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sábado, 22 de junio de 2024

"No dejar que se apague el fuego" de Miriam Toews. Reseña literaria.

 




"Cuando ayudo a la abuela a desvestirse para la ducha le paso el dedo por la cicatriz y hago que se la bajo, ¡rrrras! ¡Salga de su pellejo, señora! Se sienta en una silla de ducharse que se encontró mamá en la basura de alguien -cuando la trajo a casa la dijo ja, ja, se ve que alguien se ha ido a criar malvas-, ella venga a reír y a reír mientras yo la lavo con un jabón de lavanda francesa que le dio su amigo William por haberlo ayudado a plantarle cara a su casero y a escribirle una carta al arrogante de su hermano. Tengo que levantarle los michelines para lavarle los pliegues y hasta le lavo el culo y las tetas gigantes que tiene y las plantas duras y rasposas de los pies y los dedos, que le enroscan entre sí. Después tengo que fregar los cinco centímetros de agua del suelo del baño para no se resbale al salir y se caiga porque sería the end, my friend, dice."


Esta novela me encantó desde las primeras líneas por el buen humor que destila y por su narradora principal, una cría de nueve años, superviviente feroz de lo que le toca vivir y que va contando en una carta a su padre ausente cómo les va la vida. 

Todo el libro es una sucesión atropellada de locuras protagonizadas por tres generaciones de mujeres. Las tres protagonistas son Elvira, una abuela única que quiere enseñar a su nieta que no debe abandonar ese fuego interno que tiene pase lo que pase, que tiene que ser una luchadora como ha sido ella toda su vida. Es una bomba esta abuelita. La hija de Elvira y madre de Swiv, que está ya en el tercer trimestre de su embarazo de Garby, que aún no sabemos si va a ser niño o niña, pero que vive en una constante montaña rusa de emociones. Y nuestra narradora, Swiv, mi preferida, que me ha encantado. Swiv es una niña de nueve años que la han expulsado del colegio por pelearse y que vive en una continua y propia lucha en su casa con su abuela y su madre para poner un poco de orden en el caos reinante de esa curiosa familia de mujeres.

La he disfrutado mucho, porque te tiene saltando de emoción en emoción y de locura en locura, como si fueran corriendo por el mundo detrás de estos tres personajes y las cosas que les tocan vivir. Tiene toda la novela un ritmo muy ágil, loco, no te da pausa. 

La prosa es muy, muy rica, salpicada de buen humor, de color, de luz. Es una novela corta, tiene unas doscientas y pico páginas, y se lee muy bien. Es como un largo monólogo contado por una voz infantil muy madura, a la que vas descubriendo y con la que te vas encariñando mientras ella crece oscilando entre la perplejidad y la responsabilidad. Es todo un logro esta narradora, un caramelo de personaje. No hay apenas diálogos, por eso, pero no hacen falta para que la novela sea muy dinámica. 

Confieso que el arranque me pareció buenísimo y que el final me ha gustado mucho. En medio de la novela me pregunté un par de veces ¿Pero a dónde vamos aquí? porque había fragmentos tan surrealistas que ya hasta me saturaban. Pero, sin embargo la autora ha derrochado tal ingenio que tienes que seguir leyendo porque, al menos en mi caso, yo quería saber que era de esta cría tan tierna y veloz de cabeza. 

Los personajes, como os digo, están perfectamente perfilados y el final me ha parecido que cierra muy bien toda la atropellada trama. Aunque yo, sobre todo, he disfrutado de la forma de contar de la autora, del discurso de Swiv, de su forma de ver el mundo y contarlo. Solo por conocer a Swiv merece la pena leer esta novela. No he parado de subrayar frases y párrafos, porque me parecía que eran tiernos, profundos y locos a un mismo tiempo, y eso no es nada fácil de escribir. Y ahora ¡menudas dudas para elegir que transcribo! 

Me ha gustado mucho. Y sí, como uno puede sacar de conclusión de la novela, la vida es una tragicomedia, una pura tragicomedia. 


"Alguien en algún momento en la vida de la abuela debió de amenazarla con matar a toda su familia si no se hacía amiga de todas las personas que conociera."

"La abuela me dijo que luchar también puede ser hacer las paces. Me dijo que a veces avanzamos mirando hacia atrás y que a veces avanzar puede ser saber cuándo parar. Pero, bueno, ¡ya conoces a la abuela!
Todos tenemos un fuego dentro de nosotros, hasta tú. Ella me contó que tú le habías echado tanto alcohol al fuego que tienes dentro que seguro seguro no se te va a apagar nunca."

"La luz de mis días" de Alejandro Melero. Reseña literaria

 


"A Marifé no le sorprendió que su marido se hubiera enamorado de la muchacha joven. Al contrario, lo encontró de lo más natural. Si lo hubieran hablado, le habría dicho al marido que, aunque ese giro en su vida no era lo que ella habría esperado, tampoco podría decirse que fuese sorprendente. Era frustrante, sí, y descorazonador, y la hería en lo más profundo y en lo más superficial, pero no la sorprendía. El problema o uno de los problemas fue que nunca lo hablaron. El marido empezó a estar ausente por las tardes, y luego los fines de semana, y, finalmente, algunas noches, hasta que un día no vino nunca más. Cuando Álvaro le dijo que su padre se había ido a vivir a la casa de muchacha joven, Marifé sintió que podía dar el tema por zanjado. 

Con la excepción de aquella tarde en que se los cruzó por la calle, Marifé no había vuelto a ver a su marido hasta el día del entierro. Pero ¿de verdad que nunca habían hablado de ruptura? La conversación nunca había ocurrido, sobre este punto no podía haber discusión alguna, pero Marifé la había recreado tantas veces en su cabeza que era como si de verdad hubiera pasado."


Buscaba una novela plácida y entretenida para mi semana de vacaciones, y la verdad es que fue lo que encontré, porque en cuánto comencé su lectura me enganchó y después me leí volando “La luz de mis días” de Alejandro Melero porque me sentía a gusto entre esas vecinas y sus cuitas.

Estructuralmente tiene una doble línea argumental que le imprime ritmo a la lectura y capítulos cortos que también lo favorece. Por un lado, tenemos la historia de dos vecinas, de clase media baja, ya entradas en años, que comparten bloque: Luisa y Marifé. Ninguna, nada más empezar la novela, parece tener una vida apasionante, ni siquiera entretenida y desde luego tampoco feliz. Y por otro lado tenemos la segunda historia que es el argumento de la serie de televisión que sigue una de ellas y le va contando, a su manera pero sin escatimar detalles, a la vecina. Ambas líneas argumentales están muy, muy bien diferenciadas. La ambientación está muy lograda en ambas, así como la elección del lenguaje del narrador que me ha parecido un acierto y es de lo que más me ha gustado. Me hacía mucha gracia cómo se veía la voz de la vecina en sus apreciaciones subjetivas de lo que va ocurriendo en la telenovela. Me la imaginaba perfectamente contándole el capítulo a la vecina con sus expresiones y chascarrillos. En la otra línea argumenta la narradora es Marifé, ella va contando su vida, aunque de forma un poco átona, con distancia, con una postura bastante resignada hacia lo que le toca vivir.

