Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

viernes, 31 de mayo de 2024

"A un lado de la carretera" de Paul Pen

 


 "A un lado de la carretera" de Paul Pen, qué novela, me la he leído volando, pero volando. No podía dejar de hacerlo. Me ha gustado mucho. 

Ya me había leído "El brillo de las luciérnagas" en su día, y juraría que no me he leído más, porque me acordaría seguro viendo como las gasta el autor. 

Leí la primera línea "La primera vez que vi a Coral" y, no sé por qué, pero ya quedé atrapada. No pude dejar de leer. 

Os avanzo un poco el argumento: 

La historia se desarrolla en el típico Hotel Restaurante de carretera. En este caso es uno de la zona de Levante, que se llama “Hotel Restaurante Plácido”. Se acaba de cometer un crimen, y el escritor Lucas Falena ha llegado allí para escribir su primera novela. Quiero estar ahí, documentarse de primera mano, conocer a los protagonistas e ir escribiéndola. Gracias a él, a su interacción con los implicados vamos a ir conociendo la historia. 

La trama se desarrolla en la actualidad y por Levante, ya os digo. Está contada de forma lineal, aunque en algunos momentos el escritor dejará que tomen la palabra otros narradores para detallar algunos hechos sobre todo del pasado. En algunos momentos la acción va hacia adelante y hacia atrás agilizando el ritmo.

Los personajes están muy bien perfilados, los ves inmediatamente. Y por supuesto les coges cariño y odio con una facilidad pasmosa gracias a lo que vamos sabiendo de ellos. Están muy bien perfilados. Cándidos y perversos, los tenemos a partes iguales. 

La intriga está muy bien dosificada, gracias a los giros que el autor va incorporando a la trama muy sutilmente, pero de forma impecable. Y tú, pobre lector, vas detrás de la historia todo el rato, casi con la lengua fuera, las orejas bien abiertas y los ojos como platos, intentando descifrar por dónde nos lleva y qué pasa, porque al menos yo, que es verdad que no soy ningún lince, no sabía intuir lo peor… Me ha parecido una historia adictiva, de lo más turbio, pero sin llegar a ser escabrosa, no “salpica”, ya me entendéis, pero vamos que hay malos bien malos sí que os lo digo. La historia no te deja indiferente. 

Echando un poco la vista atrás y pensando en sus novelas, uno advierte que casi siempre el tema son las familias que, precisamente, felices no son. 

Estructuralmente está bien escrita, es un libro dentro de otro libro. Y además tiene un arranque que ya te atrapa con el crimen acabado de cometer y la principal víctima en la primera línea. Son setenta capítulos cortos que te los bebes, porque el ritmo ágil está muy bien conseguido y los puntos de giro muy oportunamente colocados. Tiene su punto de ternura en algunos detalles del argumento que se centran sobre todo en uno de los personajes femeninos y al final casi cierra en redondo. Combina la tercera persona, con la primera persona cuando se trata de revisitar el pasado. Todo eso también ayuda al ritmo.

No quiero destripar mucho. Solo deciros que es muy recomendable, desde mi punto de vista. Paul Pen está muy bien para evadirte. 


lunes, 27 de mayo de 2024

El último día

 


El último día todas las nubes del mundo vinieron a despedirse.

El sol comenzaba a calentar la ciudad y ya no dejaría de hacerlo cada día un poco más, otro poco, aún más, a sabiendas de cuánto necesitaría su compañía, su luz, su alegría.

En silencio, entre caja y caja, me fui despidiendo de cada azotea, cada fachada y cada lejana montaña que descubrí nevada en los últimos inviernos. 

Incluso acerté a contar, otra vez, cada ventana donde imaginé una historia. 

Y aunque, ya estaba añorando esa ciudad de las alturas, ese horizonte limpio, ese cielo infinito, dejaba lo que nunca fue mío. 

Tomé en brazos la caja de cartón donde había metido mis flores y eché a andar, sin volver la vista atrás. 

