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sábado, 4 de enero de 2025

"Jaume Plensa. Materia interior" en la Fundación Telefónica

 




Estaba empezando a cansarme de ser una Reina Maga errante, llenando las alforjas del camello de tienda en tienda, intentando materializar deseos, cuando pasé justo delante de la Fundación Telefónica. Llevaba semanas queriendo ver la exposición del escultor Jaume Plensa: "Materia Interior". La escultura de "Julia" que está en Colón siempre me ha gustado mucho. Y mira tú por dónde, de pronto estaba ahí, a las dos de la tarde de un 2 de enero, y pensé: "Pues seguro que hoy y ahora que todo el mundo está enfrascado con las cartas, buscando dónde comer o ya comiendo, la exposición podría estar tranquila". Y no me lo pensé más y para allá que me fui. 

Dejé mis pertenencias en una de las consignas de la planta baja, subí a la tercera planta y a la derecha escuché el vídeo. 

Y lo primero que hice fue sentarme tranquilamente a ver qué me contaba Plensa. Me encandiló. En el vídeo va contando el escultor cómo han surgido algunas de sus piezas, dónde están situadas, que ha querido representar. Mientras, las vamos viendo en la pantalla, cómo se han ido construyendo, cómo las han desplazado, dónde están finalmente: En Japón, en Chicago, en Canadá, en Nueva York, en Madrid... Muy curioso e instructivo. Y me gustaba mucho lo que decía Jaume Plensa, cuando hablaba de que el poeta es el alma de una sociedad, cuando comentaba su obra "7 Poetas". Los poetas están alerta, vigilando desde lo alto, por si ocurre algo. Y claro también habla del silencio, de la introspección, de muchos temas interesantes. Es un video largo, dura bastante, pero te enriquece mucho sobre su escultura.

Y a continuación estuve contemplando las piezas de la exposición. Son en total 15 obras de sus 30 años de trayectoria. Casi no había nadie, era un gustazo pasear tranquilamente entre ellas, tan originales, a tu ritmo y acercarte, escucharlas y apreciarlas. Son muy sugerentes. 

Me sentí muy bien tras haber visitado esta primera exposición del año 25. Me gusta regalar, y me gusta elegir regalos, pero no me gusta nada emplear todo mi tiempo libre en las tiendas. Así que pude aprovechar para hacer un descanso de lo más provechoso. En poco tiempo se me olvidará qué compré o dejé de comprar. Pero la exposición de Plensa me pareció una invitación al recogimiento, a estar con nosotros mismos, un oasis dentro de ese bullicio que era el centro de Madrid un 2 de enero. 




 








jueves, 19 de diciembre de 2024

"Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro" Exposición temporal en el Museo del Prado

 



Nos volvimos a ver, qué bueno, y aprovechamos para ir a ver una de las exposiciones temporales del Museo del Prado. Nos lo habíais dicho: "Cuando quedemos, nos vemos una de las expos del Prado, que para eso somos Amigos del Museo" ¿Y quién dice que "no" a volver a ver "El Jardín de las Delicias" o "Las Meninas" o "La familia de Carlos IV"? Sería un pecado. 

Tal y como esperábamos, el sábado por la mañana el Prado estaba bien concurrido. Pero no importaba. Total no éramos más que cuatro cuerpos más, y si nos quedábamos con ganas ya volveríamos, que hasta marzo continuaba la expo. 

"Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro", una exposición para poner de relieve lo bien que empastaban ambas artes, lo que mejoraba el resultado con la escultura policromada. La creación artística del Siglo de Oro. 

Siete secciones dispuestas en forma de cuadrado que fuimos recorriendo una a una: 1. Dioses y hombres y bulto y de colores, 2. Escultura para la persuasión, 3. Artífices y mediadores divinos y humanos, 4. Volumen y policromía, 5. negro de luto en un juego de espejos, 6. Escultura, teatro y procesión y 7. El círculo cerrado: de la traza al trampantojo a lo divino. 

Nos lo tomamos con tranquilidad, paseábamos la exposición con calma, mientras conversábamos. "Igualito, que el Arqueológico de Corfú ¿verdad? Si estábamos casi solos...", "¡Y cómo llovía aquella tarde...!", "Además que sí, y luego viendo el cementerio británico todo embarrado...". Qué tarde más provechosa e inolvidable en Corfú. Y qué mañana de reencuentro tan agradable en el Prado. 