 Ambas líneas argumentales van a ir avanzando de forma paralela y con el tiempo llegarán a confluir, y al ir progresando se van a ir desvelando algunos detalles que al principio desconocíamos. Eso hace que la atención no decaiga.

 Es una novela que se lee bien, te van atrapando los dos argumentos y más con la dosificación de intriga que ha utilizado el autor. No es ni mucho menos una novela de misterio, no hay que esperar ni grandes secretos ni grandes puntos de giro en las historias, pero te van llevando de la mano sin soltarte. Aunque lo que sí yo he sentido es que quizá se podría haber intensificado la emoción en ambas historias, a veces me parecía que era más plana de lo que correspondía y hay escenas que la requerían. Es cierto que el personaje de Marifé está como anestesiado y hasta cierto punto puede contar un poco de forma plana lo que va ocurriendo. Pero, aún así, he echado de menos algo más de intensidad en la narración. 

 En general, creo que está bastante bien escrita, tanto en la trama como a la hora de perfilar los personajes. El autor conoce su oficio y ha utilizado varios recursos literarios muy eficaces, su prosa es fluida y rica. Y, ya sea más o menos rocambolesco el final, que lo es, de una de las historias, tal y como está contado a mí me parece que es creíble, que al fin y al cabo es lo que importa. 

Seguiremos de cerca a Alejandro Melero. 


domingo, 16 de junio de 2024

"María Blanchard. Pintora a pesar del cubismo" en el Picasso de Málaga. Y el libro "María Blanchard" de Federico García Lorca y otros

 


La vida, cuántas veces, es el resultado de una suerte de casualidades que se van enlazando.

Quizá el primer eslabón de la cadena de casualidades fuera un regalo del día de Reyes en forma de un par de billetes de tren para hacer una escapada en mayo a Málaga. La bella Málaga cuántas visitas se merecería. Tan rica. Con su playa, su buen clima, y tantos lugares culturales a disfrutar, a cual mejor. ¿Quién no va a querer hacer una escapada a Málaga?

Y una de esas visitas culturales que no podía faltar era el Museo Picasso. Y de pronto, la segunda casualidad: Justo este verano en dicho Museo una exposición de la pintora María Blanchard. ¡Me gusta mucho! Esa pintora santanderina (1881-1932) de principios del siglo XX, a quién no tratamos nada bien, por ser un poco maltrecha, por ser mujer, porque somos así, y se tuvo que ir a Francia donde dejó de llamarse María Gutiérrez (su primer apellido Gutiérrez-Cueto) para hacerse llamar solo María Blanchard (su segundo apellido). Pobre María qué vida debió tener... Ella que pintaba de dentro afuera. Una persona que cruza la calle y se le cuela dentro. Y pasado el tiempo, años, una vez que ha ido madurando poco a poco aquella cara, aquel gesto, dentro, María recurría a su interior y sacaba a aquella mujer con la que se había cruzado hacía un montón de años...  Qué atractivos los personajes de sus pinturas, con esas expresiones tan profundas, tan tristes, con esa forma de mirarte, atrapándote desde el lienzo consiguiendo que te pares porque te hipnotizaron. 

Y la tercera casualidad, ya en el Museo Thyssen, también de Málaga, tropezar con un pequeño libro que acaba de publicar la editorial Casimiro "María Blanchard" de Federico García Lorca, dice el título. Ni noventa páginas, pero todo retratos escritos por diferentes autores: García Lorca, por supuesto, pero también Gómez de la Serna, Bergamín, Gerardo Diego, Isabelle Riviere... trece textos a propósito de María Blanchard. Personas más próximas o lejanas. Pero en conjunto una delicia si te quieres acercar a la figura de esta pintora tan desconocida por algunos. 













martes, 21 de mayo de 2024

"Todo lo que crece. Naturaleza y escritura" de Clara Obligado

 


"Vivir es reescribirnos.

Y el verbo se hizo tiempo, desafió a la muerte y a la desesperación"


Me leí volando "Todo lo que crece. Naturaleza y escritura" de Clara Obligado. Se juntó que tenía unas 100 páginas, relativamente pocas, con unos días libres, también pocos, que ya me hubiera gustado a mí que también fueran 100, impensable y maravilloso hubiera sido, de levitar, pero nooo, fueron poquísimos, aunque sin embargo me ayudaron a leerlo muy rápido. 

Éste es uno de esos libros que no se pueden contar porque no son una historia, sino un texto híbrido a caballo entre el ensayo, la biografía, la reflexión, poesía y qué se yo. En cualquier caso son un artefacto literario donde se indaga en la creación literaria y con eso ya me tienen ganada. Pero entiendo que no a cualquiera les gustará.

"Todo lo que crece: Naturaleza y escritura" es un libro corto dividido en dos partes. En el Sur se aborda su tiempo en Argentina. Clara Obligado nació en 1950 en Buenos Aires, y tuvo que exiliarse en tiempos de la dictadura. Así que llegó a España en 1976 y aquí se quedó. En esa primera parte entonces se aborda su infancia y juventud en su tierra de origen. Mientras que en la segunda parte, el Norte, habla de su llegada a España, su sentimiento de no pertenencia, y lo duro que fue ir haciéndose a la nueva tierra, un poco su vida privada, su despegar en los cursos de escritura creativa, sus múltiples madrugadas escribiendo... 

Por tanto el tema de esta obra es la identidad, la pertenencia, el cambio, el arraigo. Y para ello va imbricando su vida con la naturaleza. Aparentemente podría parece una digresión tras otra, pero hay como un río que fluye bajo todo lo que va contando. Se sigue el hilo de su vida, de su crecimiento. Me gusta mucho cuando habla de su maternidad, por ejemplo, o de su primer amor, que no coinciden pero me gustó como lo narraba. Y aunque nos va diciendo asuntos de su vida particular, mientras tanto la autora va salpicando el texto de referencias literarias, de etimología, de historia, de botánica, de ciencia... Lo va haciendo universal. Y de este modo nos habla de el dónde habitamos y qué nos habita. Trata el tema del paso del tiempo, sobre todo. El exilio, la pérdida, la vida, el paisaje... Tantos temas se abordan ahora que lo pienso... Supongo que también se podría decir que es una larga reflexión sobre la vida. 

