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domingo, 26 de octubre de 2025

El Silo de Hortaleza en Madrid

 

A falta de faros, una se tiene que ir de miradores. 

Llega un momento en que necesitas horizonte.

Aprovechando que el Ayuntamiento de Madrid celebraba el 25 aniversario del Convenio Europeo del Paisaje, organizó unas visitas que llamó "Madrid es paisaje". Y dentro de las actividades estaban las visitas a cuatro miradores. Después de pelear con una horda de madrileños que a la hora señalada también querían asegurarse su visita, conseguimos hora para visitar el Silo de Hortaleza, el mirador del distrito. 

El Silo es un antiguo granero del año 1928, ahora reconvertido en sala de exposiciones, que está situado en el Parque de la Huerta de la Salud. Tiene 20 metros de altura y siete plantas. 

En la visita el guía nos fue contando la historia de ese parque que procedía de una antigua Quinta de Recreo de los Duques de Frías. Después fue un complejo agrícola e industrial para la recogida del grano. De entonces nos quedaron el Silo y demás construcciones que había, como el Palomar y el Granero que ahora ya no existen desde los años 70. La tarde estaba muy desapacible, así que rápido tuvimos que entrar al Silo y subir para disfrutar de las vistas.
Se pueden ver las cuatro torres, el aeropuerto, la sierra de Madrid... Es un mirador privilegiado, la verdad. Lo sabemos nosotros y lo sabe la plaga de mosquitos que había en las ventanas. Madre mía... 

Ahora es un centro cultural, decorado con fotos antiguas del barrio en sus escaleras. Y aprovechan para exposiciones en sus plantas. Está muy bien aprovechado. 

Hice un descubrimiento, además, muy bueno. Justo había una exposición de un ilustrador que me gusta mucho, y no tenía ni idea de que me lo iba a encontrar: Fernando Vicente. Pues tiene en varias plantas un despliegue de ilustraciones pero bien chulas. ¡Menudo descubrimiento! Pero yo creo que le dedicaremos otra entrada, para poder poneros más fotos y que podáis admirarlo mejor. 



















sábado, 2 de agosto de 2025

"Abierto por restauración" - La portada del Museo de Historia de Madrid

 


Dentro del programa “Abierto por Restauración” del Ayuntamiento de Madrid, te dan la oportunidad de visitar lugares que están siendo objeto de restauración y poder verlo muy de cerca mientras te están explicando en qué va a consistir la intervención.

En este caso están restaurando la portada del Museo de Historia de Madrid, lo que era el antiguo hospicio del Ave María y San Fernando.

Fue una visita de lo más curiosa porque primero te explican abajo la historia del edificio y sus avatares a lo largo del tiempo, anticipándote algo del trabajo que están realizando. Y luego te pasan el casco y así ataviada puedes subir 16 metros por el andamio para ver muy de cerca como lo hacen.

Fue en el puente de Santiago, tres días que se quedó Madrid medio vacío, y éramos seis personas en el grupo, en familia total. Nos tocó una guía que iban explicando de forma muy amena, y con mucho detalle.

La portada del Museo de Historia de Madrid es lo único que se conserva del antiguo edificio que a principios del siglo XX estaba prácticamente abandonado. Ha sufrido muchos cambios, pero la portada original de Pedro de Ribera se conserva, aunque con sus "sufrimientos".

Que si las palomas anidan por detrás de las figuras
y hay que esperar a que los nidos estén vacíos y luego llamar a un halconero para que deje al halcón unos días y así no vuelvan y puedan intervenir. Que es un retablo que está totalmente expuesto al clima de Madrid (“nueve meses de invierno y tres de infierno”), que si las burradas que se han hecho en algunas restauraciones anteriores…

En fin, que fue muy curiosa y muy instructiva la visita. Mereció mucho la pena.


 

 








 




sábado, 24 de mayo de 2025

Puertas Abiertas al Oratorio de la Casa de la Villa

 


Ahora el Ayuntamiento te enseña las pinturas murales del Oratorio de la Casa de la Villa, las acaba de poner bien chulas... Mejor dicho, ha finalizado el proceso de conservación-restauración que ha durado unos ocho meses, desde el verano del 24 hasta ahora, del Oratorio de la Casa de la Villa.

