Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

jueves, 6 de marzo de 2014

De la palabra "manzana" y sus distintos usos...



¿Nunca os habéis preguntado de donde viene denominar “manzana” al espacio urbano entre distintas calles? Claro que también puede ser que ya lo sepáis...

A mí el otro día me surgió esta duda y, cómo no lo sabía, he estado investigando por ahí para saciar la curiosidad.

Parece ser que el origen de esta palabra “manzana”, siempre y cuando nos referimos al urbanismo, está en la castellanización del término catalán “Mansana”. Del mismo modo éste término “mansana” viene de la palabra “Manso”, que a su vez viene del latín mansio, mansionis (habitación, casa).

En la Edad Media los mansos eran una porción de tierra, una porción del Feudo, que se le concedía a cada siervo para su explotación. Los mansos eran las casas de campo. La agrupación de “mansos” daría lugar a la “mansana”.

Y de ahí que en el diccionario de la Real Academia en su segunda acepción nos diga de “Manzana”:

. f. Espacio urbano, edificado o destinado a la edificación, generalmente cuadrangular, delimitado por calles por todos sus lados.


Por otro lado, y ya que hablamos de manzanas, ¿Sabéis por qué se le llama a Nueva York “La gran  manzana"?

Fue gracias al cronista deportivo del “New York Morning Telegraph” John J. Fitz Gerald. Este periodista en 1921 escuchó como los mozos de cuadra en el hipódromo de Nueva Orleans usaban este término para referirse al hipódromo de Nueva York, al que consideraban mucho mejor.

Le gustó tanto la expresión que el 18 de febrero de 1924 Fitz Gerald escribe: "La Gran Manzana. El sueño de todo chico que haya montado un pura sangre y el objetivo de todo jinete. Sólo existe una Gran Manzana y es Nueva York".

Esto ocurría en los años 20. Más tarde en los años 30 fue utilizado por los músicos de jazz, que consideraban tocar en Nueva York como la máxima meta:  "Son muchas las manzanas que tiene el árbol del éxito, pero Nueva York es la Gran Manzana". Porque Chicago y Orleans eran ciudades (manzanas) importantes pero cómo tocar en Nueva York no había nada.

Y en los años 70, más concretamente en el año 1971, volvió a utilizarse este término para impulsar el turismo de la ciudad de Nueva York.


Y por último, también como curiosidad y relacionado con la palabra manzana, tenemos la llamada “nuez o manzana o bocado de Adán” de los hombres. Hay varias explicaciones para que se le llame de este modo.

Por un lado dicen que se le llama “manzana” a esta protuberancia en el cuello de los hombres a raíz de la historia de Adán y Eva con la manzana. Al compañero de Eva se le habría quedado atravesado un trozo de la fruta prohibida en la garganta.

Hay otros que dicen que viene de una mala traducción. La expresión “manzana de Adán”, usada en muchos idiomas, es el fruto (valga la redundancia) de un error de traducción desde el hebreo, lengua en la que estaba escrita la Biblia. En esta lengua, la palabra “hombre” es adam (Adán) que literalmente significa “aquel formado de la tierra” y abultamiento se pronuncia muy parecido a manzana. De ahí que tappuah haadam se interpretase incorrectamente como “manzana de Adán” y no como “abultamiento del hombre”.

Bueno y por hoy ya está bien ¿no? Ya, ya sé que lo ideal sería ahora zamparnos un buen pedazo de tarta de manzana, uuuhhmm, no creáis que no lo he pensado, que para golosa yo, y nos entrarían estos conocimientos mucho mejor está claro. Peeero ¡¡para otro día!!

lunes, 3 de marzo de 2014

"Nomofobia" una nueva palabra


¿Quién de los que estáis leyéndome no usais el "guasap"? ¿Quién no lo tiene ya en su nuevo móvil? ¿Quién no tiene aún un móvil? ¿Quién se encuentra raro, raro si se deja el móvil en casa?

Mucho me temo que ya no sabemos vivir sin él.

De eso va esta entrada, de ese miedo que tenemos a estar incomunicados sin el teléfono móvil. Y tanto miedo tenemos que hasta nos hemos tenido que inventar una nueva palabra que lo defina:

"Nomofobia" que por supuesto es traducción del anglicismo original nomophobia (el adverbio no, la abreviatura mo (móvil) y fobia) “no-mobile-phone-phobia”.

Un neologismo: Nomofobia.

Que habremos de sumar a aquellas de las que ya hablamos en su día: cibercondria, infoxicado...

En fin... los tiempos cambian. Y nosotros, no queda otra, cambiamos con ellos. Cómo no va a cambiar el lenguaje...



http://www.muyinteresante.es/salud/preguntas-respuestas/que-es-la-nomofobia-151392813381


http://www.fundeu.es/recomendacion/nomofobia-es-el-miedo-a-estar-sin-telefono-movil/

domingo, 2 de marzo de 2014

Terry O’Neill. El rostro de las leyendas.



Tengo tantas cosas que contar que no me da tiempo. Hay que vivir.

Y además de vivir hay tantos libros por leer, tantas obras de teatro por ver, tantas películas, tantas exposiciones... que después cuesta encontrar el rato para contarlo. Sin embargo, contarlo es revivirlo. Por eso no me resisto a dejar pasar las ocasiones de hacerlo.

