a la mañana se llenó Madrid de adornos de navidad. Nos despertábamos y cada día nos tropezábamos con alguno más. Una enorme bola, unos árboles distintos, miles de adornos raros colgando sobre los semáforos y el pavimento. Sin pretenderlo, se nos iban los ojos tras ellos, sin querer los mirábamos con atención. Unos camellos, una estrella, más árboles de colores. ¿Y mañana que encontraremos? Decíamos pisando las hojas sin apenas mirarlas. 

Tristes e ignoradas, las hojas se encogían viendo cómo nos alejábamos sin reparar en su belleza. "¡Ellos son de diciembre! ¿No os dais cuenta? Ahora es nuestro tiempo, aquí, ahora, noviembre somos nosotras. Luego no estaremos. ¡Volved! Todavía no habéis entendido que ¡No hay cielo ni suelo como el de Noviembre en Madrid! Esas luces son de mentira pero nosotras somos verdad..." y suspiraban. Impotentes, tristes, resignadas, suspiraban.

Pobres hojas. ¿Quién les quitó su mes de gloria?





lunes, 21 de octubre de 2024

Madrid despierta

 


Madrid y yo despertamos a la vez, mientras un dios amable va mezclando la luz de las farolas con los primeros rayos de sol. 

Caminando juntas a veces ni tan siquiera hablamos.

Escuchamos algún podcast, una breve canción, el eco que deja atrás cada pisada. 

Sin embargo, otras, nos apalabramos fuerte.

Despejamos dudas, tomamos decisiones, adivinamos personajes y tramas en cada fachada. 


Madrid y yo sintiendo a la vez, mientras despiertan los coches y los perros, los pies y los semáforos.

Caminando juntas mientas la vida imparable va cogiendo carrerilla 

mientras solo somos gota de lluvia, nube rosa, 

una sombra casi feliz que vuela borrosa.





domingo, 13 de octubre de 2024

"Las series de nuestra vida" en el edificio de la SGAE de Madrid

 


Hoy vamos a hablar de una exposición que solo durará este mes de octubre, bueno concretamente hasta el 3 de noviembre: "Las series de nuestra vida".

Está en la sede de Madrid de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), así que por un módico precio ¡gratuito! se puede visitar todas las tardes el edificio que ocupa y la exposición.

La SGAE está en el Palacio de Longoria, cerca de la plaza de Alonso Martínez, un edificio modernista que data del año 1902 y que es tan chulo que
bien merece la pena una visita. Si vas a ver la exposición podrás admirar su preciosa escalera y su jardín interior. 

La exposición tiene objetos, fotografías de rodajes, vestuario, recortes de prensa, claquetas, guiones... Es verdad que hay tantas series que el espacio dedicado a cada una es relativo, dependiendo de la serie es mayor o menor y en algunos casos casi es testimonial, pero con tantísimas series como hemos disfrutado, es muy difícil que puedan dedicarles más sitio. 

Pero está curiosa la exposición, se hace un repaso desde aquellas series míticas en blanco y negro como "Historias para no dormir" de los años 60 que veíamos todos en familia cada semana, hasta algunas tan actuales como "La Mesías". 

Yo creo que casi todo el mundo encontrará aquí su serie favorita y acabará diciendo eso de ¡Hala mira...!, sonreirá y su cabeza se llenará de recuerdos de cuando la pudo disfrutar. Y entonces solo por eso merecerá la pena la visita. 




















jueves, 29 de agosto de 2024

Lluvia en agosto


 

Quería contarte que hoy vino la lluvia. 

Madrid la necesitaba para lavar la maloliente piel de sus aceras, regar sus sedientos parques y regalar a sus agostados madrileños el espejismo de un viento más respirable.

Estábamos tan contentos tras el anuncio de los sabios meteorólogos que fantaseábamos con guardar unos días las sandalias y arroparnos unas noches más como benditos.

Cuando hoy de madrugada en las habitaciones resplandecieron sus relámpagos y las cortinas bailaron felices al son de los truenos, cuántos adormilados no se echarían la sabana sonriendo como bebotes satisfechos. Sabiéndola ya en casa, sabiéndola más nuestra. 

Infelices, infelices, infelices. Y mil veces infelices más. 

Quería contarte que hoy vino la lluvia, una lluvia moderna que traía una maletita de chubascos de mentirijillas (¿sería de cabina?) que nos chistaban burlones que quizá, ni tan siquiera, se quedarían una noche más. 

"Pero y ¿Ya se va?" preguntamos perplejos al primer rayo de sol que salió a media mañana. ¿Ya? volvimos a preguntar al segundo como amantes insatisfechos.

Pero ni los juguetones rayos de sol haciéndonos guiños, ni la tan anunciada lluvia que cual chula se diera la vuelta ante nosotros, se dignaron a contestarnos.

Y a los pobrecitos madrileños, hoy más pánfilos que chillones, que íbamos acarreando unos paraguas tan cerrados como los zapatos de cordones, solo nos consoló lo requetebonita que amanecía Madrid contemplándose, presumida, limpia y gris, en sus charcos.


 

viernes, 12 de julio de 2024

La librería Desnivel de Madrid

 


Un poco por casualidad y otro poco porque mis domesticados pies siempre me llevan a las Cuevas de Alí Babá, mis compinches y yo recalamos en la Librería Desnivel de Madrid

Espero no ofender a nadie si digo que es una de las librerías más chulas de mi ciudad, enclavada en pleno centro del barrio de Las Letras.

