"—Quiero que siga su rastro, dé con ella, averigüe su historia, me la cuente y después la olvide —dijo.
Era un hombre de edad indeterminada, una de esas personas que han dejado de ser jóvenes pero resulta difícil calcular desde hace cuánto tiempo. Todo en él, de su manera de hablar a su forma de mover las manos igual que si dirigiese una coreografía o una orquesta, daba una impresión de elegancia y teatralidad, creaba a su alrededor un ambiente que envolvía y alteraba de algún modo los lugares en los que se encontrase y a las personas con quienes estaba, como los caballos de la policía montada parecen cambiar de siglo la calle por la que pasan. Los clientes del restaurante en el que me había citado lo miraban con curiosidad, tal vez porque tenía esa forma de llamar la atención que consiste en mostrarse indiferente a todo lo que te rodea, de modo que los demás reparen en ti por lo que no haces o no dices, lo mismo que alguien que no se despierta a causa de un ruido, sino porque hay demasiado silencio en la habitación."
Terminé de leer esta novela de Benjamín Prado hace ya un mes y no había encontrado el momento, entre ocupación y ocupación, de hacer una pequeña reseña sobre ella.
No quiero dejar de hacerlo, aunque tenga que limitarme a hacerla quizá más corta de lo que debería pero la falta de tiempo no me deja hacerlo mejor.
Bueno lo importante es dejar reseña de este nuevo caso del protagonista de estas novelas: Juan Urbano, un maestro de instituto que además escribe novelas. Yo ya me había leído "Mala gente que camina" que en su día me gustó mucho. Y ahora le tocaba el turno al quinto caso.
Está ambientada en los últimos tiempos de la República en España y los años siguientes. Y eso fue precisamente lo que más me atrajo cuando supe de ella. Me gusta mucho el ambiente cultural que se respiraba en nuestro país en los años 30, el ambiente de la Residencia de Estudiantes y de Señoritas del centro de Madrid. Y me gusta saber de las mujeres que vivieron en aquel tiempo. De las que supimos su destino y también de las que no se volvió a saber o se supo poco a partir del fin de la Guerra Civil. Eso me impulsó a adelantar en la fila de las novelas pendientes a ésta titulada "Todo lo carga el diablo" en cuánto supe de su existencia. Temporalmente la novela empieza en la actualidad, después nos vamos, ya os digo, a los tiempos de la República, y después vamos a ir avanzando atravesando la dictadura hasta llegar de nuevo a nuestros días. Abarca un período largo e interesante de tiempo.
En esta novela hay un doble argumento. Por un lado se alude a la historia sentimental de Juan Urbano con una mujer. En mi opinión este hilo argumental tiene poco peso, a mí me ha resultado poco interesante. Y luego está el argumento principal, que nos cuenta cómo Juan Urbano recibe el encargo de buscar a la madre desaparecida de un hombre que se presenta ante él con estas palabras: «Quiero que siga su rastro, dé con ella, averigüe su historia, me la cuente y después la olvide.» Un muy buen arranque. A medida que nuestro protagonista se va involucrando en la búsqueda nos va desvelando la historia de tres jóvenes deportistas que fueron campeonas olímpicas en los años 30. Hablamos de Margot Moles y Ernestina Maenza, personajes de carne y hueso que en la Alemania nazi participaron en unas Olimpiadas de Invierno, y a quiénes apenas se recuerda. La protagonista de la novela, es otra de ellas Caridad Santafé cuya vida va cambiando drásticamente hasta que no se vuelve a saber más de ella. Este personaje es de ficción.
Es una novela donde el tema nos lleva a biografias truncadas y manipuladas. Nos lleva a muchos escándalos médicos como los que afectaban a la industra farmaceutica en temas tan penosos como el de la poliomielitis que sufrieron, lamentablemente, tantos niños de entonces.
Los personajes de esta novela evolucionan con el tiempo. Eso está bien, se les visualiza cambiando a medida que los acontecimientos históricos y personales los van influyendo.
El estilo de Benjamín Prado en estas novelas es ágil, es entretenido. La lectura es amena, interesante. Yo he disfrutado tanto leyendo ésta, que me la leí volando, como lo hice con la de "Mala gente que camina". Es cierto, como os decía, que es un tema que me parece muy instructivo, muy interesante, y eso claro ayuda mucho. También es verdad que la opinión del autor siempre está presente pero, independientemente de que estés de acuerdo o no con él, a mí me ayuda a buscar por mi cuenta más documentación sobre estas cuestiones para profundizar en lo que quiero aprender o saber.
Disfruto con la prosa de Benjamín Prado porque, lejos de ser plana, suele estar cargada de aforismos, de lenguaje coloquial y en algunas ocasiones hasta tiene también momentos líricos. Es una prosa, que aunque es directa, no deja estar enriquecida literariamente. Tiene muchas citas literarias y del cine. Es muy variada, tiene mucho de mezcla, es rica.
Si tenéis interes por estos temas yo os animo a leerla.
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