Así me ocurrió, por ejemplo, con una exposición. Una de fotografia que terminó a mediados de enero, y que estuvo en la Fundación telefónica. Me refiero a la titulada Terry O’Neill. El rostro de las leyendas.



62 fotografías en blanco y negro y color, la mayoría retratos, donde el fotógrafo reflejó a celebridades y mitos del cine, la política, la música... de los años 60 y 70.

Entre esas imágenes algunas curiosas por su carga de cotidianeidad, por esa capacidad para inmortalizar ese minuto tan normal y sin embargo tan extraordinario de todas esas figuras tan variopintas pero igualmente inolvidables por una y otra razón. Paseando por la calle, en el descanso de un rodaje, un momento de relax...

Por todo eso quería dejaros con alguna de esas fotografías, aunque ya haya pasado más de un mes desde que la vi. ¿Los reconocéis verdad? Algunos bien jovencitos... Os invito a que me digáis si sabéis quiénes son. Mitos del cine, de la música, de la política...







sábado, 1 de marzo de 2014

Nombres curiosos de Bares de Copas






Empezamos el mes con una nueva selección de nombres curiosos de tiendas para la colección del blog.

Pero como cae el sábado, sabadete, lo hacemos centrándonos en los garitos de copas. 

¿Son curiosos o no? "Mamá no lo sabe", "El perro de la parte de atrás del coche" y "La cabra en el tejado". 

Los tres son de Madrid, de muy distintas zonas, pero de Madrid. 

Bueno con el último, el de "La cabra...", hemos hecho un pelín de trampa porque más que garito es bar de raciones y eso, pero bueno estaba hasta arriba de gente de madrugada... así que como si lo fuera. Y cómo lo que nos importa es el nombre que le pusieron pues yo creo que vale de sobra para la colección ¿verdad?








viernes, 28 de febrero de 2014

"Resaca Literaria": Isabel Allende

Termina febrero y lo acabo leyendo las últimas páginas del último libro de Isabel Allende "El juego de Ripper". Siento exactamente eso que cuenta el letrero que encabeza esta entrada...

¿Y ahora qué libro empezaré?

Si todavía estoy en San Francisco con Amanda, con su abuelo, con Indiana, Ryan...

jueves, 27 de febrero de 2014

¿El "palulú" o el palodul?



Hoy, en el trabajo, hemos estado hablando del “palulú”. ¿Os acordáis? Ese palo dulce y rugoso con cierto sabor a regaliz que comprábamos de niños en la tienda de las chucherías y luego chupábamos muy despacio hasta que perdía el sabor y se quedaba como consumido en hebras secas... Efectivamente ahora sabemos que de él se saca el regaliz y que se trata de una raíz con propiedades curativas. Pero entonces... entonces era el palulú... Qué rico... Y qué palabra tan entrañable.

¿Os acordáis verdad? Aunque quizás algunos de vosotros no lo llamarais con ese nombre. Hay quién le llamaba palolú o palodul o regaliz de palo o qué sé yo... En nuestra conversación barajábamos estos dos términos refiriéndonos al mismo palo: o Palulú o Palodul.

He buscado la palabra en el diccionario de la Real Academia y “palulú” no aparece. Bua bua buaaaah. Está claro que es una de esas palabras que usábamos mal como “Turuleta” o “Conchinchina” (De estas palabras ya hemos hecho entrada en este blog).

Sin embargo he buscado “palodul” en el diccionario y tampoco viene. Empatados a 0. Pero en cambio sí que viene “paloduz”, que nos lleva al término “orozuz” con el mismo significado.

orozuz.

(Del ár. hisp. ‘urúq sús o ‘írq sús, y este del ár. clás. ‘irqu [s]sús; cf. port. alcaçuz).
1. m. Planta herbácea vivaz de la familia de las Papilionáceas, con tallos leñosos, de un metro aproximadamente de altura, hojas compuestas de hojuelas elípticas, puntiagudas, glaucas y algo viscosas por el envés, flores pequeñas, azuladas, en racimos axilares, flojos y pedunculados, fruto con pocas semillas, y rizomas largos, cilíndricos, pardos por fuera y amarillos por dentro. Es común en España a orillas de muchos ríos. El jugo de sus rizomas, dulce y mucilaginoso, se usa como pectoral y emoliente.

Real Academia Española © Todos los derechos reservados

Yo tomaba el palulú en Cataluña, algunos compañeros también disfrutaban del palulú en Madrid. En Melilla parece ser que lo que chupaban era “palodul”. Seguro que vosotros tenéis alguna palabra más para designar el mismo palo dulce ¿No?

Aunque, no os voy a engañar, para mí ya siempre será el palulú de toda la vida…

lunes, 24 de febrero de 2014

Los nombres de las tiendas. Kiev.


Mi amiga Isabel ha estado hace un par se semanas en Ucrania, en Kiev, lugar tristemente nombrado últimamente en todos los informativos.

Se acordó de mí, allí tan lejos, y me ha traído estas tres fotografías para el blog. Son curiosas ¿vardad? "Bar Salvador Dalí", nuestro toro, y la palabra "Mafia" claramente legible para nosotros. Para la colección de nombres de tiendas diferentes.

Mil gracias amiga.