"Termino una historia, la repaso, me queda la mitad. Voy por buen camino. Podo todo lo que se pueda podar, me desenamoro de las ideas decorativas, me alejo de mí. El mejor adjetivo es un buen sustantivo. Dejo que las ideas emerjan sin que se nombren. Me gustaría que me lean, como quería Lispector, en los renglones vacíos."

A mí me gustan estos libros donde se nos habla de escribir relacionándolo con la vida. Me gustan mucho. Comprendo que haya quién prefiera una novela, algo más de ficción, más entretenido o de evasión. También es cierto que hay momentos en que te apetece más una lectura que otra. De vez en cuando yo prefiero ir salpicando mi tiempo de lectura con estos ensayos, algo más sesudos, donde me parece que aprendo más. Aunque así, a poquitos, entre novela y novela. Y este es uno de esos libros, esos en los que he releído muchas frases, esos que subrayo mucho, y que en cuánto lo termino me digo que me lo debería volver a leer porque no me acuerdo y me gustaban mucho algunas frases y no me acuerdo. Qué rabia. Y me tengo que consolar pensando que ahí están, anotadas, esperándome para cuando quiera volver. 

Volver, eso es. 

Lo que está claro es que volveré a Clara Obligado, eso seguro, tiene mucho que enseñarme. 

"¿Qué raíces me representan? Me decanto por las epífitas o aéreas, que no necesitan un origen en tierra y solo se posan en algo que se puede perder: un árbol, una patria."

miércoles, 1 de mayo de 2024

"Elogio de las manos" de Jesús Carrasco. Reseña Literaria.




 "¿Y qué haréis cuando construyan los apartamentos? Nos despediremos del lugar, agradecidos por lo vivido, y seguiremos nuestro camino. Así lo predicaba yo, como si fuéramos personajes de una parábola mística oriental. 

Pero mentía, me resistía a perder para siempre aquel espacio que ya estaba tan dentro de nosotros y de nuestra historia particular. Todo era un cuento. Yo me había apegado a aquella casa que no era nuestra y me resistía a dejarla marchar sin más. El discurso pertenecía al joven que fui y la verdad, al hombre que era. Y entonces sentí que todas esas parábolas de amor puro que incendiaron mi juventud también podían arder tranquilamente. Aquello que amo, me dije, lo quiero pegado a mi pecho. Quiero poder acariciarlo con mis manos. Quiero poder llorar su ausencia."


Y tú quieres hacer la reseña del último libro que has leído "Elogio de las manos" de Jesús Carrasco. Te gusta hacerlas porque pasado el tiempo las sensaciones que te deja la lectura se van diluyendo y uno se va olvidando de los matices. Además te gusta saber cuántos libros has leído en un año, siempre muchísimos menos de los que te gustaría, el tiempo libre es un bien escaso. 

Es el segundo libro de este autor que lees. "Llévame a casa" te gustó mucho. Y siempre que uno lee más obras del mismo autor se tiende a hacer algo que no se debe hacer: comparar. Pero lo haces. "Elogio de las manos" no te ha gustado tanto como "Llévame a casa", aunque también te ha gustado bastante. 

El argumento uno lo puede leer en cualquier sitio: En el año 2011 el narrador y su familia topan con una vieja casa de un pueblo del sur de España. Está previsto que la van a derribar para construir unos apartamentos turísticos. Sin embargo, el propietario les deja que pasen allí temporadas haciendo uso de ellas, mientras consigue la financiación necesaria para su proyecto de construcción. Y la familia comienza a frecuentarla, a vivirla, a hacerle las reparaciones necesarias, aún a sabiendas de que no van a durar, porque no es suya y la van a tirar. La casa se convierte en "su casa" porque la habitan, porque allí disfrutan con familia y amigos del ocio, porque allí viven el presente disfrutando del momento. 

 Tienes que decir en la reseña que te pareció un acierto mayúsculo el título. Porque toda la novela es un elogio. Por supuesto de las manos, de la labor que se hace con ellas, del trabajo artesanal, en primer lugar. Pero también es un elogio de lo doméstico, de la vida corriente y cotidiana. Un elogio de las pequeñas cosas. 

Tienes que decir también cómo te gusta la forma de escribir de Jesús Carrasco. Cuánto transmite con su prosa sencilla, ligera, íntima. 

Dirías que no ocurre nada extraordinario en esta obra, simplemente es la narración de un tiempo en familia, en el campo, con las personas cercanas, las que uno quiere más y las que aprende a querer porque viven cerca. Es un pedazo del tiempo de esa familia arrancado a la vida y plasmado en una obra.

Quizá haya quién opine que es un poco repetitiva, puede ser. Aunque a ti, mientras las leías, no te importaba. No buscabas el gran argumento, ni la sorpresa, ni que te atrapara. Buscabas un refugio. Y eso encontrabas cada noche cuando leías y te marchabas durante un rato a esa casa. Qué difícil vivir en un lugar del que tienes la certeza que no va a durar. Pero también es cierto lo que suele decir el autor, a propósito de su libro, cuando le preguntan: también la vida es así, la vives intensamente aunque sabes que se termina. Y te hace pensar...

60 breves capítulos muy bien rematados, con finales tan certeros que parecían un eco que te dejaba pensando en las palabras del autor. Un período de tiempo lineal, los diez años que pudieron disfrutar de esa casa. Es un libro muy profundo, aunque hable de lo más cercano. Cuántos párrafos habrás subrayado, piensas, imposible transcribirlos todos. Tendrás que elegir. Y en las elecciones siempre se pierde algo, concluyes. Pero seguro que tienes que incluir el del nombre ficticio de la niña pequeña. Te hizo mucha gracia. Aunque no tiene mucho humor esta obra, la verdad, la recorre como un río subterráneo cierta ironía a veces.

Pues habrá que ponerse manos a la obra, y nunca mejor dicho, y hacer la reseña. Siempre se te quedará corta, como te pasa con todas. Lo que te gustaría que quedara más claro es que tú, y en este abril de 2024, has disfrutado mucho con esta novela, medio autobiografía, medio ficción. Porque necesitabas esa lectura profunda y tranquila. Que quizá otros lectores no estarán en ese momento de contemplación que necesita esta lectura para vivirla como se merece. Pero que eso es lo bueno de los libros, que son pacientes, y que nos esperan para cuando seamos capaces de valorar lo que tienen que ofrecernos. Y esta novela, más que ninguna otra, destila paciencia. 


"Algo que no se debe hacer es pedirle a una niña de ocho años que escoja para sí misma un nombre ficticio. Cuando ya llevaba algunas semanas redactando este libro, le pedí a mi hija pequeña que por favor reconsiderara su primera elección y que, a ser posible, buscara un nuevo nombre que no fuera el de un droide astromecánico. Verás, le dije, no combina demasiado bien con Marie, ni con Anais, ni con Juanlu, ni siquiera con Beleña. Cada vez que escribo R2D2 me desconcentro, le expliqué. Me contestó que R2D2 era el que le gustaba pero buscaría otro nombre que pegara más. Noté cierta ironía en su tono. O quizá era decepción ante un padre que, por un lado, había comenzado un juego, y por otro, había decidido terminarlo unilateralmente. Tuve miedo de que se vengara de mí eligiendo el nombre de algún personaje de Star Wars que me complicara todavía más la vida: Biggs Darklighter, Jar Jar Binks o Lando Calrissian.