Pero, justo antes de entrar en el ascensor, musité un enorme "gracias".

Mayo 2024 




sábado, 25 de mayo de 2024

Irene Vallejo en Málaga. Mayo 2024

 



Era mayo y yo había ido a pasar cinco días a Málaga. Quería ir a ver algunos de sus múltiples Museos y disfrutar del sol y la playa. Qué ciudad tan completa. Pero acabé estando en más lugares para reseñar.

Aquella tarde noche teníamos reserva para hacer una visita guiada por Málaga titulada "Misterios y leyendas de Málaga" o algo parecido. Sin embargo, a la salida de una de sus librerías, vi en la puerta un cartel donde se anunciaba que esa tarde en el Museo de Málaga Irene Vallejo presentaba la segunda edición del cómic de "El infinito en un junco". 

¿Hoy? ¿Esta tarde? ¿Aquí? ¡Y ahora ¿qué?! Buf. El maravilloso don de la ubicuidad aún no lo he alcanzado y mira que habré yo clamado al cielo y a todas sus divinidades por él. Recoloqué la vida en mi cabeza como si fuera el cubo de Rubik, compartí las dudas, los pros y los contras, y finalmente llamé la agencia para "llorarles" y ver si había posibilidad de cambiar la visita para el día siguiente porque ¡Compréndanlo! Irene Vallejo aquí ¡y yo también! Total, tres cuartos de hora antes de la hora prevista para la conferencia hacíamos fila para entrar porque nos avisaron de que estaría "petadísimo", tal y cómo comprobamos que realmente estaba. Mucha gente se quedó sin entrar pero ahí estaba yo, con sonrisa triunfante, en un rinconcito dispuesta a disfrutar de un diálogo que prometía ser muy interesante sobre uno de mis libros favoritos.

Siempre tengo tentaciones de releerlo. Lo leí en los ratitos de sobremesa de la pandemia. Siempre me acuerdo de aquella primavera, antes de volver a mi mesa del ordenador a teletrabajar por la tarde, leía en el patio, al sol, unas cuántas páginas de "El infinito en un junco". A sorbitos, porque el libro con sus casi quinientas paginitas, por mucho que nos gusten los libros y sus historias, no es para darse el atracón. Es un libro para saborearlo, para descubrir y aprender, disfrutando a ratos de cada pequeña explicación, cada mínima historia que contribuyó a la andadura de la lectura. 

Era mayo, era Málaga, y mereció la pena el cambalache. Qué interesante la conferencia, cuánto cuenta Irene Vallejo, qué instructivo y ameno todo lo que se habló. Qué entretenido ese diálogo con Rocío García, profesora de Universidad. Y cómo se luce la vida cuando tantas cosas buenas se juntan: un destino, el tiempo libre, una siesta en la playa y después, el escritor de uno de tus libros de cabecera ahí, tan cerquita, al alcance de la mano para enriquecerte el día.







viernes, 24 de mayo de 2024

Colaborando con Juan Calderón en la presentación de su poemario "Paisajes interiores"

 



Y llegarán días que harán "biografía". 

Días que le darán la vuelta a una agotadora jornada, devolviéndotela a estrenar.

Días donde prestarás tu voz a los versos de uno de los mejores poetas con los que tienes la suerte de compartir conversación y café, inspiración e historias.

Y te verás en mitad de la calle, en lo alto de un escenario, destilando sus poemas.


Gracias Juan Calderón por pedirme que te acompañe. 

Gracias a la poesía por llevarme a otro lugar más amable, limpio y plácido,

donde alcanzo a columpiarme entre palabras.

Gracias Juan Bautista por hacerme sentir en casa, 

a José María por la complicidad en asuntos literarios.

Y sobre todo gracias a la literatura por salvarme, 

por regalarme mi otra vida, 

la que importa y me alimenta.



