"Loretta conoció a Anna y Sam el día en que salvó la vida de Sam.
Anna
y Sam eran viejos. Ella tenía 80 años y él 89. Loretta veía a Anna de
vez en cuando cuando iba a nadar a la piscina de su vecina Elaine. Un
día se detuvo mientras las dos mujeres convencían al viejo para tomar un
baño. Por fin entró, nadando estilo perrito con una gran sonrisa en su
rostro, cuando tuvo una convulsión. Las mujeres estaban en la parte
menos profunda y no se dieron cuenta. Loretta saltó a la piscina con
zapatos y todo y lo empujó hacia las escaleras hasta sacarlo fuera de la
piscina. No necesitó reanimación pero estaba desorientado y asustado.
Tenía un poco de medicina para tomar, para la epilepsia, y le ayudó a
secarse y vestirse. Se sentaron con él un tiempo hasta que estuvieron
seguras de que él estaba bien y podía caminar hasta a su casa, en la
misma manzana. Anna y Sam agradecieron a Loretta por salvar su vida, e
insistieron en que fuera a comer a su casa al día siguiente...."
Me he terminado "Manual para mujeres de la limpieza" de Lucía Berlín.
Una colección de cuarenta y tantos relatos que no te dejan indiferente. Ninguno.
Me han gustado mucho.
Se trata de una selección de los mejores cuentos de esta autora que nació en 1936 y murió en el año 2004, en ambas ocasiones en el mismo día. Se casó tres veces, tuvo cuatro hijos, y vivió una vida itinerante y muy azarosa marcada por la sombra del alcohol que heredó directamente de su madre.
Sus primeros cuentos datan de los años sesenta, pero publicó poco y casi no es conocida. Al final ya casi de su vida tuvo cierto reconocimiento, dió clases de creación literaria en la Universidad de Colorado. Pero es ahora, cuando gracias a este "Manual para mujeres de la limpieza" se ha situado desde el primer momento entre los libros más vendidos.
Comienza con un prólogo y una introducción que te ponen en situación. Y termina con una pequeña biografía. En medio esos 43 relatos intensos, diferentes, que te impactan a veces por su suciedad o fealdad y otros por tanta ternura o melancolía.
Muchos toques autobiográficos en ellos, a poco que leas su biografía. Fue madre, enfermera, mujer de la limpieza, recepcionista en una consulta de un ginécologo, sobre todo fue libre y fue alcoholica.
"-¿Sabes una cosa que he aprendido en la vida? La mayoría de la gente no se fija en nada, y si se fija, no le importa.
- Eres tan cínica..."
"-¿Sabes una cosa que he aprendido en la vida? La mayoría de la gente no se fija en nada, y si se fija, no le importa.
- Eres tan cínica..."
"Mamá odiaba la palabra ‘amor’. La decía con el mismo desprecio que la gente dice la palabra 'furcia'"
Y sus relatos son así. Rezuman naturalidad y espontaneidad. Tienen toques de humor negro, de melancolía.
No me han gustado todos por igual, obviamente. Pero me han gustado mucho, muchos. Son cotidianos, reflejan la normalidad o la anormalidad de unas vidas.
En cuanto a la estructura es variable, cambia de tono, de tema... Tampoco se detiene en ser metódica, o por ejemplo, en hacer finales cerrados. No, hay muchos que de pronto se acaban, y dices: Ah se acabó. Va por libre también en ésto. Aunque hay otros en los que el final es demoledor como en el titulado "Mamá". Juega con la estructura, la flexibiliza y en cada relato cambia. Escribe con frases cortas y sobre todo te hace unas metáforas muy originales que me han gustado mucho. Te muestra los olores, los sabores, con detalle, te los hace vivir: el olor de la profesora, Es una prosa rica, donde pasan muchas cosas, está viva. Os copio algunas de sus imágenes:
"Intentar que David me contara cómo era de pequeño, o me hablara de su primera novia, de cualquier cosa, era como arrancarle una muela. ..."
"Una noche hacía un frío espantoso, Ben y Keith estaban durmiendo conmigo, con los monos de la nieve puestos. Los postigos batían con el viento, postigos tan viejos como Herman Melville. ..."