Solo tienes que inscribirte en su página para verlas porque, desde mayo a julio todos los sábados y los domingos, hay visitas guiadas. 

Como a mí ver lugares que no conozco de cualquier sitio, pero sobre todo de mi Madrid, me encanta pues ya me veis ahí con mis deditos preparados, a la hora que salieron las visitas, sobre el teclado para apuntarme rauda y veloz. Ver algún edificio histórico y sobre todo que me lo cuenten, me pirra. Pero si además llegas y ves que el guía que ha tocado es ¡Santiago!, el mismo guía que te llevó a la visita guiada del Madrid de Antonio Palacios, buf, qué alegría mañanera. No le hice la ola porque tengo ya una edad para ser prudente. ¿O precisamente la edad te otorga carta blanca a la imprudencia?

Se trata de un conjunto de pinturas al fresco encargadas por Teodoro Ardemans a su amigo pintor barroco Antonio Palomino allá por el 1696. Y ahora en el 2025 te las enseñan y te las cuentan gratis. ¿Qué mas puedes pedir?

El guía Santiago es mi héroe en lo que a guías se refiere. Te da mucha información pero de forma muy amena, enseñándote fotos y haciendo chascarrillos y bromas constantemente. De verdad y entre nosotros, con respecto a algún que otro compañero... sin nombrar a nadie, no hay color. Vamos que si yo, cuando me apunto a una de esas visitas del Ayto de Madrid, pudiera poner en apartadito "porfavorporfavorporfavor que me asignen a Santiago", lo pondría. 

Pues eso, que os gusta visitar el patrimonio de Madrid, y tenéis oportunidad, no os lo perdáis. 












viernes, 10 de mayo de 2024

Antonio Palacios en Madrid. 150 aniversario de su nacimiento.

 


Querido señor Palacios:

 ¡Hay que ver lo bien que le cuadró el apellido! ¿verdad? Estaba deseando decírselo. Eso y que parece que le veo haciendo dibujitos de nuevos edificios por el paraíso, la otra vida o en donde usted buenamente creyera, que ahí una ni entra ni sale.

Aquí abajo liadas con su 150 cumpleaños. Échele. Para eso le escribo, para darle las gracias por lo requetebonita que nos dejó usted la ciudad. Somos dos vecinas de toda la vida, viudas ambas, fíjese usted, que mala coincidencia, pero que, en cambio, ya tenemos la prole casadera, así que, ni tenemos prisa ni nadie que nos la meta. Corre que te corre aviamos la casa y no hay día que no tengamos plan para echarnos enseguida a la calle. Nos llevamos muy bien ¿sabe usted? Y cuando no es una la que inventa la salida, es la otra.

 Este año en Madrid a la tarea suya. Usted sí que sabe celebrar cumpleaños, y el ayuntamiento no hará otras cosas, pero de las visitas guiadas no tenemos queja. Ahora toca enseñarnos los edificios que usted hilvanó. Que si Correos, que si el Cervantes, que si el Círculo de Bellas Artes, la Casa esa… ¡Eso! ¡Matesanz!, que si el del Primark… Usted no paraba ¿eh? No ganaría su madre para lápices. Y ¡a cuál más pintón Sr. Antonio! Además, ojalá hubiera escuchado al guia, qué muchacho tan bien preparado y tan simpático, si parecía de su familia de lo bien que hablaba de usted. En fin… Que yo solo quería agradecérselo ¿sabe? Así que he escrito esta cartita, luego pediré a alguno de los hijos que haga copias y mañana nos vamos, edificio por edificio, echándola a sus buzones. Digo yo que alguno se la hará llegar a sus herederos. Y si no ¿Sabe lo que le digo? Que lo mismo da, que da lo mismo, ya no es nuestra guerra. A mí me enseñaron que es de bien nacidos ser agradecidos y  cumplido. Qué remajo debió ser D. Antonio, solo dio de hablar por sus buenas obras. A seguir bien allá donde esté. 