Presentación del poemario "Paisajes Interiores" 

de Juan Calderón Matador

Un poemario maduro, fabricado de experiencia y oficio.

Mayo 2024. Feria del Libro de Vallecas









martes, 21 de mayo de 2024

"Todo lo que crece. Naturaleza y escritura" de Clara Obligado

 


"Vivir es reescribirnos.

Y el verbo se hizo tiempo, desafió a la muerte y a la desesperación"


Me leí volando "Todo lo que crece. Naturaleza y escritura" de Clara Obligado. Se juntó que tenía unas 100 páginas, relativamente pocas, con unos días libres, también pocos, que ya me hubiera gustado a mí que también fueran 100, impensable y maravilloso hubiera sido, de levitar, pero nooo, fueron poquísimos, aunque sin embargo me ayudaron a leerlo muy rápido. 

Éste es uno de esos libros que no se pueden contar porque no son una historia, sino un texto híbrido a caballo entre el ensayo, la biografía, la reflexión, poesía y qué se yo. En cualquier caso son un artefacto literario donde se indaga en la creación literaria y con eso ya me tienen ganada. Pero entiendo que no a cualquiera les gustará.

"Todo lo que crece: Naturaleza y escritura" es un libro corto dividido en dos partes. En el Sur se aborda su tiempo en Argentina. Clara Obligado nació en 1950 en Buenos Aires, y tuvo que exiliarse en tiempos de la dictadura. Así que llegó a España en 1976 y aquí se quedó. En esa primera parte entonces se aborda su infancia y juventud en su tierra de origen. Mientras que en la segunda parte, el Norte, habla de su llegada a España, su sentimiento de no pertenencia, y lo duro que fue ir haciéndose a la nueva tierra, un poco su vida privada, su despegar en los cursos de escritura creativa, sus múltiples madrugadas escribiendo... 

Por tanto el tema de esta obra es la identidad, la pertenencia, el cambio, el arraigo. Y para ello va imbricando su vida con la naturaleza. Aparentemente podría parece una digresión tras otra, pero hay como un río que fluye bajo todo lo que va contando. Se sigue el hilo de su vida, de su crecimiento. Me gusta mucho cuando habla de su maternidad, por ejemplo, o de su primer amor, que no coinciden pero me gustó como lo narraba. Y aunque nos va diciendo asuntos de su vida particular, mientras tanto la autora va salpicando el texto de referencias literarias, de etimología, de historia, de botánica, de ciencia... Lo va haciendo universal. Y de este modo nos habla de el dónde habitamos y qué nos habita. Trata el tema del paso del tiempo, sobre todo. El exilio, la pérdida, la vida, el paisaje... Tantos temas se abordan ahora que lo pienso... Supongo que también se podría decir que es una larga reflexión sobre la vida. 

"Termino una historia, la repaso, me queda la mitad. Voy por buen camino. Podo todo lo que se pueda podar, me desenamoro de las ideas decorativas, me alejo de mí. El mejor adjetivo es un buen sustantivo. Dejo que las ideas emerjan sin que se nombren. Me gustaría que me lean, como quería Lispector, en los renglones vacíos."

A mí me gustan estos libros donde se nos habla de escribir relacionándolo con la vida. Me gustan mucho. Comprendo que haya quién prefiera una novela, algo más de ficción, más entretenido o de evasión. También es cierto que hay momentos en que te apetece más una lectura que otra. De vez en cuando yo prefiero ir salpicando mi tiempo de lectura con estos ensayos, algo más sesudos, donde me parece que aprendo más. Aunque así, a poquitos, entre novela y novela. Y este es uno de esos libros, esos en los que he releído muchas frases, esos que subrayo mucho, y que en cuánto lo termino me digo que me lo debería volver a leer porque no me acuerdo y me gustaban mucho algunas frases y no me acuerdo. Qué rabia. Y me tengo que consolar pensando que ahí están, anotadas, esperándome para cuando quiera volver. 

Volver, eso es. 