De nuevo se tomó su tiempo para comunicarse su decisión y, cuando la tuvo, se acercó a donde yo estaba, lo pronunció con claridad -Berta- y se marchó por donde había venido. Parecía resignada por haber tenido que rebajar su fantasía para adecuarla a mis intereses. Pero llegaría el momento en el que Anais daría a luz en las páginas del libro y la idea de seguir llamándola R2D2 generaba en mí una imagen inquietante."

viernes, 19 de abril de 2024

"Estaciones de regreso" de Jacobo Bergareche. Reseña Literaria

 



Mientras mi padre nos contaba por teléfono que habían asesinado a mi hermano pequeño, se podía ver desde el balcón, tras los setos de mirto y laurel donde termina el jardín, a una pequeña cierva comer bellotas de una encina. No era urgente llorar, ni tratar de comprender lo que había pasado, ni comunicarle a nadie nada. Tendríamos el resto de la vida para eso.”

Confieso que me costó entrar en este libro. En un principio no sabía muy bien dónde quería llevarnos el autor. Confieso también que, de pronto, no sé dónde, en qué momento, me atrapó. Y tras ese destello lo he leído con verdadera devoción. 

Un montón de veces mientras lo leía pensaba "Jo, pero qué bien ha contado esto, o cómo le comprendo, o qué chulo lo que dice, qué bien escribe.". 

Se titula "Estaciones de regreso", de Jacobo Bergareche, un autor de quién yo no había leído nada, y brujuleando por internet leí varias buenas críticas. Así que me entró mucha curiosidad. Ahora ya soy fan total de Bergareche.

No es largo, tiene unas doscientas páginas y no es una novela, sino una suerte de autobiografía cuyo núcleo es la pérdida y el duelo. 

Al autor le asesinaron al hermano pequeño, Roque Bergareche, de 29 años, en Angola en el año 2012 y su madre en el AVE de vuelta a Madrid, nada más saber la noticia, le dijo: "¡Escribe! ¡Escribe algo!". Y le costó mucho tiempo, pero al final de aquel dolor, de la muerte y de aferrarse a reconocer lo que la vida merece la pena, nació este libro seis años después: "Estaciones de regreso", una elegía. 

Tiene quince capítulos, de los que justo los que menos me han gustado son el primero y el último. El resto sí, mucho. Pero cada lector es un mundo y, además, no siempre nos apetece leer lo mismo.

Este es un libro intimista, un libro sobre saber mirar a la vida, a sus detalles, a las personas. Tiene capítulos que me han encantado, como el dedicado a su profesora Pura y cómo encaró el momento en que supo que se moría. Nos habla de sus amores, de su tiempo viviendo en Austin, de sus colegios, de sus trabajo, de la naturaleza, de escribir, de los libros, de la música... de lo bueno que es vivir. 

"Publiqué un libro de poesía que no me hizo poeta, hice una exposición de fotografía que no me hizo fotógrafo, escribí cientos de guiones de series prescindibles que no me hicieron dramaturgo, publiqué los suficientes artículos como comprobar que no era un filósofo, y tampoco fui capaz de pintar lo suficiente como para ponerme a prueba como artista. Pienso que el adolescente que fui me miraría con cierta indulgencia y con el respeto que se le debe a un resistente, pero no sentiría por mí admiración alguna."

Tengo casi todo el libro subrayado, no he dejado de hacerlo. Creo que ahora puedo ver mejor lo que no he subrayado que lo que tengo marcado. No he hecho más que marcar párrafos enormes que me encantaba leerlos, solo por el placer de disfrutar cómo lo contaba.

El título está extraído de unos versos del poeta Luis Rosales:

«...quiero deciros que el dolor es un largo viaje, es un largo viaje que nos acerca siempre vayas a donde vayas, es un largo viaje, con estaciones de regreso, con estaciones que no volverás nunca a visitar» Luis Rosales

Me ha parecido un libro muy de verdad, tan bien escrito que transmite.  

 "Así lector, soy yo mismo la materia de mi libro; no es razonable que emplees tu tiempo en un asunto tan frívolo y tan vano.

Sin embargo, esperas que quién lea ahora estas líneas y haya llegado hasta aquí no haya desperdiciado del todo su tiempo. Te gustaría creer, y no solo llevado por esa vanidad limpia tan tuya, que también ese él o esa ella han podido viajar a sus primeras veces y reconstruir algo de ese legado que les pertenece y que no ha terminado de hundirse del todo en la oscuridad, que les ha devuelto a su primer amor, al primer disco con el que comprendieron que la música es un espacio emocional de hoja perenne, que les ha recordado la primera obra de arte donde pudieron correr las cortinas que nos ocultan nuestra fragilidad, nuestros deseos oscuros, nuestro terror a la muerte..."

Volveremos a encontrarnos Jacobo Bergareche. 


jueves, 28 de marzo de 2024

"No todo el mundo" de Marta Jiménez Serrano. Reseña Literaria

 



"Acaso el amor sea la capacidad de que la conversación siga siendo siempre interesante."

Y le ha tocado el turno a un libro de relatos, que por cierto he disfrutado mucho. Es el segundo libro de la autora Marta Jiménez Serrano, a quién yo no había leído, entono un mea culpa y pido perdón, y ahora creo que habrá que seguir haciéndolo, sí o sí.

"No todo el mundo" es un conjunto de catorce relatos de distinta longitud cuya temática gira en torno a las relaciones de pareja. 

"Cabe señalar que para encontrarse no solo hay que verse: hay que verse a la vez."

Son relatos cuyos personajes son muy diferentes, y tenemos de distintas edades, y clases sociales, los tenemos solteros, viudos o separados, los tenemos siendo compañeros de trabajo, de garitos, de las clases... Tenemos cuentos que hablan de los principios de las relaciones, otros de los finales, de las relaciones que te importan más, de las que menos, del deseo, de la complicidad, de la ternura, de dejarse llevar o no. De amor y de desamor.