Una madrileña agradecida.













viernes, 19 de abril de 2024

"Casas consistoriales" de Madrid en primavera

 


Cuando sales pronto de casa, para ser un domingo y para ir a una visita guiada, piensas que vais a estar tres monos, porque a ver quién va a querer darse semejante madrugoncillo para ir de turista por su propia ciudad, a un lugar que siempre va a estar a tiro de piedra y cuando al día siguiente vas a seguir madrugando y madrugando, dale que te pego, otra larga semana... Vamos, que de primeras piensas: ¿¡Que yo me voy a levantar para ir dónde...!?

Pero luego resulta que llegas y sois un grupito de lo más numeroso. Y dice ¿ves? todos éstos también querían ver las Casas Consistoriales.Y tú creyéndote el único. Anda que... 

Porque gracias al programa de visitas gratuitas del Ayuntamiento de Madrid "Pasea Madrid" pues oye vas conociendo lugares a los que nunca habías accedido. Es verdad que hay que estar súper atento al día y la hora en que salen para apuntarse, porque todos los millones de madrileños que nos gusta conocer la ciudad estamos ahí con los dedos sobrevolando las teclas y la mirada clavada en la pantalla, con el ansia viva, esperando el pistoletazo de salida para inscribirnos. Y en cinco minutos ¡zas! todo el pescado vendido, como se suele decir. Así que cuando consigues plaza para alguna es casi como si a uno le hubiera tocado la lotería. Y de verdad, que sin exagerar ni una pizquita así. 

Y por eso un domingo te ves visitando "Las casas consistoriales" de Madrid que no se suele poder visitar. El primer Ayuntamiento de Madrid porque era la sede del Concejo de la Villa (también fue prisión municipal), inaugurándose en el XVII, y donde estuvo el Alcalde hasta el año 2007. Típico edificio de la arquitectura de Los Austrias. 

Y te cuesta levantarte y dices ¡¿En que hora?! Pero al final pues merece mucho la pena, como siempre. Porque normalmente uno pasa por la Plaza de la Villa y no entra a estos edificios donde mirando a la calle Mayor está el llamado balcón de la Reina. Y ves la Venus original nada más entrar, y algo después la Custodia del Corpus. Y ves el patio con esa vidriera impresionante, o el del original artesonado de madera del ultimo salón; ves la sala de Plenos donde se reunían y tuvieron que dejar de hacerlo porque hacía un frío o un calor inaguantable y donde dejan que te sientes en la tribuna, ves la escalera de cerámica de Talavera, ves las galerías con todos los cuadros de los Alcaldes que hemos tenido, desde los más oscuros hasta el colorido total de Manuela Carmena... Pasas por dentro, por encima del puente, de uno al otro, y, mientras te van enseñando los dos edificios: La Casa de la Villa y la Casa de Cisneros. Los vas recorriendo, hasta terminar en el patio interior de la de Cisneros. 

Estuvo chula la visita, y la guía la verdad es que lo explicaba muy bien, amena pero dando mucha información. 

Total que a las once y pico de la mañana de un domingo soleado resulta que tú ya has hecho tu visita para instruirte y luego pues te tiras en plancha a unas crujientes porras con un café con leche que te entonan el cuerpo del madrugoncillo, los enlazas con unos paseítos por el Rastro y para terminar te sienta divinamente un vermú rojo en una típica y oscura tasca madrileña y ¡tan ricamente! 

Y te sale un domingo bien completo, ¡vamos!, uno para chuparte los dedos.












martes, 28 de noviembre de 2023

"Mujeres singulares" en el cementerio de La Almudena

 


No es mala manera pasar un domingo por la tarde en una visita guiada cuyo título es "Mujeres singulares". Que ésta transcurra, además, por un melancólico y otoñal cementerio de la Almudena de Madrid le da un punto más de interés. Un cementerio bastante desconocido para mí, y tan grande, con sus 120 hectáreas, que tiene mucha historia que contar. 