A mis compinches les gusta tanto leer como a mí, de lo cual me alegro infinitamente. Aunque sus gustos guardan la ilusión por la fantasía, incluso salpicada de romance, para una más tórrido y para la otra más templado, o se inclinan irremediablemente al descubrimiento de parajes más científicos que quedan a años luz de los míos. Pero leen, qué gusto, y aún pueden aprovechar esas siestas interminables del verano, que yo recuerdo con verdadero placer, devorando libros. Y aunque sus universos literarios son otros, a los 16 y a los 19 les queda tanto por disfrutar de la compañía de un libro o de la evasión que siempre te regala, que me conmueve y alegra. 

Al resguardo de su vientre fresco forrado de páginas, disfrutaron tanto como su tía de esa Cueva de Alí Babá, que es la Desnivel, mientras fuera atizaba ya un julio inclemente. No pudimos encontrar mejor refugio. Sus tesoros a modo de enorme brújula, piolets aquí o allá, una antigua guillotina de papel o un mural precioso que la ilumina desde el fondo nos dejaron a las tres hipnotizadas. 

El mundo se ensancha, se enriquece, se vuelve promesa de nuevos horizontes dentro de esta librería mágica llena de mapas y aventuras por descubrir.

¿Y quién no quiere que su universo se ensanche?















martes, 2 de julio de 2024

Últimos murales de Madrid relacionados con la literatura

 




Como la dama presumida que es, que por más arrugas y años que cumpla, no deja de ir a la peluquería a atusarse el cabello, así Madrid no se permite salir de casa de cualquier manera y, de vez en cuando, se echa colorete en las mejillas de sus fachadas. Hace bien, no hay como la "salud de bote" para que sus vetustos edificios luzcan como nuevos.

Las dos últimas veces nos ha sorprendido con murales relacionados con la literatura, lo cual yo celebro.

Por un lado alardea de la decoración de uno de los arcos que van a dar a la Plaza Mayor homenajeando a Galdós y su querida novela, pues no muy lejos el escritor había situado la vivienda de Fortunata, y la de Jacinta un poco más allá, en la calle del Marques Viudo de Pontejos 1, dando a la famosa Plaza de las mercerías. 

Y por otro y no muy lejos, a espaldas de la Plaza Mayor, Madrid hace un par de meses se ha tatuado un enorme y chulísimo mural inspirado en la novela de la Reina Roja de Juan Gómez Jurado. Está en la calle Santiago y llama la atención por su colorido. 

Esta ciudad no se termina de descubrir nunca. Qué suerte.


viernes, 28 de junio de 2024

Madrid en junio. Bendita tú entre todas las ciudades

 


Cuando amaneces, cuando aún hueles a rocío y a hierba, bajo un viaducto de piedra que te delata.

Cuando, somnolienta, levantas esa brisa urbana, mientras un cobarde verano vacila, tiembla, se esconde y nos miente.

Cuando te paseas descarada, semidesnuda de viandantes, adornada solo de ese cielo azul, tu cielo, que luces entre nubes rosas y rezagadas.

Cuando nos guiñas un ojo a los madrugadores, a los que te damos los buenos días, a los leales devotos de la piel de tus aceras y el cruel despertador. 

Entonces, solo entonces, cuando te estiras para nosotros bostezando indolente, cuando sonríes y te sonrojas bajo un recién nacido que parece viernes,

Entonces, bendita tú, bendita entre todas las ciudades.


@Rocío Díaz






lunes, 17 de junio de 2024

"Concierto de música popular “De Porriño al cielo. Música de raíces gallegas para Antonio Palacios”

 


Érase una vez un concierto: "Concierto de música popular “De Porriño al cielo. Música de raíces gallegas para Antonio Palacios”. 

Érase también un lugar chulo de Madrid: El antiguo hospital de Jornaleros de la calle Maudes, también de Antonio Palacios. 

Érase además una servidora que iba pensando que podía estar bien la aventura, que solo había que correr un poco más, bastante para llegar a todo, pero que después de lo que cuesta tener las entradas (a lo "tonto el último"), que seguro que luego vale la pena y que, por supuesto, ya descansaremos en otra vida... 

Y érase una vez un dúo que yo no conocía pero resultaron ser un feliz descubrimiento: 

Caamaño&Ameixeiras

Un violín, un acordeón y una voz preciosa. Y no solo buena música, sino naturalidad y canciones de siempre, espontaneidad, y una buena dosis del mejor humor. 

Érase todo eso, todo eso junto, aquella vez que una sonriente servidora salió de un lugar muy chulo de Madrid tras un concierto y pensó: "Qué bien vivir ¿verdad?"

Y empezó el cuento.








lunes, 27 de mayo de 2024

El último día

 


El último día todas las nubes del mundo vinieron a despedirse.

El sol comenzaba a calentar la ciudad y ya no dejaría de hacerlo cada día un poco más, otro poco, aún más, a sabiendas de cuánto necesitaría su compañía, su luz, su alegría.

En silencio, entre caja y caja, me fui despidiendo de cada azotea, cada fachada y cada lejana montaña que descubrí nevada en los últimos inviernos. 

Incluso acerté a contar, otra vez, cada ventana donde imaginé una historia. 

Y aunque, ya estaba añorando esa ciudad de las alturas, ese horizonte limpio, ese cielo infinito, dejaba lo que nunca fue mío. 

Tomé en brazos la caja de cartón donde había metido mis flores y eché a andar, sin volver la vista atrás. 

Pero, justo antes de entrar en el ascensor, musité un enorme "gracias".

Mayo 2024