"Le devolvió en un gesto furioso sus textos repletos de tachones diciéndoles que no explotaba su potencial, porque la voz del narrador esto, y la concepción temporal lo otro, y te falta conflicto. "Conflicto no me falta, te lo juro", pensó ella, según me dijo cuatro meses después, un día que comentábamos la efusividad de nuestro profesor. Blasco era implacable, echaba a los alumnos del taller si les encontraba una coma entre el sujeto y el predicado, motivo por el cual empezamos siendo catorce y en la tercera clase quedábamos ya solamente ocho. "Conflicto no me falta" pensó, pero solo sonrió irónicamente que es lo que hace con su tristeza. O lo que hacía entonces. "

Todos están ambientados en la actualidad y en distintos barrios de Madrid. Además se nota que a la autora le gusta nuestra ciudad y sus personajes han salido de distintas localizaciones fácilmente distinguibles. 

Por supuesto entre la variedad hay algunos con los que uno, como lector, va a conectar más y con otros menos. Algunos me han gustado mucho como el de "Filmin", el de "Un novio que tuve" o el de "Horny Asian teen". A alguno le habría quitado algunas páginas y a otros en cambio se las hubiera regalado muy gustosa. 

Lo que es cierto es que todos me han parecido muy bien escritos, muy creíbles, actuales, cotidianos, muy de verdad. 

El tono de los relatos es desenfadado pero muy correcto, tiene un punto de ironía y mucho de destreza con las palabras y las expresiones. Esconde un tono cómplice, no en vano son de relaciones humanas, en ocasiones casi juguetón, lo que se refleja en los juegos de palabras con los nombres propios: Elo y Elo, o con los distintos significados. 

Por otra parte, estructuralmente, son relatos muy bien construidos, con principios potentes y finales redondos. Os copio, a modo de ejemplo, el principio de un relato. Quizá sea de los más explícitos, pero también es una pequeña muestra de lo visuales que son:

"Macarena llevaba siempre una medalla redonda, una cadena fina y larga colgada del cuello que a David le resultaba fría al contacto con los huevos cuando ella le hacía una felación. Macarena se inclinaba y la medallita colgaba hasta impactar suavemente contra los testículos, donde se quedaba hasta que Macarena terminaba o, visto de otro modo, hasta que terminaba David." 

Están escritos con muchísimo ritmo, tienen distinto tono, distinto narrador, lenguaje, todo lógicamente al servicio de la historia que se cuenta.

"El miedo al amor es como el miedo a los gatos. A la sibilina imprecisión del silencio, a la felina predisposición al capricho..."

En fin. 

Que me ha parecido un libro de relatos muy bien escrito cuyas historias tienen un tono fresco, urbano, actual. Un libro de relatos muy recomendable.

jueves, 14 de marzo de 2024

"La mujer de la libreta roja" de Antoine Laurain. Reseña literaria

 


He terminado de leer "La mujer de la libreta roja" volando. 

Se trata de una de esas historias de "aquí va a pasar algo bonito" que tiene su parte original y lo mejor es que, en mi opinión, no llega a ser empalagosa con los sentimientos. 

Es una novela corta y amable, que cuenta la historia de un parisino Lauren Letellier. Un librero que una mañana cualquiera se encuentra un bolso malva de mujer abandonado en un cubo de basura. Dentro del bolso no encuentra nombre ni dirección de la dueña pero a base de mirar los objetos que contiene, y sobre todo tras leer lo escrito en una libreta roja donde la mujer iba anotando listas de sus pensamientos, da comienzo su búsqueda, decidido a devolvérselo. Al mismo tiempo la dueña del bolso, a quién el ladrón, al arrebatarle el bolso le ha dado tal golpe que le ha dejado en coma, está en un hospital ingresada ajena a todo. 

Estamos ante una historia ambientada en París, en la actualidad, y según lo vas leyendo respiras su ambiente elegante de cafés con su terracita, el atractivo innegable de sus preciosas librerías y edificios señoriales. La ambientación justa para sentir que haces una escapadita a la capital del país vecino. Está bastante lograda.

Yo lo he leído con mucha tranquilidad. Tiene un ritmo pausado pero fluido, los cortos avances en la trama logran que se mantenga la curiosidad por saber, según iba acercándose el librero a su misteriosa dueña del bolso, cómo al fin lograría llegar a ella. Ya casi al final tiene un punto de giro y es curioso ver cómo lo resuelven.

Una novela escrita con una prosa sencilla, con un narrador en tercera persona, donde además el autor ha ido intercalando los diálogos entre la prosa, creando una suerte de estilo indirecto al irlo contando.

No es una novela trascendental ni trepidante, es ligera, simplemente una lectura agradable, con encanto, que te deja un poso de bienestar al terminarla, lo que de vez en cuando viene muy bien para descansar entre lecturas más densas o sesudas. A mí me ha entretenido la historia de estos personajes típicamente parisinos, no son unos jóvenes atolondrados, son una pareja de unos cuarenta años y profesiones interesantes, bien perfilados en su madurez y experiencias, que viviendo esa historia curiosa consiguen transmitirte, que si fuera el día está tormentoso y feo, haces muy bien en arrebujarte entre las páginas de un libro para pasar un rato más grato. 

 

viernes, 23 de febrero de 2024

"La historia de los vertebrados" de Mar García Puig

 



Acabo de terminar "La historia de los vertebrados" de Mar García Puig y me ha gustado bastante. 

"El 20 de diciembre de 2015 me convertí en madre y enloquecí".

Cuenta este libro justo lo que dice la frase anterior: la autora nos cuenta como enloqueció a raíz de haber sido madre de unos mellizos prematuros: Sara y David. Fue ser madre y comenzó la obsesión con la muerte, con el peligro constante de que pudiera ocurrirles algo, con cada manchita de la piel, con cada tos, con todo. Porque de pronto todo es susceptible de fragilidad, de vulnerabilidad, de lo peor. ¿Depresión post-parto, brote psicótico, locura?

La autora en ese momento vital también coincide con ser diputada por Barcelona en el Congreso por "En Comú Podem". Y ya la vida trata de ir conjugando la maternidad con la política, y además con la locura. 

"Cuando entré en el Congreso, tomé una decisión. en todas mis intervenciones hablaría de dos cosas, mujeres y libros. Porque género y literatura son tan transversales a todo lo que hago, y a lo que respiro, que no puedo sustraerme a ese imperativo. Un día debatimos una proposición no de ley acerca de salud mental, y me toca a mí fijar la posición de mi grupo en el pleno. Y ese día más que nunca sigo ese precepto, y saco porcentajes de mujeres castigadas con la locura, y versos de las que tuvieron la oportunidad de dejar constancia. Cuando acabo mi discurso, un diputado de implecable traje y corbata me afea mi voluntad de meter el feminismo en todo. "Esa manía tuya" me dice..."

La autora al ir contándonos su propia experiencia hace múltiples referencias a otras escritoras que han tratado literariamente el mismo tema de su locura u obsesiones como Sylvia Plath o Silvia Mistral o Anne Sexton y otras poetas y autoras. Puesto que entiende que abandonarse al lirismo y hablar desde él, quizá sea la única forma posible para comunicarse desde la vulnerabilidad que impera en ocasiones como ésta. 

