Cómo ya sabéis el domingo pasado, el 21 de abril de 2013, tuve una lectura de relatos en la ONCE. Eramos cuatro los que actúamos: Javier Díaz Gil (poeta), María Antonia Copado (poeta), Carolina Loureiro (pianista) y yo.
Lo primero que quiero hacer en esta entrada es volver a agradecer a el público que vino que nos acompañara en ese domingo que se volvió diferente y de alguna forma especial. Vino mucha gente, y de ellos mucha gente mía. Yo ya sé que nunca se me van a pasar los nervios previos a una lectura, las preguntas que me atormentan sobre si elijo este relato o el otro o cual gustará más. Pero la verdad es que cada lectura es un reto y un subidón de adrenalina que no me quiero perder. Siento que leer mis relatos en voz alta es el envés de la misma hoja. Por un lado está escribirlos y por otro lado leerlos, transmitir con mi voz lo que quizás la escritura no haya conseguido transmitir del todo. Es dificil plantarse delante de un montón de caras conocidas y desconocidas y leerles tus historias, pero merece la pena atraverse y sobrevivir a ello porque también da mucha satisfacción.
Bueno pero vamos a contar un poco cómo fue:
El recital comenzó con una canción tocada por Carolina al piano: Rumores de la caleta de Albeniz. Qué lujo fue poder estar acompañados por esta pianista en el recital. Daba gusto escucharla. Lo hacía genial y quedaba muy bien poder intercalar la música. Además yo creo que acertó con su elección de las melodías.
A continuación comenzamos con la palabra. Quisimos introducir ya nuestra parte leyendo cada uno un poema de María Antonia Copado. Maria Antonia no ve bien y sus poemas se los leímos Javier Díaz y yo. Comenzamos cada uno leyendo uno solo de ella. Y luego ya siguió Javier leyendo una selección de sus propios poemas.
Después de que leyera Javier, para marcar el cambio porque nos íbamos de su poesía a mis relatos, volvió a tocar Carolina Loureiro otro tema. En esta ocasión nos tocó Arabesco núm. 1 de Claude Debussy.
Y ya tocó leer relatos. Leí tres relatos: Búhos de piedra, más para mayores. Ivo el adjetivo, que es un cuento para los pequeños. Y uno más breve titulado Insolación, más cotidiano.
Cuando yo terminé de leer Carolina Loureiro interpretó Gossienne núm. 1 de Erik Satie, una pieza más lenta porque volvíamos a cambiar el tono del recital para pasar a leer los poemas de María Antonia Copado. Introdujo esta parte la propia María Antonia recitando de memoria uno de sus poemas que terminamos a dos voces entre ella y yo. Y luego ya nos fuimos alternando Javier Díaz y yo para leerlos.
Terminó el recital Carolina tocando una pieza propia: Barrameda. Esta pianista tiene ya dos discos. Gustó mucho su composición, tan alegre. Fue un buen final para nuestro recital compartido.
Los vídeos que hay en esta entrada son de mi cámara. Las fotos alguna que otra también es mía y las demás me las ha cedido Piluca Martínez de Velasco, a quién se las agradezco.
Y poco más. De nuevo mi agradecimiento para con todos los que han participado en esta aventura o han querido estar en ella.