Lo que está claro es que volveré a Clara Obligado, eso seguro, tiene mucho que enseñarme. 

"¿Qué raíces me representan? Me decanto por las epífitas o aéreas, que no necesitan un origen en tierra y solo se posan en algo que se puede perder: un árbol, una patria."

domingo, 19 de mayo de 2024

"14 de abril" de Paco Cerdá. Reseña literaria

 



"Todo poder ansía el orden. No hay lo uno sin lo otro. Y el orden es La Gaceta de Madrid, boletín oficial de España desde 1661. En la imprenta ya están componiendo la edición de mañana. La portada ha cambiado. Ha desaparecido la corona y el escudo de España, que siempre remataba la cabecera. El linotipista ya ha colocado el nuevo emblema: una mujer, alegoría de la república, en lo alto de la página. Y en torno a ella, un pomposo marco orlado que rodea el folio entero. Así comienza a componer con sus manos desgastadas, el texto de la portada. En el sumario se anuncian los decretos de nombramiento. Los efectúa literalmente el comité político.
Presidente del Gobierno Provisional de la República: Niceto Alcalá-Zamora y Torres.
Ministro de Estado: Alejandro Lerroux y García.
Ministro de Justicia: Fernando de los Ríos Urruti.
Ministro de la Guerra: Manuel Azaña Díaz.
..."

En este afán de ordenar el mundo está el de reflejar cada libro que me voy leyendo. Ahora le ha tocado el turno a "14 de abril" de Paco Cerdá.

No es una novela, es un ensayo, pero con muchísimos personajes, y mucha historia, por eso se lee muy bien. Me ha parecido muy interesante la estructura de su argumento. El espacio temporal es un solo día en el que ha logrado congelar el tiempo en el intervalo que comprende desde el amanecer hasta la madrugada del día siguiente, de como podréis imaginar, el 14 de abril de 1931, el día que se proclama la II República en nuestro país. Temporalmente un solo día, pero espacialmente todo nuestro país. Desde que se izó por primera vez la bandera republicana en Eibar hasta como fue llegando "la revolución" a todos los puntos de España. 

Se nota que el autor se ha documentado muchísimo, se adivinan detrás muchos periódicos, libros de memorias, archivos, cartas... Como os decía hay muchísimos personajes que imagino fue encontrando en su rastreo del momento. Personajes de toda condición, desde obreros como el encuadernador de la Gaceta de Madrid (el antiguo BOE) hasta, por supuesto, el Rey Alfonso XIII, pasando por Margarita Xirgú, o el ayuda de cámara del Rey preparando la marcha, o el poeta catalán Josep Pla... muchísimos. Personajes históricos, famosos conocidos, hasta personas anónimas que, incluso, murieron ese día sin tener nada que ver en el fragor del momento, simplemente, como ocurre tantas veces, porque pasaban por allí. Gente alegre, eufórica, y gente triste, acabada. 

"Debe ser agotador llamarse Josep Pla, tener que observar como Josep Pla y luego ponerse a escribir como Josep Pla. Más aún si ya es entrada la madrugada y uno llega al hotel derrengado y saturado de Historia. Pero aún así te sientas en un sillón del vestíbulo, con la plaza de Santa Ana tras los cristales, sacas el dietario y te pones a escribir..."

En este libro hay desde luego emoción, y hay canciones como La Marsellesa, y hay poesía cuando de pronto estás leyendo y se cuelan versos de Miguel Hernández y algún que otro poeta, o incluso el aire de canciones como la de "Al Alba" de Aute de pronto. 

Mientras lo leía ha coincidido que muchas mañanas pasaba por delante del Palacio Real y no podía evitar pensar lo que debió ser ese día ese lugar. Luego leía las páginas dedicadas, no solo al Rey, sino también a la Reina Victoria Eugenia, o al ayuda de cámara del Rey. Y me imaginaba todo el alboroto que debía haber fuera frente al silencio y las caras de dentro.