"El psiquiata W.W. Godding, preocupado por el estigma de la locura, aconsejaba a las familias que no hospitalizaran a las mujeres que sufrieran de locura puerperal: "Aunque la recuperación sea rápida habrá estado loca, y esto nunca lo olvidarán sus amigos o sus hijos -escribió-; de ahora en adelante hay un cierto temor a lo que pueda ser en el futuro, un esqueleto en el armario, no mencionado pero siempre ahí.". Sé que ese libro que empiezo a imaginar será mi esqueleto en el armario, y probablemente el de mis hijos. Pero también pienso que de algún modo he contraído una deuda. Porque si tengo algo de fuerza para encarar este verano, ha sido gracias a la palabra impresa. Siento que tengo yo también el deber de alzar mi voz, aunque sea torpe."

La autora, no solo hace una autobiografía de su periplo vital durante ese tiempo, sino que elabora un exhaustivo ensayo de la historia de la salud mental de la mujer. No solo busca el desahogo de la palabra escrita, su consuelo, sino también el reflejar lo que ha supuesto el parto para muchas mujeres a lo largo de la historia de la maternidad. 

Es un ensayo donde hay mucha investigación detrás, mucha documentación. Hay medicina, arte, literatura, mitología, historia... Pero también hay esa parte de biografía que te lo hace menos teórico, más humano.

"Para mí Tomas era y es el hombre brillante, el de la percepción aguda, el ingenio siempre a punto, un poco intelectual en el que me habría instalado de por vida. 

Finalmente, ese día en que marcha a casa de su madre llegará, y un par de meses después, cuando ya haya encontrado piso, me avisará de que vendrá a llevarse una de las librerías y algunas cosas más. Yo me iré a un bar al lado de casa para no presenciar el derrumbe del hogar, de la familia nuclear, de lo que había querido ser y no pude conseguir. Pediré un café y mientras lo tome sentiré uno de los dolores más profundos que haya experimentado jamás..."

A mí me ha parecido una lectura muy interesante, muy rica tanto la prosa como el contenido. He subrayado muchísimos párrafos, los he releído después más despacio. Pero lo que me entristece es que no he sido capaz de retener toda la información, ni tan siquiera la cuarta parte. Una pena. Pero reconozco que he disfrutado mucho mientras lo leía, porque me estaba interesando bastante todo lo que me contaba a propósito de la salud mental. 

También me ha gustado mucho la portada y el título, me parecen de lo más atractivos y adecuados para el tema del libro. Son muy sugerentes ¿verdad?

 

"Azul salado" de Marta Simonet

  


  "El verano que me enteré de lo de mi padre, mamá ya no podía estar sola en la tienda. Tenía problemas para cargar y cortar los fiambres porque las manos no le respondían bien. Lo cierto es que cuando me llamó, me dijo que ya hacía un tiempo que se le quedaban cerradas en un puño. Tenía que apoyarlas en una caja y hacer palanca con la punta de los dedos y las muñecas para que volvieran a la normalidad. Una vez abiertas, acompañaba a cada uno de sus dedos a su sitio hasta que podía moverlos de nuevo..."

 

Resulta que se me había quedado esta reseña en borradores, y no la había publicado. ¡Qué despiste!

En fin... Pues entonces yo os contaba que había terminado de leer "Azul salado" de Marta Simonet. 

Gracias a esa novela pasé unos días plácidos en Mallorca, saboreando muy despacio y con deleite su gastronomía, disfrutando de la luz y los colores de esa isla en verano. Ahí está ubicada esta historia. Esas son sus coordenadas: la isla de Mallorca, una cocina, una barca, un verano, una familia de mujeres y las ausencias con las que tenemos que vivir toda la vida y que no siempre asumimos bien. Esa es la ambientación, que por cierto es de 10 y ese el tema: volver para reordenar, curar el pasado y la vida.

El argumento nos cuenta que Marina, no podía ser otro nombre, tiene que volver a su casa en la isla de Mallorca para hacerse cargo del negocio familiar: La Ultramarina, una casa de venta de comida casera. Su madre la ha llamado porque no está para ocuparse de él, sus manos le dan problemas. Allí se reencuentra con su familia compuesta por su madre y su hermana Irene. También con el recuerdo constante de su abuela Carmen y el de su padre siempre ausente. Y allí va a conocer a un amor, Héctor, un muchacho que vive de la pesca.

Me acerqué a esta historia buscando evadirme a un lugar plácido y tranquilo. Quería refugiarme en una historia cotidiana con luz y que diera calor. Y lo cierto es que eso he encontrado. 

Es una historia contada en primera persona, con una prosa muy rica, sutil, y también muy poética. La autora tiene una forma de escribir muy delicada, muy sugerente, muy evocadora. La prosa, no solo está salpicada de metáforas e imágenes sino que también está impregnada de olores y sabores y desde luego eso favorece mucho que te empapes del lugar y ese tiempo lento de las islas en verano. La historia huele a mar y tú sales oliendo a mar de ella. 

En mi opinión, lo menos conseguido de la novela es el tratamiento del tiempo. Creo que la autora en los primeros capítulos ha ido narrando su historia con un tiempo más lento, más dilatado, y a partir de que ya sabemos qué ocurrió con la historia que ella quería descubrir, todo se precipita. Y el desenlace está contado de forma mucho más rápida, casi atropellada, diría yo. La autora nos ha tenido toda la novela en ese ritmo calmo de lugar y al final no nos ha dejado disfrutar lentamente de cómo se iban despejando las incógnitas. Creo que yo hubiera acelerado un poco en los primeros capítulos y después lo había demorado, porque una vez que ya estamos hechos a esa historia seguramente a los lectores nos hubiera gustado saber más cosas, disfrutar más del futuro de las vidas de esos personajes, no despegarnos tan rápido de ellos. Pero es mi opinión, por supuesto. 

He leído, de todos modos, que es una primera novela de la autora, y desde luego yo, que buscaba una historia sencilla pero evocadora, una historia cotidiana y con luz, la he encontrado tras esa portada tan chula que tiene.

 

"Punto de cruz" de Jazmina Barrera

 



«Si la alegre era Dalia, entonces las tristes éramos Citlali y yo. Pero yo no estaba de acuerdo, para mí Citlali era la divertida, aunque es cierto que el humor no necesariamente se contrapone a la tristeza. La de los gestos, las imitaciones y las bromas era Citlali. Yo era la de los chistes en voz baja, la de los buenos chistes que nadie recordaba que yo había dicho, y mi tristeza era así también: una tristeza en voz baja».

Me acerqué a esta novela porque en su día me leí "Cuaderno de faros", también de Jazmina Barrera y me había gustado mucho. 