El Cristo de las Penas me impactó. Esa espalda cuajada de heridas de pronto ahí. Qué importante el color en la escultura. Después, los Cristos de Gregorio Fernández, el yacente, con esos dientes... Y Berruguete. Y Luisa Roldán o La Roldana, la primera escultora española, que también estaba allí. Me acordé de cuando leí la primera vez sobre ella: ¿Fue en el libro de Carlos del Amor? Ahora dudo... Pero la habíamos visto no hace tanto en la Galería de las Colecciones Reales con el Arcángel San Miguel venciendo al demonio. Dicen que al Arcángel le creó con su cara y al demonio con la de su marido. Pero vete tú a saber... También estaba un San Juan Bautista de Juan de Mesa, maestro de la escultura barroca. Vimos tantas esculturas barrocas bien chulas... ¡Y acuérdate de que estaba el cuadro de la Virgen de la Soledad! ¿Y quién dijo que ¡Mira está mi cuadro!? Las esculturas que solo tenían parte de delante porque iban colgadas en los retablos, los pasos procesionales, las esculturas de madera, el Museo de Corfú y el de Valladolid. 

Después hicimos el recorrido acostumbrado por lo que más nos gusta del Prado: El Jardín de las Delicias, etc, etc. Y por supuesto, había que detenerse en el cuadro Juana la Loca, de Francisco Pradilla, menuda historia, ahora rodeado de un grupo a quién se lo estaba explicando una guía de forma más que pormenorizada.

No nos faltó detalle para que la mañana fuera completa. 

Después, como siempre fuimos a comer. Qué casualidad que yo hubiera comido ahí tantas veces durante la pandemia. Otra vida, parecía. Madrid, a veces, es tan pequeño que asusta. Y luego nuestro café, por supuesto, donde mojamos otra de nuestras largas e interesantes conversaciones. 

Qué gusto volver a veros, de verdad, que agradable estar turisteando de lujo por Madrid, poniéndonos al día. En cuánto pase la Navidad, repetimos, y esta vez que no pasen tantos meses ¿vale? ¿Prometido? Prometido. 








domingo, 13 de octubre de 2024

"Las series de nuestra vida" en el edificio de la SGAE de Madrid

 


Hoy vamos a hablar de una exposición que solo durará este mes de octubre, bueno concretamente hasta el 3 de noviembre: "Las series de nuestra vida".

Está en la sede de Madrid de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), así que por un módico precio ¡gratuito! se puede visitar todas las tardes el edificio que ocupa y la exposición.

La SGAE está en el Palacio de Longoria, cerca de la plaza de Alonso Martínez, un edificio modernista que data del año 1902 y que es tan chulo que
bien merece la pena una visita. Si vas a ver la exposición podrás admirar su preciosa escalera y su jardín interior. 

La exposición tiene objetos, fotografías de rodajes, vestuario, recortes de prensa, claquetas, guiones... Es verdad que hay tantas series que el espacio dedicado a cada una es relativo, dependiendo de la serie es mayor o menor y en algunos casos casi es testimonial, pero con tantísimas series como hemos disfrutado, es muy difícil que puedan dedicarles más sitio. 

Pero está curiosa la exposición, se hace un repaso desde aquellas series míticas en blanco y negro como "Historias para no dormir" de los años 60 que veíamos todos en familia cada semana, hasta algunas tan actuales como "La Mesías". 

Yo creo que casi todo el mundo encontrará aquí su serie favorita y acabará diciendo eso de ¡Hala mira...!, sonreirá y su cabeza se llenará de recuerdos de cuando la pudo disfrutar. Y entonces solo por eso merecerá la pena la visita. 




















domingo, 25 de agosto de 2024

"Barrios. Madrid 1976-1980" del fotógrafo Javier Campano. Madrid y sus descampados

 

Yo tenía un descampado. ¿Qué crío de finales de los setenta u principios de los ochenta, en Madrid, no tenía alguno cerca?

Salíamos en línea recta desde casa, atravesábamos la carretera, enfilábamos una calle estrecha como diez minutos y terminábamos en el descampado. Lo atravesábamos, subíamos un terraplén y llegábamos a casa de las tías. Las hermanas de mi padre vivían con sus familias en dos casas bajas, que compartían un patio grande. Ya no vivía mi padre pero teníamos mucho trato, a menudo venían ellas o íbamos nosotros. Hacia septiembre nos traían un cubo llenito de higos de sus higueras, a mi madre le encantaban y yo heredé el gusto por ellos. Pensar en mis tías me arranca enseguida una sonrisa. ¡Alhaja! decían al achucharnos. ¿Sabes esa sensación de cuando sientes que te quieren?

En ese mismo descampado, por junio, eran las fiestas del barrio y también, a finales de 8º de EGB, ensayábamos todas las tardes la coreografía de fin de curso. Poníamos el casette a todo volumen, nos tirábamos al suelo y a bailar la "La abertura de los locos" de Supertramp. Las veces que ensayaríamos...

En el complejo cultural El Águila de Madrid, ubicado en los edificios de la antigua fábrica de cerveza, hay una exposición sobre aquel Madrid. Se titula "Barrios. Madrid 1976-1980" del fotógrafo Javier Campano. Hay fotografías de los barrios de Vallecas, Usera, Tetuán, Hortaleza, Chamartín, Lavapiés... 