No, no es mala manera comenzar una tarde otoñal de noviembre, de tímido sol, pisando hojas crujientes, mientras vas aprendiendo y recordando la vida de algunas mujeres especiales. Mujeres importantes que nos precedieron y cuya vida fue única por algún rasgo particular para quiénes llegamos después. También mujeres que abrieron camino en el terreno de las letras y las artes. 





¿Quién no ha oído hablar de las 13 Rosas? Empezamos la visita por la puerta más cercana al lugar donde esas jóvenes de entre 18 y 29 años, en agosto del 39, fueron fusiladas junto a 43 hombres tras Sentencia del fiscal del Consejo Permanente por ser "responsables de un delito de adhesión a la rebelión". 

Más tarde, le tocó el turno a algunas mujeres que, en cambio, contra todo pronóstico resultaron salvadas. Como Fermina Oliva, una de los siete supervivientes españoles del Titanic, donde había embarcado acompañando, como costurera y ayudante, a su señora en su viaje de novios. Después recordamos a otras como Blanca Sánchez Berciano, promotora de exposiciones, gestora cultural en la época de la Movida Madrileña, cercana a Almodovar y representante de artistas como Carlos Berlanga. O Pilar Millán Astray, hermana del conocido General, e importante escritora de los años 20 y 30 del pasado siglo, autora de unas cincuenta comedias como la famosa "Tonta del bote" que tanto popularizó Lina Morgan. 

También repasamos mujeres tan importantes en el campo de la escritura y las bellas artes como María Moliner, la creadora del diccionario que lleva su nombre, Maruja Mallo, la pintora y una de los cuatro artistas (Dali, Lorca, Margarita Manso y ella) cuyo acto de cruzar la Gran Vía a cabeza descubierta motivó el nombre de "Las sinsombrero" y que figura en su tumba con su nombre real "Ana María Gómez Gonzalez", la escritora Concha Espina, o la famosa actriz María Guerrero, que llegó a tener su propio teatro, y ya sabéis que era abuela de Fernando Fernán Gómez.











Elena, la guía, nos iba contando de estas mujeres que os he nombrado y algunas más, de forma instructiva y amena. Nos las enseñaba en foto con su tablet para que las pusiéramos cara y nos permitía escuchar fragmentos de las canciones que cantaron, si eran artistas. Y estuvo muy bien recordar a las que más he estudiado y aún mejor conocer a algunas que ni tan siquiera me sonaban. La tarde color herrumbre fue dejando caer nombres, caras y vidas que no pasaron sin más por el mundo, sino que dejaron su impronta. 

No, no es mala manera comenzar una tarde otoñal de noviembre, de tímido sol, pisando hojas crujientes, mientras vas aprendiendo y recordando la vida de algunas mujeres singulares.


viernes, 24 de noviembre de 2023

Instituto Cardenal Cisneros de Madrid y sus colecciones del Gabinete de ciencias naturales

 




Con motivo de la semana de la Ciencia y la Innovación, el otro día estuve visitando uno de los seis Institutos Históricos que tenemos en Madrid: El Instituto Cardenal Cisneros.

Ahora me sorprendo de que nunca me hubiera dado cuenta de que ese instituto estaba ahí. Esa es una de las cosas que más me gusta de vivir en Madrid, que nunca se termina de conocer. Me apunté a la visita porque se dieron varias casualidades. Vi anunciadas las visitas y coincidía que no conocía ninguno de los Institutos que se podían visitar. Y ahí me empecé a transformar... En este caso, además, la visita era a las 18.30 y yo salía de trabajar a las 18 horas, ¡eureka! Tendría que ir como una bala, pero me daba tiempo a llegar. Y terminé la transformación al ser deseoso de conocer nuevos lugares que llevo dentro. Pero la que soy exteriormente siempre tiene sus reticencias, su lado negativo que piensa "A ver cómo es esto, quién habrá, dónde me meteré... " Buf. Menos mal que la de dentro siempre empuja y así, sin demasiadas expectativas, llegué corriendo a la visita que finalmente me encantó. ¡Lo que me gusta conocer sitios nuevos! y si son relacionados con la cultura, la educación, los libros... más me gustan. 