Reconozco que ésta no me ha gustado como el anterior, es lo malo de las comparaciones, aunque sí, también sé que muchas veces en la comparación no se evalúa con toda justicia cada elemento, como haríamos de hablar de ellos por separado. 

"A propósito de lo que habíamos escrito, él fue el primer maestro que nos explicó que la palabra "texto" y la palabra "tejido" compartían la raíz latina texere, que significa tejer, trenzar, enlazar. Citlali y yo nos vimos convirtiendo nuestra novela en película y volviéndonos millonarias. Con el dinero que ganaríamos íbamos a comprarnos un barco y a atracarlo en Venecia donde viviríamos las dos, navegando para conocer los puertos del mundo enero. Después de un par de meses, el maestro consiguió una beca para estudiar en Estados Unidos y abandonó el taller..."

Arranca el argumento con la muerte de Citlali, que es la mejor amiga de Mila, la narradora de la historia. A partir de este hecho ocurrido a destiempo la protagonista y narradora nos va a contar la historia de la amistad de tres adolescentes: Citlali, Mila y Dalia. Nos cuenta de sus vidas, de su relación y su tránsito a la vida adulta, en un intento de explicarse cómo se ha llegado a esa muerte que no tenía que haber ocurrido y le ha entristecido mucho. 

La autora abordará recuerdos salteados y se centrará bastante en dos viajes. Uno que hacen por Europa, uno nunca olvida esos primeros viajes de descubrimiento tanto de lo de fuera como de lo dentro de una. Y otro viaje a una comunidad en Querétaro, en Méjico. 

Mientas se va desenvolviendo el argumento, se abordan muchos temas en esta novela, a pesar de no ser muy larga. Por supuesto, el tema principal de la amistad. Muy bien elegida la amistad de adolescencia porque es cuando este sentimiento es más intenso, duele más. Pero también se aborda el tema del feminismo, de la ecología, de la violencia doméstica... Aunque es cierto que todo se cuenta muy sutilmente. 

"Mi madre se negaba a comprarme desodorante -porque daba cáncer- y rastrillos- que irritaban la piel- solo para complacer a un montón de tarugos, decía. Así que le robaba los rastrillos nuevos a mi abuelo y los desodorantes a mi abuela. Cuando nos empezaron a dar permiso en la escuela de ir al centro comercial de enfrente, durante nuestra hora libre los martes, me llevaba el dinero que nos daban para la semana y me compraba playeras escotadas, brasieres con relleno, desodorantes y rastrillos. Mi madre me recomendó deformar mi cara en una mueca y esconder la mano bajo la manga del suéter para fingir ser manca y que los hombres no me acosaran por la calle."

«Siempre estábamos bordando y bordábamos juntas. Citlali bordaba un bestiario de animales y plantas extintas, de colores brillantes, y una colección de arañas y telarañas que llamaba su aracnario; Dalia bordaba patrones abstractos, cenefas cada vez más intrincadas; y yo bordaba en mi ropa frases de libros y canciones, y dibujos de objetos, partes del cuerpo y figuras prehispánicas. La gente empezó a referirse a nosotras siempre en plural, con los mismos adjetivos -listas, cariñosas, cortadas, ñoñas, miedosas-, a imaginarnos como una criatura de dos o tres cabezas».

Me gusta mucho como la autora mejicana ha estructurado la novela, salpicando la historia principal de la amistad de las tres adolescentes y su evolución, con fragmentos intercalados a los que ha separado con dibujitos de una aguja con su hilo, y que abordan la costura, el bordado en general. Estos textos mucho más breves que no se corresponden con la trama principal pueden ser otras historias o explicaciones etimológicas relacionadas con la costura o píldoras culturales de mitología y literatura. Eso casi que es lo que me resulta más atractivo de esta novela.

"Durante la segunda guerra mundial, el 15 de febrero de 1942, Singapur fue invadido por Japón. las familias enteras de los militares, doctores, enfermeras y misiones de Dinamarca, Australia, Nueva Zelanda y Reino Unido fueron capturadas y separadas. A las madres e hijos los mandaron a campos en las prisiones de Changi y a los hombres a hospitales y campos militares cercanos. Las mujeres cautivas vivían en condiciones espantosas, pero se les permitió dar clases de bordado y costura con retazos. Ethel Mulvany tuvo la idea de pedir permiso para hacer tres colchas, una australiana, una británica y una japonesa (para aparentar) y mandar las colchas al campo militar donde estaban los hombres. Le otorgaron el permiso. En esas colchas cada mujer tuvo un recuadro para bordar flores, palabras de aliento, sus nombres y mensajes que en código le dejaran saber a los hombres que estaban bien."

A mí me gusta esa técnica, me parece que imprime mucho ritmo a la historia y despierta mi curiosidad. Jazmina va mezclando la vida de las protagonistas con la evolución de la técnica del bordado entre las mujeres. 

"Nunca he leído ni leería un manual para escribir novelas, pero se me ocurre que se podría escribir a partir de las instrucciones de los manuales de bordado, tomar esas pautas como si fueran sabios consejos desinteresados: "Para bordar el cimiento siempre se usa aguja con punta". "No aprietes mucho la puntada, ya que, si lo haces, la cadena se cierra y pierde el efecto". "Haz exactamente lo mismo pero en espejo, reduciendo una línea a cada paso". "Cuando se deja de bordar, hay que soltar la labor del bastidor para que la tela respire."

Por otra parte, también me parece atractivo el lenguaje, puesto que al ser una autora mejicana hay muchos vocablos diferentes y me parece enriquecedor. 

"La palabra pretexto viene del latín proetextus, participio pasivo del verbo proetextere, que significaba "poner un bordado o tejido delante de una pieza de ropa". Un pretexto sería algo así como un adorno, un bordado o un brocado que se pone delante de los hechos para justificarlos o hacerlos tolerables."

No puedo decir que sea una novela que me haya entusiasmado, pero he encontrado sus hallazgos en ella y sobre todo si te motiva el tema de la costura, el bordado y demás, yo creo que se lee bien y puede resultar interesante su lectura. 


jueves, 30 de noviembre de 2023

"Cervantes para cabras, Marx para ovejas" de Pablo Santiago Chiquero


 Me vais a permitir que termine noviembre hablando de esta novela ambientada en tiempos de la II República en la provincia de Córdoba, y que tiene un título tan original como "Cervantes para cabras, Marx para ovejas", cuyo autor es Pablo Santiago Chiquero. Del mismo modo que a mí me la recomendó mi amiga Julia, yo quería también recomendaros esta historia tan curiosa que te tiene casi todo el tiempo con una sonrisa tonta en los labios mientras la lees.