"Y entonces ellos los seis Ena, Alfonso, Jaime, Baby, Crista y Gonzalo, con el perro Peluzón, dejarán su casa y marcharán en el tren rumbo al destierro. Una familia desgraciada con incierto porvenir. Como una postal en camino sin remite ni dirección."

Me ha parecido un libro muy interesante. Es un pedazo de nuestra historia novelado con detalle atendiendo a la realidad pero no exento de una mirada poética, muy literaria. Y como son capítulos muy cortos en los que cambian tanto los protagonistas, y el autor también cambia su forma de contarlo a primera o segunda o tercera persona, es muy ágil. Me ha gustado mucho, no solo por lo que cuenta, sino sobre todo por la forma de contarlo.


"Eso dice Wislawa Szymborska: Que mil y uno siguen siendo mil. Que ese uno es como si no existiera. Y eso obliga a buscar el uno. O la una. Cándida Lago Veiga. Tú eres la una de Moaña. Pescadera, sindicalista, esposa y madre. En la Rúa de Canexa, en medio del tiroteo, no te abrieron esa puerta que te hubiera salvado. Te quedaste a la intemperie, más a la intemperie todavía. la bala salió, no se sabe si disparada al aire, si hacia el grupo, si contra ti. Qué más da. Lo que importa es que te atravesó los pulmones. Los dos. Y que quedó alojada en uno. Alveolo metálico.

Dice el acta de defunción que moriste a las siete de la tarde. No refiere cuando cerraste los párpados ni si alguien te los cerró. No cuenta qué hizo en ese momento tu hijo Manuel; si estaba a tu lado viéndolo todo o si justo antes de la desbandada de terror se soltó de tu mano, sudorosa de tanta emoción cuando todo era posible. La victoria obrera, el fin de los abusos y la penuria, algo parecido a la libertad.

Eso fue ayer.

Hoy, martes, camino del mediodía, ya nada es posible para ti."

lunes, 13 de mayo de 2024

Perséfone y la llegada de la primavera

 

Démeter, la diosa de la agricultura, tenía una hija con Zeus llamada Perséfone. Hades, el dios del inframundo se enamoró locamente de ella y no paró hasta que la raptó y abriendo una grieta en la tierra la arrastró con él hasta lo más profundo del mundo.

Démeter, después de mucho buscarla, de pedir al dios Helios (el dios Sol) que la ayudara a encontrarla y llorarle amargamente a Zeus, consiguió que éste último enviara a Hermes (el dios del ingenio) para que negociara con Hades. Al final lograron, con mucho esfuerzo, un trato. Consistía en que Perséfone pasara la mitad del año con su madre en la tierra, y seis meses con Hades en el inframundo.

Cuando a Perséfone no le toca venir, Démeter está tan triste y añora tanto a su hija, que no deja que crezca nada en la tierra y todo se vuelve otoño e invierno. Pero ¡ay! cuando vuelve Perséfone a casa, Démeter está tan contenta que todo renace y de nuevo tenemos con nosotros la primavera y el verano. 

Bueno, más menos que más, pero algo así es la historia que nos contaban los griegos... 










sábado, 11 de mayo de 2024

Presentación de "Paisajes interiores" de Juan Calderón Matador.

 


El jueves 9 de mayo del 2024 fue un día mágico, por varias razones, pero una de ellas el recital-presentación del último libro de mi querido Juan Calderón. Se titula "Paisajes interiores. Antología poética 1993-2023" y contiene unos textos maravillosos. 