Yo estaba queriendo verla cuando de pronto me preguntó Isabel... Faltó tiempo. Pronto me di cuenta de que allí estábamos todos los que tuvimos un descampado. Cada uno iba buscando sus coordenadas en las fotos. Cómo ha cambiado Madrid... No encontré exactamente el que guardaba mi memoria. Pero anduve cerca. No es consuelo que tampoco lo encontraran otros. Pero la exposición de Campano nos devolvió al barrio, cada uno al suyo, y nos hizo sonreír, comentar, recordar, nos refrescó por dentro, y siendo agosto ¿Qué mas vas a pedir? 

Tú ¿No tenías un descampado?


Exposición PhotoESPAÑA: Barrios. Madrid 1976-1980 - Javier Campano | Comunidad de Madrid




























sábado, 30 de marzo de 2024

"El muro de Berlín. Un mundo dividido" en la Fundación Canal. Sala Castellana 214

 



La otra tarde estuve viendo la exposición "El muro de Berlín. Un mundo dividido" de la Fundación Canal. 

¡Menuda exposición! Es muy completa, muy instructiva, muy intensa.

Narra pormenorizadamente la historia del Muro de Berlín y dicen que se tarda de dos horas a dos horas y media, pero vamos yo estuve mucho más y os aseguro que la última parte ya la vi mucho más rápido porque era demasiado muro para una tarde. Comentábamos que esta exposición deberían dejar que pudieras ir a verla más de un día, porque es tan completa, tiene tanta información, es tan interesante y tan variada que al final se te va muchísimo tiempo y no se puede ver igual de pormenorizadamente al principio que cuando ya llevas varias partes. 

Es una lección de historia muy bien explicada y expuesta en múltiples objetos originales, más de trescientos, que vas encontrando; más la dosificada información y expuesta en todos los paneles y fotografías que puedes leer o ampliar, y a eso le añades los audios, los vídeos, los testimonios... 

Por supuesto está incluida la audioguía y da gusto con ella ir avanzando por toda la exposición a tu propio ritmo deteniéndote el tiempo que quieras y donde quieras. 

Me acordé mucho de mi último viaje a Berlín cuando veía muchas de las fotografías y los recorridos de los transportes de entonces y algunos lugares emblemáticos que todavía se pueden visitar de los alrededores de donde estaba el muro. 

Vale un dinero pero que yo creo que se amortiza. Muy recomendable. 

















jueves, 28 de marzo de 2024

"El realismo íntimo de Isabel Quintanilla" en el Museo Thyssen

 



Me encantó la exposición monográfica de la pintora realista Isabel Quintanilla que hay ahora en el Museo Thyssen. 

Casada con el escultor Francisco López y cuñada de Antonio López casado a su vez con la artista María Moreno, formaban junto a otros un grupo de amigos y artistas que se conoce como los Realistas. Desde que se conocieron estudiando permanecieron unidos durante décadas creando a la vez. 

La exposición la componen 104 obras divididas en seis ámbitos diferentes: Temprana declaración de intenciones, Pintura de proximidad, La emoción de la ausencia, Más que compañeras, Los paisajes que más quiso y Hortus conclusus: Naturaleza doméstica.

Toda la exposición me ha gustado mucho, pero si tuviera que elegir una parte sería la tercera, la titulada "La emoción de la ausencia" que me pareció la más íntima, la más acogedora con esos interiores de su casa y su colegio. A esta parte pertenecen los cuadros Atardecer en el estudio (1975), Habitación de costura (1974) El teléfono (1974) o Interior. Paco escribiendo (1995).

Sus cuadros son la memoria del paso del tiempo en nuestro país. Nuestras casas, nuestras mesas, nuestros objetos. La calidez de los cuartos de la costura, la sensación acogedora de las salas de estar, el cambio de la luz en los jardines.

Cuadros íntimos, a media luz y sumamente detallistas mostrando los típicos vasos de duralex, el bote de ajax, el aceite La Española. Los objetos con aquellas marcas que no olvidamos y que teníamos en todas las casas, todas las cocinas, y todas las familias. Su principal querencia era para los objetos más inmediatos, más cercanos, los que formaban parte de su vida y de la vida de sus seres queridos. Por eso en muchos cuadros siempre encontramos algún objeto mucho más personal como un pastillero o unos guantes. 

Desde los años 60 en Alemania logró su consideración como pintora, mientras que aquí pasó casi inadvertida. De hecho ella se quejaba de que para las mujeres del grupo, había sido mucho más difícil que para sus maridos. 

Ha tenido que ser rescatada en el siglo XXI para que podamos disfrutar de su obra. Es la primera vez que el museo Thyssen le dedica una exposición individual, para lo cual han ido investigando y localizando el centenar de obras que exponen ahora por colecciones privadas y otros museos.

Muy recomendable.