Madrid y yo despertamos a la vez, mientras un dios amable va mezclando la luz de las farolas con los primeros rayos de sol.
Caminando juntas a veces ni tan siquiera hablamos.
Escuchamos algún podcast, una breve canción, el eco que deja atrás cada pisada.
Sin embargo, otras, nos apalabramos fuerte.
Despejamos dudas, tomamos decisiones, adivinamos personajes y tramas en cada fachada.
Madrid y yo sintiendo a la vez, mientras despiertan los coches y los perros, los pies y los semáforos.
Caminando juntas mientas la vida imparable va cogiendo carrerilla
mientras solo somos gota de lluvia, nube rosa,
una sombra casi feliz que vuela borrosa.