Yo salí pitando del trabajo para llegar a tiempo, porque sabía que siendo un recital de Juan no tendría desperdicio. El señor Calderón es un artista polifacético y tan pronto te canta, como te actúa, como te recita, y da gusto estar en cualquier espectáculo en el que él esté implicado. Me senté en la primera fila, para no perderme detalle, a mi derecha mi amigo Alberto Ramos, a la izquierda mi amigo David Lerma, a quiénes quiero y admiro tanto por su prosa como por lo que me aguantan los pobres cuando me pongo pesadísima. Esta vez fueron las flores de la mesa, que no paré hasta que Javier las quitó porque casi no se le veía la cara al pobre Juan. "Ahora dirás que te molestan las botellas" me susurró Alberto. Y le miré como diciendo "Hombre pues ya que lo dices...". A partir de ahí mejoró el resultado, y nunca es igual contarlo que vivirlo, ni por muchas fotos y vídeos que se vean, pero voy a intentar que os hagáis una pequeña idea de lo que fue disfrutar ese recital estupendo donde Juan brilló como se merece su poesía, él y su arte en general. Qué bien lo pasamos. Y cómo escribe nuestro Sr. Calderón, además de ser uno de mis mejores compañero de letras, es un lujo escucharle. 

En la mesa Jorge Alonso (Ediciones Agoreiro), Juan Calderón y Javier Díaz (prologuista del libro) Después colaboraron en la lectura: Lidia Carmona, Jocelyn M. Almeida, Juan B. Raña, Alberto Ramos y Cinta R. Guil. No os perdáis los vídeos, son pequeñitos porque el blog no me permite más longitud, pero creo que ahí están en su salsa todos. Gracias Juan, gracias a todos, qué bien disfrutar de la literatura con vosotros. Qué suerte tengo. 















viernes, 10 de mayo de 2024

Antonio Palacios en Madrid. 150 aniversario de su nacimiento.

 


Querido señor Palacios:

 ¡Hay que ver lo bien que le cuadró el apellido! ¿verdad? Estaba deseando decírselo. Eso y que parece que le veo haciendo dibujitos de nuevos edificios por el paraíso, la otra vida o en donde usted buenamente creyera, que ahí una ni entra ni sale.

Aquí abajo liadas con su 150 cumpleaños. Échele. Para eso le escribo, para darle las gracias por lo requetebonita que nos dejó usted la ciudad. Somos dos vecinas de toda la vida, viudas ambas, fíjese usted, que mala coincidencia, pero que, en cambio, ya tenemos la prole casadera, así que, ni tenemos prisa ni nadie que nos la meta. Corre que te corre aviamos la casa y no hay día que no tengamos plan para echarnos enseguida a la calle. Nos llevamos muy bien ¿sabe usted? Y cuando no es una la que inventa la salida, es la otra.

 Este año en Madrid a la tarea suya. Usted sí que sabe celebrar cumpleaños, y el ayuntamiento no hará otras cosas, pero de las visitas guiadas no tenemos queja. Ahora toca enseñarnos los edificios que usted hilvanó. Que si Correos, que si el Cervantes, que si el Círculo de Bellas Artes, la Casa esa… ¡Eso! ¡Matesanz!, que si el del Primark… Usted no paraba ¿eh? No ganaría su madre para lápices. Y ¡a cuál más pintón Sr. Antonio! Además, ojalá hubiera escuchado al guia, qué muchacho tan bien preparado y tan simpático, si parecía de su familia de lo bien que hablaba de usted. En fin… Que yo solo quería agradecérselo ¿sabe? Así que he escrito esta cartita, luego pediré a alguno de los hijos que haga copias y mañana nos vamos, edificio por edificio, echándola a sus buzones. Digo yo que alguno se la hará llegar a sus herederos. Y si no ¿Sabe lo que le digo? Que lo mismo da, que da lo mismo, ya no es nuestra guerra. A mí me enseñaron que es de bien nacidos ser agradecidos y  cumplido. Qué remajo debió ser D. Antonio, solo dio de hablar por sus buenas obras. A seguir bien allá donde esté. 

Una madrileña agradecida.













jueves, 2 de mayo de 2024

De madrileños, gatos y sus areneros

 


2 de mayo, día de la Comunidad de Madrid. 

