Tiene una portada preciosa la novela ¿verdad? Al menos para los que ya vamos teniendo una edad.
Es una portada tremendamente evocadora. ¡Cuántas veces no habré visto yo a mi madre delante de la máquina de coser Singer! cuando yo era muy pequeña. Después la guardó en uno de esos muebles que se hacían para tenerla tapada. Modas...Y más tarde se arrepintió de haberla guardado ahí... No me acuerdo qué fue de aquella máquina, ahora que lo pienso cuánto me gustaría conservarla en casa. Todavía puedo escuchar aquel traqueteo.
En fin...
1
Ana, 2019
El primer recuerdo de la vieja Singer que me viene a la cabeza es del día que murió Franco. Me levanté antes que de costumbre por el trajín que se oía en nuestro pequeño piso a las afueras de Oviedo, pero no fui al colegio. Mi padre tampoco acudió a trabajar. Tengo grabada en la memoria su imagen mientras fumaba un puro frente al televisor. Se había servido una copa de coñac, como la que se bebía en la sobremesa de los domingos. La radio sonaba en el cuarto de costura, donde me encontraba con mi madre y con la abuela Aurora, las tres solas, porque aquel día las aprendices de modista no llegaron.
Mi madre estaba nerviosa y de mal humor.
«Este hombre nos va a traer problemas. ¿A quién se le ocurre? Con lo que huelen los puros», la oí decir por detrás del petardeo arrítmico y suave de la máquina de coser de la abuela, que debía de volver locos a los vecinos. Tenían que entregar cuatro vestidos para una boda de postín, que se iba a celebrar nada menos que en el hotel de La Reconquista, icono de la elegancia en Oviedo por ser el único cinco estrellas de la ciudad. En pleno diciembre. El padre de la novia estaba enfermo de cáncer y temían que no pudiera asistir si esperaban al verano. La primera prueba la tenían apalabrada para cuatro días después.
(...)
Pues la novela a mí me ha parecido tan atractiva como su portada. La he disfrutado mucho. No podía dejar de leerla hasta que no la he terminado.
La autora ha aparcado la novela negra y se ha zambullido en una saga familiar de lo más interesante.
En esta novela se encierra la historia de cuatro generaciones de mujeres. La bisabuela Aurora, la abuela Águeda, la madre Ana y la hija Alba. Todas por "A". Cuatro generaciones de mujeres luchando siempre por encontrar su lugar en el mundo, aunque a cada una las tocó un tiempo de vida muy, muy diferente. Distintas Españas. Otros años, otros problemas. Pero gracias a las cuatro historias vamos recordando la historia en mayúsculas de nuestro país: la guerra, la postguerra, la transición, la democracia, el momento actual con su pandemia. Y, en consonancia, se refleja la evolución de la sociedad española. Por poner un ejemplo me ha parecido muy interesante la visión de la llegada de la menstruación en dos de los personajes según la época que estábamos atravesando. Cómo ha cambiado la vida, menos mal.
Arranca la novela con la vida de Aurora, más o menos en el 1938, y termina en la actualidad, pasada la pandemia. Ese es el lapso temporal que abarca la historia completa. Y en el espacio geográfico salta de Asturias a Madrid constantemente, pasando por Sevilla.
Y ahora que tenemos las coordenadas espacio-temporales, no os creais que la historia va discurriendo linealmente. No, nada de eso. La autora ha sabido imprimir muchísimo ritmo a lo que cuenta, troceando las biografías de las cuatro protagonistas en pequeños fragmentos que nos va describiendo alternando protagonistas y tiempos verbales. Y, en mi opinión, lo ha hecho muy bien. Es muy dinámica, pero no te pierdes en ningún momento. Encabeza cada fragmento con el nombre y una fecha. Vamos, cómo para perderse... Y después, te narra aquel episodio de su vida. Así que la historia se rompe, se adelanta, se atrasa, y esto agiliza mucho la narración y la lectura. Pero siempre conservando la dosis de intriga de cómo los personajes llegaron a ese momento que nos anticipan. No es una novela nada previsible.
La Singer es el hilo conductor, el hilo que va uniendo a las cuatro historias como si las cosiera las unas a las otras...
Los temas que se abordan en la novela, dado el período temporal tan amplio que abarca, son múltiples: la guerra,la postguerra y sus desastres: el hambre y el abuso de poder. Las tradiciones, las costumbres, el machismo. Las relaciones sexuales. La maternidad. La enfermedad. La homosexualidad. Muchos temas. Pero en definitiva todos se resumen en la lucha por la supervivencia de unas mujeres fuertes.
En cuánto a la forma de escribir, la novela está escrita con una prosa sencilla pero al mismo tiempo rica en acciones, en sucesos, muy bien descritos. Pasan muchas cosas en esta historia, y claro eso la hace muy entretenida. Cosas buenas y cosas malas, que la autora sabe cómo contar en su crudeza, llegando hasta el lector, conmoviendo. Y cómo decía antes sin crear una historia previsible, todo lo contrario. Además, la autora es virtuosa con los diálogos. Toda la novela está salpicada de ellos y eso hace que la historia cobre velocidad y que puedas ver a los personajes hablando, moviéndose, gesticulando... Los personajes, la mayoría femeninos, están bien perfilados. Son personajes poliédricos, con aristas. Tanto los personajes principales como los secundarios. Los hombres tienen su importancia pero realmente los que brillan son los personajes femeninos. No hay mujeres malas ni buenas, hay mujeres de carne y hueso que yendo a contracorriente siguen avanzando, creciendo, luchando.
Merece la pena la novela.
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