La novela nos habla de un pastor de cabras, Mateo, que vive en un pueblecito de Córdoba y un mal día, aquejado de una depresión, se mete en la cama y de ahí no quiere moverse. No tiene ningún interés en nada. Su novia intenta con sus artes, y muuucho cariño, sacarle de ahí, pero hasta que no aparece el nuevo maestro de Abra, su pueblo, D. Lázaro Esquivel, que logra rescatarle con una particular terapia relacionada con "El Quijote", no haremos carrera de Mateo.

No quiero, no debo, contaros mucho más, para no destriparos el argumento. Pero sí que os puedo decir que el tema de esta novela es el fomento de la lectura, el poder de los libros, no solo desde el punto de vista cultural sino atribuyéndolos, incluso, un poder sanador. También "Cervantes para cabras, Marx para ovejas" es un homenaje al amor, porque atesora una historia sentimental del pastor con su particular Dulcinea o, mejor dicho, Conchita. Atesora, también, un homenaje a la amistad, la indestructible de Mateo y Lázaro, y además un homenaje a la lectura y la conversación.

Con un lenguaje cervantino, un lenguaje rural salpicado de un fino sentido del humor que no nos dejará en toda la obra, nos vamos a ir con Mateo acompañándole en todas sus aventuras. Por su vida no solo aparecerán los libros, y la magia de leer, sino que se relacionará hasta con figuras tan importantes, de la España de aquellos años previos a la guerra civil, como Juan Ramón Jiménez o Manolete. 

Tengo que confesaros que lo que menos me ha gustado ha sido el final, aunque imagino que cualquier final se me hubiera quedado pequeño si suponía perder de vista para siempre al bueno de Mateo al que llegas a tomar tanto cariño.

 

"-Bueno ya me voy -dijo Mateo-. Te dejo para que vuelvas a la cama.

-No importa, Mateo. Para eso estamos los carteros. Para servir al pueblo a la hora que sea.

Juanillo salió al umbral para despedir a su amigo. Por primera vez, Mateo se fijó en la vestimenta del cartero.

-Te hace muy buen tipo esa bata de seda Juanillo.

-Era de mi señora madre, que en paz descanse.

-Una mujer con mucho gusto.

-¡Y tanto Mateo, sí que lo era!

-Muy buen tipo, sí señor, te hace muy buen tipo.

Al día siguiente, Juanillo, el cartero, llevó la primera carta a Conchita, que debe tenerse como la primera epístola amorosa que llegó a la Nava de los Ángeles. Juanillo, pese a su práctica diaria, no era tan buen ciclista como Mateo, y no podía subir a riñones los repechos de La Sagra... "

 

 

 "Por aquellos días, Mateo no había desarrollado aún su pensamiento social, que lo acabaría teniendo y muy agudo, pero fue entonces cuando desarrolló la primera reflexión sociológica que nos ha llegado de él, una división de los oficios y trabajos del hombre según éstos permitieran o no leer. En la categoría más baja de la pirámide estaban todos los hombres que se ganaban el pan con las manos, los herrreros, carpinteros, alfareros, matarifes o peones de fábrica, pues estos difícilmente tenían tiempo para sentarse y leer un libro. Luego venían todos los empleados de oficina y las profesiones liberales, es decir, escribanos, notarios, jueces, etcétera, pues todos ellos, si de verdad tenían interés por la lectura, siempre encontraban durante su jornada de trabajo un ratito para sumergirse en un libro. En la cúspide, el bueno de Mateo situó tres profesiones: pastores, bibliotecarios y marinos, la primera por propia experiencia, la segunda porque era obvio y necesario que esa gente leyera mucho y la tercera porque Mateo se imaginaba, y no le faltaba razón, que durante las largas travesías oceánicas, y sobre todo si estaba el mar pacífico..."

domingo, 12 de noviembre de 2023

"Retratarte" de Carlos del Amor. Reseña literaria

 


Voy poniendo orden en mis reseñas literarias, y le toca el turno al libro de no ficción de Carlos del Amor "Retratarte".

Como ya hizo en su anterior obra "Emocionarte" que tuvo tanto éxito, aquí Carlos del Amor escoge unas obras y nos muestra el mundo que hay detrás. O mejor dicho su "intrahistoria". En el caso de este nuevo libro se va a centrar en el género del retrato. 


 Con su estilo sencillo y ameno, casi poético y cautivador, el periodista y escritor, que nos tiene tan bien acostumbrados con sus "piezas" culturales y televisivas, nos va a contar, a propósito de unos retratos elegidos, un viaje a través del mundo de aquellos artistas y sus modelos. Y de esta forma tan sutil vamos a poder conocer más de unos y otros. De su letra indagaremos en artistas conocidos y en otros muchos menos conocidos, como es el caso de algunas mujeres pintoras.



 

Tangencialmente abordaremos muchas cuestiones relacionada como el tema de los retratos por encargos, los autorretratos, la elección del modelo y su vida, el éxito que tuvieron... Todos esos puntos que sobrevuelan e influyen y en los que a veces ni caemos cuando estamos contemplando una obra de arte, en este caso, un retrato.

Estructuralmente, cada obra en la que se centra preside ese capítulo y después va a dividir éste en dos partes, en la primera que es más ficción el escritor imagina que podría estar pensando el modelo o el autor, que alegría o tristeza encierra su expresión. Imagina diálogos y situaciones. Y en la segunda parte nos va a contar lo que sabe de la obra, el artista y el modelo: el contexto histórico, sus vidas, sus relaciones, cómo llegaron a esa relación de artista y modelo... Y así con los diferentes cuadros, hasta 36 obras, muchas de ellas no muy conocidas. De ahí el subtítulo que lleva el libro en portada: "Cuando cada mirada es una historia" que es como la declaración de intenciones del autor. 




 

En cuánto a las obras elegidas, el autor ha hecho un gran barrido por la historia y ha escogido obras de muchos siglos. Desde una pintura del 1472 el "Díptico del Duque de Urbino" hasta la más reciente "Su majestad la reina Isabel II" del 2020 de Miriam Escofet que no conocía y me gustó mucho todo lo que contaba de esta obra. 

Había muchos retratos que yo no conocía, ha sido una lectura no solo interesante sino también muy, muy, instructiva. Desconocía a algunos de los autores, sobre todo a las mujeres como Zinaida Serebriakova o María Bashkirtseff de las que nunca había oído hablar. Por supuesto también hay retratos de autores que hemos estudiado: Caravaggio, Durero, Rafael, Frida Khalo o Cezanne...

 Al final viene un índice con la foto de cada obra, y para terminar un apartado para las fuentes. 

Un libro precioso de los que yo disfruto más en papel, para contemplar y admirar despacio las obras al mismo tiempo que lo lees. 

Es un libro especial, un libro no solo instructivo, sino también delicado, un libro desde luego también de consulta del que necesitaré cada cierto tiempo otra lectura. Me da pena que se me olviden algunos detalles.