Podríamos decir también que es el día de los "gatos", como se nos suele llamar. Y podemos ver en las fotos de los aseos de un restaurante céntrico madrileño por la zona de Barquillo, que me parece de lo más original. "Gato y gata y areneros para gatos". Muy ocurrentes sí señor.

Yo soy madrileña porque nací en Madrid y porque me encanta mi ciudad. Pero, en cambio, no soy "gata" porque para tener el "título", además de haber nacido en la capital hay que tener tres generaciones de madrileños nacidos aquí, y ni mis padres y abuelos eran de Madrid. Ya sabemos que se nos llama "gatos" por la hazaña de un soldado del siglo XI que se lanzó a trepar la muralla que entonces rodeaba Madrid para permitir el avance las tropas cristianas de Alfonso VI que pretendían liberar a Mayrit (Madrid) del dominio árabe. Trepaba tan ágilmente muralla arriba que decían que lo hizo como un gato. Y nuestro soldado tan orgulloso, después se cambió el apellido e incluso el escudo de la familia representando la hazaña. 

Aprovecho para dejaros más fotos de aseos, e ir ampliando nuestra colección. ¡Un viva por los ocurrentes! 

Vaaaale, y también por los madrileños, sean gatos o no, que para eso es nuestro día. 








Las fotos de los aseos de arriba me los envió mi amigo Javier de Puerto Lápice. Y los de debajo también los encontré yo en otro restaurante italiano de Madrid, de la zona de Canillas.





miércoles, 1 de mayo de 2024

"Elogio de las manos" de Jesús Carrasco. Reseña Literaria.




 "¿Y qué haréis cuando construyan los apartamentos? Nos despediremos del lugar, agradecidos por lo vivido, y seguiremos nuestro camino. Así lo predicaba yo, como si fuéramos personajes de una parábola mística oriental. 

Pero mentía, me resistía a perder para siempre aquel espacio que ya estaba tan dentro de nosotros y de nuestra historia particular. Todo era un cuento. Yo me había apegado a aquella casa que no era nuestra y me resistía a dejarla marchar sin más. El discurso pertenecía al joven que fui y la verdad, al hombre que era. Y entonces sentí que todas esas parábolas de amor puro que incendiaron mi juventud también podían arder tranquilamente. Aquello que amo, me dije, lo quiero pegado a mi pecho. Quiero poder acariciarlo con mis manos. Quiero poder llorar su ausencia."


Y tú quieres hacer la reseña del último libro que has leído "Elogio de las manos" de Jesús Carrasco. Te gusta hacerlas porque pasado el tiempo las sensaciones que te deja la lectura se van diluyendo y uno se va olvidando de los matices. Además te gusta saber cuántos libros has leído en un año, siempre muchísimos menos de los que te gustaría, el tiempo libre es un bien escaso. 

Es el segundo libro de este autor que lees. "Llévame a casa" te gustó mucho. Y siempre que uno lee más obras del mismo autor se tiende a hacer algo que no se debe hacer: comparar. Pero lo haces. "Elogio de las manos" no te ha gustado tanto como "Llévame a casa", aunque también te ha gustado bastante. 

El argumento uno lo puede leer en cualquier sitio: En el año 2011 el narrador y su familia topan con una vieja casa de un pueblo del sur de España. Está previsto que la van a derribar para construir unos apartamentos turísticos. Sin embargo, el propietario les deja que pasen allí temporadas haciendo uso de ellas, mientras consigue la financiación necesaria para su proyecto de construcción. Y la familia comienza a frecuentarla, a vivirla, a hacerle las reparaciones necesarias, aún a sabiendas de que no van a durar, porque no es suya y la van a tirar. La casa se convierte en "su casa" porque la habitan, porque allí disfrutan con familia y amigos del ocio, porque allí viven el presente disfrutando del momento. 

 Tienes que decir en la reseña que te pareció un acierto mayúsculo el título. Porque toda la novela es un elogio. Por supuesto de las manos, de la labor que se hace con ellas, del trabajo artesanal, en primer lugar. Pero también es un elogio de lo doméstico, de la vida corriente y cotidiana. Un elogio de las pequeñas cosas. 

