Quizá debería escribir de cementerios, el 2 de noviembre invita a epitafios. Escribir sobre lugares empapados de calma y silencio que visité demasiado siendo niña pero que, contra todo pronóstico, aprendí a admirar según crecía y no pierdo oportunidad de conocer si tropiezo con ellos.
Quizá debería escribir de epitafios, no te digo yo que no, pero sin embargo, este 2 de noviembre se me antoja de bienvenidas.
Bienvenidas a la vida.
Vivir para sobrevivir a las desgracias que no podemos evitar pero que debemos pelear.
Vivir para compartir con la familia y los amigos.
Vivir para sentarnos juntos, probar de todos los platos, reírnos de nosotros y de este mundo que nos une y desune a su capricho.
Convivir. Vivir.
Vivir para decir GRACIAS a quienes nos piensan y abrazan.
Vivir para gastar la vida antes de que ella nos gaste a nosotros.
No hay vida más valiosa que la vida celebrada.