El Instituto Cardenal Cisneros se construyó en 1878. Pues sí ya tiene una edad... Y lo primero curioso es que se hizo solo en diez años. Y no es precisamente pequeño... Está situado en la calle de los Reyes, núm. 4, es decir, en una manzana bien grande que se ubica entre Noviciado y la Plaza de España. El arquitecto fue Francisco Jareño, al que conocemos porque hizo la Biblioteca Nacional y el Hospital del Niño Jesús. Y la de veces que subiendo de Plaza de España yo habrá pasado por esa callecita, por ese Instituto sin saber qué era. 

Al principio se llamaba Instituto del Noviciado, estamos hablando de los tiempos de Isabel II. Es de los primeros de Madrid, junto con el Instituto de San Isidro. Se llamaba así porque tenía relación con la Universidad que estaba situada en la calle San Bernardo. 

No me quiero enrollar mucho. Ni es plan, ni podría contaros todo lo que vimos y nos enseñaron pero quería daros unas pinceladas sobre su importancia, pues conserva los orígenes de la enseñanza secundaria. Por este Instituto han pasado muchas personalidades en sus tiempos de estudiantes: Giner de los Ríos, Los hermanos Machado, Menéndez Pidal, María Goyri, Santiago Bernabeu, Clara Campoamor...

Es un edificio señorial de tres plantas, con una escalera imperial de mármol de escalones ya muy desgastadillos y preciosas vidrieras. El tercer piso se construyó después de la guerra. Durante el conflicto, estaba tan cerca ese Instituto del frente de la Ciudad Universitaria, que se mantuvo cerrado. Al tercer piso lo llaman "el palomar". Y ahí ya empezó propiamente la visita.





Fuimos del presente de este céntrico y señorial Instituto de Secundaria hasta su pasado. Que curioso cómo íbamos hacia atrás viendo las aulas y los laboratorios. Indudablemente prefiero las estancias antiguas. Es un lugar con muchísima solera. Íbamos atrás en las instalaciones y en la historia de la enseñanza en España.

Y así pudimos ver un aula histórica del siglo XIX, una escalonada con bancos corridos y la tarima rodeada de una verja donde estaba el profesor enseñando. Lógicamente en los primeros bancos se sentaba la mujer, o escasas mujeres que acudían a clase. Porque en un principio, hablamos del siglo XIX, solo acudían hombres pero ya en los años 30 del siglo XX había bastantes mujeres. Sin embargo, tras la guerra vuelve a ser masculino, hasta los años ochenta que afortunadamente otra vez es mixto. Curiosísimos me parecieron esos encerados que se podían abrir más. 




Después pudimos ver el Gabinete de Historia Natural, el laboratorio de Ciencias Naturales, la Sala de Juntas y hasta el despacho de la Directora, que muy amablemente nos recibió a todos en su despacho y nos contó cosillas de la actualidad del Instituto y de sus ideas de apertura. 












Curiosísima la boca de riego del 1887, o el hombre clástico. Sí, clástico. Ese hombre desmontable con el que estudiaban las vísceras, las venas, arterias y demás partes, comprado cuando la Exposición Universal en París. El oído que tenían y habían restaurado con un cuidado infinito, los animales con los que estudiaban, el pedazo de pez ¿esturión? pescado en ¿el río Tajo? que ya se extinguió, el herbario hecho también en Francia... No contaba tantas cosas el guía que ahora ya dudo hasta de los detalles. Daba gusto escucharle. Bueno, muy chulo todo el material que conservan y las láminas recién restaurante para las que van a hacer un armario que les costará un dineral, nos decía la Directora para que no cojan polvo y estén bien estiradas, porque en otro caso se volverían a estropear...

En fin, me encantó esta visita. Qué novedosa, qué instructiva. Si tenéis oportunidad y os gustan estos temas, no dejéis de ir, merece mucho la pena.