Seguimos en Semana Santa y seguimos fijándonos en la gran cantidad de palabras que utilizamos coloquialmente que provienen de la religión, la biblia, la historia sagrada.
Aquí os dejo con un artículo que tiene un par de años pero que puede ser tan actual como si estuviera publicado hoy mismo.
Espero que os resulte interesante.
Publicado 09/04/2010
Luz Nereida Pérez
www.claridadpuertorico.com, Puerto Rico
Jueves, 8 de ab ril del 2010
www.claridadpuertorico.com, Puerto Rico
Jueves, 8 de ab ril del 2010
BIBLIA Y LÉXICO
Aún en las postrimerías de la Semana Santa, días en los que
muchos intentan recobrarse del «cansancio» de las vacaciones y procuran
asumir nuevamente actitud de rutina y vida laboral, ¿qué tal si damos un
repaso a algunas palabras de uso común que provienen precisamente de
personajes o situaciones bíblicas?
¿Cuántas veces al presentarnos la prole de una familia nos
han indicado que Tal es el benjamín o la benjamina de la familia en
referencia al hijo o hija menor? Benjamín fue el nombre dado al último
hijo de Jacob y Raquel, quien no sólo fue el menor, sino también el
querendón, fundador según la Biblia de la tribu israelita que llevaba su
nombre, de la cual descendieron Saúl, el primer rey de Israel y Pablo,
el apóstol. Por extensión, recibe también el nombre de benjamín, el
miembro menor de algún grupo.
En nuestro país, es común decir que
alguien jirimiquea o jeremiquea cuando llora mucho y en voz baja, voz
que proviene del profeta Jeremías y el libro del Viejo Testamento de
título Lamentaciones. El verbo jeremiquear o jirimiquear es definido sencillamente como llorar, es sinónimo de gimotear y en el Diccionario didáctico avanzado del español,
revisado por la académica Amparo Morales, es definido como «llorar sin
fuerza y por una causa leve, o simular un llanto débil sin llegar a
llorar de verdad». Jeremías fue profeta en Jerusalén y anunció en sus
prédicas que sobrevendrían sobre el pueblo grandes calamidades y
consecuentemente Jerusalén fue destruida en el 587 a. C. El libro de las
Lamentaciones consiste de cinco poemas o lamentos en los que
Jerusalén se manifiesta como mujer que ha quedado viuda o como madre que
llora la humillación de sus hijos. Los diccionarios hispánicos también
definen a la jeremiada como «lamentación exagerada de dolor». Según el Tesoro lexicográfico del español de Puerto Rico, se le llama jeremiquero o jeremiquera a quien se lamenta mucho o se lamenta de sí mismo y jeremiqueo al lloriqueo.
Es
cainita quien «adopta una actitud vengativa hacia los familiares y
amigos» y lo es también quien asesina a su hermano. De igual modo, pasa
las de Caín quien enfrenta grandes dificultades ante algo en referencia
al Génesis bíblico y la historia de Caín y Abel, hijos de Adán y Eva.
Se
llama Job al «hombre de mucha paciencia» y en la botánica hay un tipo
de grama de cañas elevadas, originaria de la India, que recibe el nombre
de lágrimas de Job. También existen las lágrimas de Moisés, pero indica
el Diccionario de la Real Academia Española que es ésta una
expresión coloquial antigua para aludir a las piedras con que se apedrea
a alguien, las que también son denominadas lágrimas de San Pedro. Es
igualmente de uso común en nuestra lengua el llamar matusalén a un
hombre muy viejo y a los niños recién nacidos los colocamos en cunas
portátiles en forma de canasta a las cuales denominamos moisés (palabra
invariable en número: el moisés, los moisés), en alusión a la canasta en
que fue encontrado Moisés flotando en las aguas del Nilo, según el
éxodo y el Deuteronomio.
Si nos trasladamos al Nuevo
Testamento bíblico también encontraremos un sinnúmero de sustantivos
comunes del español, provenientes de situaciones bíblicas, en su mayor
parte relacionadas con la pasión y muerte de Jesús. Se es un judas
cuando se traiciona a aquéllos a quienes se les deben favores o que han
sido nuestros amigos o amigas y se da un beso de Judas cuando se
aparenta una amistad que no es tal, en alusión al codicioso Judas a
quien su deshonestidad llevó a vender a Jesús por treinta monedas. Se
dicen barrabasadas cuando se expresan necedades y es un barrabás la
«persona mala, traviesa o que comete maldades», en alusión al ladrón
judío (Bar Abbás) que fue indultado para entonces crucificar a Jesús
cuando al preguntársele al pueblo a quién se indultaría, como era
costumbre en la Pascua judía, el pueblo pidió que el beneficiado fuera
Barrabás y el condenado Jesús.
Se le llama belén, en alusión al
pueblo donde nació Jesús, a la escena del nacimiento que se representa
con figuras o personas en la Navidad y suele decirse que hubo un belén
cuando hay mucha confusión debido a lo difícil que resulta el organizar
tanta gente tras bastidores para representar la escena del nacimiento de
Jesús. Se le llama herodes al hombre que es cruel con los niños, en
alusión a la matanza de niños menores de dos años que este rey de Judea
(Herodes I, el Grande) ordenó para así matar al profetizado Mesías. Se
dice igualmente que se va de Herodes a Pilatos, cuando las cosas van de
mal en peor. De igual modo se pasa por un calvario cuando se sufre
fuerte y prolongadamente, en clara mención del lugar donde Jesús fue
ejecutado y se llora como una magdalena cuando ello se hace
prolongadamente. Se puede ser más falso que Judas, más malo que Caín y
más viejo que Matusalén… Y vaya usted a contar la de expresiones
léxicas, frases hechas y refranes que brotan de su boca todos los días y
su origen radica precisamente en los relatos de la Biblia.
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