Tienes que decir también cómo te gusta la forma de escribir de Jesús Carrasco. Cuánto transmite con su prosa sencilla, ligera, íntima. 

Dirías que no ocurre nada extraordinario en esta obra, simplemente es la narración de un tiempo en familia, en el campo, con las personas cercanas, las que uno quiere más y las que aprende a querer porque viven cerca. Es un pedazo del tiempo de esa familia arrancado a la vida y plasmado en una obra.

Quizá haya quién opine que es un poco repetitiva, puede ser. Aunque a ti, mientras las leías, no te importaba. No buscabas el gran argumento, ni la sorpresa, ni que te atrapara. Buscabas un refugio. Y eso encontrabas cada noche cuando leías y te marchabas durante un rato a esa casa. Qué difícil vivir en un lugar del que tienes la certeza que no va a durar. Pero también es cierto lo que suele decir el autor, a propósito de su libro, cuando le preguntan: también la vida es así, la vives intensamente aunque sabes que se termina. Y te hace pensar...

60 breves capítulos muy bien rematados, con finales tan certeros que parecían un eco que te dejaba pensando en las palabras del autor. Un período de tiempo lineal, los diez años que pudieron disfrutar de esa casa. Es un libro muy profundo, aunque hable de lo más cercano. Cuántos párrafos habrás subrayado, piensas, imposible transcribirlos todos. Tendrás que elegir. Y en las elecciones siempre se pierde algo, concluyes. Pero seguro que tienes que incluir el del nombre ficticio de la niña pequeña. Te hizo mucha gracia. Aunque no tiene mucho humor esta obra, la verdad, la recorre como un río subterráneo cierta ironía a veces.

Pues habrá que ponerse manos a la obra, y nunca mejor dicho, y hacer la reseña. Siempre se te quedará corta, como te pasa con todas. Lo que te gustaría que quedara más claro es que tú, y en este abril de 2024, has disfrutado mucho con esta novela, medio autobiografía, medio ficción. Porque necesitabas esa lectura profunda y tranquila. Que quizá otros lectores no estarán en ese momento de contemplación que necesita esta lectura para vivirla como se merece. Pero que eso es lo bueno de los libros, que son pacientes, y que nos esperan para cuando seamos capaces de valorar lo que tienen que ofrecernos. Y esta novela, más que ninguna otra, destila paciencia. 


"Algo que no se debe hacer es pedirle a una niña de ocho años que escoja para sí misma un nombre ficticio. Cuando ya llevaba algunas semanas redactando este libro, le pedí a mi hija pequeña que por favor reconsiderara su primera elección y que, a ser posible, buscara un nuevo nombre que no fuera el de un droide astromecánico. Verás, le dije, no combina demasiado bien con Marie, ni con Anais, ni con Juanlu, ni siquiera con Beleña. Cada vez que escribo R2D2 me desconcentro, le expliqué. Me contestó que R2D2 era el que le gustaba pero buscaría otro nombre que pegara más. Noté cierta ironía en su tono. O quizá era decepción ante un padre que, por un lado, había comenzado un juego, y por otro, había decidido terminarlo unilateralmente. Tuve miedo de que se vengara de mí eligiendo el nombre de algún personaje de Star Wars que me complicara todavía más la vida: Biggs Darklighter, Jar Jar Binks o Lando Calrissian.

De nuevo se tomó su tiempo para comunicarse su decisión y, cuando la tuvo, se acercó a donde yo estaba, lo pronunció con claridad -Berta- y se marchó por donde había venido. Parecía resignada por haber tenido que rebajar su fantasía para adecuarla a mis intereses. Pero llegaría el momento en el que Anais daría a luz en las páginas del libro y la idea de seguir llamándola R2D2 generaba en mí una imagen inquietante."