"Odiaba a los niños. Una vez la fui a buscar a un aeropuerto cuando mis cuatro hijos eran pequeños y chilló: ¡Quitámelos de encima!, como si fueran una manada de dóbermans."
"Intentar que David me contara cómo era de pequeño, o me hablara de su primera novia, de cualquier cosa, era como arrancarle una muela. ..."
"Una noche hacía un frío espantoso, Ben y Keith estaban durmiendo conmigo, con los monos de la nieve puestos. Los postigos batían con el viento, postigos tan viejos como Herman Melville. ..."
"Odiaba a los niños. Una vez la fui a buscar a un aeropuerto cuando mis cuatro hijos eran pequeños y chilló: ¡Quitámelos de encima!, como si fueran una manada de dóbermans."
Cuentos como "Silencio", "Toda luna, todo año", "Buenos y malos" o "Penas" me han gustado mucho.
Sus personajes son gente que no se quiere a sí misma, o pasa visicitudes
de todo tipo. Pero al mismo tiempo muchos de ellos son entrañables y
naturales. Pasan calamidades, son inadaptados, pero te los describe, te
los muestra con esa forma de escribir que te los devuelve muy cercanos:
Los jóvenes que viven vidas caóticas, los abuelos que se creen
acompañantes en vez de acompañados... En cambio a otros personajes te los muestra tan bien en sus gestos que no te los hace entrañables, pero los sientes para bien o para mal:
"Hemos recordado tus bromas y tu forma de mirar, sin que nunca se te escapara nada. Eso nos lo diste. La mirada.
No el don de escuchar, en cambio. Nos concedías cinco minutos, quizá, para explicarte algo, y luego decías: "Basta". "
Y relato a relato vas desenvolviendo temas eternos como la enfermedad, la adicción, el amor, el desamor de una madre, sí pero también el deslumbramiento, el final de un matrimonio,la ocultación del propio dolor para ayudar a otro... Temas intensos, desnudos, universales.
No son relatos "bonitos", pero te van horadando. Ya os he dicho que no os dejaran indiferentes.
Yo al final del libro me he vuelto a leer el prólogo, y la introducción, y creo que los he saboreado más.
"Cesar la esperó en la oscuridad moviendo apenas las aletas y entonces la atrajo hacia él. Se abrazaron, sus reguladores entrechocaron. Al notar que la estaba penetrando, entrelazó las piernas a su cuerpo mientras daban vueltas y ondulaban en el mar oscuro. Cuando Cesar se apartó, el esperma quedó flotando entre los dos como tinta blanca de pulpo. Siempre que Eloise rememorara la escena en el futuro no sería como suele recordarse a una persona o un acto sexual, sino más bien un fenómeno de la naturaleza, un ligero temblor de tierra, una ráfaga de viento en un día de verano. "
"Hemos recordado tus bromas y tu forma de mirar, sin que nunca se te escapara nada. Eso nos lo diste. La mirada.
No el don de escuchar, en cambio. Nos concedías cinco minutos, quizá, para explicarte algo, y luego decías: "Basta". "
Y relato a relato vas desenvolviendo temas eternos como la enfermedad, la adicción, el amor, el desamor de una madre, sí pero también el deslumbramiento, el final de un matrimonio,la ocultación del propio dolor para ayudar a otro... Temas intensos, desnudos, universales.
No son relatos "bonitos", pero te van horadando. Ya os he dicho que no os dejaran indiferentes.
Yo al final del libro me he vuelto a leer el prólogo, y la introducción, y creo que los he saboreado más.
"Cesar la esperó en la oscuridad moviendo apenas las aletas y entonces la atrajo hacia él. Se abrazaron, sus reguladores entrechocaron. Al notar que la estaba penetrando, entrelazó las piernas a su cuerpo mientras daban vueltas y ondulaban en el mar oscuro. Cuando Cesar se apartó, el esperma quedó flotando entre los dos como tinta blanca de pulpo. Siempre que Eloise rememorara la escena en el futuro no sería como suele recordarse a una persona o un acto sexual, sino más bien un fenómeno de la naturaleza, un ligero temblor de tierra, una ráfaga de viento en un día de verano. "
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